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Lacrisisnuestradecadahora,día,semana, mes,añoysiglos(II)

y yo diría desde siempre: lo diferente es que ahora están en las primeras filas—y el rol delaeducaciónylaculturaen laluchacontralacorrupción.

Haráunasemanaydías,enun eventoefectuadoenelMuseo de la Nación por el Ministerio de la Cultura, por el Día Internacional de la Mujer, cabe señalar que una moqueguana, Emperatriz Vizcarra Helfer tuvo una singular participación al dar un discurso en nombre de todas las damas representantes de todas las regiones del Perú. Y digo singular, porque en las palabras que expresó tocó temas, que creo que por vezprimerasehanescuchado en ceremonias similares, usualmente alambicadas e intrascendentales. Felicitaciones,peroalavezme permito hacer algunas observaciones que creo oportuno precisar, porque si bien estoy de acuerdo en varios aspectos, como por ejemplo el destacar el papel delamujerenlaactualidad,--

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Sin embargo, discrepo en variosotrosaspectos,talescomo atribuir que “Somos un país que nació como producto de todas las sangres derramadas para conseguir nuestra libertad, desde ese momento en que nos convertimosenunarepúblicadesaparecieron los wari, los Chancas, los aimaras, los Tahuantinsuyo,etc., enesemomentonosvolvimos una nación en crecimientoquedebíafortalecerse paraunidossaliradelante,desde ese momento nos convertimosenlaalegríadeunhuayno, con la elegancia de una marineraylafuerzadeuntondero identificándonos todas como la esencia de lo que nos hace peruanos”, cuando es harto conocido que tales creencias hay más mitos que realidades,a tal punto que intentamossoslayarquelaindependencianosfueimpuesta,-al igual que otros muchos símbolos patrios--antes que solicitada, a tal punto que en la batalla de Ayacucho, --cuya fecha debería ser la de nuestra verdadera independencia, el ejército realista en su mayor parte estaba conformado por criollos, sucediendo todo lo contrario en las fuerzas libertadoras, formada mayormente por tropas del norte y sur de Sudamérica, que contaban con el apoyo inglés. Y en cuanto que intervinieron distintasetnias,ellonoesciertoenlamedidaquepodríadecirse que las mismas seguramente miraban o tenían sentimientos parecidos por uno que otro bando,a los que tanto viernes debería haber sentido por Robinson y viceversa: en la playa de la isla,se deben haber contemplado, estupefactos, asombrados de que exista en este país otras personas tan distintas y tan cercanasalmismotiempo.

¡Lo cierto es que, como es usual,que las guerras respondían más a intereses económicos que a ideas,a tal punto que Edward H. Carr nos dice: “Lahistoriaes,entérminosgenerales, recuento de lo que han hecho los hombres,no de lo que se frustró,¡lo que significaqueeslanarracióndeléxito!”Y aquí cabe intentar colocar en escena tan solo tres in- terrogantes de muchas más: ¿Somos realmente una naciónoEstado?¿Tenemosidentidad histórica colectiva? ¿Tenemos planes, objetivos, prioridadeseinstitucionesparaalcanzareldesarrollo?

Eric J. Hobsbawm afirma que generalmente no tenemos dudas sobre el concepto de nación, pero basta que alguien nos pida una definición paraqueseiniciennuestrasdificultades. Por eso nos aconseja descartar la posibilidad deunadefiniciónobjetivayescoger aquella que define a una nación como una comunidad imaginada en un territorio propio, un Estado central,unalengua,unareligióny costumbresquehansidoproductos de un largo proceso histórico,sin olvidar que antaño el concepto de patria o na-

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