
1 minute read
Recreos colectivos


Advertisement
Estábamos en Zapala, el cielo celeste, y la Cordillera de LosAndes.
Nuestros recreos se hacían al aire libre. Sonaba la campana, liberándonos de las tareas del aula por un breve tiempo.
Se armaban los grupos: tinenti (payana), las chicas competían con el elástico subiendo niveles, a pesar del almidón del delantal.
Otros jugaban al huevo podrido, a la rayuela, competencia del… , y rondas.
Pero también jugaban al cigarrillo 43 y a la mancha estatua. La campana despiadada volvía a sonar… El lugar nos espera para los próximos desafíos de recreos.
Tocó el timbre y salimos apuradas para jugar a las figuritas con brillantina y cambiarlas.
Se nos acerca Susana y nos invita a hacer una ronda y cantar La farolera.
Otro grupo de chicos, jugando al fútbol, nos echan del lugar, pero resistimos.
En un rincón tres compañeros juegan a las cartas y al dominó.
Las maestras paradas en el patio, vigilando y aprovechando a corregir los cuadernos.
En los días de escuela en aquellos años 50 usábamos los guardapolvos almidonados que mamá nos planchaba con hermosos moños en la cintura. Llegados los años 50 y los guardapolvos de nylon, tanto niños como nosotras llevábamos esos cómodos guardapolvos que aliviaban la tarea familiar de nuestras madres que ya salían a trabajar fuera del hogar.
Uno de los recreos iba unido al inolvidable recuerdo de la portera y la magia de la campana. Ella se encargaba de servirnos el mate cocido, solo o con leche, acompañado de un pancito tierno, ningún otro pan pudo igualar ese pancito tierno. Los recreos nos permitían jugar a la soga, al tinenti, intercambiar figuritas, las brillantes eran las más buscadas, para los varones era fútbol y bolita.
Teníamos amigos especiales con los que formábamos un grupito y nos contábamos nuestros pequeños secretos de niños.
Corríamos en el patio durante el recreo hasta la primera campana, ahí nos frenábamos, y en la segunda entrábamos al aula.
El juego tenía que esperar hasta el próximo recreo, era el momento de prestar atención y aprender.
Ricardo, Luisa, Marta



