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2.3. Marcello Piacentini, el arquitecto del régimen

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Guaicamacuto 1955

Guaicamacuto 1955

2.3. Marcello Piacentini, el arquitecto del régimen133

De Marcello Piacentini se ha dicho, entre otras cosas, que fue el arquitecto más representativo del siglo XX Italiano, arquitecto estelar del régimen fascista, creador de un estilo arquitectónico que sin lugar a dudas cambio el rostro de Italia y la hizo entrar en la modernidad, su adhesión al fascismo y la gran confianza de la que gozaba con el Duce Benito Mussolini, le permitió, conjuntamente con su equipo de trabajo, cambiar el rostro de las principales ciudades a través de las intervenciones urbanísticas y arquitectónicas, creando toda una simbología “del fascio” que aún perdura en la Italia moderna.

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A mitad de los años veinte, Piacentini comienza a darle forma a una idea urbanística con el fin de salvaguardar la estructura de la Roma antigua y permitir su entrada en el desarrollo de la Roma moderna.

La idea central para la fundación de la “Cittá Moderna”, estaba constituida básicamente en dar respuesta a una pregunta hasta ahora aparentemente sin solución y que consistiría en el proceso de mudar sistemáticamente el baricentro político, industrial y comercial de Roma desde el centro de la ciudad antigua hacia las periferias, pero hacerlo en base a un plano regulador que limite la libre ocupación del mismo. El concepto de Piacentini era la de dejar la “Ciudad antigua como un santuario a la grandeza romana” y reparar todos los daños que a través de los años se le habían adosados a la “ciudad vieja”.

133Marcello Piacentini (Roma 1881-1960), pertenece a la llamada “generación de los ochenta” a la cual se le reconoce un rol decisivo por el resurgimiento de la cultura del siglo XX italiano. Desarrolla desde temprana edad su formación como arquitecto al frecuentar el estudio de su padre, el arquitecto Pio Piacentini (1846-1928). Desde 1901 es miembro activo de la Asociación Artística de los cultores de la arquitectura de Roma. Consigue en 1906 el título de profesor de dibujo arquitectónico en el Real Instituto Superior de Bellas Artes en Roma. Para 1912 recibe el diploma de arquitecto civil (ope legis), en la Real Escuela de Aplicaciones de los Ingenieros de Roma. Profesor de edilicia ciudadana desde 1920, año fundacional de la Real Escuela de Arquitectura de Roma, la cual fue Decano desde 1930 a 1942 y luego desde 1950 a 1954. Dirige conjuntamente con el arquitecto Gustavo Giovannoni la revista “Arquitectura y Artes Decorativas” (1921-1931) y director de “Arquitectura” (1932-1942). Desarrolló una vastísima actividad proyectual y una constante presencia directa o indirectamente en las principales actividades arquitectónicas y urbanísticas italianas de la primera mitad del siglo XX.

Este plan para el desarrollo de la gran Roma viene totalmente asumido a través del “Programa Urbanístico de Roma”134. Piacentini estaba convencido de poseer un discurso arquitectónico que alcanzaba a un vasto público, que para el momento representaba el sentido y el sentir de la política fascista; ese público debía percibir a través de las grandes transformaciones urbanísticas de las ciudades el verdadero “risorgimento” de la república, para ello exploró y practicó varios géneros estilísticos, polemizó con los arquitectos de su tiempo a través de la revista que dirigía con G .Giovannoni, “Architettura e arti decorative”, la primera revista italiana que se ocupó largamente del modernismo y de la historia de la forma urbana, de las construcciones y planes reguladores.

Piacentini analiza con profundidad la realidad arquitectónica del momento romano y su comlejidad, revisa la dualidad entre lo “demolible” y lo “conservable”, profundiza en algunos proyectos dedicados a estudiar la relación con algunas obras arquitectónicas preexistentes y arqueológicas, entre ellas podemos señalar las intervenciones en las Termas de Diocleciano, el Palacio Barberini y el Mausoleo de Augusto.

