Geoglifos: Signos del Desierto

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Geoglifos: Signos del Desierto

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Colección: Patrimonio Serie: Geoglifos

ISBN: Título: Geoglifos: Signos del Desierto Público y Recomendaciones para Chile ISBN: 978-956-9432-58-3

Editor: Sebastián Ibacache Doddis

Desarrollo: Compañía Minera Teck Quebrada Blanca Redacción y coordinación editorial: Sebastián Ibacache Doddis - Teck QB2 Traducciones: Edición técnica: Sebastián Ibacache Doddis - Teck QB2 Claudia Silva Díaz - Teck QB2 Renato Moraga Vergara - CG

Fotografías: Renato Moraga Vergara Diseño y diagramación: Paola Femenías Ravanal

Por su valiosa colaboración en el logro de esta publicación: Impresión: Versión N°1 - VERSIÓN FINAL

Teck Resources Limited Suite 3300, 550 Burrard Street Vancouver, Columbia Británica, Canadá V6C 0B3 Tel.: +1 604 699 4000 Fax: +1 604 699 4750 www.teck.com Poniendo posibilidades en marcha

En memoria

Luis Briones Morales (1939-2021)

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Para Teck constituye un orgullo presentar esta hermosa publicación que muestra a través de fotografías algunas de las manifestaciones de arte rupestre más importantes de la pampa del Tamarugal y que han permanecido durante siglos en laderas, cerros, pampas y quebradas como silencioso testimonio de la presencia de los antiguos caravaneros del desierto.

Conscientes de la importancia de rescatar y apoyar la difusión del patrimonio cultural del norte de Chile y en particular de la región de Tarapacá, Compañía Minera Teck Quebrada Blanca les invita a recorrer las imágenes de este trabajo de investigación, a través del cual confirmamos nuestro compromiso como empresa en dar a conocer nuestro pasado, protegerlo y transmitirlo a las próximas generaciones como parte del legado de nuestro quehacer en el norte de Chile.

Amparo Cornejo

Vice Presidenta Sustentabilidad y Asuntos Corporativos Teck Chile

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Prólogo

Este es un libro destinado a la valoración de una de las herencias monumentales prehispánicas más importantes del desierto tarapaqueño que dejaron los caravaneros pre incaicos de la cultura Pica-Tarapacá. Se han seleccionado aquellos símbolos ubicados entre la quebrada de Cahuisa, Guatacondo y Piscala al sur de Pica. Se debe a una oportuna iniciativa de la Compañía Minera Teck Quebrada Blanca, con el aporte fotográfico de Renato Moraga Vergara, especialista en representación geométrica del patrimonio cultural, y de Sebastián Ibacache Doddis, arqueólogo de la empresa.

exentas de riesgos y audacias plenas. Allí se detuvieron y ofrendaron acogidos por sus cosmovisiones protectoras durante sus viajes interminables a través de los últimos seis siglos del traslado de bienes domésticos y simbólicos.

Estos geoglifos son representativos de una amplia red del tráfico internodal, trazados con símbolos de amplias escalas que dan cuenta de actos rituales a cargo de aquellos que se atrevieron a cruzar el desierto más árido del planeta. Junto con sus recuas de llamas cargadas tras operaciones de intercambio y acceso colonizador a distintos paisajes sociales y productivos complementarios, entre los valles - oasis y la costa, lograron superar las distancias extremas en un paisaje donde los asentamientos, como ahora, estaban muy separados entre sí.

Estaba al tanto de las excelentes fotografías de altura de Renato Moraga Vergara por medio de su amigo y asesor, el investigador Prof. Luis Briones Morales, el mayor especialista chileno en este arte rupestre tan particular, académico de la Universidad de Tarapacá y del Museo Arqueológico de la Municipalidad de Pica, recientemente fallecido, quien salió a explorar y a enseñar su sabiduría hacia otros espacios sin retorno1 - 2 .

