La crisis económica es una realidad
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“Pirelli", el rayador de llantas
Una
“Era imposible
Lacumbia,elritmo delpatrimoniohistórico delacultura colombiana PÁG14
noche negra
que después de un impacto de tal magnitud estuviera vivo”
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“Apuntaban con una escopeta improvisada” PÁG 21.
TALLER DE PRENSA II CUARTA EDICIÓN 4ª EDICIÓN 2022
PERIÓDICO
“A pesar de que vivimos en uno de los países más ricos en petróleo, con la mayor biodiversidad del mundo y tierras fértiles para la producción de diferentes productos alimenticios, el índice de pobreza es alarmante”
2022-2
DIAGRAMACIÓN
TALLER DE PRENSA II
Desde hace meses los directivos del programa de Comunicación Social de la Universidad de Pamplona han trabajado en pro de la consecución de nuevas alianzas con el sector productivo de Norte de Santander, en aras de abrir espacios para el desarrollo de competencias profesionales de los estudiantes.
Es así como se logró finiquitar un convenio con el tradicional diario La Opinión, en el cual se estableció la apertura de la redacción del periódico para que los estudiantes del curso Taller de Prensa 2, pudieran acceder a una experiencia real de trabajo con los periodistas profesionales. De esta forma 20 estudiantes de quinto semestre, de la ampliación Cúcuta, fueron los primeros beneficiados con ese acercamiento a la producción periodística, en el medio más importante de la capital de Norte de Santander.
Fue así, como se establecieron turnos, para que cada estudiante se integrara a la redacción durante la jornada laboral de ocho horas. Su día comenzaba a las 8 a.m. con la participación en el consejo de redacción del periódico para conocer de primera mano la forma como se categorizan las noticias. Posteriormente, eran asignados a uno de los equipos de reportería que tenían cubrimientos informativos pendientes en el área metropolitana de Cúcuta.
Los jóvenes reporteros vivieron de primera mano, los retos enfrentados por los comunicadores sociales en el cumplimiento de su misión. Los estudiantes estuvieron presentes en el desarrollo de hechos, como: la reciente ola invernal, las protestas de taxistas y la ola de inseguridad, entre otros. Además, conocieron la producción del periódico en papel y las labores que se realizan para la edición digital.
Después de realizar las tareas propias de reportería con su “periodista padrino”, los estudiantes fueron testigos de la forma como los comunicadores de La Opinión posproducían el contenido, se sumergían en la redacción de sus noticias y procesaban cada una de las fotografías. Algunos estudiantes se integraron tanto a la labor que pudieron publicar sus fotos y entrevistas en la edición impresa.
“Una experiencia que cambió mi perspectiva del periodismo”, “ahora sé a qué quiero dedicarme”, “fue duro pero enriquecedor”, así describieron los jóvenes reporteros su día de trabajo. Los jefes de edición de La Opinión tomaron atenta nota del comportamiento de los estudiantes con el fin de abrirles la puerta posteriormente para la práctica profesional, y por qué no, a un contrato de trabajo laboral.
Por eso la producción de nuestro periódico digital PrensaDos es tan importante. Permite que nuestros alumnos ejecuten un ejercicio real de escritura periodística, que los va preparando hacia escenarios como el acordado con el diario La Opinión. Es el fortalecimiento de competencias de cara al futuro.
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EDITORIAL
Ph.D. Ivaldo Torres Chávez RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE PAMPLONA
Dimelsa Villamizar Ramírez DIRECTORA DE DEPARTAMENTO COMUNICACIÓN SOCIAL
Andrea Duran Jaimes
DOCENTE TALLER DE PRENSA II SEDE PRINCIPAL Karina del Pilar Becerra
DOCENTE TALLER DE PRENSA II AMPLIACIÓN CÚCUTA
Javier Mauricio Santoyo
DOCENTE TALLER DE PRENSA II AMPLIACIÓN CÚCUTA Estudiantes del Taller de Prensa II, Sede principal y ampliación Cúcuta
Camilo Andrés Rojas Mora David Alejandro Ibarra Arevalo Manuel Andres Bueno Laguado Semestre académico 2022-2
En la U
Incremento en la afectación de la salud mental en la educación superior
Por:
El ajustarse nuevamente a horarios presenciales y alejarse de forma parcial, de su entorno cercano luego de varios semestres apoyados en las TIC’s y permaneciendo en sus sitios de origen, continúan causando problemáticas de salud mental entre la comunidad universitaria, que contrario a disminuir, aumentan.
En atención a la identificación de problemáticas relacionadas con la salud mental y el incremento de solicitudes para citas psicológicas en el Centro de Bienestar Universitario, la Universidad de Pamplona ha doblegado esfuerzos para ampliar la cobertura y fortalecer el programa de Alertas Tempranas en cada una de las facultades. Dentro del programa de Comunicación Social, la docente Victoria Sarmiento se encarga de adelantar las acciones pertinentes en esta comunidad académica específica.
De acuerdo a Sarmiento el principal objetivo es contar con estrategias de permanencia y graduación para los estudiantes, así mismo, habilitar indicadores sobre los cuales se pueda controlar la continuidad y evitar la deserción.
Principalmente es importante conocer a fondo lo que realmente significa la salud mental para abarcarla en los diferentes ámbitos como parte esencial del diario vivir. Según la Organización Mundial de la Salud “la salud mental se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”, sin embargo, actualmente se habla de procesos psicológicos en instituciones públicas, prestando atención menor a las señales de alerta que puedan generarse en los individuos.
Lo anterior lo corrobora la profesora encargada del programa al interior de la sede principal de Comunicación Social, quien señala cómo en el actual semestre académico han aumentado precisamente los indicadores institucionales en relación a los bajos resultados académicos, cancelaciones de asignaturas o semestre y/o episodios de estrés, ansiedad o depresión en el aula de clase.
Por estas causas, varios psicólogos y practicantes trabajan en conjunto con el Programa de Alertas Tempranas para brindar apoyo a los estudiantes de la Universidad. Estos profesionales de la salud desarrollan diferentes acciones entre las que se ubican talleres de manejo emocional, dentro de los cuales brindan diferentes estrategias para afrontar situaciones relacionadas con el estrés, la ansiedad e inclusive la depresión. En los espacios proporcionan técnicas que les permitirán mejorar estas conductas y pensamientos, por ejemplo, el mindfulness, el reconocimiento de emociones, la estrategia 30min al día para preocuparse, técnicas de respiración, etc, lo anterior es de gran ayuda para ellos, puesto que les permitirá liberar carga emocional producida por el estudio o demás situaciones asociadas.
En este orden de ideas, la estudiante Sofia Pimienta de noveno semestre de Comunicación Social, amplia la relación de afectaciones a nivel psicológico y físico del área académica hacia otras actividades que significan mayor responsabilidad como: trabajo social, trabajo de grado, ejecución de proyectos, lo que conllevaba a soportar mayor presión. A esto le suma las relaciones dentro de cada uno de los círculos sociales en los que está comúnmente inmersa que la han podido afectar de manera positiva y negativa. Ella empezó a padecer de depresión y ansiedad, llegando a faltar a clase, incumpliendo en sus labores académicas, por esta razón, su rendimiento académico disminuyó con notoriedad.
Además, los estudiantes universitarios están presentado mayor vulnerabilidad al padecer este tipo de trastornos mentales, llegando así a afectar distintas áreas de su vida, (académica, personal, interpersonal y sentimental). Por ello, es importante reconocer esta problemática dentro de las instituciones para poder brindarles el apoyo adecuado.
El profesional Juan Carlos Ortíz, magister en Psicología Comunitaria menciona que no se le brinda la importancia adecuada a la salud mental, pues falta mayor formación en las diferentes entidades institucionales, tanto por parte de las directivas y maestros de la Universidad. El profesional argumenta que padecer trastornos o enfermedades mentales afecta del mismo modo a estudiantes y docentes y varía de acuerdo a la construcción de personalidad que tenga cada individuo.
En el caso de Sofia Pimienta se le brindó la información y ayuda pertinente; una de sus docentes se preocupó por su bajo rendimiento y actuó en consecuencia ante tal problemática.
Sofia mencionó, que “esta profesora no solo se dedica a enseñar sino que también se preocupa por sus estudiantes”, ella fue quien precisamente le comenta el apoyo que brinda la Universidad desde Alertas Tempranas. La ayuda psicológica le sirvió para aclarar su mente y para darse cuenta que la universidad es primordial y aún más cuando va finalizando su carrera. Ella fue tratada por profesionales de la salud muy capacitados.
La salud mental también es prioritaria para los docentes
El agobio y estrés en los docentes, se presentan más que todo en semana de parciales, post-parciales o finalizando semestre, Jhon Edison Martínez profesor del programa, afirma que para él existen varias maneras de disipar ese exceso de energía, lo hace por medio de actividades que son de su agrado y las realiza después de salir de su trabajo. En relación a una primera instancia de atención desde el profesor hacia el estudiante sería adecuado recibir las instrucciones pertinentes en los cursos en que se imparte clase, dado que es necesario que la educación empiece desde comprender al otro en sus problemas hasta saber el por qué está fallando académicamente.
De acuerdo con William Javier Gómez educador del programa, la Universidad de Pamplona ofrece al cuerpo docente el personal idóneo con conocimiento acerca de la salud mental; en caso tal de que el docente quiera adquirir más aprendizaje sobre este tema puede acercarse a las instalaciones y pedir asesoramiento. De igual forma, indica que los profesores también se enfrentan a actividades laborales que pueden exponerlos a padecer enfermedades o trastornos mentales.
Para Johanna Marcela Rozo, también docente y madre de familia los docentes no solo cumplen con el rol de enseñar sino que también se convierten en psicólogos, orientadores, esto con el fin de ayudar al estudiante. Sin embargo, en el proceso dicha carga les afecta emocionalmente. Lo que realiza ella para equilibrar sus ocupaciones y manejar el estrés que estos pueden producirle, es ejercicio, caminar, leer cuentos, pasar tiempo de calidad con su familia; actividades que alejan esos pensamientos y le ayudan con el manejo de sus emociones.
“La profesora no solo se dedica a enseñar sino que también se preocupa por sus estudiantes”(...) ”
Reportaje
“ No se le brinda la importancia adecuada a la salud mental”(...)”
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Natalia Conde, Juan Sebastián Izquierdo
Taller de ayuda psicológica dictdo po profesionales de la salud Foto cortesía Alertas Tempranas
Rompiendo mitos
El siglo XXI ha traído consigo un sin número de innovaciones que han generado en el individuo repercusiones en los diferentes ámbitos de su vida, empezando por lo que antiguamente no parecía tener importancia ahora se vuelve esencial: la salud mental. La prioridad para tener una vida sana es la mente. Detrás de este puente están las situaciones complejas, relaciones sociales difíciles, control de las emociones, manejar estándares que nos plantea la sociedad.
De forma adicional, ya se entiende que una mala salud mental también desencadena padecimiento físico o enfermedades terminales, que podrían ser evitadas y las instituciones de educación superior han abierto carreras en modalidad pregradual y posgradual en aporte a un mejor bienestar social. Otro de los factores que coadyuvan a una solución es la constitución de redes de apoyo en el entorno familiar, social, de pareja y las que actualmente, brinda nuestra Universidad de Pamplona, a través del Centro de Bienestar Universitario a través de áreas como medicina general, planificación familiar, psicología, odontología.
Crónica
Estudiantes Foráneas
Por: Zaray Yuliana Casas Mendez.
El 15 de agosto del 2022, la Universidad de Pamplona publicaba en sus plataformas la lista de admitidos a diferentes programas para el segundo semestre de ese año, en casa cada aspirante leía detenidamente la lista ansiando ver su número de documento en ella, con la ilusión de estar más cerca de su sueño profesional. Para algunos, la alegría de ser admitidos también significaba la tristeza de decir un ‘’adiós ‘’ a su vida, como la conocían hasta el momento y comenzar de cero lejos del hogar que los había visto crecer y que ahora también los veía partir hacia esa nueva meta.
29 de agosto del 2022. Eran las 7 de la mañana, el sol ya brillaba fuertemente en el cielo, el calor empezaba a notarse en el ambiente y para Lina María Casas significaba una despedida a este clima que, aunque en ocasiones la desesperaba sin duda era algo que no deseaba dejar de sentir. En pocos minutos partiría rumbo a Pamplona, a un pequeño cuarto ubicado en una residencia, el cual sería su hogar por los próximos años, y aunque la idea la aterraba, sentía que esto era lo correcto
El suave viento golpeó su cara durante todo el camino, el cual estuvo más demorado de lo normal debido a los trabajos de reparación que se estaban realizando en la vía, cada diez minutos debían parar, esperar unos segundos hasta que un hombre con overol rojo les indicaba alzando una señal de tránsito verde que podían seguir con su trayecto, de cierta manera se sentía como si su llegada se estuviera retrasando lo que le permitía sentirse en familia por un poco más de tiempo.
10 a. m. Mientras subía las escaleras hasta el piso tres donde se encontraba ubicada su habitación cargando unas cajas que contenían platos y pasillos sentía cómo le faltaba la respiración debido al fuerte frio, sabía que sería difícil adaptarse al clima, pero trataba de pensar positivamente, su mamá intentaba organizar de mejor manera las cosas para lograr que tantos objetos entraran en esa pequeña habitación; dos hombres de la mudanza subían las cosas apresuradamente y en poco tiempo todas sus pertenencias estuvieron listas para formar lo que sería su hogar de ese momento en adelante.
Lo más difícil de aquel día fue decir adiós a su madre y hermana quienes debían devolverse a Cúcuta, pero lo que ella no sabía era que los momentos más difíciles apenas estaban por venir.
30 de agosto del 2022. Para María José Rodríguez tomar la decisión fue más sencillo, cuando supo de la existencia de la Universidad de Pamplona, no dudó en comunicarle a sus padres el deseo de abandonar San Gil, una ciudad ubicada en Santander rodeada de naturaleza, la cual es famosa por ser la preferida para realizar deportes extremos, y en la que, según ella, se respira un aire más puro. La mañana de la despedida con su familia se dio bastante rápido, su madre la acompañaría a instalarla en el cuarto que habían conseguido en Pamplona, el cual estaba en una pequeña casa, a unos escasos metros de la universidad, para ahorrar dinero en transporte.
Junto a su familia y amigos intentaban guardar la mayor cantidad de cosas en el camión que la llevaría, en el fondo sabía que algo importante se quedaría, en todas las mudanzas pasa. Una vez guardada cada cosa, procedió a despedirse de su hogar, ese que significaba su zona de confort, el lugar donde había pasado la mayor parte de su vida, en donde estaban sus mascotas, su esencia, pero que desafortunadamente ya no su futuro; se detuvo unos quince minutos frente al pequeño cajón de madera que contenía las cenizas de su padre y el cual reposaba en un improvisado altar que habían adecuado hace cuatro años, su rincón para comunicarse con él. Se despidió melancólicamente y le prometió hacer cada esfuerzo por cumplir sus metas.
Estudiar fisioterapia siempre había sido su sueño y descubrir que no podría hacerlo en la ciudad de Cúcuta debido a que no se encontraba la carrera, la hizo cuestionarse sobre si debería cambiar su estilo de vida o su sueño y definitivamente no iba a cambiar lo segundo.
El camino fue largo y tedioso, aunque el paisaje rodeado de naturaleza la hacía tener cierta tranquilidad, lo mismo que sentir a su familia apoyándola y brindándole una mirada tranquilizadora.
Le recordaba que no era solamente ella luchando por ese sueño, sino toda su familia.
María José sabía que aquel día sería la última vez que vería a sus padres en los próximos cuatro meses debido a lo lejos que se encontraba la universidad y el gasto constante en transporte, sus padres acordaron que no podría venir de visita. Lejos de ponerla triste le daba cierta tranquilidad, pues la convivencia jamás fue buena; eran las ocho de la mañana cuando su padre se despidió de manera seria y distante como siempre solía hacerlo, le obsequió una sábana con diseño de ovejas, la cual le había regalado su abuela y a María José siempre le había parecido muy tierna, en el fondo ella sabía que ese pequeño detalle era su manera de decirle que iba a extrañarla.
A las 12:00 p.m. se encontraba conociendo su nuevo hogar, el cuarto era bastante pequeño a comparación con su habitación en San Gil, pero sabía que si acomodaba las cosas lo más apretadas posible todo cabría a la perfección, el enorme ventanal le dejaba ver hacia la punta de iglesia, se encontraba en un segundo piso y eso le agradaba. La mascota de la casa se hizo presente a los pocos minutos, se trataba de una perrita labradora color marrón quien saltó a saludarla de manera muy efusiva y desde aquel momento supo que era su mejor compañía entre tantos días de soledad que le esperaban.
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“María José sabía que aquel día sería la última vez que vería a sus padres (...)”
En la U
Maria Jose en su casa. Foto: Zaray Casas.
Estudiante frustrado Foto: Bienestar Universitario.
Adaptarse a la independencia no fue difícil para ella, sus días inician a las 4:30 a.m. desayuna junto a la familia que le arrendó el cuarto e inmediatamente se dispone a prepararse para ir rumbo a la universidad, las frías temperaturas no son un problema para ella y disfruta la brisa fresca que choca su cara al caminar, su mente se inunda de pensamientos positivos para manifestar que será un gran día. Para ella sentir que inició una nueva vida lejos de problemas familiares y enfocándose en su futuro completamente, la hace feliz, pero para muchos otros estudiantes su vida de foráneos no es tan liberadora como para María José.