Termas de Diocleciano Mausoleo de Augusto

134 El plan urbanístico de Roma fue asumido en su totalidad por grupo de jóvenes arquitectos dirigidos por Marcello Piacentini y conformado por: L.Piccinato, L. Lenzi, G. Nicolosi, E. Lavagnino ,E. Fuselli, M.Dabbeni, C. Valle, G. Cancellotti, este plan fue presentado en ocasión de la exposición de los planes reguladores efectuado en Roma en 1929 en simultaneidad con el XIIth International Housing and Town Planning Congress.

Para 1931 el plan urbanístico y las diferentes propuestas proyectuales arquitectónicas están claramente definidos. La primera intervención de importancia está referida al desarrollo de algunas exedras monumentales a realizarse a los lados del monumento dedicado al Rey Vittorio Emanuele II, y por lo tanto lograr la definición del eje de la vía de los Foros Imperiales.

Estas intervenciones, inducidas fuertemente por Mussolini en su afán iconográfico hacia el nuevo imperio, derivaron hacia el Foro, el Coliseo y el Capitolio haciendo profundo daño a la herencia arqueológica de Roma. En un momento dado Mussolini exploró la posibilidad de construir un palacio para su uso, al cual llamaría “Il Palazzo Littorio”, el cual fungiría como la sede del partido fascista, éste edificio sería construido justo frente al Coliseo, para tal fin convocó a un concurso para su proyecto que fue ganado por Giuseppe Terragni, al cual nos referiremos más adelante.

Estas importantes intervenciones, propuestas en el corazón mismo del “Foro Romano”, produjo como era de esperarse fuertes polémicas por parte de no sólo de los entendidos en la materia, si no de gran parte del pueblo de Roma. Piacentini, le sale al paso a estas críticas a través de una importante entrevista efectuada por Antonio Muñoz en mayo de 1937, en la revista “dell U’rbe” y reproducida en el libro, “Marcello Piacentini, architetto 1881-.1960” donde interpela al arquitecto sobre diferentes tópicos y en particular sobre la

Vía de los Foros Imperiales – Grabado de la época

relación de la ciudad y sus monumentos antiguos. Por su interés reproducimos parte de la entrevista:

“Muñoz: (…) que piensa Ud. con respecto a la intervención efectuada a lo largo del Coliseo, el Teatro Marcello, la Basílica de Masencio, con la apertura de las vías imperiales Piacentini: (…) ciertamente el efecto panorámico que se logra vence cualquier consideración, la cual compensa las pérdidas producidas (…) antes se percibía en algunos casos la inmensidad del monumento (…) pero contemporáneamente se pueden percibir las particularidades, que hoy en algunos casos parecen perderse en la vastedad de la cornisa. Muñoz: (…) Perdóname, Marcello, si no estoy de acuerdo contigo (…) dejemos éste argumento espinoso, y hablemos del Plan Regulador de Roma. Piacentini: (…) para mí, el Plan (…) es una cosa en continuo desarrollo, un trazado que debe ser flexible, y sobre el cuál año por año se tiene que maniobrar en función de los acontecimientos políticos, económicos, sociales. Muñoz: (…) perdóname mi querido Marcello, pero no te parece que si continuamos a éste paso de demoler de derecha, a izquierda, nuestra querida y vieja Roma terminará por desaparecer? Piacentini: (…) no debemos introducir cosas demasiado modernas en los viejos barrios; necesitamos en ciertos casos hacernos los sordos (…) necesitamos hacer como hizo Fuga, cuando construyó el palacio Roccagiovane junto al palacio Farnese (…) nosotros los italianos somos artistas y sabemos fácilmente plasmar y adaptarnos a lo antiguo (…) resulta que nuestros arquitectos tenemos la sensibilidad hacia el arte, hacia el color, y la cualidad de adaptarnos a nuestro entorno…135”

Esta entrevista nos permite tener una visión del pensamiento de Piacentini con respecto a los criterios de intervención sobre la Roma antigua.

135 Ciucci Giorgio, Lux, Simonetta y Purini, Franco: Marcello Piacentini,architetto 1881-1960. Roma, Gangemi Editore spa, 2010, pp.60-61.

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