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Bukele va tras los pasos de Hernández Martínez
El mandatario de El Salvador competirá por la Presidencia gracias a triquiñuelas legales con las que ha evadido las prohibiciones constitucionales
PORTAVOZ / AGENCIAS
Nayib Bukele se inscribió a las elecciones internas de su partido el 26 de junio pasado como precandidato a la Presidencia del país. Para hacerlo llenó un formulario sencillo en el que certificaba que había entregado ocho documentos, desde una solvencia policial hasta una fotografía y una declaración jurada de que no está inhabilitado por el artículo 152 de la Constitución para buscar la Presidencia. La declaración jurada no es pública, pero lo cierto es que, de acuerdo con ese artículo constitucional, Bukele sí está inhabilitado.
El 152 de la Constitución salvadoreña dice que no puede ser candidato a la Presidencia del país el que haya desempeñado ese cargo “por más de seis meses, consecutivos o no, durante el periodo inmediato anterior, o dentro de los últimos seis meses anteriores al inicio del periodo presidencial”. Esa es, según varios analistas consultados por Infobae, la más importante de las restricciones a la reelección presidencial establecidas en la ley primaria salvadoreña.
El líder nacional compitió como precandidato único a la dirigencia del país, obtuvo 44,398 votos que representan el 9 por ciento de todos los afiliados a Nuevas Ideas
Nayib Bukele ha ejercido la Presidencia del país desde junio de 2019, por 49 meses consecutivos durante el periodo inmediato anterior al que se está postulando, otra vez, como candidato, que es el que empezará en junio de 2024 y terminará en 2029.
En septiembre de 2021, la Sala de Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, que entonces Bukele ya controlaba, hizo una interpretación del 152 y concluyó que el presidente sí podía presentarse a la reelección porque el hecho de que él compita “implica únicamente que el pueblo tendrá entre su gama de opciones a la persona que en este momento ejerce la presidencia”. Las restricciones constitucionales no se refieren “a prohibiciones para ser presidente (de nuevo)”.
Eso, según constitucionalistas salvadoreños consultados, es un absurdo. Rodolfo González, quien fue magistrado constitucional entre 2009 y 2018, entiende que los jueces constitucionales nombrados por Bukele han interpretado la ley primaria a la medida del presidente en un intento por pasar de largo el artículo 152 y otros que prohíben la reelección y garantizan la alternancia.
“La resolución… en esencia dice eso, que todas las prohibiciones no son válidas, que no es válido que el presidente no pueda ejercer un día más de lo dispuesto en la Constitución, que la Asamblea Legislativa lo debe desconocer, que la Asamblea no puede ni siquiera reforma los artículos de la Constitución que se refieren a la alternancia, que el pueblo tiene derecho a la insurrección si se diera el continuismo”, dijo el ex magistrado en charla con Infobae.
Los abogados del Gobierno que defienden la reelección de Bukele aseguran que la nueva interpretación constitucional garantiza la alternancia porque no impone al presidente de turno como ganador y que el tema del límite temporal al ejercicio del poder hace referencia al periodo inmediato anterior a la Presidencia vigente, es decir, en el caso de Bukele, a su antecesor. Para González, eso tampoco es así: “Esta sala dice que la prohibición se refiere al caso de un presidente que se intenta reelegir después de dos periodos para un tercero… Nada de eso dice la Constitución salvadoreña”.
Jorge Castro, diputado bukelista, ha sido uno de los defensores más estruendosos de la reelección de Bukele al hacer suyos los postulados de la sala constitucional nombrada por el oficialismo. La prohibición, dice, se refiere al presidente que ejerció antes que Bukele y las restricciones temporales quedan resuelta si el presidente renuncia seis meses antes de que culmine su primer periodo.
Además del 152, hay otros artículos de la Constitución que garantizan la alternancia y prohíben la reelección. El 154 fija la duración del periodo presidencial en cinco años y “ni un día más”. El 248 pro - híbe la reforma constitucional en el tema. El 75 sanciona a quienes promueven la reelección. El 131 obliga a la Asamblea Legislativa a desconocer al presidente que continúe en el cargo al terminar su periodo. Y el 88 establece que la alternabilidad es “indispensable” para el mantenimiento de la forma de Gobierno.
“Hay ocho artículos de la Constitución que prohíben una reelección inmediata”, dice la abogada Ruth Eleonora López, de la organización Cristosal, la cual ha producido varios informes sobre los abusos atribuidos al Gobierno de Nayib Bukele durante el régimen de excepción decretado en marzo de 2022 y que dura ya 16 meses.
“El principio de alternancia en la Constitución salvadoreña es muy fuerte, está muy arraigado desde la Constitución de 1841, insiste la abogada.
Y hay quienes van más allá: Bukele pudo haber cometido un delito al jurar en la declaración que presentó para inscribirse en las primarias de su partido que no está inhabilitado para correr como candidato a la Presidencia.
“Pudo haber cometido el delito de falsedad ideológica”, dijo a Infobae un exmagistrado constitucionalista salvadoreño que habló desde el anonimato por temor a represalias.
El código penal salvadoreño dice que comete el delito de false - dad ideológica quien “con motivo del otorgamiento o formalización de un documento público… prestare una declaración falsa sobre su identidad o estado, o cualquiera otra circunstancia de hecho, será castigado con tres a veinticuatro meses de prisión”.
La inscripción a las primarias de Nuevas Ideas, el partido con el que Bukele gobierna, fue uno de los últimos pasos que ha dado el presidente salvadoreño en su camino a la reelección. El 9 de julio pasado, el partido del presidente anunció los resultados de sus primarias: Nayib Bukele compitió como precandidato único a la presidencia y obtuvo 44,398 votos, que representan el 9 por ciento de todos los afiliados a Nuevas Ideas. Los partidos tradicionales, a los que Bukele y su movimiento relegaron en las urnas en 2019, también presentaron candidatos. La derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), debilitada y dividida, postuló a Joel Sánchez, un empresario salvadoreño residente en Estados Unidos, y el FMLN, de izquierda y mermado por exdirigentes que se convirtieron en operadores de Bukele, nombró candidato a Manuel Flores, un exalcalde. El partido Nuestro Tiempo postuló al abogado Luis Parada. De acuerdo con las encuestas, ninguno tiene posibilidad alguna de ganarle a Bukele en la presidencial del próximo año.