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4.5.1. Pabellón Venezuela en la Exposición de Paris 1937

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Guaicamacuto 1955

Guaicamacuto 1955

años. En primer lugar en el intento de conectar y unificar el territorio nacional, todavía desarticulado y heterogéneo en su desarrollo; y en segundo lugar, en la decisión de materializar lo que Carrera Damas ha denominado la revolución demográfica, a través de la cual se aspiraba a mejorar el estado general de la población, principalmente en lo que se refiere a su salud y desarrollo intelectual.

4.5.1. Pabellón de Venezuela en la Exposición de Paris 1937

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La Exposición Internacional de Paris en 1937, estuvo regulada por la Oficina Internacional de Exposiciones y tuvo lugar entre el 25 de mayo y el 25 de noviembre de 1937. La exposición estuvo sujeta a una gran presión internacional debido a las tensiones de la preguerra reinantes para ese momento, sobre todo por las divergencias ideológicas entre la Alemania Nacionalsocialista y Rusia que se representaban en la monumentalidad de sus pabellones.

El proyecto del pabellón de Venezuela le corresponde realizarlo, por vertientes distintas, a Malaussena y Carlos Raúl Villanueva, ambos desarrollan sus propios y personales anteproyectos, pero al final se escoge uno de ellos, sin embargo a los dos se les considera como autores, de hecho en algunos de los croquis presentados aparecen ambos suscribiendo el proyecto219 .

219 Hernández de Lasala, Silvia… Ob. Cit. p.106.

Planta del Pabellón de Venezuela en París 1937, en la cual aparecen firmando Villanueva y Malaussena

En esta primera etapa de su obra y en especial en la estructuración del proyecto de la Exposición de Paris, hace una interpretación personal y muy singular de una corriente muy en boga para el momento, el neocolonialismo, en el cual está presente un eclecticismo que combina las vertientes históricas precolombinas y coloniales al colocar techos de palmas combinadas con tejas y techos planos, al respecto nos afirman los arquitectos Juan Pedro Posani y Graziano Gasparini:

En efecto hay un momento en el desarrollo de la arquitectura caraqueña de este siglo en que aparece la tendencia a romper con las formas afrancesadas o con el historicismo importado de Europa y a fijar la inspiración en el patrimonio colonial del país. Este comenzó a aparecer en obras de diferentes arquitectos, a mediados de la década de los 30, y posteriormente tuvo su ideólogo, por decirlo así, en el Prof. Manuel Moller, quien fue más tarde docente de Historia del Arte en la Escuela de Arquitectura, y siempre apasionado defensor del patrimonio histórico. Las razones del neocolonial en Venezuela, en ese momento, parecían ser las del respeto a una tradición culta, ahora rejuvenecida, y de la defensa y el reconocimiento de un caudal histórico que no se podía malbaratar ni ignorar220

220 Gasparini, Graziano y Posani, Juan Pedro: “Caracas a Través de su Arquitectura”. Caracas, Fundación Fina Gómez, 1969 p. 302.

El edificio de la Exposición Mundial de Paris posee una tendencia neohispanica, con sus volúmenes rotundos, sus techos de teja y palma combinados con techos planos, el color blanco de sus paredes, la expresión de los materiales constructivos, el uso de una cúpula de muy escasa altura y sin tambor, que en el proyecto se transforma en un lucernario, y además Malaussena le agrega un sentido clasicista ausente en la arquitectura hispánica: la axialidad y el equilibrio, formas que le son impuestas a la construcción, alejándola de la simple imitación pero que nos adentra en un nuevo concepto de la arquitectura, combinación de formas coloniales y especificas aportaciones personales.

El conjunto está configurado por elementos que claramente siguen la arquitectura tradicional, en primer lugar observamos la rotonda que domina la portada principal y que conforma el vestíbulo de recepción al pabellón, lateralmente se presentan dos volúmenes idénticos con techos de teja criolla y ventanales coloniales, subordinados a dos volúmenes iguales de techos planos que interiormente dan continuidad a los pasillos de exposición y que encierran el gran patio arbolado que culminan en dos grandes paralelepípedos que complementan dos salas de exposición.

Dibujo vista aérea del Pabellón de Venezuela en la Exposición de París, 1937

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