Conocer la universidad y aprender a moverse en ella fue difícil, se caracteriza por sus amplias instalaciones, las cuales pueden llegar a ser abrumadoras, además de los largos trayectos desde la entrada hasta los salones, los cuales podían durar hasta quince minutos de recorrido, en medio de temperaturas frías. Esos fueron los principales retos a los que se enfrentó Lina María Casas, pero ninguno se compara a los momentos de bajón emocional que vivió los primeros días.
10 de septiembre del 2022 El teléfono de la señora Anayibe sonó a eso de las diez de la noche, una voz entre cortada le decía ‘’mami ya no quiero estar más aquí, yo los extraño mucho y además estoy enferma‘’. Llevaba solo diez días y ya no soportaba la soledad, esa noche la señora muy preocupada al escucharla tan triste le dijo que lo mejor sería que se retirara, aunque perderían toda la plata de la matrícula, el hospedaje y demás gastos; ella no podía seguir en un lugar que no era feliz. Al siguiente día viajaría para Cúcuta a encontrarse con su familia, pero antes de salir, sentada en su cama mirando la foto de su padre, la cual usaba como motivación y que reposaba sobre la mesa de noche junto a la cadena que él le había obsequiado, se puso a pensar en lo feliz y orgulloso que estaría si la viera luchando por cumplir sus sueños. Entonces desistió de la idea de abandonar sus estudios, aunque esto desencadene momentos de afectación emocional.
9 de noviembre del 2022 En plena época de parciales la vida foránea es más compleja para una estudiante de fisioterapia, Lina María Casas Méndez se acuesta a las dos de la mañana estudiando, pues sus parciales suelen ser bastante difíciles; con varias tazas de café, tres sacos para mitigar su frío y música suave, intenta aprenderse cada fórmula química hasta que el sueño la vence y decide dormir un rato hasta las 5:00 a.m.
Cuando despierta con pocas ganas de hacerlo, se arregla en tiempo medido y sale rumbo a la universidad aun cuando el sol no sale y debe caminar de manera apresurada para evitar inconvenientes con algún habitante de calle, atraviesa unas cuantas calles y llega a la gran entrada de la universidad en Villa del Rosario, en donde presentaría el parcial, la subida hacia el salón dura aproximadamente unos quince minutos y en esos momentos es cuando más desea regresar a aquellos días en que su madre se despertaba junto a ella y desayunaban juntas, el simple hecho de poder verla antes de iniciar el día se siente tan lejano. Después de terminar el parcial el cual duró aproximadamente cincuenta minutos se dispone a regresar a casa, toma una pequeña taza de café caliente con un pan de queso que le brinda la dueña de la residencia en donde vive y quien le ha tomado el suficiente cariño como para darle el desayuno de vez en cuando y de esta manera puede ahorrarse unos cuantos pesos, lo cual ella agradece. Para su familia solventar los gastos de hospedaje, alimentación y material para las clases no es tarea fácil. El resto del día lo dispone a hacer aseo a su pequeño cuarto, lo que no le toma más de veinte minutos, con música de fondo barre, trapea y tiende la cama para después sentarse en su escritorio a estudiar hasta que llega el almuerzo y logra tener un poco de descanso, para ella no es fácil sentirse sola, tener la presión de sacar excelentes notas para responder correctamente a cada esfuerzo de su familia, pero sabe que en unos años esto tendrá frutos. Por ahora continua con su vida rutinaria y solitaria, ve a su familia de vez en cuando los sábados, cuando la economía permite un viaje y a menudo evita pensar mucho en ello, para que duela un poco menos.
Así se ven las dos caras de una misma experiencia, unos se sienten conformes, otros desean cambiarla completamente, pero por ahora solo les queda continuar estudiando y adaptarse a esta condición de foráneos que intentan cumplir un sueño el sueño profesional.
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En la U
“’Mami ya no quiero estar más aquí, yo los extraño mucho y además estoy enferma(...)”
Instalaciones de la Universidad de Pamplona. Fotografía: Zaray Casas.
Maria Jose estudiando en su casa. Foto: Zaray Casas.
Culturízate
Lugar donde nace la historia
Los secretos de la patria, están en Villa del Rosario
Era una tarde soleada del 3 de noviembre del 2022, siendo la 1:30 de la tarde, Andrés Carvajal, se encontraba caminando como de costumbre por la autopista internacional, vía a San Antonio del Táchira, kilómetro 6, del municipio histórico de Villa Del Rosario, Norte de Santander, en donde se encuentra ubicado el bien patrimonial del ámbito nacional, Museo Casa Natal del General Santander, que resalta por encima de todo lo que está a su alrededor, debido a su inmensidad y arquitectura.
Allí, era el lugar donde él trabaja como guía turística, al llegar, el vigilante de forma muy amable, le abre la amplia reja negra que tiene el museo en su entrada, saludándose mientras caminan por el pasillo de tabletas rojizas que se contempla al principio de la casa.
Andrés se dirige a su oficina, que se encuentra al lado derecho de la entrada delantera, ahí, espera a los visitantes para hablarles de los hermosos sucesos que habitan en esta mansión de grandes valores históricos y arquitectónicos.
El piso es en gres crudo, y techos con capas verdes, las paredes pisadas, los molinos y uno que otro camino empedrado, su patio fresco, limpio y agradable, las amplias zonas verdes al costado, y una gran cantidad de palmeras centenarias que suenan con el aire y transmiten tranquilidad. Para Andrés, este es un sitio que tiene un pulmón verde en la ciudad, que sirve para desconectar la mente, “estar aquí, es como estar en una isla, es un lugar terapéutico, en donde los loritos arman una serenata con todos sus cantos”. El sitio cuenta con puntos históricos como el tamarindo, la estatua del General Santander, la capilla Santa Ana, el Templo Histórico,el parque Gran Colombiano y por supuesto la Casa Natal de Santander.
El hombre se notaba un poco confundido y el celador se le acerca con una planilla y le da la bienvenida al sitio. Después de registrar los datos, el guarda de seguridad invita al hombre a seguir, presentándole al guía de la casa para que le dé un recorrido por el museo, Andrés comenta que el hombre no tenía conocimiento del significado histórico del lugar.
“Me gustaría conocer más de este sitio, casi siempre lo escucho, pero no conozco su origen”, así lo expresó el visitante de 55 años.
Iniciaron el recorrido por la casa, trasladándose al pasado. Andrés empieza a narrarle la historia del hombre de las leyes y el lugar.
Cuando ya eran las 2:00 de la tarde, el vigilante realizó la apertura del museo para el público; llega un visitante muy “peculiar”, mostrándose muy interesado en lo que observaba, caminaba lentamente, y de repente, se detiene a unos 2 metros después de la entrada, donde se encuentra ubicada una escultura con un mural que tiene plasmado datos de todo el conjunto Histórico.
Por: Laura Marcela González Castro .
Casa Natal del General Santander
Foto: Laura González
Antigua caballeriza, actualmente auditorio del museo. Foto: Laura González.
Crónica
Horno elaborado con una estructura de rocas Foto: Laura González
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Ingresaron al salón restaurado por Corpatrimonio, bajo los auspicios del Ministerio de Cultura y el Museo Nacional De Colombia, ubicado en el costado izquierdo, allí, el hombre se encuentra en una especie de laberinto con gran variedad de murales, donde podía evidenciar diversidad de historias e imágenes de antigüedad. El guía comienza a contar: “Era Un 2 de abril de 1792, en la Villa del Rosario, por ese entonces, una aldea fronteriza, ubicada dentro del Nuevo Reino de Granada, hoy Colombia, nace en la hacienda de su padre, el que se convertiría en el hombre de las leyes. Siendo sus padres Juan Agustín Santander Colmenares y Doña Manuela Antonia de Omaña Rivadeneira y Rodríguez”.z
Santander perteneció a una clase privilegiada, muy influyente en su región de origen, adinerada y con muchas propiedades. Añadió que, “en la época, lentos eran los días en los amplios espacios donde comenzaba el campo y terminaba la Villa del Rosario”.
Siguieron caminando, y coincidieron con una familia que también visitaba el museo. Se acercaron a otra parte de la sala que estaba compartida con un mural llamado el Valle de Cúcuta y el Cacao. El hombre, atentamente observa una especie de bodegón que se encontraba en este espacio, estaba compuesto por un cacao y una canasta.
Siguieron caminando, y coincidieron con una familia que también visitaba el museo. Se acercaron a otra parte de la sala que estaba compartida con un mural llamado el Valle de Cúcuta y el Cacao. El hombre, atentamente observa una especie de bodegón que se encontraba en este espacio, estaba compuesto por un cacao y una canasta.
Andrés le conto que la familia llegó a tener más de diez mil plantaciones de ese fruto, y lo exportaban a países como Inglaterra, España, y Portugal. También tenían su propia receta para preparar la taza de chocolate, contenía chorote de cacao (masa de cacao molida y sin especies), agua caliente, una pizca de azúcar o miel, harina de “trigo de indios” (maíz) y achiote; al final el chocolate daba una tonalidad de color rojizo y sabor picante, debido al último ingrediente que utilizaban.
Prosiguieron a otro mural con grandes imágenes de la hacienda en la época. La Villa era de casas bajas, paredes blancas, y techos rojos, con casas monótonas y rectas, donde la sombra de la iglesia se proyectaba en toda la cuadra de la plaza, y los criollos paseaban lentamente por las cuadras, mientras los esclavos con sus tristezas, por su raza vencida, habitaban en sus ranchos pajizos y pobres.
Mientras seguían caminando, le comentó que cuando Santander tenía corta edad, disfrutaba de toda la llanura con sus espacios esplendorosos y rutilantes, donde se percibían variedad de árboles poblados y centenares de pájaros.
El hombre observaba sigilosamente todo lo plasmado en el lugar, las vitrinas con el traje del uniforme de Santander, bandejas, jarras y baúles de la época. Al acercarse a una estructura de una pintura plasmada en el piso, que contenía un gran mapa con distintos datos, él guía le explicó que al pasar los años, su padre Juan Agustín, logró conseguirle una beca en el Colegio Real Mayor y Seminario de San Bartolomé de Bogotá. De esta manera, en el año 1805, cercano a cumplir sus 13 años, abandona la hacienda de sus padres y emprende viaje hacia la capital. “A este joven le esperaba un futuro bastante prometedor, se le tenían señalado grandes destinos, hasta convertirse en uno de los hombres más importantes de la historia de Colombia”, dice el guía.
El 25 de septiembre de 1828, a Santander se le acusa de haber conspirado en contra de Bolívar, el hecho fue conocido como “la conspiración septembrina”, por esta razón, el 7 de noviembre fue condenado a muerte, pero Bolívar consideró que este no era castigo para él y prefirió el destierro, el 12 del mismo mes “sale por la puerta de atrás” totalmente vetado y sin ningún derecho de volver, de ahí se fue a Europa, conoció Dinamarca, Inglaterra, Italia, Alemania y Francia, en donde se relacionó con personas importantes como Napoleón Bonaparte, militares y escultores muy influyentes. Allí Santander no sabía, ni se alcanzaba a imaginar lo que le venía para su futuro.
Después de su largo recorrido por toda Europa, va a Estados Unidos, estando ahí, le informan que Bolívar se encuentra en grave estado de salud, y al pasar los meses le dicen que tiene que volver porque era el nuevo presidente de la nación, “es bien curioso como a alguien que lo sacan a las malas, es recibido con honores y como nuevo presidente”, la explicación de Andrés es interrumpida porque el hombre se tropieza con un pequeño mural ubicado a un costado. El guía aprovecha para contarle un dato muy curioso para él.
“Para mí siempre ha sido interesante que mientras Santander y sus próceres luchaban por abolir la esclavitud, su familia tenía 109 esclavos en la hacienda trabajando para ellos”. En la época tenían pozos que contenían agua subterránea que era de donde la familia consumía, porque el agua era más turbia y potable, mientras que el agua que consumían los esclavos era la de una estructura de rocas que quedan a un lado de la hacienda y procedía del río. En ese momento el hombre hizo un pequeño gesto de decepción.
Un 6 de mayo de 1840, Santander, el prócer de la independencia con tan solo 48 años, debido a unas heridas de bala y a cálculos biliares, parte de este mundo.
Otro hecho trágico marcaría la historia décadas después. 11 de la mañana del 18 de mayo de 1875, todas las calles del Valle de Cúcuta cambiarían en cuestión de instantes, un terremoto de 7,3 grados de magnitud acabó con toda la zona.
Tres años después se realiza la reconstrucción de la casa, se hace gracias a los testamentos del señor Juan Agustín Santander, donde había detallado y especificado todo lo de la hacienda, el material con el que estaban hechas las paredes, el piso y cado uno de los sitios de interés.
Después de esta catástrofe, dos paredes no se derrumbaron en el terremoto, actualmente hacen parte del auditorio del museo. Andrés, ya casi finalizando su recorrido, llega al horno, era de una estructura de rocas, grandes y cuadradas. “Su tamaño era bastante grande por la cantidad de pan que tenían que hacer los esclavos para la hacienda”, añade que es otro sobreviviente del terremoto, “se le han hecho algunos refuerzos a los ladrillos, pero su creación y estructura es la original”.
Al llegar al patio principal, el turista solitario saca su teléfono y comienza a tomar fotos, notándose feliz y disfrutando del recorrido, “aquí hay una panorámica bien bonita y amplia de la casa”, le dice el guía.
Por último, llegan a los dos árboles más antiguos e históricos, el Laurel tiene alrededor de 245 años, con unas características únicas, está ubicado en la parte derecha del museo, fue traído de la India y sembrado allí por Juan Agustín. El árbol de tamarindo ubicado en toda la entrada del museo lleva 280 años allí y aún tiene frutos en sus ramas; Juan Agustín lo usaba como el lindero de la casa.
Siendo las 3:15 pm de la tarde, Andrés y el hombre llegan al final del recorrido, despidiéndose satisfechos por la experiencia vivida. En la actualidad, algunos visitantes llegan atraídos al museo por la belleza de sus jardines con el fin de pasar un rato de esparcimiento. Casi que sin proponérselo terminan inmersos en un viaje por la historia de Colombia.
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Lentos eran los días en los amplios espacios donde comenzaba el campo y terminaba la Villa del Rosario”. (...)”
Espacio del museo.
Foto: Laura González
La cumbia, el ritmo del patrimonio histórico de la cultura colombiana
Este logro fue producto del trabajo de construcción participativa de la Gobernación del Magdalena en alianza con la Fundación José Barros (Festicumbia) y el Ministerio de Cultura.
“La cumbia fue nombrada como patrimonio de la nación porque es una deuda histórica que teníamos con esta manifestación, considerada quizás la más importante y representativa del país, que nos identifica y nos da pertenencia a nuestro lugar, especialmente a la costa del caribe colombiano. Reconocerla era una obligación” fueron las palabras de Agustín Valle, jefe de proyecto del PES.
“Yo soy la reina por donde voy no hay una cadera que se esté quieta donde yo estoy, mi piel es morena como los cueros de mi tambor y mis hombros son un par de maracas que besa el sol. Llevo en la garganta una fina flauta que Dios me dio canuto de millo, ebrio de tabaco, aguardiente y ron cojo mi mochila, enciendo la vela, repico el son y enredo en la luna con las estrellas toda mi voz” “Yo me llamo Cumbia”
Autor: Mario Gareña.
La cumbia, ritmo ancestral que se contagia, que cuenta historias de recorridos extensos de nuestros antepasados; la cumbia es más que un simple baile y música, es uno de los mayores exponentes artísticos culturales de Colombia.
Hoy en día se ha convertido para mi este camino en una rutina, la mayoría de los días que atravieso el puente son días muy soleados y en algunas oportunidades lo he cruzado con fuertes lluvias. El ambiente para atravesar realmente es tenso, se escuchan gritos de vendedores ambulantes, se siente el agite de los “los carrucheros” que son las personas que llevan mercancía en sus hombros y carruchas, y siempre se ve un gran flujo de personas caminando hacia ambos países. Cuando camino de regreso lo persiguen a uno para ofrecerles pasajes, para decir que le compran el cabello o para ofrecerle cualquier producto que vendan en La Parada. Hay otros días donde las autoridades venezolanas me detienen para revisarme el bolso, pero lo único que encuentran son cuadernos y lapiceros.
El Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Colombia, declaró la cumbia tradicional del Caribe colombiano como Patrimonio Cultural Inmaterial del ámbito nacional, así mismo avala y aprueba el Plan Especial de Salvaguardia (PES). La declaratoria se llevó a cabo el 16 de octubre de 2022, durante el trigésimo octavo Festival Nacional de la Cumbia ‘José Barros’ de El Banco, Magdalena. La encargada fue la ministra de Cultura, Patricia Ariza, quien mencionó, “La cumbia es patrimonio de todos los colombianos y de todas las colombianas, merece un lugar en la historia de Colombia y una consideración importante en la cultura".
El PES de la Cumbia Tradicional del Caribe colombiano nace como una necesidad para la preservación de la identidad y la visibilización de esta manifestación cultural. El grupo encargado de gestionar y hacer realidad el objetivo de este proyecto llevo por nombre “el círculo de gestión cumbiambera”, integrado por gestores culturales, creadores, intérpretes, músicos, compositores, portadores (personas con conocimiento ancestral), danzantes, coreógrafos, artesanos, vestuaristas y maquilladores; a partir de ello se realizaron mesas de trabajo, entrevistas, cartografías, instrumentos para caracterización y otras actividades para alcanzar el reconocimiento.
Además, dentro de las regiones partícipes de este, está el Magdalena con los municipios de El Banco, Guamal, Ciénaga y Plato; en Atlántico, Barranquilla y toda el área metropolitana; en Bolívar se contó con el apoyo de Cartagena y Mompóx; también, Sucre y Córdoba.
