LOS CACIQUES DE REQUE, CALLANCA Y MONSEFU En los anaqueles del Archivo Histórico Nacional de Lima, se halla un manuscrito olvidado y polvoriento sobre los derechos de sucesión del cacicazgo de Reque, Callanca y Monsefú en el año 1595. En sus amarillentas páginas, numerosos testigos, la mayor parte indios viejos, contaron episodios sucedidos en el tiempo inmediato a la conquista. Sus relatos reviven para nosotros, cien años de nuestra historia en el momento álgido del encuentro de las culturas yungas e incas con la española. En el voluminoso legajo sobre los derechos de sucesión del cacicazgo, se desarrollan, llenos de pasión y de odios, los alegatos y testimonios de los tres pretendientes a la gobernación de estos valles. No sólo vemos en sus páginas, las sucesiones en la época incaica, sino en los primeros años de la colonia, antes de la organización del Virreinato, y de las Visitas; cuando la tierra recién descubierta, no estaba aún sometida a los cánones coloniales. Es en Reque que el padre Fernando de la Carrera, escribió su “Arte de la lengua Yunga” en 1644, gracias a su gramática se conoce hoy día el idioma que se hablaba en el reino de Chimor y en toda la región (11). De los tres pueblos en mención, tanto Reque como Monsefú (12) existen ahora, no así el de Callanca, cuyo nombre antes de la conquista inca fue Chuepo o Chuspo. En el momento del descubrimiento era el lugar de más importancia de los tres y el que tenía supremacía sobre los demás. Quizás el despoblamiento de la costa afectó Callanca de manera especial o la separación del cacicazgo de Reque contribuyeron a su decaimiento. Después de las reducciones, Callanca estaba situado al sur de Chiclayo, a una legua de Reque (13). En épocas pasadas debe haber tenido importancia; el cronista Cabello (14) al narrar las diversas versiones sobre sus orígenes, que recordaban los naturales de la Costa Norte, cita a los de Motupey, Layanca (Jayanca), Lambayeque, Callanca y Collique. En la Visita que se llevó a cabo en 1606, el curacazgo de Callanca y Monsefú comprendía las parcialidades de Callanca, Mocep, Monsefú, y la cuarta que se decía de don Diego Guzmán. Las tres últimas estaban a cargo de caciques segundas personas, supeditados al curaca de Callanca (15). Vásquez de Espinosa, en el siglo XVI, menciona el corregimiento de Chicama, que comprendía doce repartimientos con catorce doctrinas, entre ellas figuran Reque con 404 indios tributarios y Callanca con 302 indios (16). Cosme Bueno (17) en su descripción de la provincia de Saña, escrita en el siglo XVIII, señala veinte curatos, entre los cuales nombra Reque y Monsefú, sin decir una palabra de Callanca. Stiglich menciona Cayanca como una hacienda o caserío cerca de Reque y Paz Soldán, en su Diccionario Geográfico, no lo nombra. En un expediente al que volveremos más luego, que se ocupa del pleito sobre la herencia del cacicazgo de Monsefú y Callanca en el siglo XVIII, si bien es la misma familia que lo posee, ya Callanca ha decaído completamente. La toma de posesión del curaca, se efectuó en Monsefú y luego en Chepén. Por último, en 1806 al asumir un nuevo cacique el gobierno, ni siquiera se nombra ya a Callanca y sólo figura Monsefú.