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Algunas historias, anécdotas, poemas…
era un tiempo de corazón delantal blanco venteando el aire restas sumas divisiones y multiplicaciones hamacando el viento compañeras de colegio sorteando miedos risas en cajitas custodiando rayuela y bolitas figuritas con brillantinas balero impredecible en los patios era un tiempo para crecer en libertad mi timidez arropada de infancia trenzas desparejas y solas asomaban en puntitas de pie en su memoria
Confesión
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Parte de mi escolaridad la pasé en un Hogar para niños, subvencionado. Entiéndase Hogar acá como refugio familiar para algunos alumnos que por distintas razones no tenían una vivienda común. Había un régimen de pupilos, medio pupilos y externos: era mi caso, ya en ese entonces era lo que hoy se denomina jornada completa. Entrábamos a las 8 y salíamos a las 5 de la tarde. Obviamente desayunábamos, almorzábamos y “tomábamos la leche” a la tarde que, al igual que a la mañana, era mate cocido con leche con pan de “fonda” (flor de pan con mucha miga). La excepción del mate se producía en los actos escolares:TOMÁBAMOS
CHOCOLATEALIGUALQUE EN LOS CUMPLES, un manjar por aquel entonces. La cuestión fue que me enteré por la maestra del grado que para la fiesta de la Independencia no tendríamos chocolate. Estaba en 5º grado y por mi cuenta caminando más de 15 cuadras me fui a la fábrica donde mi mamá era bombonera, como siempre traía a casa “cascarillas”, le pedí una bolsa para llevarla al instituto y festejar el 9 de julio como correspondía. Cuando entré al Hogar me recibió el Director que vivía allí, ya fuera del horario escolar, con entusiasmo por lo que había hecho. En el día del acto los chicos no se dieron cuenta de lo que estaban ingiriendo, supongo que los grandes sí, pero a esa edad quién diferenciaba esas cosas…Yo estaba orgulloso de haber hecho feliz a decenas de compañeritos, ese día, donde los únicos que sabíamos cómo venía la cosa eran el Dire y quien escribe esto. Nunca supe si otros conocían el “engaño”, tampoco recibí ningún regalo ni obsequio. Hoy a más de 60 años de ocurrido del hecho me regalé el recuerdo para los que están leyendo esto que constituye finalmente una auténtica confesión. Espero que no me delaten…
Daniel Molina
Hacía frío, 19 de junio de 1949, en la puerta de entrada de la Escuela, estábamos mi maestra de 5to. Srta. Raquel y yo.
Ella me guiñó un ojo, para darme la tranquilidad que yo no tenía desde el día anterior.
Sí, fue cuando me dijo: "DeAngelis, mañana izás la bandera de la entrada, a las 8 hs. luego entraremos al patio en un Acto de homenaje a nuestro pabellón.

Casi no pude dormir aquella noche, mi gran preocupación era no poder llegar al final del mástil junto con el fin de la canción "Aurora".
Ala derecha e izquierda nuestras filas de 5to. y 6to. hacían la guardia de honor y madres y padres formaron un grupo solemne y respetuoso.
...Ycomenzaron los acordes, y mis dedos helados, aferrados fuertemente a las cuerdas, fueron impulsando, despacito, a la bandera. La ví comenzar a ondear hasta que sentí que había llegado al tope, justo en el instante que el coro remataba:"¡del sol nacida, que me ha dado Dioooossss"!
Regresé a mi fila, en ese momento se elevó un murmullo, exclamaciones y risas, me volví y veo a la Srta. Raquel tratar de emerger del lienzo celeste y blanco, que se había precipitado desde su altura...
¡Claro!... yo me había olvidado de atarla al soporte!
Me encontré con los ojos brillantes de mamá, -todo está bien- decían...en tanto, un estruendo de aplausos dejaba escapar la sorpresa y alegría de todos los corazones.