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Rinden homenaje a Roldán Peniche

Colocan placa con el nombre del escritor yucateco bajo una ceiba de 600 años de antigüedad

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HUNUCMÁ, Yucatán.- Integrantes de la Academia Cultural penínsular de Yucatán rindieron merecido homenaje al profesor y escritor yucateco Roldán Peniche Barrera, bajo la sombra de una ceiba “yaxché”, el árbol de la vida de unos 600 años de antigüedad, ubicado en la calle 39 de la ciudad de Hunucmá.

Bajo el árbol se instaló una placa con el nombre de profesor y escritor, con la fecha de su nacimiento y dedicatoria de sus exalumnos, originarios de este municipio.

Algunos de los alumnos recordaron que el distinguido maestro y escritor ,impartió la cátedra de inglés en los años 70 en la escuela secundario Emiliano Zapata , de nueva creación en dichos años y dijeron que se sienten muy honrados y orgullosos de ser discípulos de tan distinguido mentor.

En el acto se encontraban los integrantes de la Academia Cultural Peninsular de Yucatán, presididos por el profesor Elly Marbin Yerbez Ceballos y, primeramente, se leyó una breve reseña biográfica del homenajeado, quien por asuntos de salud no estaba presente, pero envió saludos cordiales a todos los presentes, por medio del profesor Jaime Méndez, encargado de la lectura de la reseña biográfica del maestro y escritor.

Roldán Peniche Barrera nació el 3 de junio de 1935, en la ciudad de Mérida, por lo que actualmente cuenta con 87 años de edad, inició como maestro en la secundaria

Emiliano Zapata, de esta ciudad de Hunucmá, y posteriormente ocupó varios cargos en la Biblioteca del Estado, es escritor, poeta, ensayista y dibujante.

Escribió novela ,ensayo y poesía y en los años de 1986 a 1988, fue director de la Hemeroteca de

Yucatán; en 1991 fue coordinador de la Biblioteca Estatal y en 2022 recibió la medalla Eligio Ancona. El profesor y poeta Jaime Celis Trejo , en voz alta hizo lectura de una nota del POR ESTO!, en la que se dio a conocer la muerte de un árbol de ceiba en la ciudad de Tizimín,

Yucatán, destacando la importancia que tiene el conservar estos árboles gigantes, símbolo de la vida de nuestros antepasados los mayas. El propietario del predio donde se encuentra este legendario árbol el escritor David Quintal Medina, agradeció a los maestros y escritores integrantes de la Academia Cultural Peninsular de Yucatán su asistencia a este sencillo pero emotivo homenaje al profesor y escritor Peniche Barrera y también comentó que agrónomos y estudiosos de la botánica egresados del ITA de Conkal, determinaron que la ceiba o “yaxché” cuenta con una edad de aproximadamente 600 años, lo que significa que este árbol ya se encontraba plantado en este terreno antes de la llegada de los españoles con Hernando de Cortez, el conquistador.

Es importante que las nuevas generaciones se interesen por conocer sus orígenes y por cuidar la naturaleza”.

Destacó la importancia de que las nuevas generaciones se interesen por conocer sus orígenes y sobre todo cuidar la naturaleza, evitando la tala injustificada de árboles, porque son los pulmones de la comunidad.

Antes de finalizar, el poeta yucateco Hansel Ortiz, dedicó una hermosa y emotiva poesía en la que hace referencia a las mujeres de la Revolución Mexicana.

(José Luis López Quintal)

KANASIN, Yucatán.- Una coa y un cuchillo son las herramientas de trabajo de Manuel Eleuterio Almeida Ek y Luis Enrique Jiménez Ek, dos hermanos que tienen una peculiar forma de ganarse la vida, pelando y vendiendo cocos.

Manuel y Luis son los únicos que se dedican a este oficio en Kanasín y les va muy bien, según dicen venden al día 150 cocos aproximadamente.

“Este es un oficio que me enseñó mi madre, María del Carmen Ek Balam, y desde los 15 años lo aprendí y ahora estoy enseñando a mi hermanito, quien se encarga de quitarle la cáscara blanca al coco”, dijo.

Almeida Ek, con 20 años en la actualidad, dice que trabaja de 8:00 a 15:00 horas vendiendo sus cocos a las amas de casa que lo compran para hacer bolis.

Dijo que dejó de vender un tiempo, pero en la pandemia lo retomó y es uno de los más populares en el municipio.

Añadió que hay diferentes tipos de cocos; el coco seco, que es el que vende, sirve para bolis, pozole y cremitas; mientras que el tierno se compra para hacer paletas y cremitas, y el coco manzana se compra para aquellos que tienen problemas renales, ya que tiene propiedades curativas. De acuerdo con el entrevistado tomar agua de coco de forma regular contribuye a eliminar las toxinas del sistema digestivo, estimula el funcionamiento de los riñones actuando como un diurético natural para una mayor producción de orina, además actúa para prevenir y tratar las molestas piedras que se acumulan en los riñones.

Además que aporta una gran cantidad de minerales como magnesio, potasio, cobre, ácido fólico, complejo B y vitamina C, entre otro nutrientes.

El entrevistado vende sus cocos en la calle 22 por 21 y 23, de Kanasín y además de vender estos frutas, Manuel está aprendiendo el oficio de herrero y según dice está conociendo los secretos de este trabajo, ya que en un futuro piensa poner su propio taller.

Agregó que el coco se lo traen de Tabasco y cada 15 días baja un promedio de 4 mil y 5 mil cocos para su venta. Finalmente dijo la cáscara blanca de esta fruta se la compran para alimento de los chivos y para hacer aceite.

(Martín González Canto)

Buena aceptación tuvo la Feria del Queso de Bola

TIXKOKOB, Yucatán.- Con todo éxito se llevó a cabo la Feria del Queso de Bola que atrajo a decenas de visitantes que degustaron los platillos tradicionales, pasteles, helados y las populares marquesitas rellenas con el delicioso producto lácteo.

Sábado y domingo duró esta celebración, la cual ocasionó el cierre de varias calles a la circulación vehicular y como consecuencia se dispuso La Placita como estacionamiento, asi como otras calles aledañas.

Toda la plaza principal estaba llena de puestos de comida, tacos, tortas, timbas y una gran variedad de cosas…Como los corredores de la O.B.C. donde había ropa típica, zapatos, pinturas, pan, galletas, artículos de madera.

Por la calzada también había venta de granizados, papas fritas, así como de marquesitas.

Sin embargo, la gente comentaba que todo estaba muy caro: los tacos se vendieron de 25 a 30 pesos por pieza y una bola de queso en 450 pesos.

Por las tardes y noches el movimiento era mayor y se formaban largas filas de gente en algunos puestos alrededor del parque.

(Enrique Sabido Araujo)

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