Margarita Camacho, directora del Instituto de Cultura y Turismo de Pamplona, refiere que “En Colombia los patrimonios varían dependiendo el territorio, dependiendo también de su difusión y catalogación a nivel nacional e internacional. Hay patrimonios que pasan de ser patrimonios de un solo territorio a patrimonios nacionales, como el caso de la cumbia o como el caso del tiple, por ejemplo”.
Como lo dice Margarita, es cierto, que desde hace algunos años se estaba trabajando para obtener la reciente declaratoria de la cumbia. En el 2006 fue reconocida por el Ministerio de Cultura como símbolo cultural de Colombia y en el 2013, el Congreso de Colombia declaró el Festival Nacional de la Cumbia ‘José Barros´’ como patrimonio cultural de la Nación. No obstante, en el 2013 el alcalde de Guamal en el Magdalena, Álex Ricardo Rangel, promovió el proyecto para declarar la cumbia como patrimonio, de esta manera la cumbia del 30 de Guamal, recibe el reconocimiento a nivel municipal.
La verdad es que mucho se habla de la cumbia como tradición y la carga histórica que conlleva, pero ¿Dónde radica la importancia de esta? ¿Merece ser reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial?
L orem ips L or e Cultirízate
“Esunadeudahistóricaque
teníamosconesta manifestación,considerada quizáslamásimportante”[]
Reportaje PÁG 8.
Por Nayelis Pérez, Alec Zabala y Laura Torres
Brayant Larrotta en escenario junto a su pareja de danzas.
Foto: Laura González
Bailarines de FUNARTU, en representación de Colombia y Boyacá en Polonia 2019 Foto: Cortesía
Cultirizate
Recorrido por la
historia
Agustín Valle, jefe de proyecto del PES, cuenta que “la cumbia es una representación y un conocimiento ancestral que ha sido trasmitido, de generación en generación, y que se ha perpetuado en la memoria colectiva de los colombianos, especialmente de los caribeños”.
Se estima que este ritmo tuvo su nacimiento en el caribe colombiano en la época de la colonia y la conquista de nuestro territorio. Sin embargo, nadie tiene la última palabra, por el hecho de que se carece de pruebas para sustentar donde nació realmente la cumbia.
En medio de una conversación con Antonio Ávila Martínez, coordinador de la cultura de Guamal, Magdalena, el equipo periodístico de Prensados le formuló varias preguntas para ubicar al lector en el sentido cultural que representa esta asignación como patrimonio:
- ¿Cómo y dónde nace la cumbia?
- La cumbia es un grito del alma que se expresa a través de la música y el baile. Además, es la fusión entre españoles, negros e indígenas en la época de la colonia. Aunque la palabra “cumbia” represente celebración, en sus inicios era una manifestación de lamento o un ritual para despedir a sus seres queridos en el lecho de muerte
También mencionó, que la cumbia tiene diferentes teorías sobre sus orígenes, pero que la más representativa es la del maestro Gnecco Rangel, quien habla por medio de su estudio como esta se constituyó en el país indígena de Pocabuy conformado en su momento por El Banco, Guamal, Menchiquejo y San Sebastián en el Magdalena, Chiriguaná y Tamalameque en el Cesar y Mompós, Chilloa, Chimí y Guatacá en Bolívar.
Sobre el tema Luis Carlos Ramírez Lascarro, estudiante de Historia y Patrimonio de la Universidad del Magdalena, escritor e investigador cultural concuerda con los orígenes humanos de la cumbia, a excepción que, para él, según los estudios que ha realizado no se limita solo a españoles, sino que encierra a todo el gremio europeo. “Al menos en la región del bajo Magdalena estuvieron alemanes, suecos, ingleses y todos ellos de algún modo pudieron aportar más allá de la vestimenta” mencionó.
“No es prudente decir un lugar o zona determinada de donde nació la cumbia, ya que es como una especie de mitología que permite que las comunidades generen una identidad y se apropien y consideren que es nacida en su región”, afirmó Ramírez, ante el constante debate para la apropiación de esta.
Actualmente, la palabra cumbia viene de aquel significado de celebración, un ritmo lleno de ‘sabrosura’ y alegría, un baile convergente de la sabiduría de los negros, representando la personalidad nata de los colombianos. La pollera, el sombrero “vueltiao” y el “rabo e’ gallo”, son los símbolos más significativos de la cumbia, tal así, como la misma sonorizada por medio de la gaita, el guache, las maracas y tambores representan los sentimientos más básicos del ser humano como el amor, el trabajo y la cotidianidad que lleva implícito aquel movimiento cultural en representación de los orígenes y la magia de los sonidos que se contagian.
Para la Fundación Artística del Tundama (FUNARTU), liderado por la maestra y directora general Felisa Hurtado de Manrique, “es de gran orgullo hacer presencia en los más prestigiosos festivales de talla nacional e internacional, haciendo presentaciones artísticas dentro de las cuales se encuentra la cumbia colombiana; portando y representando a Colombia con gran orgullo”.
Su recorrido se enmarca alrededor de 27 años con la experiencia de grandes y extensos procesos danzarios, con el objetivo de rescatar, difundir, promocionar y preservar el folclor colombiano, mediante la participación de todos aquellos que quieran llevarlo en sus venas, aportando al desarrollo cultural y social por medio de la danza.
Hemos hablado de expertos y representantes, pero ¿Qué pasa con aquellos que viven a piel viva el sonido del tambor fluyendo por sus caderas? El bailar historia, tradición y pasión a mano de cumbias como ‘La candela viva’ y ‘Yo me llamo cumbia’ de Toto la Momposina, debe representar momentos que trascienden en el tiempo, pues es una misma cultura, un mismo pueblo de representación “Colombia”.
Brayant Larrota, bailarín de la Fundación Artística del Tundama, quien en oportunas ocasiones ha dispuesto de sus conocimientos artísticos para presentar la Cumbia en representación de Colombia en diversos escenarios, afirma “Es todo un reto que se toma con alegría y sabrosura, poder representar la cumbia. Cuando estamos en escenario es un acto que nos llena de orgullo, es como poder simbólicamente por medio de la danza traer a la actualidad nuestros orígenes
Bailarines
Foto: Cortesía
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Al ritmo de la cultura
“No es prudente decir un lugar o zona determinada de donde nació la cumbia, ya que es como una especie de mitología que permite que las comunidades generen una identidad (...)”
Muestra artística del baile de la Cumbia.
Foto: Cortesía
de FUNARTU, en representación de Colombia y Boyacá en Polonia 2019.
En el ojo del estudiante Acechadas en las calles de Cúcuta
Por: Loana Campillo
Mayo 11 del 2021, Luisa Molina de 20 años, se despertó a las cuatro de la mañana, como es de costumbre en su rutina diaria, hace almuerzo, se ducha y se alista para salir rumbo a su universidad. Esa madrugada estaba más fría que de costumbre, su suéter rosa hacía juego con sus zapatos y en sus audífonos sonaba Safe And Sound de Capital Cities, caminaba contenta, pues ese día era su cumpleaños donde sucedería un incidente que jamás iba a olvidar.
El sepulcral silencio inundaba esa calle desolada por la que Luisa tenía que pasar todas las mañanas, su casa está un poco lejos de donde tiene que tomar el transporte público, así que unas cinco cuadras tienen que caminar las mujeres que transitan por esta vía. Cuando faltaban las últimas cuadras por cruzar, se encontró con cuatro hombres recicladores, ese oficio en el que se buscan objetos con atisbo de valor en la basura, para cambiarlo por algo de dinero. Luisa continuó su trayecto haciendo caso omiso de lo que sucedía a su alrededor, de repente es sorprendida por un sujeto que la toma fuertemente de los brazos.
Hoy, hace un año, los pensamientos de Luisa se siguen inundando de aquellos recuerdos que desea olvidar, lamentándose de haber seguido la ruta equivocada hacia la universidad.
Al sentir la mano helada de aquel señor, rápidamente se quita los audífonos e intenta zafarse de su agarre, pero ya era demasiado tarde, los otros tres hombres estaban alrededor de ella pretendiendo tocarla. Los gritos eran mudos, no lograba que ninguna palabra saliera de su boca, todo pasaba en cámara lenta, su mente estaba en blanco.
En ese momento parecía que estaba dispuesta a que esos hombres hicieran con ella lo que quisieran, pero la realidad era que su cuerpo había entrado en una especie de trance, donde se sentía completamente inmóvil. En medio de su shock, logró ver a lo lejos una señora que venía corriendo, en su mano sostenía un palo y muy remotamente escuchaba como esta señora les gritaba cosas; los hombres se asustaron hasta que salieron corriendo.
- ¿Está bien niña? Esos tipos siempre se aprovechan de las muchachas que pasan por acá. Comentó la señora
- Estoy bien, muchas gracias
Fueron las únicas palabras que Luisa logró pronunciar, ya que sabía que esa señora le había salvado la vida.
La vida de esta joven continúa, pero jamás olvidará aquella madrugada en la que se sintió “sucia”, adjetivo que algunas mujeres conciben al pasar por una situación de acoso callejero.
Marzo 24 del 2020, Paola Urbina de 26 años, salía de su trabajo a las 12:30 p.m., el sol quemaba como de costumbre en la ciudad de Cúcuta, el calor era insoportable, pero aun a esa hora, se podían ver las calles concurridas por los trabajadores del centro. Paola caminó hacia una esquina para esperar su transporte, pasados 5 minutos logró subir al vehículo, una buseta llena y sin ningún puesto; pagó su pasaje. Metros más adelante un hombre de contextura gruesa subió al transporte, se hizo al lado de Paola, pues no había ningún otro lugar; mientras la buseta iba en movimiento, el sujeto se le acercaba cada vez más. Ya estaba rebasando el espacio personal que todo ser humano merece, pero a este hombre lo único que le importaba era rozar sus partes íntimas contra la mujer, Paola demasiado intimidada comenzó a decirle a este hombre “que por favor se corriera”, que tenía aún mucho espacio para estar lejos de ella.
- Señor, córrase un poco, me está molestando. Mencionó Paola.
- ¡Oiga señor! Me está pegando sus partes íntimas, por favor córrase para allá. Gritó Paola exhausta de la situación.
A diferencia de Luisa, Paola, si reaccionó de inmediato, comenzó a gritarle a este hombre, pues sentirlo tan pegado a ella resultaba demasiado molesto; lo lamentable de aquella escena era que nadie en esa buseta tan llena parecía importarle lo que estaba sucediendo, y por supuesto menos a este señor, que a pesar de los gritos e insultos que la joven le profería, parecía no inmutarse.
La joven no pudo seguir en el vehículo y prefirió bajarse antes de llegar a su casa; recordaba los rasgos y vestimenta del hombre y de inmediato quiso ir a poner un denuncio, lastimosamente para las autoridades este caso es tan común que como no pasó a mayores, es poco lo que se puede hacer. 13 de agosto del 2022. A esta joven la llamaremos Camila, una niña de 14 años, emocionada porque en pocos meses sería su fiesta de quince, ese sueño tan común y anhelado. Camila estudiaba por las mañanas en un colegio muy reconocido de Los Patios, municipio ubicado en la región oriental del departamento Norte de Santander, su casa quedaba a seis cuadras de su lugar de estudio; por eso se iba caminando sola todas las mañanas, su uniforme era una falda azul y una camisa blanca, por protocolo de la institución su prenda inferior no podía estar por encima de su rodilla.
Mientras Camila caminaba, escuchó a lo lejos que detrás de ella venía una moto, no le pareció nada extraño, pues a esta hora es muy común que los vecinos salgan a trabajar; la moto redujo la velocidad a medida que se iba acercando a Camila, pero ella siguió su camino y nunca se giró para mirar atrás. En cuestión de segundos este hombre la agarra forzosamente uno de sus glúteos y le grita obscenidades; nuevamente una mujer más que no es capaz de reaccionar ante un ataque de este tipo, quedó completamente en shock, sin movimientos, sin gritos, sin llanto, como si no hubiera sucedido nada, pero por dentro sintiéndose de la peor manera.
Foto:
Aunque ya han pasado dos años de aquel amargo momento, Paola lo recuerda como si fuera ayer, y es que dice que ninguna mujer que haya sufrido acoso en la calle puede olvidar lo que el agresor provocó en sus vidas, dice que “es una afortunada”, pues a pesar de que nadie la ayudó, “pudo ser peor”.
Las tres historias enmarcan distintos eventos, pero los mismos sentimientos para las mujeres: angustia, tristeza, ahogo, rabia y culpabilidad. ¿Por qué tuve que ponerme esa blusa? ¿Por qué no fui capaz de defenderme? ¿Por qué no camine más rápido? Estas preguntas se las hacen estas tres mujeres, por el poder que una parte de la sociedad le da al agresor para justificar su delito, mientras achacan el error a la víctima.
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“No vestía nada descotado, no estaba maquillada vulgarmente, no estaba caminando de una manera provocativa”
Crónica
Incomodidad al pasar por donde hay muchos hombres.
Loana Campillo
Palabras obscenas en la calle. Foto: Loana Campillo
Reportaje
La crisis económica es una realidad que rebasa nuestra imaginación
Por: Darly Loreidy Imbajoa y Juan Diego Martínez.
La desigualdad económica es un tema que genera impacto en las personas. Son muchos los habitantes en Colombia que viven en situaciones de vulnerabilidad, no cuentan con un empleo digno, ni educación u oportunidades que les permita generar un cambio en sus condiciones de vida. Por lo general, estas poblaciones han sido desamparadas por el gobierno.
Dentro de los sectores que más viven la desigualdad en el territorio nacional, se ubican las comunidades indígenas, los afrodescendientes, las personas de la tercera edad, los campesinos y las mujeres cabeza de hogar en relación a los hombres, generando una brecha extensa entre géneros y clases sociales.
Según las estadísticas nacionales compartidas por la Oficina del Sisbén (Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales) en Pamplona, Norte de Santander, la desigualdad se manifiesta en pobreza, clasificando a las familias de la siguiente manera: Pobres extremos (A01-A05) a los que pertenecen 4.620.949 hogares, con un 23,18%. Pobres moderados (B01-B07) que tocan los 6.970.163, con un 34,97%. Población vulnerable (CO1-C18) que incluyen los 5.812.900, con un 29,16% y población no pobre (D01-D20) que completa los 2.529.289, en un 2,69%.
Por otro lado, contamos con la historia de Orfelina Delgado Díaz. Una mujer perteneciente al corregimiento de la Bermeja (Cauca) quien se encuentra radicada allí hace 27 años. Es cabeza de hogar y a sus 47 años de vida lucha aun para sobrevivir junto a un hijo menor de edad
“El sueño mío era ser profesora, pero mi papá no tenía plata entonces me quedé ahí, estancada, no pude estudiar” relata Roselina. Cada día que se despertaba, tenía que trabajar en el campo junto a sus padres para poder darles de comer a sus hermanos menores. Anteriormente las casas no contaban con acueducto, razón por la cual tenían que salir de trabajar y correr a las quebradas a lavar ropa de toda la familia. Eran tiempos difíciles para ellos.
“El sueño mío era ser profesora, pero mi papá no tenía plata entonces me quedé ahí, estancada, no pude estudiar” relata Roselina. Cada día que se despertaba, tenía que trabajar en el campo junto a sus padres para poder darles de comer a sus hermanos menores. Anteriormente las casas no contaban con acueducto, razón por la cual tenían que salir de trabajar y correr a las quebradas a lavar ropa de toda la familia. Eran tiempos difíciles para ellos.
Después del tiempo se hizo madre de familia, su esposo salió un día a trabajar y no regresó a casa, quedando ella con sus tres hijos pequeños, “mientras yo trabajaba Dania la niña más grande me cuidaba los niños pequeños” comentó Delgado. Ahora se dedica al campo, cosecha algunos productos para vender en el pueblo como maíz, yuca, plátano, entre otros. Viven de una manera ajustada ya que el dinero no alcanza. Su clasificación en el Sisbén aparece como de pobreza extrema.
Después del tiempo se hizo madre de familia, su esposo salió un día a trabajar y no regresó a casa, quedando ella con sus tres hijos pequeños, “mientras yo trabajaba Dania la niña más grande me cuidaba los niños pequeños” comentó Delgado. Ahora se dedica al campo, cosecha algunos productos para vender en el pueblo como maíz, yuca, plátano, entre otros. Viven de una manera ajustada ya que el dinero no alcanza. Su clasificación en el Sisbén aparece como de pobreza extrema.
José Orlando Mora, es un hombre de 55 años que vive en la ciudad de Pamplona, nos cuenta que en su niñez vivía una situación muy dura, solo pudo estudiar hasta quinto de primaria. Desde los 10 años ejerce la profesión de lustra botas que aprendió por sus propios medios. Una labor que hasta el día de hoy la ejerce con mucha disciplina. A lo largo de su vida se ha dedicado a diferentes oficios como: construcción, barriendo calles y vendiendo dulces, todo con tal de subsistir.
A pesar de que vivimos en unos de los países más ricos en petróleo, con la mayor biodiversidad del mundo y tierras fértiles para la producción de diferentes productos alimenticios, el índice de pobreza es alarmante. Esta población tiene que soportar necesidades, para ello contamos con historias de personas vulnerables en diferentes partes del país .
En primera instancia nos encontramos con José Manuel Marín García. Un hombre de 53 años, radicado en el municipio de La Macarena (Meta), un sector que por mucho tiempo fue amenazado por el conflicto armado y ahora sobrevive del turismo y la ganadería.
