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Xcambó, un paraíso escondido

La única zona arqueológica ubicada en la costa yucateca muestra el auge de una población maya

XCAMBÓ, Dzemul.- La zona arqueológica de Xcambó es la única que está ubicada en la costa yucateca, sin embargo, es de las menos visitadas del área maya. Aunque poco a poco ha incrementado el interés de turistas tanto locales como nacionales y extranjeros, por su importancia en la región y el sincretismo que se aprecia entre la parroquia construida, en su interior, sobre una pirámide.

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Se trata de uno de los sitios arqueológicos más antiguos en la región Norte de la península de Yucatán. De acuerdo con los investigadores, comenzó a poblarse en el Preclásico Tardío (alrededor del año 0 d.C.) y estuvo habitado hasta alrededor del año 700 d.C., cuando comenzó a decaer, probablemente debido a cambios en las rutas del comercio.

Pero su fama fue tal que, de acuerdo a los recientes estudios, durante el Posclásico, a partir del siglo XII y hasta la llegada de los españoles, había peregrinos que visitaban Xcambó para depositar ofrendas.

Su grandeza comenzó como una pequeña aldea pesquera y por su cercanía con el mar en poco tiempo se convirtió en un importante puerto comercial y salinero, que tuvo contacto con regiones tan lejanas como Veracruz, el Petén guatemalteco y Belice.

Incluso, los estudios revelan que llegó a controlar un territorio extenso, pues existen sacbés que lo conectaban a las salinas aledañas de Xtampu, Misnay y Providencia, mismas que dependían de la ciudad.

Aún así, es de los sitios menos difundidos por las agencias de viajes y los guías de turistas y, por lo tanto, de los menos visitados. De acuerdo al Instituto Nacional de Antropología e Historia, durante el primer cuatrimestre de este 2023 fue visitado por 9 mil 621 personas, lo que representa menos del uno por ciento del millón 54 mil 442 turistas que acudieron en ese periodo a los 15 sitios arqueológicos abiertos en otras partes de la Entidad.

Xcambó abre las puertas a las 8:00 horas, cobrando de lunes a sábado 90 pesos por persona; los domingos los mexicanos entran gratis, que es cuando un mayor número de yucatecos acude, aunque apenas y llegan a unos 200 menos de medio millar. Durante las vacaciones de Semana Santa, el lugar recibió cerca de mil visitantes.

Lo primero que uno ve cuando llega es la plaza principal, que estuvo conformada por 11 edificios, en donde se asienta el Templo de la Cruz, una mezcla perfecta entre una pirámide escalonada y la religión católica representada por una cruz, que es la construcción más representativa del lugar. Al centro hay un espacio que se utilizaba para actividades cívicas, religiosas y administrativas.

También resalta el Templo de la Virgen, que es otra de las estructuras características del lugar. Se dice que en este sitio apareció la Virgen hace algunos años, por lo que se decidió montar un altar sobre la pirámide.

Las familias que se encontra- ban presentes durante el reportaje, procedentes de Mérida, señalaron que además de conocer las ruinas, también observaron dos ojos de agua, uno ubicado a un costado de la explanada y otro a las afueras del recinto, pudiéndose contemplar los peces de agua dulce en

Agregaron que en el recorrido por la selva maya se puede mirar plantaciones de mangles y palmeras que constituyen la llamativa flora.

Asimismo, los turistas pueden admirar los coatís (pizot en maya), aves playeras que llegan en su paso al estar cerca del puerto, así como venados y mapaches, entre otras especies.

“Es una zona arqueológica tranquila. La ventaja es que está en la costa, se quita uno de aquí y se va a la playa, hay mucho por conocer en este lugar maravilloso”, comentó Aurora Gamboa.

Xcambó es una muestra del dominio que los mayas tuvieron sobre su entorno, pues se estableció sacando provecho del acceso a agua dulce en un islote en la costa. Además, tuvo gran importancia como puerto comercial, lo que se muestra con la cerámica descubierta en el lugar y una gran variedad de productos no locales y de prestigio.

Incluso, los especialistas señalan que tuvo contactos con Izamal durante el Clá sico Temprano, como se muestra en la similitud arquitectónica con dicho centro.

Las tierras cercanas a Xcambó no son aptas para el cultivo, por lo que su economía se basaba en la extracción de sal (está asentado sobre el tramo Dzemul-Telchac Puerto, exactamente a unos kilómetros de las charcas salineras de Xtampú) y el comercio marítimo.

A pesar de que los mayas eran excelentes pescadores, y como muestra de ello se sabe que utilizaban anzuelos y redes de pesca con pesas de cerámica para capturar los peces que vivían en el fondo, como las rayas y los peces sierra, no hay algún indicio de que la po- blación maya de Xcambó practicara la pesca comercial, únicamente era para su consumo.

También utilizaban arcos, flechas, arpones y lanzas, como aparece en la pintura mural del Templo del Pescador de Mayapán, donde se ve un tiburón arponeado. Aunque actualmente no se ven tiburones en la costa yucateca, vestigios encontrados en Xcambó indican que, al menos hasta el siglo X, abundaban en distintas es- pecies. Otro animal que los mayas de Xcambó conocieron fueron las focas tropicales, que se extinguieron en la década de 1950.

Aunque no hay evidencia de que los habitantes de sitio arqueológico pescaran en altamar, pues sus embarcaciones parecen haber incluido únicamente canoas impulsadas por remos, los llamados cayucos.

Un aspecto relevante de las investigaciones que han realizado los antropólogos físicos es que en

Xcambó hay evidencia de decoraciones dentales y craneales. Un 80 por ciento de los cráneos estudiados por los especialistas en el sito prehispánico presenta modificaciones a su forma, característico de las élites mayas.

Además, una de cada cuatro dentaduras encontradas presentan decoraciones como limado de los dientes frontales, y, en menor grado, incrustaciones dentales.

Se pudo averiguar en el lugar que en los últimos meses se ha registrado buena afluencia de viajeros que llegan a las ruinas como destino turístico, sobre todo los domingos que se tienen hasta cifras de 200 personas, en su mayoría locales. La llegada de los cruceros al puerto de Progreso beneficia a los pobladores, ya que los visitantes de otras partes del mundo se asoman a este lugar al estar dentro de los atractivos que los guías de turistas promueven en el Estado.

(Isaí Dzul) que el

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