RESIGNIFICAR LA POLÍTICA

En los últimos 15 años la democracia y los procesos de toma de decisiones alrededor del mundo, atraviesan una severa crisis de legitimidad, la cual se relaciona con la degradación y pérdida de la confianza en la política, incluso en la utilidad que esta misma representa para la vida en sociedad.

Lo cierto es que, la política parece que ha dejado de ser el espacio de lo posible, tal y como lo señalara el canciller alemán Otto von Bismarck hacia finales del siglo XIX e inicios del siglo XX. Pero esa degradación es acompañada por el cuestionamiento latente sobre el papel del Estado respecto a cuánto, dónde, cómo y para qué el Estado, junto con ello, la embestida hacia las instituciones públicas dada su longevidad, falta de agilidad para responder a las múltiples demandas y necesidades de sociedades cada vez más complejas, dinámicas e hiperconectadas.

En el caso mexicano, a ello se suma el descrédito de los partidos políticos, la tergiversación por parte de los medios de comunicación y de personas opiniócratas. Entiéndase por personas opiniócratas toda aquella persona con voz para opinar sin necesidad de ser experta en la materia y peor aún, toda aquella persona con recursos (propios o facilitados por alguien más) para opinar y en consecuencia orientar la percepción de la sociedad. Además, hay un discurso sobre el encarecimiento de la política, lo oneroso que es organizar elecciones, cuando en realidad, si bien es perfectible las leyes, instituciones y procesos para la realización de elecciones, resulta más barato este mecanismo para la conservación o alternancia del poder que la vía armada.

Cabe recordar que la política ha sido el espacio diseñado para la contienda por el poder, la anulación o cancelación de la política implica regresar a la violencia desmida y sin control de actrices o actores que busca el ejercicio del poder. Si bien la democracia es perfectible como mecanismo para la representatividad y elección de las personas candidatas a ocupar puestos de elección, es por mucho el mejor sistema para que la diversidad de ideas se expresen; porque además, democracia no es sólo consenso, también implica disenso, conflicto y antagonismo en la contienda políticoelectoral, durante las campañas y en el ejercicio legislativo.

Por ello, hoy es necesario resignificar a la política como el espacio de lo posible, el espacio para la presentación de los disensos y los consensos que permitan mejorar las condiciones de vida de las amplias mayorías y el acceso al poder, su conservación o alternancia del mismo; para ello se requiere de la creatividad y el mejoramiento de las habilidades de las personas candidatas para generar una profesionalización de la vida política y también implica:

Dignificar la Política. Recuperar la dignidad como parte del ejercicio del poder, desde el reconocimiento de las personas adversarias o antagónicas, conlleva el respeto a las opiniones encontradas y permite enfocar los argumentos a la presentación de ideas y proyectos de gobierno.

Recuperar y fortalecer la vocación de servicio. Es muy evidente la grave crisis de vocación de servicio que atraviesa México, particularmente en la política y en la administración pública. Por ello se debe recuperar la esencia de lo que significa la política como espacio para el ejercicio del poder en favor de la vida en colectividad, se lucha por ocupar el cargo público para servir a las demás personas, pero si se antepone los intereses personales o de grupo, se condena a la política al fracaso y a la mezquindad.

El disenso y el conflicto es parte de la vida democrática. Sin duda alguna en una democracia vibrante de diversas posturas políticas implica la presencia de disensos y conflictos, no todo es acuerdo y armonía, porque para ello está la política como el gran espacio e instrumento de negociación que permita la gestión, que no la eliminación, de aquellos disensos más apremiantes para la vida colectiva.

La Política es la negociación permanente.

Sin duda alguna la política como espacio de ejercicio del poder, entendido este como la capacidad de incidir en el comportamiento de otras personas, conlleva la negociación como una herramienta central y complementaria a la persuasión; ahí donde las habilidades de la oratoria y la retórica no convencen, la negociación permite continuar esa labor para el ejercicio del poder.

La importancia de la visión de largo plazo. Si bien la mirada puede centrarse en el siguiente proceso electoral (2023 o 2024) se requiere una visión de largo plazo, porque pensar, diseñar y decidir en función del largo plazo, ineludiblemente, orientada todas y cada una de las acciones del corto y mediano plazos, con lo cual las contradicciones van a disminuir. Además, la visión del largo plazo invita al desarrollo de herramientas y capacidades anticipatorias ante la incertidumbre.

La incertidumbre y el caos seguirán en aumento, aprende prospectiva. Por último, y no menos importante es considerar que vivimos en una sociedad mexicana llena de incertidumbres, las certezas del pasado dadas por un régimen autoritario y cerrado han quedado atrás. Con nuevas actrices y actores nacionales y transnacionales el ejercicio de la política se torna más complejo. Sin embargo el ejercicio de la política tiene a la prospectiva como una herramienta que gestiona la incertidumbre y construye el largo plazo.

De tal suerte que, la política puede transitar hacia una cronopolítica, una gestora de los tiempos y ritmos heterogéneos en los cuales se desenvuelve la sociedad mexicana, vamos a distintas velocidades por lo que, atender los diversos asuntos públicos requiere de esa visión de largo plazo y del reconocimiento de las diferencias de tiempos y ritmos de cada ámbito de la vida colectiva. Estos son algunos tópicos para considerar de cara a las elecciones presidenciales de 2024, mientras tanto la elección de estado que se perfila en el Estado de México, es un gran escenario y laboratorio para cada uno de los partidos políticos para pensar y hacer política de manera distinta.

Dr. en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM. Profesor Universitario en la UNAM y en la UNADM; líenas de invetigación: políticas públicas, prospectiva y construcción de escenarios, geopolítica y políticas urbanas @oiramracha @miomarionny