“Mi sueño cuando pelado era estudiar en las fuerzas militares y ser un general del Ejército” palabras de José. Él no contaba con las condiciones económicas para hacerlo, sus padres tampoco tenían recursos necesarios para ayudarlo porque fue criado en el campo. Tuvo miedo de enfrentarse a la ciudad. Tan pronto cumplió la mayoría de edad tuvo que trabajar para colaborar con las necesidades del hogar.
Él, dice que sus padres administraban una pequeña finca, cercana al pueblo y no se daban una vida de lujo. Al contrario, tenían que vivir trabajando para poder llevar la comida a casa.
Ahora, Manuel se las arregla trabajando en lo que le salga “quizás para mi es fácil, estoy solo, pues no tan solo, tengo a Camila y Carlota mis pequeñas gaticas, pero aun así a veces me siento alcanzado y lo peor de todo es que no encuentro empleo, a veces cuando me sale trabajito por ahí, ganó máximo 20.000 pesitos, ya sea guadañando o limpiando monte, con eso me alimento mientras vuelvo a conseguir más empleo”. Su estrato social está ubicado en A2 perteneciente a la pobreza extrema según el Sisbén.
José Orlando Mora, es un hombre de 55 años que vive en la ciudad de Pamplona, nos cuenta que en su niñez vivía una situación muy dura, solo pudo estudiar hasta quinto de primaria. Desde los 10 años ejerce la profesión de lustra botas que aprendió por sus propios medios. Una labor que hasta el día de hoy la ejerce con mucha disciplina. A lo largo de su vida se ha dedicado a diferentes oficios como: construcción, barriendo calles y vendiendo dulces, todo con tal de subsistir.
Para él, la llegada de la pandemia y la implementación de la cuarentena afectó su modo de trabajo “me tocó guardar todo este equipaje, porque resulta que se acercaba una persona y yo le decía: ¿le lustramos los zapatos? Y ellos nos contestaban, ¡huy señor no se me acerque!, es decir sentían miedo. Yo no me quedaba en la casa, a raíz de esta situación tuve que salir a pedir limosna. A todos los amigos que veía le pedía algo, como un mercadito y así lograba reunir para comer. Gracias a las personas que me conocían, logramos sobrevivir a ese momento difícil; yo duré 9 meses sin poder trabajar”.
Para él, la llegada de la pandemia y la implementación de la cuarentena afectó su modo de trabajo “me tocó guardar todo este equipaje, porque resulta que se acercaba una persona y yo le decía: ¿le lustramos los zapatos? Y ellos nos contestaban, ¡huy señor no se me acerque!, es decir sentían miedo. Yo no me quedaba en la casa, a raíz de esta situación tuve que salir a pedir limosna. A todos los amigos que veía le pedía algo, como un mercadito y así lograba reunir para comer. Gracias a las personas que me conocían, logramos sobrevivir a ese momento difícil; yo duré 9 meses sin poder trabajar”.
La pobreza en Colombia se viene presentando desde hace tiempo como consecuencia de la falta de oportunidades. Los principales factores que causan la desigualdad, están ligadas al limitado acceso de educación, el manejo político de los recursos, la inequidad, el conflicto armado, la economía subterránea (informal) y el manejo de la información en los medios de comunicación.
Vivienda de Orfelina Delgado Díaz. Foto: William Fernández.
Laura Juliana Meza, economista egresada de la Universidad de Santander y Magíster en economía de la Universidad de Río de Janeiro, argumenta que la desigualdad económica se genera por la poca inversión social, falta de apoyo de las instituciones, las alcaldías no son eficaces en la implementación de políticas fiscales o jurídicas (disciplina de la económica centrada en la gestión de los recursos de un Estado y su administración) que estén enfocadas en manejar ciertos problemas de la población como lo es el desempleo, la migración y las vías, teniendo en cuenta que la administración cuenta con una serie de recursos extraordinarios para enfrentar o tratar estos inconvenientes
“Elsueñomíoeraserprofesora,peromi papánoteníaplata(...)”
En el ojo del estudiante
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¿Qué ocasiona está desigualdad?
Realidad que aborda la desigualdad en nuestro país
En el ojo del estudiante
“De este modo, es preciso entender que hay dos formas de calcular la pobreza en Colombia: la primera de ellas y la más conocida, es el cálculo a partir de los ingresos monetarios de los hogares conocida como pobreza monetaria. La segunda de ellas, es el Índice de Pobreza Multidimensional que evalúa 5 dimensiones donde los hogares colombianos podrían estar en privación. Ambas medidas son complementarias y no excluyentes, son mediciones desde ópticas diferentes del mismo fenómeno.
La economista se refiere a la pobreza multidimensional como aquella que se determina por medio de un censo para visibilizar elementos estructurales como la fachada de la casa, las paredes, el piso, pozo séptico y medir el nivel de acceso a la salud, empleo, educación y otras necesidades básicas.
Representación de la desigualdad en Pamplona.
Foto: Juan Diego Martínez.
Por otro lado, la ausencia de una educación adecuada también es uno de los mayores detonantes de la pobreza en el país. No poder acceder a ella hace a la población más vulnerable, como en veredas y pueblos, desencadenando fenómenos relacionados con la delincuencia por falta de oportunidades. Es en este sector de la población donde se requieren mayores estudios técnicos en áreas afines al territorio, para ofrecerles la oportunidad de ser y hacerlos sentir productivos.
¿Usted sabe quién soy yo?
Crónica
Un vigilante busca en los números un cambio de vida
Por: Camilo Rojas
En medio de una suave brisa que golpea los árboles gigantes que sirven de sombra de un sol radiante, se abren paso estudiantes, docentes, administrativos que convergen en este lugar mágico lleno de cultura y arte; en donde las mesas grises pasan a ser pianos llenos de notas de colores, las bancas, pinturas de arte abstracto y las paredes blancas gritan arengas de protesta por una educación de mejor calidad. Allí inicia el turno de vigilancia en el edifico del CREAD (Centro Regionales de Educación a Distancia) de la Universidad de Pamplona, Brayan Sánchez.
Justo después de darle la indicación a un hombre, de voz rara, que sale de un pequeño aparato de comunicaciones, empieza la rutina de gestionar la seguridad de un gran edificio; el sonido de una bocina de moto interrumpe su mente para ir a abrir aquel portón gris que cuida con su vida, y que es el verdugo cuando quiere descansar en una carpa, en donde hay una pequeña silla gastada por los años y un escritorio con el libro de la minuta, en donde se conservan los secretos de la seguridad.
Llegar luego de un turno libre en donde no existió el descanso es difícil; tener que vivir entre los quehaceres de la vida como lavar los uniformes para una buena presentación, lo hace hablar de su historia buscando desahogarse con alguien que le sirva de salvavidas. Entre el bullicio de una ciudad congestionada, sobrepoblada de busetas, motos y carros, se escucha la voz de un estudiante de forma amigable, que viene sonriente y con paso acelerado a saludar, como es ya de costumbre. Por su personalidad de bonachón el guarda recibe a los alumnos, comparte unas palabras con ellos para distraer un poco el cansancio de estar parado como una cámara vigilancia, abarcando todos los ángulos con su mirada.
Llega el momento de almorzar y empieza de nuevo la duda sobre qué comer, el calor del medio día azota de manera implacable, esto sumado a la agitada hora de salida de los estudiantes que van en sus vehículos, lo lleva a pedir cualquier cosa con tal de pasar rápidamente la situación; hoy pide una pechuga con principio de frijol y buena limonada, eso sí con el recado de que llegara lo más pronto posible debido a que el hambre apremia.
Puesto de vigilancia CREAD
Foto: David Ibarra.
Con el pasar de los minutos todo va quedando en calma, los últimos estudiantes en salir dejan un eco de despedida resonando el ambiente y el alivio de un portón cerrado indicando que pueda almorzar “tranquilamente”.
Aunque muchos lo pueden ver alegre, llevan un gran peso en su alma, el de haber perdido oportunidades que hoy le cuestan. Entre sonrisas para aliviar sus penas, hoy es un día de suerte, porque puede desayunar y almorzar, pero existen días en lo que tiene que hacerle un salto al hambre y empezar a luchar contra el desespero por un estómago vacío que solo puede llenar con agua. Y es que pudo ser profesor o ingeniero, pero su mente a los 16 años solo pensaba en aquel bien que es amado por muchos y odiado por otros, el dinero. El niño inteligente de la promoción 2016 quería explorar el mundo a su manera y se le presentaron oportunidades que muchos desearían; por su alto desempeño su profesora de matemáticas le ofrece pagar la carrera de Licenciatura en Matemáticas, pero su mundo de ilusiones, acompañado de grandes amigos y junto con la indecisión de saber lo que quería lo llevan a trabajar para tener ingresos económicos.
Eun espacio de gran tamaño en donde eran necesarios los audífonos industriales, debido al gran ruido generado por las máquinas. Llegó con una maleta de ideas y sueños, pero que poco a poco se fueron apagando, dejándolos en el baúl de los recuerdos; su primer trabajo se transformó en su primera frustración, medida con la vara de los ingresos generados, debido a que eran pocos para sus grandes proyectos.
Entre su agitada tarde, rápidamente acomoda su corbata, se coloca su quepis, el tema de conversación queda en pausa y se aleja rápidamente del lugar, justo en ese momento llega silencioso con una mirada de juzgamiento y poder su supervisor; con un frio saludo estrechando sus manos pasan a la rutina de la revisión del puesto e información de novedades, pasada esta situación su respiración se vuelve profunda y su pulso se hace normal.
Un día en turno en otro edificio, esta vez en el de Comunicación Social del sector de Guaimaral se le presentó una oportunidad que cambiaría su vida; en el silencio provocado por una de las restricciones propias de la pandemia se asoma una amiga que tenía permiso especial para recorrer el edifico de par en par, aun sin saber que pasaría en su vida, la saluda con buenos días, y ella se lo devuelve con una pregunta que lo dejaría helado, ¿le gustaría estudiar en la Universidad? Atónico su única respuesta fue que no contaba con el dinero suficiente, y como si la vida le quisiera dar un buen destino, le dio la respuesta que no esperaba, pero que le alegró la vida. Ella sería su patrocinadora en el primer semestre de contaduría.
“Esunadeudahistóricaque teníamosconesta manifestación,considerada quizáslamásimportante”[]
“Una fábrica de plásticos fue mi primera experiencia laboral”
Un espacio de gran tamaño en donde eran necesarios los audífonos industriales, debido al gran ruido generado por las máquinas. Llegó con una maleta de ideas y sueños, pero que poco a poco se fueron apagando, dejándolos en el baúl de los recuerdos; su primer trabajo se transformó en su primera frustración, medida con la vara de los ingresos generados, debido a que eran pocos para sus grandes proyectos.
Entre su agitada tarde, rápidamente acomoda su corbata, se coloca su quepis, el tema de conversación queda en pausa y se aleja rápidamente del lugar, justo en ese momento llega silencioso con una mirada de juzgamiento y poder su supervisor; con un frio saludo estrechando sus manos pasan a la rutina de la revisión del puesto e información de novedades, pasada esta situación su respiración se vuelve profunda y su pulso se hace normal. Un día en turno en otro edificio, esta vez en el de Comunicación Social del sector de Guaimaral se le presentó una oportunidad que cambiaría su vida; en el silencio provocado por una de las restricciones propias de la pandemia se asoma una amiga que tenía permiso especial para recorrer el edifico de par en par, aun sin saber que pasaría en su vida, la saluda con buenos días, y ella se lo devuelve con una pregunta que lo dejaría helado, ¿le gustaría estudiar en la Universidad? Atónico su única respuesta fue que no contaba con el dinero suficiente, y como si la vida le quisiera dar un buen destino, le dio la respuesta que no esperaba, pero que le alegró la vida. Ella sería su patrocinadora en el primer semestre de contaduría.
Vigilante en sus labores diarias. Foto: Camilo Rojas.
La labor de los recolectores de aseo en Pamplona Reportaje
Pamplona, Norte de Santander, es una ciudad que se caracteriza por su enfoque estudiantil, cultural y patrimonial. Esto le agrega un valor estético cuyo mantenimiento está cargo de la empresa Empopamplona S.A. E.S.P que además presta servicios públicos domiciliarios de acueducto, alcantarillado y aseo en la ciudad.
En 60 años de trabajo han organizado un equipo humano para atender las necesidades de los pamploneses, sin embargo, la labor de mantener limpia y segura una ciudad con gran cantidad de habitantes y población flotante, requiere sacrificios particulares realizados por personas que no se detienen ante lo que implica el manejo de los desechos. Andrés Ramírez, por ejemplo, es un joven de 23 años con dos hijos que sacar adelante. Él está vinculado a la empresa como recolector de aseo, no por voluntad propia sino por falta de oportunidades laborales y el abandono de sus estudios, producto de la responsabilidad que implica ser padre.
Su condición física y de salud en ausencia de estudios certificados le permitieron acceder al trabajo, para desempeñar una labor que no todo el mundo asume porque requiere gran esfuerzo físico para cargar y descargar todo tipo de contenedores de basura, que en algunas ocasiones, son de gran tamaño o peso.
Andrés cuenta que a pesar del duro trabajo que realizan como recolectores, la gente no reconoce el esfuerzo que ellos hacen para mantener las calles de la ciudad limpias, “las personas en Pamplona son muy descuidadas, botan la basura, a veces dejan las bolsas abiertas, los animales hacen ‘reguero’, de igual manera, nosotros tenemos que cumplir con nuestro trabajo y recoger todo.
Reportaje
Por: Valentina Mogollón y Michell Sanabria.
Es necesario que se realice un mejor manejo de las basuras y de alguna forma implementar el reciclaje de manera que, a las personas se les obligue a mantener limpia la ciudad; en oportunidades se encuentran bastantes residuos y aun así debemos recogerlos”.También fue víctima de haber recogido una bolsa con objetos cortopunzantes donde por accidente, al recogerla se cortó su mano y le tuvieron que suturar.
La labor de este tipo relacionado con el vehículo recolector, lo desarrollan hombres, pero también se realizan otras actividades de limpieza permanente que adelantan las mujeres conocidas en la ciudad como “escobitas”; quienes cumplen esa misión en diferentes rutas desde tempranas horas de la mañana.
Johana Marcela Becerra es una de las escobitas, cuya jornada laboral empieza desde las 7.00 a.m. hasta las 12:00 del mediodía y de las 2.00 de la tarde hasta las 5, desarrollando tareas como ‘despastado’ y limpieza de tomas de agua, ya que por un accidente en su mano no puede desempeñar labores que impliquen mayor esfuerzo. Aunque sufrió esta dificultad, la empresa no la retiró del empleo sino que la reubicó en actividades acordes a su capacidad.
Otra de las escobitas es Marcela Yineth González, caso opuesto a Johana porque ella sí debe desarrollar actividades que implican mayor fuerza y buena condición física y de salud. Este trabajo implica que quienes lo desarrollan se enfrenten a peligros grandes y pequeños como manipular residuos con bacterias que pueden producir enfermedades y el horario los expone a robos o abusos, incluso hasta maltratos. “Nosotras nos esforzamos por mantener el aseo de la ciudad, pero pedimos que la gente sea mas consciente al botar la basura en los respectivos contenedores; los fines de semana se encuentra de todo y mas por las calles centrales, entonces pedimos que por favor reconozcan la labor que nosotras ejercemos y se den cuenta que también perjudican al medio ambiente”.
El proceso de barrido que realizan las escobitas se compone de 21 rutas haciendo la limpieza de todas las calles tanto centrales como en los diferentes barrios periféricos del municipio. Adicionalmente, en el área de parques (compuesto por 27) realizan el corte de césped y mantenimiento, pero actualmente hacen estas mismas actividades en más de 100 zonas verdes identificadas en Pamplona.
El área de gestión ambiental apoya actividades relacionadas con la educación para el cuidado del medio ambiente, y se encarga de difundir los horarios de recolección de basura para que la tarea del personal sea mucha más efectiva. En materia de reciclaje el municipio cuenta también con empresas de recuperación de residuos sólidos, como Renacer y Nueva Karent, que adelantan procesos de separación en la fuente, ya que es importante para aumentar la vida útil del relleno sanitario, además de disminuir los impactos ambientales generados por el mal manejo de residuos sólidos.
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Fotografía: Jhonier Anaya
¿Usted
sabe quién soy yo?
Las “Escobitas” terminando su jornada de trabajo. Foto: Michell Sanabria.
¿Usted sabe quién soy yo?
Condiciones de trabajo del personal del aseo
Según Empopamplona S.A. ESP a los empleados encargados del aseo en la ciudad, se les suministran los implementos necesarios para su cuidado e higiene. La empresa cuenta con un Sistema de Gestión en Seguridad y Salud en el Trabajo para capacitar al personal respecto a las buenas prácticas de sus implementos de trabajo y protección personal. Los elementos son entregados e inspeccionados por esta área.
El área operativa de aseo también cumple con responsabilidades para garantizar el bienestar de los recolectores “Como jefa operativa me corresponde mirar las falencias, comunicarlas a al Sistema de Gestión en Seguridad y Salud para que tomen las medidas respectivas. Ellos son trabajadores que están afiliados a su ARL, tienen exámenes ocupacionales; contamos también con la norma porque estamos vigilados por ciertas entidades” indica Angie Pabón.
En
mi opinión
Una noche negra
Recuerdo que fue así que le nombré después de que pasaran varias semanas de lo ocurrido en aquel momento. Una noche negra. Corría el año de 2011; para aquél entonces mi niñez estaba envuelta en un conjunto de cambios a los que nos hemos sometido todos con el pasar de esa etapa: cambios físicos, de humor, aspectos que comenzamos a desarrollar y que con el transcurrir de los años determinan realmente nuestra personalidad para lo que será una vida adulta.
