de 1678 a 1681 fue de treinta y seis meses, de modo que dividí entre tres el ingreso total en pesos de ocho, para llegar así a un total aproximado de doce meses en cada uno de los tres años. Esto, inevitablemente, conlleva cierta distorsión en el conjunto de datos, pero compensé este problema en parte usando la convención de medias móviles de tres años al trazar el gráfico. La versión final de la curva brindó un cuadro básico del ingreso que fluyó a la caja de Lima durante cada año del siglo, y demostró dramáticamente la caída en los ingreso tributarios producida a partir de la década de 1660 (véase el gráfico de la p. 79). Para analizar las razones de este auge y caída en los niveles de ingreso de la Caja, examiné los cambios en la contribución de cada fuente de ingresos a la renta total que fluía a la caja de Lima, y cómo fue que esta fluctuación influyó sobre los patrones de gastos. Puesto que había unos cuarenta y dos ramos básicos de cargo y treinta y cinco entradas de data, agrupé los ramos de ingreso y gastos en las categorías esbozadas en el capítulo 2, para así simplificar la tarea de analizar los cambios producidos en la base tributaria y los patrones de gasto a lo largo del siglo. Sin embargo, el problema de la presencia de periodos contables desiguales aún complicaba todo esfuerzo realizado para efectuar tales juicios comparativos en torno a los ingresos y salidas de la caja de Lima. Empero, pude evadir este problema agrupando los materiales en periodos más prolongados, de igual extensión y que no se superponían, como las décadas o los gobiernos de virreyes (véanse los cuadros 2, 4, 5, 7, 8, 10, 11 y 12). Cuando los periodos cronológicos eran de distinta duración, como en los distintos gobiernos virreinales, simplemente tomé los promedios anuales de ingreso y gastos de los distintos periodos, para así facilitar los juicios comparativos (véanse los cuadros 11 y 12).
262 | KENNETH J. ANDRIEN