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Recreos colectivos

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Estábamos en Zapala, el cielo celeste, y la Cordillera de LosAndes.

Nuestros recreos se hacían al aire libre. Sonaba la campana, liberándonos de las tareas del aula por un breve tiempo.

Se armaban los grupos: tinenti (payana), las chicas competían con el elástico subiendo niveles, a pesar del almidón del delantal.

Otros jugaban al huevo podrido, a la rayuela, competencia del… , y rondas.

Pero también jugaban al cigarrillo 43 y a la mancha estatua. La campana despiadada volvía a sonar… El lugar nos espera para los próximos desafíos de recreos.

Tocó el timbre y salimos apuradas para jugar a las figuritas con brillantina y cambiarlas.

Se nos acerca Susana y nos invita a hacer una ronda y cantar La farolera.

Otro grupo de chicos, jugando al fútbol, nos echan del lugar, pero resistimos.

En un rincón tres compañeros juegan a las cartas y al dominó.

Las maestras paradas en el patio, vigilando y aprovechando a corregir los cuadernos.

En los días de escuela en aquellos años 50 usábamos los guardapolvos almidonados que mamá nos planchaba con hermosos moños en la cintura. Llegados los años 50 y los guardapolvos de nylon, tanto niños como nosotras llevábamos esos cómodos guardapolvos que aliviaban la tarea familiar de nuestras madres que ya salían a trabajar fuera del hogar.

Uno de los recreos iba unido al inolvidable recuerdo de la portera y la magia de la campana. Ella se encargaba de servirnos el mate cocido, solo o con leche, acompañado de un pancito tierno, ningún otro pan pudo igualar ese pancito tierno. Los recreos nos permitían jugar a la soga, al tinenti, intercambiar figuritas, las brillantes eran las más buscadas, para los varones era fútbol y bolita.

Teníamos amigos especiales con los que formábamos un grupito y nos contábamos nuestros pequeños secretos de niños.

Corríamos en el patio durante el recreo hasta la primera campana, ahí nos frenábamos, y en la segunda entrábamos al aula.

El juego tenía que esperar hasta el próximo recreo, era el momento de prestar atención y aprender.

Ricardo, Luisa, Marta

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