Inicialmente mi rutina era como la de cualquier otro niño adolescente, no tenía nada extraordinario qué contar para aquellos años: la escuela de la comunidad, recién restaurada por el gobernador de entonces César Pérez Vivas, con una nueva fachada imponente, bonita y sencilla; la cancha del barrio, llevada por los años y por el deterioro de los balonazos que estrellábamos en las paredes y mallas de la misma, y la extensa cuadra destapada, en la que colindaba la casa por la parte superior de la montaña, donde jugaba casi todas las tardes con mis amigos, andaba en bicicleta o simplemente salía a caminar, eran mis sitios a frecuentar, lugares a los que regresé tiempo después, en el que desafortunadamente estuve encerrado en una prisión mental de la que me costó mucho salir.
Por: Manuel Andres Bueno Laguado.
Haciendo memoria, recuerdo también que para aquella época me gustaba mucho el dibujo, gusto culposo del que no he estado exento con el pasar de los años, pero que lamentablemente nunca le he tomado con la seriedad que merece por cuestiones que aún me pregunto. Las letras también han ocupado un lugar especial en todo este proceso; han servido de escape a todo aquello con lo que no he podido seguir, y debo reconocer eso. Recordando aquellos años, me llegan destellos de mis primeros escritos, sin querer, esto de escribir ya comenzaba a manifestarse, pero aún no era capaz de notarlo a como ya lo observo hoy en día. Su importancia después de aquella noche tomó un nivel muy diferente a lo que había sido anteriormente.
Eran las 05:00 p.m. de un viernes común y corriente del mes de abril; entre la brisa de la tarde noche y el frío de la montaña que siempre arropaba la casa desde temprano, observaba algo diferente en el ambiente; sin bulla ni ruidos, ni perros ladrando, solo la brisa agazapada entre árboles de mango por toda la casa. A pesar de ser un niño de 12 años, sentí un aire distinto a cualquier otra cosa que había experimentado hasta entonces. Algo raro estaba por suceder. Primero que todo debo dejar claro que no era de allí; a los 6 meses de nacido llegué a esa casa de grandes jardines y espacios libres, luego de que mis padres se separaran y mi madre tomara la decisión de irse del país con mi hermano mayor y yo, al lugar de residencia y trabajo de mis abuelos maternos en Capacho, Táchira. Mi abuela Alba Elena y mi abuelo Oskar Manuel habían llegado a esa casa a trabajar hacía ya algunos años atrás; lamentablemente la situación económica de aquellos años los llevó a emigrar como cientos de miles de colombianos al vecino país buscando una vida digna, o al menos que cubriera los gastos básicos del vivir. Ellos se encargaban de las labores domésticas de la quinta: limpieza de caminerías, aseo interno de la casa principal, atención a los dueños cada que venían de viaje, limpieza de jardines, piscina y patios en general, labores que desempeñaron por muchos años más, pero que, en aquella noche, tomarían un significado diferente a lo que habían sido anteriormente.
Retomando, después de aquella hora la rutina era la misma. Por estar al pie del páramo de La Laja, el frío hacia más temprana la entrada a la casa. Aquel 15 de abril se esperaba que llegara el dueño de ese entonces desde la ciudad de Caracas. Cerca de las 06:00 p.m. por la parte destapada de atrás de la casa tocaron a la puerta. Mi abuela Alba Elena salió a ver de quién se trataba, pero para su sorpresa y la de todos, no era gente de bien.
Afuera estaba un tipo alto, de contextura gruesa, con pasamontañas, apuntando a la persona que saliera a revisar con un escopetón. Sin opciones, sin nada qué hacer, fue la primera sorpresa de la noche. En total eran 7 los secuestradores, o al menos fue los que alcancé a contar. Yo estaba en mi habitación, revisando y ordenando algunas cosas, al sentir los pasos de varias personas salí al pasillo a revisar de quién se trataba, cuando para mi sorpresa, vi sobre mi cabeza una escopeta apuntándome apenas salí. “¡Quieto ahí!” fueron las palabras que escuché junto al frío helado que recorrió mi cuerpo al instante; por primera vez en mi vida estaba en una situación así: me apuntaban con una escopeta improvisada a menos de 10 centímetros de mi cabeza.
Mi abuela Alba entró en pánico y los nervios la desbordaron. Me sometieron automáticamente, empujándome y llevándome a la cocina de nuestro apartamento con ella. Mi abuelo, quien es sordo desde hace más de 15 años, se encontraba lavando la piscina a escasos metros de donde estábamos todos; uno de ellos fue a buscarlo, quien por poco termina causando una desgracia al no contar con que no le escuchaba sus llamados. En cuestión de 3 minutos ya nos tenían a todos sometidos. Pasaron las horas y el rechinar de las botas que traían, el sonido del movimiento de las escopetas, pistolas y cuchillos aumentaron la tensión en nosotros.
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Crónica
Crónica
“¡Quieto ahí!” fueron las palabras que escuché
Dramatización de una de las escenas.
Foto: Manuel Andres Bueno Laguado.
Las “Escobitas” haciendo su labor Fotografía: Valentina Mogollón
Como todo niño me imaginé escenarios posibles, tanto trágicos como de escape. Dentro de la situación y el momento crítico, por ciertos momentos analicé lo que pasaba a mi alrededor; logré ver a mi abuela consumida por los nervios, mi abuelo inmóvil pensando en qué poder hacer por el tipo de mirada que tenía, y yo simplemente sentado en la mesa del comedor mirando a la nada, con la respiración agitada y la mente pensando en mil opciones al tiempo. Recuerdo claramente después de tanto tiempo la mirada de uno de ellos; un par de ojos azules que sentía que me eran familiares, pero que hasta la fecha nunca supe identificarlos. Transmitían preocupación, pero a su vez, determinación por lo que venían a hacer. Otro, tenía un porte más tranquilo, como si ya tuviera experiencia en ese tipo de cosas; él era el que pasaba frente a mi arrastrando su pistola y luego su cuchillo en la mesa. Había otro con nosotros que solo nos miraba. Él era el encargado de hablarnos y decirnos qué hacer.
Pasaban los minutos y la angustia aumentaba. Las miradas abajo era lo máximo que podíamos hacer, esperando que no sucediera ninguna situación que expusiera al peligro a todos. Para ese momento, mi hermano mayor se encontraba en el hospital con mi madre, que había sufrido una descompensación días atrás y estaba hospitalizada. Por suerte ella no estaba con nosotros. A eso de las 11:00 p.m. sonó el teléfono. Era la llamada que esperábamos desde hacía horas ya. El dueño de la casa solicitó que le abrieran el portón. Mi abuela atendió al teléfono con una tranquilidad que se apoderó de ella, luego de que uno de los sujetos le recomendara no hacer ningún tipo de distracción o señal sino nos harían pagar las consecuencias.
Tal como se suponía, lo venían siguiendo también en carretera. “Pendientes que va llegando el águila”, “águila 1 va entrando”, eran las advertencias por intercomunicadores que se escuchaban, todo parecía un plan trazado para una operación bien organizada; como era de esperarse, mi abuelo procedió con cautela a abrirle por la entrada principal, haciendo caso a las indicaciones de los secuestradores en no hacer nada al respecto. Luego de unos minutos mi abuelo regresó con nosotros. Estuvimos por media hora más sentados en la cocina, observando el nerviosismo con el que estaban algunos de ellos. En una de las tantas indicaciones, se escuchó que nos mandaron a llamar. Procedieron a sacarnos de la habitación, y posteriormente a colocarnos como si fuésemos rehenes en un paredón de fusilamiento; todos pensamos lo peor. Para nuestra suerte, era el dueño de la casa quien había pedido que nos llevaran a donde él para cerciorarse de que estuviésemos bien. Después de ese susto, ya con mi hermano mayor con nosotros, tras haber llegado del hospital, decidieron encerrarnos y amarrarnos para emprender la huida. El apartamento en donde vivíamos no era tan grande; contaba con una habitación para 4 personas, un baño y la cocina. Decidieron llevarnos para la habitación.
El hombre de los ojos claros fue el encargado de amarrarnos a cada uno de nosotros. A mi hermano y a mis abuelos los sujetó con lazos que traían especialmente para eso; conmigo prefirió usar una extensión, no solo para amarrarme de pies y manos, sino también para enlazarla a mi cuello de manera que quedara totalmente inmóvil dejando apenas posibilidad para respirar. Para una mente de 12 años en su momento fue difícil comprender el porqué de la situación, pero supongo que se debió a la posible agilidad que un niño puede tener, y que le hizo pensar que era mejor prevenir cualquier acción a llevarse una sorpresa en el momento.
El tic tac del reloj de la pared consumía cada segundo que pasaba, a la espera de cualquier ruido, señal de alerta sobre lo que sucedía afuera. Cuando logramos desatarnos, todo estaba en un completo silencio. Parecía que no había pasado nada. Grillos y sapos en los jardines se escuchan, junto a la absoluta calma que colmaba aquella escena. El frio había desaparecido también. Era simplemente una noche fresca de abril. Durante horas solo fue una noche negra para todos.
Fueron más de 3 meses en los que el dueño de la casa estuvo en cautiverio; para agosto, cerca de su cumpleaños fue liberado en zona rural del llano venezolano, específicamente por el sector de “El Nula”, zona restringida por grupos armados que colinda con la frontera colombo venezolana en los llanos apureños.
Las investigaciones acontecieron días después de la aparición, durante las semanas de cautiverio fueron pocos los comentarios que se escucharon respecto al secuestro, pero lo que sí recuerdo muy bien fueron las advertencias de no salir del país; fuimos más que víctimas objeto de investigación por parte de las autoridades del CICPC (Cuerpo de Investigaciones Penales y Criminalísticas).
Las críticas y comentarios vinieron después, pero a pesar de todo, la experiencia de estar expuesto ante niveles de estrés como el de esa noche ha marcado un antes y un después para todos los que estuvimos involucrados.
Escenificación del secuestro. Foto: El Sol de Toluca.
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Crónica
¡Justicia para Angelly!
Por: Andrea Rolón, Fadia Berrío, Luz Marina Mantilla
El ocho de octubre alrededor de las 3:30 de la mañana se presentó un accidente de tránsito en el lugar denominado La vuelta de los adioses, en Pamplona. De acuerdo a las primeras pesquisas el conductor del vehículo correspondía a un menor de edad, quien presuntamente pierde el control del automóvil registrándose en el hecho la muerte de una joven madre identificada como Angelly Tatiana Vera Flórez.
Su hermana Wuyndy en entrevista para Prensados, relata que alrededor de este accidente se fueron desencadenado una serie de hechos y acontecimientos, despertando dudas e inquietudes en su familia, y es por ello, que decide tomar las riendas y empieza a indagar sobre lo que ocurrió esa madrugada. Días después publica un video en redes sociales, en el cual evidencia como el automóvil implicado se encontraba en un parqueadero, sin ningún tipo de protección y a la intemperie, siendo elemento material probatorio retenido como parte de la investigación y que debería estar bajo una cadena de custodia, con el fin de analizar los elementos pertinentes para este caso.
Es allí donde la familia se alerta aún más y decide tomar cartas en el asunto. Como primera medida, buscan a los medios de comunicación de Pamplona para difundir el caso y solicitar información a posibles testigos. El 12 de octubre por medio de un ‘en vivo’ que transmitió la página de Facebook de Mitra2 Comunicaciones, Wuyndy hermana de Angelly, decide presentar su inconformismo frente a la investigación en la que falleció su ser querido. Dentro de esta misma transmisión otras páginas decidieron convocar a una marcha que se llevó a cabo tres días después a las 4 de la tarde y una velatón a las 7 de la noche del mismo día exigiendo justicia. Ella cuenta que hasta el día de hoy no han obtenidos respuestas, solo se incrementan cada día más los interrogantes.
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En mi opinión
Angelly Tatiana Vera Flórez. Foto: Cortesía.
En mi opinión
Momentos antes del accidente
Wuyndy relata que la última vez que vio a su hermana, fue a las 2:20 de la madrugada, cuando después de encontrarse compartiendo con unos amigos se acercó al sitio de trabajo de Angelly, dónde ella le manifestó tener mucho frío, que estaba mojada pero no había terminado su turno. Le afirmó que podía irse tranquila para la casa y ella llegaría luego. Después de unas horas, la familia de Angelly se empieza a preocupar al ver en redes sociales como empiezan a circular rumores de que se había accidentado una de las hermanas de Gonzalo, conocido como el árbitro de Pamplona. Esta situación género una confusión ya que no lograban esclarecer cuál de las hermanas era: Wuyndy o Angelly..
En determinado momento su madre se enfermó y fue trasladada a la ciudad de Bogotá; él viaja para cuidarla mientras que sus hermanos trabajaban. Estando en la capital de Colombia, vive lo que otros artistas también pamploneses encontraron en ella y es toda una cuna de artistas con visiones más amplias. En sus tiempos libres también se reunía con dibujantes o artistas que para él era buenos en retratos y caricaturas; a su vez, le permitieron entrar como pintor a una asociación en la cual pudo aprender técnicas nuevas. Ese capítulo de su vida le ofreció otras experiencias para cultivar su propio gusto artístico.
Ella narra que estando en el lugar tuvo que esperar unas horas, pero finalmente los atendió un fiscal encargado (en el momento), dónde realiza algunas preguntas a los alférez que se encontraban presentes como: si identificaron al conductor y al dueño del carro; ante la falta de respuestas concretas el funcionario se molesta y menciona que ya eran las 9 de la mañana y que “imposible que no tuvieran esa información”. Y ellos no sabían nada, manifiesta la hermana.
La Fiscalía entonces emite un documento, pero el cuerpo fue entregado directamente a la funeraria.
Los papás de Angelly continuaban esperaron a las afueras del Hospital para ver en qué momento los dejaban ingresar a reconocer el cuerpo de su hija, lo que nunca sucedió. Wuyndy nos cuenta que ella tenía la esperanza de acceder a través de este oficio al área de Medicina Legal para que le brindaran información, que hasta el cierre de la presente edición no les han compartido.
En medio de varios intentos fallidos para revisar el cuerpo de su hermana, Wuyndy salta la valla del centro hospitalario e ingresa a Medicina Legal insistiendo, hasta que es el empleado de la funeraria y no el personal encargado quien lo permite. Ella cuenta que no la dejaron entrar con el celular. Finalmente, Ingresa sin poder acercarse pero evidenciando que ante la pérdida de cabello no sabían cómo acomodarlo; afirma cómo le causó curiosidad observar hematomas alrededor de la muñeca.
De igual forma, vio una cantidad excesiva de maquillaje aplicado sin el consentimiento de la familia que la molesta, al punto de terminar siendo expulsada de la sala con el argumento de que toda la información aparecería en la autopsia.
En el grupo de trabajo para Prensados decidimos acudir a la funeraria que prestó los servicios para indagar hasta qué punto los familiares de un fallecido podían autorizar o no la aplicación de cosméticos y si existía algún impedimento para ingresar a reconocer un cuerpo, recibiendo como que no había ningún problema. Lo que abre paso a una pregunta ¿Por qué no se llevó a cabo este procedimiento en el caso de Angelly?
Después de tantas inconsistencias Wuyndy se dirige a la cabina de urgencias buscando los resultados de una epicrisis o autopsia, de forma verbal y escrita sin recibir información; una vez más al terminar la presente investigación para la publicación en Prensados, los familiares no contaban con un documento de este tipo que les permitiera entender con más claridad lo sucedido.
Su madre decide llamarlas pero no recibe ninguna respuesta. Wuyndy en ese momento tenía el celular apagado y por eso no logran localizarla, es allí cuando más aumenta la tensión. En un último intento, opta por realizar una videollamada al celular de Angelly que fue contestada por un policía que no se identificó. Ella inmediatamente le pregunta "¿por qué usted tiene el celular de mi hija?” y el solo contestó si era la mamá de la dueña del celular, y en ese momento le informa "su hija acaba de fallecer”. Esto sucedió las 5:30 de la mañana, dos horas después de registrado el accidente.
Desesperados con esta llamada el padre acude al sitio del accidente y a su llegada la ve tendida a una orilla de la carretera; nunca le permiten acercarse a ella. También presencia el momento en el que suben el cuerpo a la unidad móvil de Bomberos, minutos después lo bajan para subirlo a una patrulla de la Policía. Él de inmediato se dirige al Hospital San Juan de Dios de Pamplona, donde no le permiten el ingreso. Su esposa llega al lugar minutos después.
De acuerdo a sus declaraciones al padre del menor implicado en el accidente, sí le permitieron el acceso al Hospital. Transcurrió el tiempo y con la luz del día su familia se encontraba aún en la puerta a la espera de que la entidad de salud le brindara algún tipo de información sobre su hija.
La familia además, asegura que, aunque ninguno de ellos llamó a la funeraria para prestar los servicios exequiales, una de las presentes en la ciudad arribó al lugar, al parecer con mayor información sobre el hecho que ellos mismos y además, de que se evidenciaba el afán que tenían por adelantar el proceso.
Como no les permitieron reconocer el cuerpo de Angelly y ya habían pasado tantas horas, deciden aceptar el servicio de la funeraria. Y es en ese momento cuando Wuyndy se dirige a la seccional de la Fiscalía en Pamplona para solicitar por medio de un documento que elaboró la misma empresa funeraria, la entrega del cuerpo.
Ella quería hablar con el joven implicado en el accidente sin éxito, considerando que éste es menor de edad y cualquier entrevista debe ser autorizada por el papá o acudiente. Sin lograr un encuentro con el conductor del carro, solicita entonces la historia clínica del mismo, quien había sido atendido también en este centro hospitalario para conocer los resultados de la prueba de alcoholemia “la funcionaria me pregunta que para qué necesitaba la información” y ella contestó “porque la gente dice que el muchacho estaba borracho”.
