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LOS REGULOS DE CHIMOR
En este estudio sobre los curacas de la Costa Norte, no podemos dejar de mencionar, a los régulos de Chimor, que en la antigüedad fueron los amos de la región. Según un fragmento de una crónica anónima, hallada por el padre Ruben Vargas Ugarte y detenidamente estudiada por John H. Rowe (51), el fundador de la dinastia Chimú fue Taycanamo, forastero que llegó en unas balsas a esas costas y se avecindó en ellas, enviado por un gran señor. Con el tiempo logró hacerse aceptar por régulo con el nombre de Chimor Cápac (52). Le sucedió su hijo Guacri-caur y luego su nieto Nañcen-pinco, que conquistó el valle hacia la cabecera de la sierra, y por la costa desde Mayao en el actual río Santa, hasta Pacasmayo. Según los datos que trae Cabello y el Anónimo, Rowe llega a fechar aproximadamente las conquistas de Nañcen-pinco como teniendo lugar en 1370 y por lo tanto coloca los principios de la dinastía, en la primera parte del siglo XIV.
Le siguieron seis caciques, el último. Minchangaman dominó los pueblos de Carabayllo a Tumbes, en cuyo tiempo bajó del Cuzco, el Inca Tupa Yupanqui, que conquistó los llanos. Minchangaman fue llevado prisionero al Cuzco, y en su lugar puso el Inca a un hijo del régulo Chimu, llamado Chumun-caur. Según Feyjoo de Sosa, este señor se había casado con una hija de Inca Yupanqui, de donde descendieron los Chayhuac, caciques de Mansiche y Huanchaco, durante el Virreinato.
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A la muerte de Chumun-cuar, heredó el gobierno de Chimor, su hijo Guamanchumo y luego su nieto Ancocuyuch, en cuya época estaban, los pueblos de la costa, divididos por cacicazgos “poique como hiban multiplicando hijos, acian particiones entre ellos y dieron a cada pueblo su cabeza, con beneplácito del Ynga". ¿Cuántos curacas costeños descenderían de los régulos de Chimor? A la muerte de Ancocuyuch, le sucedió en el señorío, su hermano Caja-cimcim, durante su gobierno entraron los españoles al Tahuantinsuyu, y el cacique se hizo cristiano con el nombre de don Martín. Termina la crónica diciendo que le sucedieron seis curacas, hasta don Antonio Chayhuac en 1604, fecha que tenía el documento.
En la Relación de Miguel Feyjoo de Sosa, menciona en 1550 (53) a don Antonio Chayhuac, como cacique de Mansiche y descendiente del régulo Chimu, Chumuncaucho. En un padrón de indios de 1652 (54) figuran cuatro parcialidades, la una de Mansiche y Huanchaco, con don Salvador Chayhuac de cacique, la de doña Ana Guamanchumo, la de don Miguel Guamanchumo, estos dos caciques llevaban el nombre de un régulo de Chimor, y la cuarta de Joseph de la Torre Ocxaguaman, nombre de ilustres curacas, como veremos luego.
En 1763, era cacique de Trujillo, con título librado por el Superior Gobierno, don Antonio Chayhuac, residente en Lima y descendiente legítimo de Chimu. Don Antonio no tenía hijos y durante su ausencia de Trujillo, era gobernador su hermano don Francisco Solano, quien era casado con una india noble de Cajamarca, doña Juana Céspedes Tito Yupanqui. Aparte de estos dos indios nobles, vivían en ese entonces en el pueblo de Mansiche una india doña Augustina Chayhuac, que dejó descendencia y a quien le venia de derecho, según parece, el curacazgo. Entre los manuscritos de la Biblioteca Nacional, existen dos expedientes relacionados con don Francisco Solano, ambos de 1769 (55). En el uno, don Francisco Solano Chayhuac Casamusa, sucesor al cacicazgo de los pueblos de Mansiche y Huanchaco del valle de Chimu, presentó una petición para que no interviniera don Pedro Echevens en el juicio por su herencia. El documento es una prueba más de la morosidad de eslos litigios, y de la situación a veces precaria y angustiosa de los litigantes. A pesar de haber fallecido hacía ya cuatro años el anterior cacique, y ser hermano el sucesor, aún no fallaba la Real Audiencia. En el pleito se le había interpuesto Lorenzo de la Concepción Gutiérrez, que anteriormente había litigado con el curaca difunto y que tenía el apoyo del Corregidor de Trujillo. Don Francisco sufrió diversos vejámenes de parte del Corregidor, como ser paseado sobre una mula por las calles de la ciudad.
El segundo documento es un pleito sobre tierras que pertenecían a los Chayhuac en el pueblo de la Magdalena del Cercado, en los Reyes, y que contiene dalos sobre los caciques del lugar y los del valle de Amancay. No podemos dejar de mencionar entre los curacas de la Costa Norte a los Morachimos, según Feyjoo de Sosa (56), descendían por líneas femeninas del regulo Chimoy y eran señores de Santiago de Cao, distante seis leguas de Trujillo. Ese mismo autor asegura que el apellido de Mora lo lomaron por haber sido uno de ellos ahijado del conquistador y encomendero don Diego de Mora, el legítimo apellido de la familia era Oxaguaman. En 1578, los caciques de la región de Trujillo entablaron una querella a sus encomenderos, pidiendo la devolución de los tributos. El año anterior, grandes lluvias y avenidas habían arruinado la región, sembrando la miseria en los valles y empobreciendo en extremo a los indios. En ese entonces era cacique de Mansiche don Pedro Oxaguaman. algunos años más tarde, en 1585, figura como cacique don Juan de Mora de la encomienda de don Diego, seguramente fue el primero que adoptó el apellido Mora (58). John Rowe y Fernando Silva Santisteban (59) han estudiado al miembro más distinguido de la familia, se trata de don Vicente Morachimo, cacique de varios pueblos. Don Vicente consiguió permiso para viajar a España en 1721, como Diputado General de los Caciques principales y Procurador General de los
Naturales. En la Península imprimió diversos memoriales sobre los tremendos abusos cometidos por los corregidores, curas y visitadores con los indios. Rowe considera a Don Vicente como una figura precursora del movimiento indígena del siglo XVIII. Las escuetas noticias sobre los caciques de Trujillo, se podrían ampliar si se llevara a cabo un exhaustivo estudio de archivos y titulos de propiedad de la región, se complementarían quizás los datos existentes.