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Huhí Identidad y fervor a su patrono

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MUERTE DE

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La gente tiene muy arraigadas sus raíces que expresan con devoción y promesas a San Pedro

HUHÍ, Yucatán.- La popular y conocida fiesta tradicional de Huhí que se celebra anualmente en junio, tiene especiales antecedentes, en las que se conjugan la historia, arquitectura, las leyendas, pero sobre todo la profunda expresión de devoción popular de su pueblo.

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Sus antecedentes se remontan a la segunda mitad del siglo XVI, en la llamada conquista espiritual y el privilegiado patrocinio fue encomendado a San Pedro Apóstol.

La arquitectura colonial, las expresiones del ruedo o tablado con sus reformas, el arte sacro y los gremios de la piedad dan identidad a una comunidad, y ofrecen el momento adecuado de regresar al pueblo para estrechar lazos fraternos y de identidad cultural a todos los que nacieron en su suelo, pero que tuvieron que emigrar.

Huhí es un pueblo de origen prehispánico, que ha forjado su fisonomía en el crisol de los siglos.

Sobre su fiesta, Martín Maas, conocido jaranero del pueblo, expresó que la distingue por la especial devoción que se evidencia en las promesas que se le realizan a San Pedro Apóstol y por su profundo arraigo. Para estas fechas es común que muchos que se han ido a vivir lejos vengan especialmente a venerar al santo patrono y para encontrarse con sus casas, sus vecinos, su familia.

“Esto es muy bonito y especial, porque la gente de Huhí no se olvida de sus raíces”, añadió.

La festividad deja una importante derrama económica en la comunidad. En lo religioso se realizan los gremios y las romerías en las que los socios gastan en comida, música, pólvora y demás accesorios propios.

“Lo primero que se gasta en los gremios y que es lo principal es en la misa, velas, música, flores, y luego en la comida y demás. Se desembolsa aproximadamente 20 mil pesos o más, todo depende de la capacidad del gremista y sus junteros o interesados”, dijo Pedro Anselmo Uc, integrante de uno ellos.

El patrocinio de San Pedro Apóstol sobre la comunidad de Huhí es muy antiguo. Según los registros, data desde la segunda mitad del siglo XVI cuando en las misiones franciscanas se colocó a este especial santo, pilar de la iglesia católica, como especial patrono del pueblo, que en ese entonces era una misión y doctrina.

Para fines del siglo XVII, el cronista fray Diego López de Cogolludo relató que Huhí pertenecía a la parroquia secular de Hocabá y el patrono era San Pedro Apóstol. Huhí fi nalmente fue elevado a parroquia secular a principios del siglo pasado.

La imagen del patrono que se venera en el templo parroquial es pequeña, de poco más de 40 centímetros y es de una sola pieza de madera labrada. Suele ser vestido con trajes de los apóstoles del siglo primero. Tiene una areola en la cabeza, que tiene grabado: “Recuerdo de Julián Garma e hijo, 1920”, lo que evidencia ya los exvotos de profunda devoción que se tiene en esta su comunidad.

Parado con la mirada fija al frente, la sagrada imagen lleva en la mano derecha unas llaves y en la izquierda sostiene un libro.

Las promesas y peticiones al patrono forman parte medular de su devoción. Muchos ofrecen el pago de toros, arreglos florales, arcos, gremios, comida, misas, ofrendas a la parroquia, entre otras cosas que fortalece el fervor.

La iglesia de Huhí es una obra que fue construida durante varias etapas hasta quedar como se encuentra en la actualidad.

Hace unas semanas antes del inicio de la fiesta, el Ayuntamiento y la parroquia se dieron la tarea de realizar trabajos de limpieza del atrio y pintar todo el templo en su exterior, lo que dio una especial imagen e impresión a la Plaza Principal, punto medular de encuentro y tradición, donde los hijos de esa tierra llegan para encontrarse con sus raíces y afianzar su identidad bajo la devoción de San Pedro Apóstol, uno de los discípulos más destacados de Jesucristo.

(José Iván Borges Castillo)

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