"Esta es la fecha donde ni a mí, ni a mi mamá, ni a mi papá, ni al señor que vio todo que es un testigo y puede esclarecer un poco la situación, tampoco le han tomado la declaración, ni siquiera se han puesto en contacto con él, porque él (el testigo) habla conmigo todos los días y me dice que él está dispuesto a decir, a hablar y a aclarar lo que pueda", menciona la hermana de la víctima.
Otro elemento que despierta inquietudes, es el relacionado con la cadena de custodia del vehículo accidentado donde al parecer, no se surtieron las acciones correspondientes y apegadas a la ley para esos casos. Dentro de lo que se pudo conocer el parqueadero de la Fiscalía estaba saturado, y por tanto, lo trasladaron a otro lugar sin cubrir facilitando la pérdida de material importante para esta investigación.
Nos dirigimos a este ente judicial por medio de un oficio, para que nos respondieran las dudas pero hasta el momento no hemos recibido ninguna respuesta.-Buenos días, primero que nada, amigos, no los quiero incomodar solo vengo a ofrecerle unos dulces que no tienen precio, lo que me quieran dar por ellos, mi hija murió de leucemia en Venezuela dejándome a 3 nietos a los cuales debo sacar adelante y vendiendo estos dulces puedo darles al menos de comer.
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La familia sigue denunciando un mal procedimiento
Entierro de Angelly Tatiana Vera Flórez. Foto: Diego Andres Buitrago.
Dentro de las solicitudes de la familia de Angelly se encuentra el de saber si lo que sucedió con su familiar fue realmente un accidente u otro delito y, en caso, de ser el primero cómo y por qué sucedió. Ellos se preguntan por qué los padres del menor que conducía esa madrugada, jamás se acercaron a aclarar los hechos o al menos a contarle su versión de la historia. Les inquieta además, que Angelly no fue la única persona que se transportó en el vehículo implicado, ya que en vídeos de seguridad a los que tuvieron acceso de forma extra oficial, se evidencian varios individuos subiendo al mismo durante un lapso de tiempo considerable.
Precisamente, uno de estos videos permite ver que la víctima mortal del accidente sale del establecimiento, se reúne con algunas amigas y luego llega el menor de edad a recogerla en su vehículo. Adicionalmente, siendo las 3 y 12 de la madrugada la imagen registra a una tercera persona -no identificada- que también sube al carro con Angelly en la parte de atrás, pero en menos de un minuto vuelve a bajar y el auto se va. Casi 20 minutos después, ella aparece muerta en el puesto de adelante. Otro elemento que se conoce es que, en su celular, se encontraron conversaciones donde el conductor y la mujer llevaban dos días hablando.
Volviendo al momento del accidente, a los familiares les resulta extraño por qué el joven conductor no le brinda primeros auxilios, no busca ayudarla en ese momento (de acuerdo a los testigos). También si el menor de edad vivía por este sector, si él estaba enterado que ese día la vía que une a Pamplona con Cúcuta estaba cerrada, y de saberlo por qué no fue más prudente con la velocidad teniendo en cuenta que las cámaras de seguridad ubicadas en el sector del accidente, dejan ver exceso de velocidad.
Prensados pudo entrevistar a un testigo ocular (del cual reservamos su identidad); un conductor de uno de los autos que estaban estacionados en el lugar esperando la apertura de la vía. "La hora del accidente fue a las 3:31 de la mañana más o menos. El chico responsable del accidente no auxilia a Angelly inmediatamente después de que ocurre el choque, sino que pide un minuto, presuntamente llama al dueño del carro y pide que no llamen a la Policía. La Policía llegó al lugar aproximadamente 5 minutos después. El muchacho les expresó a unos de los uniformados que estuvo presente el día de los hechos, que no tenía pase y el carro no tenía papeles”.
Agregó el testigo “a las 4:20 llegan Bomberos y Policía de Tránsito (los de azul) hacen el croquis. Los primeros proceden a sacar el cuerpo del vehículo, lo cubren con una bolsa plástica blanca que adecuaron a su medida, la envolvieron, la amarraron con la cinta amarilla que advierte peligro y la dejaron tendida en el suelo a un lado de la carretera. Siendo las 5:40 más o menos una grúa se llevó el carro particular involucrado en el siniestro. El padre de la joven llega al lugar y no le permiten acercarse, pero confirma que es su hija porque un Policía le muestra el celular que habían encontrado en la escena, y en su pantalla se reflejaba la foto del nieto. Dieron las 6:30 de la mañana y aun no llegaba criminalística a recoger el cuerpo así que un rato más tarde llega un vehículo de la policía y la transporta”.
Lo que va del caso
Hasta el momento solo se ha llevado a cabo una audiencia con fecha del 25 de octubre “donde le hicieron la citación a mi mamá por teléfono, ni siquiera enviaron un oficio o una radicación para uno tenerlo, que si tenía un abogado se podía presentar con él. Mi mamá asistió a esa audiencia con la esperanza de que al menos dieran un indicio de algo de lo qué pasó, pero nada”, dice Wuyndy.
En un nuevo intento por obtener más información en la Secretaría de Tránsito y Transporte de Pamplona, nos encontramos con que el funcionario que nos atendió en un primer momento, renunció y el actual hasta ahora se encuentra informándose sobre lo sucedido. Aun así, el nuevo secretario facilitó la comunicación, con los agentes de tránsito, los cuales no accedieron a la entrevista argumentando que "todo lo que dijeran podía ser utilizado en su contra".
La familia hace un llamado a las autoridades competentes para que estén alertas, en caso de que el accidente de su familiar se produjera por el consumo de alcohol, para no permitir que personas en estado de embriaguez conduzcan. En el caso particular, la víctima dejó un niño que al hablar de su mamá dice “tú y yo somos para siempre”.
San Isidro en alerta roja
Los habitantes de la vereda San Isidro Alto - sector Alto de Sabaneta, El Porvenir, en el municipio de Ubalá (Cundinamarca) se encuentran en riesgo por una falla geológica que ha ocasionado un fenómeno denominado remoción de masa. La problemática incrementa por la falta de interés del gobierno local, regional y de las empresas que trabajan en este sector e indirectamente suman al problema.
Los hechos se originaron el 12 de abril del año 2021 cuando un deslizamiento ocurrido en la vereda San Isidro Alto y el cual llegó hasta San Isidro Bajo, afectó a múltiples familias campesinas ocasionando pérdidas materiales, terrenos, cultivos y animales. Tras este deslizamiento la Corporación Autónoma del Guavio (Corpoguavio) desarrolló un estudio para esclarecer las circunstancias que generaron los hechos.
En dicho estudio se descubrió lo siguiente: “Se identifican evidencias de la actividad del proceso en masa, como son grietas de tracción, escalonamientos en los suelos y deslizamientos, como el que se encuentra en el talud de altura aproximada de 40 metros, con pendiente mayor a 70°, donde se está presentando la mayor problemática, al realizar la verificación, se encuentra que este está conformado por rocas lodolíticas intercaladas con arcillolitas de color gris oscuro”.
Tras 8 días de los sucesos en esta región el actual alcalde del municipio, Crispín Beltrán, declaró alerta roja por fuerte temporada invernal, luego de que se presentaran más de diez deslizamientos de tierra, lo cual afectó el 60% de vías terciarias, afectaciones en 15 predios y el reconocimiento de las múltiples grietas y fisuras en el terreno de San Isidro Alto.
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Por: Juan García, Victoria Jaimes y Jhon León.
En mi opinión
Los seres queridos exigen el derecho a conocer lo ocurrido
Reportaje
Metiéndole la ficha al planeta
Levantamiento del cuerpo por parte de la Policía de Tránsito Foto: Cortesía.
Marcha exigiendo justicia para Angelly. Foto: William Parada.
Metiéndole la ficha al planeta
El concepto técnico, estipulado por Corpoguavio el 6 de junio de 2022 declaró los predios visitados en la zona con la categoría de amenaza en alto “casi seguro”, esto significa que el fenómeno de remoción en masa puede ser inminente. Los eventos ocurrirían con un periodo de retorno menor a 20 años. Dicho estudio provocó gran temor en los habitantes.
Luego de evidenciar la problemática como mucho más grande de lo que se pensaba, la comunidad empezó a hacer presión a los entes locales y regionales, ya que tras el deslizamiento del 12 de abril se sintieron inconformes ante la falta de pronunciamiento y ayuda insuficientes del gobierno. Esta situación ocasionó temor en los habitantes y posteriormente, trajo consigo más inconvenientes, principalmente por los escombros que bajaron por la quebrada en San Isidro Bajo.
“El deslizamiento fue el 12 de abril, pasó muy cerca de nuestra casa, de la del señor Nolberto Garzón, Víctor Peña y otros vecinos. De la vivienda de Marcela Peña fue donde pasó más cerca, alrededor de 3 metros, causando pánico en esta familia. Después de este suceso no recibimos casi ninguna ayuda, ni del gobierno, ni de las entidades”, manifestó Luis Lamprea, quien habita en la vereda San Isidro Alto y es propietario de una de las viviendas vulnerables.
El gobierno local de Ubalá a cargo del alcalde Crispín Beltrán, junto con la personería municipal expresan que no hay dinero. Su argumento señala al presupuesto de Ubalá, (municipio ubicado en categoría sexta) como escaso para realizar los estudios pertinentes y dar solución a la problemática. Es necesario aclarar que según la Ley 1523 del 2012 orientada a la formulación, ejecución, seguimiento y evaluación de políticas, estrategias, medidas y acciones para el conocimiento y la reducción del riesgo y para el manejo de desastres, con fines de identificar, analizar y responder a factores de riesgo, cuando una comunidad se encuentra en un peligro inminente se deben tomar las medidas necesarias para mitigar una emergencia.
“Si usted sabe que eso es una falla, que eso es una zona de alto riesgo no mitigable, el gobierno local, departamental, nacional, la Unidad de Gestión de Riesgo debe tomar las acciones correspondientes para mitigar. El hecho de que el ente territorial no actué, puede conllevar a instancias judiciales y penales”, expresa Elkin Raúl Gómez, riesgólogo, arquitecto y director del programa de Arquitectura de la Universidad de Pamplona.
Por: Jhonier Anaya.
Por otra parte, la Unidad de Gestión de Riesgo expresa que está presta a brindar los apoyos requeridos siempre y cuando se tenga establecido qué tipo de ayudas se necesitan de esta entidad, qué acciones van a trabajar y cuáles van a presentar el municipio y el departamento, para determinar las alternativas pertinentes. Dejan en claro la urgencia de evacuación de los habitantes del sector. Sin embargo, no se han brindado garantías económicas para reubicar a alrededor de 76 familias que habitan en las respectivas veredas.
De igual forma la Corporación Autónoma del Guavio expresa que ellos cumplen con la función de prevenir e informar sobre los riesgos y problemáticas medioambientales, aunque no cuentan con la capacidad de solucionar de forma eficaz. Le piden a las empresas presentes en municipio (Enel y Paz del Río) el cumplimiento de su responsabilidad social y aporten a la solución.
Los habitantes de San Isidro recalcan el daño ambiental que las empresas Enel (hidroeléctrica) y Acerías Paz del Río (Siderúrgica) ocasionan en el territorio. Dicha afectación es evidente, ya que la presencia de la represa del Guavio transforma el ecosistema de todo el territorio y el constante flujo de volquetas con minerales extraídos por la siderúrgica, contaminan el ambiente y generan presión en la tierra, lo cual eventualmente va empeorando la situación.
Representación de gráfica por remición de masa.
Así mismo, la señora Helena Herrera también residente allí, relata que “Cuando llueve duro se tapa la alcantarilla cerca de la quebrada por escombros generados por las grietas, la vez pasada llovió duro y eran las doce de la noche; con mi esposo nos tocó levantarnos a destapar esa alcantarilla, arriesgando nuestras vidas para que no se fuera la quebrada por el lado de la vivienda de nosotros”.
La comunidad de San Isidro Alto y Bajo se han reunido en varias ocasiones con las autoridades competentes pero no se ha llegado a nada concreto. En dichas asambleas se ha hablado múltiples veces de la problemática, han buscado diversas soluciones, pero no se ha obtenido solución concreta.
En este punto, es necesario destacar el Decreto 2157 de 2017 por medio del cual se adoptan directrices generales para la elaboración del plan de gestión de riesgo de desastres de las entidades públicas y privadas, en el marco del artículo 42 de la Ley 1523 de 2012. Esto significa que dichas entidades sí tienen una responsabilidad social y deben actuar para mitigar los desastres ambientales, ya que su accionar incide directamente en el territorio en el cual actúan.
“Si usted sabe que eso es una falla, que eso es una zona de alto riesgo no mitigable, el gobierno local, departamental, nacional, la Unidad de Gestión de Riesgo debe tomar las acciones correspondientes para mitigar. El hecho de que el ente territorial no actué, puede conllevar a instancias judiciales y penales” .
Deslizamiento de tierra ocurrido en el año 2021, el cual ocasionó pérdidas materiales y provocó el temor en la comunidad.
Foto: Luis Lamprea.
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La falta de interés para solucionar la problemática es evidente
Metiéndole la ficha al planeta
Es necesario aclarar que, aunque una reforestación en la zona es vital, dicha medida solucionaría la problemática pero a largo plazo, ya que los arboles tardarían demasiado tiempo en crecer por lo que esta tampoco es una solución viable y no genera alivio para las familias afectadas actualmente y quienes se perjudicarían en caso de una remoción en masa mayor.
Dicho concepto técnico obedece a la atención inmediata de un evento de origen socio- natural que genera un escenario de riesgo para los habitantes e infraestructura identificada en la zona visitada; razón por la cual las recomendaciones emitidas en dicho concepto técnico buscan brindar una solución temporal a la problemática presentada, así las cosas, las medidas correctivas de prevención planteadas carecen de los estudios técnicos suficientes y se sustentan en la experiencia de los profesionales y procesos exitosos de otros sectores.
Por último, se debe insistir en que para determinar las acciones a ejecutar con el fin de mitigar y corregir la situación presentada, se requieren estudios específicos y no soluciones tipo réplicas.
Cabe aclarar que la Unidad de Gestión de Riesgo y el gobierno local sí han considerado la reubicación, la cual parece ser la única solución evidente, sin embargo, solo se les ha informado a los habitantes que tienen que salir de sus tierras y no, sobre ayudas o formas de apoyo como subsidio económico para que puedan hacerlo de forma segura.
Luis Lamprea, habitante del sector expresa, “tiene que haber una avalancha, unos 50 mil muertos para que ellos entren a presenciar el problema, entonces como todavía no ha habido una avalancha grande, tanto Gestión de Riesgo, como el municipio, el departamento y la nación no se apoderan de la situación y no hacen nada. Entre San Isidro Bajo y Alto hay alrededor de 1000 habitantes, ¿hay que esperar a que se mueran para que hagan algo”?
Afectaciones en sus terrenos.
Foto: Luis Lamprea.
Hasta ahora las soluciones no son concluyentes
Dentro del concepto técnico estipulado por Corpoguavio se brindan diversas soluciones, dentro de las cuales se encuentran: Control de drenaje e infiltración: obras que permitan controlar o disminuir la presión que ejerce el agua dentro del suelo o la roca, facilitando su circulación y evacuación rápida a través del talud, evitando excesos de presiones y erosión interna, dentro de ellos pueden ser cunetas o revestimientos.
Trinchos longitudinales: estructuras en guadua o madera dispuestas en forma de muro, con el fin de ayudar a formar terrazas para así poder estabilizar taludes que han sufrido procesos activos de deslizamientos en donde hay procesos de cárcavas, su finalidad es la estabilización y la disipación de la energía cinética.
Según el riesgólogo, Elkin Gómez “Estas medidas que quieren tomar para mitigar la situación no son lo suficientemente viables ni solucionan eficazmente la problemática ya que son acciones superficiales, un trincho de guaduas o el control de drenaje con cunetas, no son suficientes para sostener y estabilizar un terreno que se encuentra a 70° y que debido a las lluvias constantemente se está deslizando”.
Otra de las posibles soluciones la constituye la reforestación y protección de la cuenca: se estipula la importancia de la reforestación en zonas en las que se tiene amenaza por remoción en masa donde se pueden presentar procesos someros, como en el área estudiada, ya que los árboles y arbustos de raíz profunda aportan resistencia cohesiva a los suelos superficiales y facilitan el drenaje subterráneo.
Sede escolar La Laguna. Fotografía: Cortesía Fundación Humanitos.
Grieta ubicada en San Isidro Alto.
Foto: Luis Lamprea.
Marcel Suarez, abogado contratado por la comunidad de San Isidro como representante y vocero legal expresa, “Ubalá es un municipio muy rico para Colombia, entonces se le debe dar la importancia que merece. Enel, Paz del Río y Corpoguavio son empresas que trabajan acá, que extraen energías y minerales, ellos tienen una responsabilidad social con este municipio y deben contribuir a la solución”.
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Atentos a la salud Sistema de salud en Colombia: las dos caras de una misma moneda
Casos como el de Magnolia o semejantes, se presentan diariamente en una escala desmedida a lo largo de todo el territorio colombiano, aun así, el manejo del término de negligencia médica tiende a manejarse a la ligera, puesto que existe una gran desinformación general acerca de todos los aspectos que intervienen y ahondan en el tema, llegando incluso a confundir una mala praxis con impericia (torpeza).
Cuando se cuestiona sobre el actual sistema de salud colombiano se evocan grandes complejidades, pues generalmente se considera existe una inconciencia frente al manejo de recursos y la verdadera labor médica. La realidad es que actualmente la salud colombiana se basa en terceros, es decir, las instituciones tienen el reto de poder emplear su vocación, dirigidos por lineamientos de los regímenes de atención en salud, como lo son las EPS, las ARL (Administradoras de Riesgos Laborales) y algunas otras entidades intermediarias.
Estos lineamientos obstaculizan la profesión del médico al limitar el diagnóstico, la atención médica y la formulación de medicamentos a los pacientes. Por ello muchos profesionales suelen remitir a quienes atienden a un apoyo de salud externo cuando se requiere salir de los estándares propuestos desde su administración o cuando se es necesario el consumo de tratamientos o medicinas que, no se encuentran dentro de los limitados recursos que ellos pueden ofrecerles.
La realidad que muchos usuarios del sistema de salud enfrentan en Colombia es indecorosa. Las trabas administrativas, generalmente igual de dañinas que innecesarias, impuestas por algunas Empresas Promotoras de Salud (EPS) a sus usuarios, los tiempos de espera demasiado largos para la consecución de una cita que puede ser urgente y los procedimientos mal realizados hace que los usuarios se declaren insatisfechos con la calidad de la atención recibida.
La declaración anterior es un relato personal narrado por Magnolia Hernández, víctima de esta cara de la moneda, quien cuenta que después de una intervención quirúrgica doble, sufrió grandes afectaciones en su estabilidad mental. A mediados del año 2009 Magnolia presentó un fuerte dolor en su área abdominal, los cuales después de un diagnóstico médico, representaría cálculos en la vesícula, este caso requirió intervención quirúrgica de urgencia.
Luego de afirmar que la cirugía había sido un éxito y enviarla de nuevo a su casa junto a sus hijos, ella vuelve a sentir fuertes dolores que la hacen regresar de urgencia a recibir asistencia médica, después de una ecografía se pudo determinar que tres de los cálculos habían quedado atrapados en la vía biliar, los cuales no fueron notados por los médicos en la primera intervención. Adicionalmente, sufrió grandes alteraciones en el sistema nervioso, debido a que la dosis de anestesia adquirida no era la que su cuerpo tendría que haber procesado.
“Esta alteración me hacía sentir muy mal y generaba en mí una emoción muy fuerte, yo sentía mucho miedo, no comía, no dormía, mi apariencia desmejoró mucho, me puse muy delgada, todo el tiempo sentía mucha angustia”.
La situación le desencadenó algunos trastornos psicológicos como la depresión y sensaciones ansiosas que la llevaban a padecer miedo desmedido por algunos aspectos y situaciones de la vida, como al sonido de las ambulancias, a las enfermeras, e incluso algunas propagandas televisivas y sonidos de la vida cotidiana. Cabe resaltar que ningún profesional de la salud ni ninguna institución se hizo responsable de este error médico.
“Todos mis hijos estaban pequeños y entendí que la manera de superar ese mal capítulo en mi vida era teniendo una fuerza de voluntad muy grande. En busca de ayuda recorrí muchas iglesias de distintas religiones: católicas, evangélicas, cristianas, pero en ninguna sentía la paz que yo estaba buscando. Mi única fortaleza la encontré en el rosario, yo me aferré mucho la Virgen María y siento que eso, acompañado de mi fuerza de voluntad fue lo que me permitió salir adelante.”
Para poder reconocer cuándo hemos sido víctimas de un caso de negligencia médica, es importante identificar lo que este término conlleva y erradicar falsas afirmaciones que solo desinforman y satanizan la vocación médica. Por ello hay que entender que esta expresión se define técnicamente como la no realización de un procedimiento médico adecuado que se necesite y se pueda realizar al paciente que se está tratando, es decir, es la omisión de la realización de un proceso o la mala praxis del mismo.
El primer paso a llevar a cabo sería acudir con un experto para que determine con el análisis de la historia clínica si verdaderamente se llevó a cabo una mala práctica o una omisión de procedimientos, con esta información es posible realizar una queja o demanda; también se puede presentar una solicitud para que la institución en donde se reflejó el caso de negligencia médica responda ante él, todo esto acompañado en su totalidad por asistencia legal.
Hay que aclarar que un consentimiento informado es un documento en el que el paciente o su acudiente, autoriza al personal médico la realización de procedimientos requeridos para tratar su enfermedad. Esto no exime a ningún profesional de la salud, de asumir responsabilidad ante casos de negligencia médica, pero para demostrarlo hay que tener
de los peritos adecuados.
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los conceptos
Reportaje
Por: María José García y Ana María Cardona.
Pedro Enrique Linares Gómez, exfuncionariodeladireccióndela SecretaríadeSaluddeSantander,médicoentrevistado.
“Fue tan grande el impacto que tuvo ese error médico en mi vida que yo me sumí en depresión, tuve que visitar al psicólogo y este me remitió al psiquiatra”. .
Médico Juan Londoño. Foto: María García.
¿Qué hacer ante la sospecha de que se ha sido víctima de negligencia médica?
¿Si yo he firmado un consentimiento informado, puedo todavía presentar una demanda por negligencia médica?
Atentos a la salud
Por ello, antes de dar cumplimiento a la planificación previa, el médico debe explicar adecuadamente el procedimiento a realizar con el paciente, las consecuencias que puede tener o las secuelas del mismo.
Ley 23 de 1981, Sobre las Normas en materia de ética médica: En este artículo se presenta la declaración de principios que constituye el fundamento esencial para el desarrollo de las normas sobre Ética Médica, en la que se presenta la medicina como una profesión que tiene como fin cuidar de la salud del hombre y propender por la prevención de las enfermedades, el perfeccionamiento de la especie humana y el mejoramiento de los patrones de vida de la colectividad, sin distingo de nacionalidad, ni de orden económico-social, racial, político y religioso.
Esta norma indica “El respeto por la vida y los fueros de la persona humana constituyen su esencia espiritual. Por consiguiente, el ejercicio de la medicina tiene implicaciones humanísticas que le son inherentes”.
Código Penal Colombiano en sus Artículos 3 al 5 y del 35 al 38: En esta serie de artículos se contextualiza la prioridad de la vida de cualquier ser humano, denegando a cualquiera la autoridad por sobre la autonomía, salud y dignidad de alguien, es decir, se niega a cualquier grupo o individuo emprender actividades o realizar actos encaminados a la destrucción de cualquiera de los derechos o libertades reconocidas en el Pacto, o a su limitación en medida mayor que la prevista en él.
Ley 100 de 1993: Esta Ley busca establecer objetivos claros acerca del alcance del Sistema Integral de Seguridad Social en Colombia definida como un conjunto de instituciones, normas y procedimientos, de los que dispone la persona y la comunidad para gozar de una buena calidad de vida mediante el cumplimiento progresivo de los planes y programas que el Estado y la sociedad desarrollen.
Respecto a esta última Ley, las opiniones de los ciudadanos están divididas: por una parte, quienes aseguran que gracias a ella el país avanzó porque antes solo estaba cubierto un 20% de la población y ahora es casi el 100% y otros, que indican cómo ahora se es portador de un carnet, pero no de una cobertura en salud.
La entidad encargada de asegurar la viabilidad de estos procedimientos es la Secretaría de Salud, la cual es distinta en cada departamento y su principal función es realizar una serie de visitas de inspección de vigilancia y control, llevadas a cabo periódicamente cada trimestre, allí se aplican listas de chequeo para verificar el buen funcionamiento de la prestación de los servicios en el territorio, para poder posiblemente identificar fallas que se presenten y de este modo, corregirlas de manera oportuna.
El sistema de salud colombiano tiene sus defensores y sus detractores, lo paradójico es que, a nivel de diagnóstico y a pesar de sus visiones antagonistas, ambos “bandos” tienen razón. Estas dos caras opuestas de la moneda son ciertas, por un lado, es considerable el gran número de casos negligentes que se presentan a nivel de salud en Colombia, afectando el derecho fundamental de contar con una buena calidad de vida, e incluso llegando a atentar directamente contra ella.
Por otro lado, se encuentra todo el cuerpo de salud, conformado en su mayoría por talento humano capacitado limitado en la prestación de su servicio a nivel de número de pacientes, recetas médicas o priorización de procedimientos que, se ajusten a los que se contemplan el Plan Obligatorio de Salud o las Empresas Prestadoras de Salud.
En mi ciudad
“Pirelli", el rayador de llantas que busca salir de la oscuridad
El 06 de abril del 2012 corría la brisa de una noche solitaria y fresca por tratarse de un Viernes Santo, una fecha que muchos respetan y se mantienen en silencio total. Alejandro Narváez, por el contrario, en medio de un grupo de jóvenes compartían con música a todo volumen y cada uno en su mano derecha tenía un cigarrillo de marihuana. Siendo las 6:30 p.m. Alejandro observa que el trago estaba por acabarse y decide pedir prestada una motocicleta marca GN 125 color roja de uno de sus amigos para buscar más.
Al caminar hacia la motocicleta, los efectos del alcohol hacían de las suyas, Alejandro se iba de lado a lado y todo a su alrededor le daba vueltas. En su mente, solo imaginaba la fiesta que iban a tener una vez llegara con más licor. Al subirse en la motocicleta y emprender el viaje siendo las 07:00 p.m. a toda velocidad, sin casco y sin ningún tipo de medida de protección, el aire le daba directamente en sus ojos haciendo que en algunos momentos los cerrara por completo. Iba a 90 kilómetros por hora, atravesaba una calle con múltiples piedras alrededor y el camino se hacía difícil, un perro sale por el lado izquierdo de la via inesperadamente. En ese momento, perdió el control, escuchaba miles de voces a su alrededor y su mente solo podía captar que la ambulancia venia en camino.
La ambulancia llegó al lugar, el caos era evidente. Sangre, desesperación, gritos y destrucción era el panorama que se observaba en ese momento. Las personas que estaban alrededor manifestaban que “era imposible que después de un impacto de tal magnitud estuviera vivo”. Al dirigirse hacia el hospital, Alejandro movía los ojos y apenas tartamudeaba. Una vez llegaron al centro asistencial, fue intervenido quirúrgicamente.
Por: Lisbeth Yesenia Soto Ramírez
Horas después, al momento de salir de la operación, los médicos le informan a su esposa y a su madre que no había nada que hacer. “El joven tenía un traumatismo craneoencefálico de tercer grado y lo más probable era que quedara vegetal”, dijo uno de los doctores que lo atendió.
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¿Qué leyes amparan al ciudadano en casos de negligencia médica?
¿Actualmente qué se hace para velar por el cumplimiento de estándares de calidad de los procedimientos médicos?
Alejandro Narváez, alias “Pirelli” Foto: Lisbeth Yesenia Soto. Alejandro Narváez, alias “Pirelli” Foto: Lisbeth Yesenia Soto.
Unidad de salud mental a cargo del médico
Crónica
Juan Londoño.
Su familia lloraba desconsoladamente y de rodillas en la capilla del hospital le pedían a Dios por la pronta recuperación de Alejandro. El 15 de abril del 2022, mientras esperaban razón del joven, se percibía en la ciudad una brisa inusual. De repente, el doctor de turno quien vestía un uniforme azul con una bata blanca, les informa que Alejandro acaba de despertar, su recuperación fue satisfactoria e increíble; nadie creía que eso podría pasar.
El día 20 de abril, mientras el calor en la ciudad de Cúcuta era sofocante, el desespero y la ansiedad de consumir alucinógenos de Alejandro, hacían que quisiera salir corriendo del lugar. “Caminaba por toda la habitación, mi cuerpo sudaba descontroladamente y las manos me temblaban”, contó. Narváez, en ese momento, decidió firmar la salida voluntaria y se marchó del lugar sin consentimiento alguno de su esposa y su madre, quienes lo acompañaron día y noche en la clínica.
Alejandro corrió rápidamente hacia el terminal y observó a un habitante de calle, en ese momento sus ojos brillaron y se tomó el atrevimiento de pedirle un poco de droga. El joven, del cual se desconoce su nombre, le dice en medio de carcajadas en su rostro “si quiere que le dé, tiene que ayudar a rayar el neumático”. Alejandro, sin tener conocimiento alguno y con signos de desesperación acepta. De inmediato el habitante de calle le explica como lo debe hacer y le entrega un cigarrillo de marihuana dentro de una hoja de nucita.
Alejandro tomó el cigarrillo y lo introdujo en su boca, inhalaba y exhalaba con tanta fuerza como si no hubiera un mañana. Después de terminar su dosis y tomar el control de sus manos, cuerpo y mente, le preguntó al habitante de calle si le podía enseñar a rayar los neumáticos para comenzar a trabajar con eso.
Al salir del lugar, Alejandro volvió a recaer, el poder de su adicción le ganó, los recuerdos y todo lo que veía alrededor lo hicieron entrar en desespero y buscó nuevamente el camino de la alucinación. “Para ese entonces, probe él bazuco y desde allí ha sido imposible encontrar salida, hoy me encuentro sumergido en él”, confiesa Alejandro.
Durante los últimos años su vida ha sido un constante sube y baja, se ha ganado el reconocimiento por 'rayar neumáticos'. Alejandro cuenta que, obtuvo el sobre nombre de “Pirelli” porque siempre recomienda llantas de esa marca y los busca por cielo, mar y tierra con el fin de venderlos y entregar un buen caucho a sus clientes.
Hoy en día su trabajo es el mismo que aprendió 10 años atrás, cuando en medio de las drogas encontró la forma de subsistir. Diariamente se ralla 10 llantas, cobrando un promedio de 5.000 pesos, dependiendo de la dificultad y la cantidad de figuras que lleven. Sus implementos para trabajar son: un hombre solo, una moneda de 1.000, dos tuercas delgadas, un pedazo de cartón y una hojilla. Todo esto, lo arma dentro de la boca del hombre solo y empieza a realizar el proceso de rallado de los neumáticos.
Entrevista a Narváez, “Pirelli”
Foto: Soto.
Pasó 15 días observando y practicando, Narváez empezó a trabajar con cauchos de segunda. Se levantaba todos los días a las 4:00 a.m. y en medio del frío que hace en la madrugada, salía en busca de los neumáticos que desechan en la calle. “Los observaba y seleccionaba muy bien, siempre buscando que estuvieran un poco duros, de modo que resistieran a la rallada”, cuenta Alejandro. “Este, era un trabajo desgastador, pero en ese tiempo me iba muy bien. Rallaba muchos cauchos, pero todo el pago que recibía era para comprar la droga durante todo el día”.
Cuatro años después, el 22 de diciembre del 2016, su esposa caminaba por el centro de la ciudad con una de sus hijas. Observan a un hombre acostado encima de un cartón, de inmediato, la hija mayor de Alejandro lo reconoció y con lágrimas en los ojos le dice a su mamá “ese es mi padre”. Esa fue una situación triste, la esposa de Narváez jamás se imaginó encontrar al papá de sus hijas en el suelo y mucho menos que su hija tendría que presenciarlo.
Según relata Alejandro, de inmediato su hija y su esposa lo llevaron a casa. Al llegar allí, perdió el efecto de la sustancia que había consumido y con asombro escucha el apoyo de su familia para que comience la rehabilitación. Fue un momento incómodo, Alejandro no sabía qué decir, en medio de su voz tartamudeando y sin tener la certeza de querer ir, les dice que acepta la ayuda. Posteriormente, después de estar un año en el centro de rehabilitación y participar en el tercer capítulo de la película Frontera City, su salida del centro fue todo un éxito. Un año limpio, alejado de los estupefacientes.
Son muchas las personas que lo buscan y le piden que les arregle sus neumáticos. Es el caso de Samir Soto, dueño de un montallantas ubicado en Los Patios. Quien con una sonrisa en su rostro y las manos llenas de grasa cuenta como ha sido trabajar con ‘Pirelli’. “Es un hombre muy trabajador, yo lo conozco desde hace 5 años y siempre lo llamo para que me ralle las llantas, a veces me toca ir hasta su casa a buscarlo, otras veces llega hasta el negocio el solo. Lo que el realiza es muy bueno, lo aprecio y lo estimo porque nunca ha llegado a robarme, no tengo malas referencias de él. Siempre le he tendido mi mano como amigo y en muchas ocasiones comparto mi hora de almuerzo con él. No lo desprecio, por el contrario, lo trato como una persona normal”.
Para llegar a ser reconocido Alejandro o ‘Pirelli’, como bien lo conocen muchos, ha tenido que pasar horas dedicándose a cada uno de los cauchos. “Cuando las llantas tienen muchas figuras puedo durar hasta dos horas rallándola, debo ser muy cuidadoso para no dañarlas y siempre busco que el labrado quede lo más original posible, a veces llego desde la mañana y termino tarde de la noche, siempre me propongo terminar todo”, cuenta Pirelli.
Por otro lado, muchos taxistas llegan hasta el negocio donde trabaja Pirelli y preguntan por las llantas. Es este, el caso de Luis Contreras, conductor de vehículo taxi, quien lleva años comprando los neumáticos de segunda. “Siempre acudo a buscar las chivas donde las ralla Pirelli porque son de muy buena calidad, además, me dan garantía y sale mucho más económico que ir a comprarlas nuevas. Ahorita todo está muy costoso, por eso prefiero comprárselas a ellos, quienes me la venden en 60.000 pesos y me dura entre 4 a 6 meses”
Sus manos son el reflejo de lo peligroso que puede ser la manipulación de una hojilla, en ellas se observan cicatrices que le han quedado después de que, en múltiples ocasiones, al perder el control del hombre solo, termina cortándose y es allí cuando valora el “arte” que aprendió. Así es, Pirelli llama a este oficio como un arte que aprendió en medio de la calle, “Una selva de cemento que no tiene escapatoria y el más valiente es el que sobrevive” puntualiza.
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Entrevista a Alejandro Narváez, alias “Pirelli”
Foto: Lisbeth Yesenia Soto.
Entrevista a Alejandro Narváez, alias “Pirelli” Fotografía:Lisbeth Yesenia Soto.
En mi ciudad
En mi ciudad
Un día bajo fuego, morbo y solidaridad
Por: Jesús Manuel Porras
Primero de noviembre del año 2022. Era una mañana común en la ciudad de Cúcuta, Norte de Santander, se veían nubes blancas que contrastaban con el azul del cielo y el sol característico de la Perla del Norte. Yenny Samantha Vargas Álvarez, mujer de cálida sonrisa y temple inquebrantable, salía de su casa con el fin de hablar sobre una propuesta ambiental que beneficiaría a la comunidad de la Urbanización Prados del Este. El objetivo es desarrollar una cultura de reciclaje para generar recursos y realizar mejoras en el sector.
Pasadas las diez de la mañana, Samantha vestía unos shorts y una franela que se intuía podía ser de una pijama. Estaba terminando de hablar con la vecina, a escasos metros de su casa, de repente, la cotidianidad de la urbanización se ve interrumpida por un estruendo que alertó a Samantha y a los vecinos. Confundida por lo inesperado de la situación, mira hacia ambos lados de la calle y no logra ver nada. De repente, al levantar la mirada nota que el azul del cielo estaba siendo devorado por una nube negra.
Inmediatamente, corre hacia su casa a buscar las llaves de su confiable motocicleta roja, y se dirige a la fuente del humo. Recorre algunas calles, gracias a su habilidad logra filtrarse entre los carros que bloqueaban el paso. Al llegar se percata de la situación, se trataba de un incendio a gran escala, una bodega de plásticos se encontraba consumida por las llamas.
Diez de noviembre, siete treinta de la noche. Días después de todo lo sucedido, Samantha realiza un recorrido por el lugar de los hechos. Para entrar, hay que pasar frente al conjunto Callejas, a unos cuantos pasos se llega a un callejón amplio el cual desemboca en la bodega. El suelo es de tierra, solo están pavimentadas las aceras que rodean el conjunto y lo separan de la bodega tiznada por las llamas y el conjunto vecino. Cuenta que una de las cosas que más le sorprendió, fue la actitud de algunas personas que presenciaban y documentaban el suceso.
“Cómo es posible que, estando la llamarada frente a ellos, solo se dediquen a grabar”, indignada, relata que lo primero que vio al llegar fue una masa de personas que, atraídos por el morbo, se dedicaban a grabar mientras el incendio se fortalecía. El espacio entre la bodega en llamas y el muro del conjunto era de aproximadamente diez metros, pero se contaba con la ventaja que, además de este espacio, las casas del conjunto no se encontraban pegadas a la pared, sino que las separaba una calle y un pequeño jardín, por lo que las viviendas estaban a salvo mientras el fuego no se extendiera más.
Bodega en pleno incendio. Foto: Cortesía.
El vigilante del conjunto Callejas tuvo que tomar decisiones rápidas. El señor García, cuenta que la Policía llegó dando la orden de evacuación inmediata y de la misma forma, “debían dejar abierto el portón de par en par”. Al ver la situación, decide actuar. Resuelve en negar la orden de dejar abierto el portón, le hace saber al comando de la Policía que hay mucha gente ajena al conjunto, había rumores de que un grupo de hombres tenían la intención de hacer un saqueo. Afortunadamente, la Policía comprendió la situación.
El humo golpeaba los pulmones y el calor desesperaba incluso a los propios bomberos. El trabajo de los bomberos voluntarios no solo se complicó por las condiciones extremas del ambiente, la imprudencia de muchos de los presentes hizo que se generaran demoras que se podrían haber evitado. Habitantes del sector se acercaban prácticamente hasta la base del fuego, sin darse cuenta el daño que se provocan a ellos mismos y los inconvenientes causados a los organismos de socorro.
Mientras Samantha recorre el terreno cicatrizado por las llamas, reflexiona sobre la forma en que se comportan las comunidades. Ella contaba su experiencia como voluntaria con los habitantes del asentamiento Nueva Alianza del barrio Cuberos Niño, lugar considerado de alta complejidad. Samantha reflexiona que “a veces es mejor trabajar con comunidades de bajos recursos porque son más unidas que personas que tienen mayores comodidades, hecho que se evidencia en esta situación”. Al ella preguntar qué podía hacer, le respondieron que ayudara con las personas que estaban obstaculizando la vía.
Exbombero ayudando Fotografía: Cortesía
De vuelta al día de los hechos, Samantha se apresura para brindar su ayuda a quienes lo necesitaran. Era impactante el tamaño de la nube de humo y cenizas, sin embargo, muchas personas parecían no darle importancia a esto, algunos de ellos seguían realizando sus actividades cotidianas como ir al supermercado, pasear al perro, incluso personas discutían porque no les dejaban entrar sus vehículos al conjunto.
La situación fue caótica, las mismas personas parecían desconocer la magnitud del problema al que se estaban enfrentando. Mientras se hacía el esfuerzo conjunto entre bomberos, policía y algunos voluntarios, se veían actitudes que no concordaban con la solidaridad que deberían tener entre ellos mismos. Se cuenta que hubo un automóvil Chevrolet de modelo sedan que atravesaron en la vía que circulaba el camión de bomberos.
Pero los inconvenientes no terminaron ahí, los bomberos tuvieron problemas al momento de hacer uso de los hidrantes. Uno de ellos se encontraba lejos del lugar, por lo que tenían que descargar el agua y volver a recargar; en ese intervalo de tiempo las llamas volvían con mayor fuerza, por lo que había un ambiente de frustración entre ellos.
Reportaje
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Y las personas obstaculizando las vías hacían que los viajes se tardaran más.
Samantha se encuentra frente al conjunto y recuerda una situación que la dejó impactada: “
Uno de los bomberos corrió hacia el hidrante ubicado a un lado de las rejas blancas de Callejas. La gente se encontraba expectante ante cada movimiento realizado, pero eran indiferentes. Junto al hidrante se encontraba una tapa de cemento que protegía el paso del agua, para posteriormente abrir el hidrante con una llave que tienen”.
Surgen dos problemas, al retirar la tapa se da cuenta de que no tiene mantenimiento, hay una masa de lodo y escombros que imposibilita abrir el paso del agua, por los guantes no podía meter la mano y era casi imposible quitárselos en ese momento. Bajo la presión del momento alza su voz en busca de ayuda, la masa de personas que lo rodean de pronto parece inexistente. Los mismos residentes del lugar solo se quedaban mirando, como si grabar fuese suficiente para aplacar las llamas.
Un momento después, aparece una persona externa al conjunto, se trataba de un exbombero, quien había acudido al llamado para ayudar en lo que se necesitara. En un movimiento se inclina en el lugar donde estaba el bombero, con un gesto le hace entender que él se iba a encargar de eso, así que deja la situación en sus manos. Samantha, dentro de su afán por ayudar, se pone a disposición del hombre anónimo, le dice que tiene manos delgadas si hacía falta ayuda, no había terminado la frase, cuando este hombre empieza a sacar el barro y los escombros. Cinco minutos fueron necesarios para dar paso al agua.
Posterior a esto, el bombero encargado se dispone a conectar la manguera y se propone a usar la llave para que el agua fluya por la manguera. El problema surge cuando la llave usada choca con el muro. El bombero de una manera incómoda lucha por hacer que el agua fluya, pero el recorrido que hacía la llave era muy poco. Para lograr que el paso tuviera la suficiente presión pasaron otros cinco minutos. Diez minutos en los que las llamas ganaban terreno.
El relato de esos momentos tensos era contrastado por las risas y la algarabía de los niños del conjunto. Es difícil ponerse en la situación de aquellas personas que viven una tragedia. Pensar que tan solo unos días antes, esos mismos niños que estaban riendo y jugando se encontraban en un peligro mortal, hace que se le erice la piel a cualquier persona.
Aproximadamente dos horas habían pasado desde la llegada de los bomberos. Tanto el humo como el interés de las personas se iba disipando. Samantha junto al exbombero anónimo, se sienta en la acera del conjunto, en silencio. Llegan los medios de comunicación.
Finalmente, floreció el momento que Samantha y los residentes del conjunto esperaban. La patrulla de la Policía se acerca a la población, y mediante un megáfono suenan las buenas noticias “¡muchas gracias a todos, ya pudimos controlar el incendio! No afectó al conjunto”.
Se sintió en el ambiente un aire de orgullo y satisfacción. Con su labor terminada, Samantha se retira en motocicleta a su casa, los bomberos regresan a sus cuarteles a esperar un próximo llamado de auxilio, mientras que los vecinos del sector continúan sus vidas, aferrados a sus celulares, dispuestos a grabar cualquier situación que se registre en las calles.
Posterior a esto, el bombero encargado se dispone a conectar la manguera y se propone a usar la llave para que el agua fluya por la manguera. El problema surge cuando la llave usada choca con el muro. El bombero de una manera incómoda lucha por hacer que el agua fluya, pero el recorrido que hacía la llave era muy poco. Para lograr que el paso tuviera la suficiente presión pasaron otros cinco minutos. Diez minutos en los que las llamas ganaban terreno.
El relato de esos momentos tensos era contrastado por las risas y la algarabía de los niños del conjunto. Es difícil ponerse en la situación de aquellas personas que viven una tragedia. Pensar que tan solo unos días antes, esos mismos niños que estaban riendo y jugando se encontraban en un peligro mortal, hace que se le erice la piel a cualquier persona.
Aproximadamente dos horas habían pasado desde la llegada de los bomberos. Tanto el humo como el interés de las personas se iba disipando. Samantha junto al exbombero anónimo, se sienta en la acera del conjunto, en silencio. Llegan los medios de comunicación.
Finalmente, floreció el momento que Samantha y los residentes del conjunto esperaban. La patrulla de la Policía se acerca a la población, y mediante un megáfono suenan las buenas noticias “¡muchas gracias a todos, ya pudimos controlar el incendio! No afectó al conjunto”.
Se sintió en el ambiente un aire de orgullo y satisfacción. Con su labor terminada, Samantha se retira en motocicleta a su casa, los bomberos regresan a sus cuarteles a esperar un próximo llamado de auxilio, mientras que los vecinos del sector continúan sus vidas, aferrados a sus celulares, dispuestos a grabar cualquier situación que se registre en las calles.
Metiéndole la ficha al planeta
Recorriendo el pesado comercio del mercado cucuteño, Cenabastos, una madrugada del 2016, siendo las 5:00 de la madrugada, Uriel, quién suele dirigirse a este sector con frecuencia los fines de semana, para abastecer el mercado de su hogar, se encuentra con un altercado fuera de lo normal, que cambió su vida por completo.
La escena de un perro atropellado, el cual se encontraba en estado de desnutrición y ni pasaba el año de vida, lo conmueve de inmediato, tras ver que el animal solo puede expresar una mirada de profunda tristeza y dolor. La decisión fue tomada, Uriel lleva al cachorro que encontró en graves condiciones y lo dirige a su hogar, ubicado por la vía principal del Anillo Vial en la ciudad de Cúcuta.
Desesperado, sin recursos económicos ni materiales, no sabe cómo solventar los gastos del animal, la impaciencia de Uriel es notoria, su esposa Martha, al ver el cuadro, procede a llamar a una amiga muy cercana, con la cual lleva años de amistad y no dudaría un segundo en brindarle la ayuda a la pareja.
Seguido a esto, el apoyo económico brindado por la amiga de Martha dio fruto para la mejora del animal, se pudo realizar el proceso de recuperación y, con el pasar del tiempo, la pareja decidió darle una
Por: Angely Suarez Hernandez
oportunidad y una vida llena de amor a “Juanita”, la cual perdió su pata izquierda, pero no perdió la oportunidad de sentir amor y calor en su corazón.
Es así como nace el nombre de esta fundación, en honor a Juanita, que a raíz de lo negativo, abrió puerta a más corazones de cuatro patas, todo con mucho esfuerzo, recaudos y sacrificios que se presentaron en el transcurso de 4 años, teniendo como mano derecha el apoyo de las personas que les brindaban alimentos, participaban en rifas que con entusiasmo realizaban y donaban de corazón hasta el año 2020. Sin duda, el año más trágico en las últimas décadas.
Así como este afectó a miles de personas, familias y empresas, de igual manera, pasó con los animales, y de este lado, a la pareja de la tercera edad, que contaba con el subsidio de terceros para mantener en pie la fundación. Martha le expresó a Uriel lo complicado que era sobrellevar esta responsabilidad, ya que no solo había que alimentar dos estómagos, eran más de 15. Pero Uriel no perdía la esperanza, los animales ya hacían parte de su vida, la tristeza y ansiedad también generadas por la pandemia entristecían con el pasar de los días a doña Martha, y siempre tuvo la sonrisa de su esposo, quien a pesar de las adversidades, podía llegar a ver colores en los días grises.
Crónica
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En mi ciudad
Entre huellas y ladridos: oportunidades llenas de amor
Metiéndole la ficha al planeta
Martha, por otro lado, se dirige aproximadamente a las 12:30 del mediodía a montar su olla más grande, para preparar una suculenta sopa de menudencias y así poder llenar el estómago de los peluditos. En el transcurso de ese tiempo, revisa las orejas, el pelaje, el estado de los animales en general para corroborar sus condiciones. Al otro lado del albergue se encuentran dos caninos, con problemas de movilidad ya que sus patas no responden plenamente, estos son los consentidos, por su condición especial, son los que se llevan la mejor atención, protagonismo y el plato más grande de comida.
Martha, entre su afán y carisma expresa, “Ellos suelen tener unas medias especiales, y una limpieza minuciosa que toca realizarles como rutina diaria, ya que son muy propensos a infecciones”.
Mágicamente, viendo lo positivo de la virtualidad, al momento de publicar que se necesitaba concentrado para las mascotas, se encontraron con una joven carismática, con el mismo corazón de ellos, lleno de amor y ganas de dar su aporte. “El movimiento de las redes sociales y el contacto que se ejerció con ella desde el 2020 es hasta el día de hoy un lazo de amistad inseparable con Natalia”, según Uriel.
Natalia, se encarga desde ese tiempo de compartir mediante Instagram y Facebook las historias de vida de cada animalito y las rifas que se realizan para la ayuda médico veterinaria y para recoger concentrado. Ha sido la mano derecha de Martha y Uriel, porque sin buscar nada a cambio, lo encontró todo en ladridos y unos amigos de cálidas vibraciones.
Actualmente, en las templadas mañanas de la ciudad cucuteña, donde el sol se asoma lentamente y los pájaros hacen su cantar diario, los 50 animales que conforman el refugio “La casa de Juanita” dan una bienvenida bulliciosa, acompañada de muchas colas moviéndose desde muy temprano. Buscan con felicidad a doña Martha, la mayoría de ellos toman el sol, otros juegan y uno que otro es un tanto perezoso y prefieren optar por alargar sus horas de sueño.
El día a día que transcurre en el refugio, inicia desde aproximadamente las 6:00 a.m. de la mañana, junto a doña Martha y don Uriel, quienes disponen como rutina, tomar una caliente taza de café recargada de azúcar para proveerse energía antes de comenzar su jornada. Ella se ocupa tomando su baño y haciendo sus deberes caseros, tales como preparar unos deliciosos huevos con jamón y queso, acompañados de pan y café, el desayuno preferido de su esposo.
Por otro lado, Uriel suele ser el primero en visitar a los 50 peluditos que comparten el mismo hogar con ellos, ubicado en el patio de su hogar, el cual se amplió poco a poco y hasta el día de hoy puede acobijar a los perros y gatos que se encuentran aquí.
Martha y Uriel son personas de tercera edad, comparten un mismo sentimiento, el cual es: ser amantes empedernidos de los animales. Con amor y sonrisas comienzan las largas horas de cuidado y atención a estos animalitos. Luego de 45 años de unión, lo que mantiene intacta esta relación es el empeño que tienen mutuamente de querer brindar nuevas oportunidades.
Hacia las 11:00 a.m. de la mañana la rutina es la misma, Martha observa con felicidad a sus compañeros de 4 patas andando por el patio, Uriel, con los ojos chiquitos debido al fuerte sol, procede a servir en diferentes compartimientos el concentrado. Luego de terminar esta labor, procede a tomar una ducha, ya que queda lleno de pelos y esto es un arma de doble filo para don Uriel, porque debido a su edad, tiende a sufrir de problemas respiratorios.
Luego de realizar todo este proceso, la pareja se dispone a servir la sopa alrededor de las 5:00 a.m. los caninos ya tienen estudiado este horario de comida, por lo cual antes de esa hora estimada van llenando de ladridos y pelos a don Uriel. Es así como culmina una jordana en el refugio.
Los fines de semana suelen ser especiales; Natalia hace una calurosa visita junto con su pareja, ellos juegan, comparten y llevan alimento especial para ellos.
Martha cuenta: “Conocer a Natalia fue como conocer un ángel, que luego de las desgracias estuvo apoyando y dándonos moral para no abandonar a los hijos peludos”. De la misma manera Uriel expresa con una sonrisa de oreja a oreja: “Si no fuera por Juanita, no sabría que tenía una misión en esta vida, la de salvar y amar con lealtad”.
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“Existen muchas personas trabajando por otras causas, por los niños, por los jóvenes, los adultos mayores, y hacía falta alguien que trabajara por los animales (...)”
Uriel y Natalia Foto: Angely Suarez Perrita de la familia. Foto: Angely Suarez