Aquí el lector se sorprenderá al apreciar figuras humanas, motivos zoomorfos, caravanas de llamas y temas geométricos trazados junto a las huellas del tráfico, vinculados a rogativas ejecutadas en el medio de la soledad para acoger en retribución el apoyo de sus deidades entre los cerros sagrados que los amparaban ante esas travesías no

Se acompaña el libro de una adecuada síntesis de lo publicado sobre el tema, sumado a una impresionante documentación fotográfica de altura -mediante el uso de drones- que complementa las observaciones peatonales, ahora con visiones inéditas de conjuntos imposibles de ser captados desde una óptica terrestre. Estoy seguro que esta magnífica impresión tendrá a las y los lectores, al verlos en amplios espacios, a la espera de más investigación y conservación por tratarse de figuras únicas que abarcan exclusivamente el norte de Chile y parte del sur peruano.

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Estoy seguro que más de algún lector se acercará a admirarlos personalmente y, por cierto, tendrá que saber, al verlos en este libro, cómo varios han sido destruidos o profanados, en tanto fueron ritualizados por los pueblos originarios fundacionales. El llamado a preservarlos y respetarlos nos estimula a creer que alguna vez se creará un Centro Regional del Arte Rupestre bajo el alero de académicos especialistas, instituciones afines y movimientos patrimonialistas, dedicados juntos a su investigación y urgente protección.

Cuando avanzamos con Luis en unos estudios sobre estos temas inmediatamente antes de su fallecimiento3, conversamos sobre cuál sería el futuro de este pasado aún tan poco conocido en el presente. Esta publicación viene acertadamente a difundir este patrimonio frágil y monumental a la vez, como un llamado a iniciar su valoración desde la propia región que lo contiene y que debería preservarse con la prioridad que se merece.

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Dr. Lautaro Núñez Atencio Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo Universidad Católica del Norte San Pedro de Atacama

Contenidos

Geoglifos en las quebradas de Guatacondo y Maní 16

Los estudiosos de los geoglifos 24 Geoglifos, escenario ambiental 28

Materiales y técnicas para el diseño de geoglifos 33 Catálogo de geoglifos por zona 34

Cerro Raúl 38

Cerro Maní Sur 48 Cerro Challacollito 54 Alto Maní Norte 62

Quebrada de Los Pintados 70 Geoglifos en peligro 86 Índice de imágenes 94

Notas 98 Referencias bibliográficas 102

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Geoglifos en las quebradas de Guatacondo y Maní

Desde hace siglos quienes recorren las pampas y quebradas del desierto de Atacama, han tenido ocasión de contemplar las inmensas y sugerentes figuras que adornan dichos páramos. En el pasado, los geoglifos -como se denomina a estas manifestaciones artísticas-, no solo fueron admirados por su monumentalidad y belleza, sino que, en tiempos precolombinos e incluso años después del arribo de los españoles, podían ser “leídos”, siendo signos o ideogramas de un sistema de comunicación compartido por los habitantes de los Andes del sur, particularmente de su vertiente occidental4

Hoy su significado profundo se nos escapa, aunque los estudios arqueológicos en nuestro país han podido abordar cuestiones como sus técnicas de construcción, cronologías, objetos, arquitecturas y fenómenos celestes asociados, ámbitos económicos, sociopolíticos, rituales e imaginarios relacionados con este arte monumental, presente desde la quebrada de Lluta en la provincia de Arica, hasta las sierras vecinas al río Loa entre Quillagua y María Elena, región de Antofagasta5

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En este espacio, los geoglifos mantienen una simbiosis con elementos del paisaje que le otorgan sentido a su emplazamiento, y que ayudan a conocer en parte su papel en la antigua cultura desértica. La más relevante de tales asociaciones es la vecindad entre geoglifos y huellas -ya sea troperas o senderos-, dejando ver que estas figuras eran protagonistas en las rutas de intercambio de las poblaciones prehispánicas y coloniales de la región6. Su presencia casi exclusiva en estos escenarios permite suponer que, no obstante los símbolos dibujados en laderas y pampas son reconocibles en otros soportes y contextos (la cerámica y los textiles, por ejemplo), en las rutas contenían significados propios del ámbito de la movilidad. Por lo tanto, su elaboración e interpretación habrían sido asumidas por quienes usaban esos caminos: grupos de caminantes especializados en el intercambio de productos y el cuidado de las llamas -camélido doméstico sin el cual la epopeya caravanera habría sido imposible-, pero sobre todo, en los conocimientos necesarios para circular por vastos territorios desprovistos de agua, alimentos y soportando temperaturas extremas de día y de noche, muchas veces lejos de sus lugares de origen7

Pero esta asociación a hitos del paisaje natural trascendió lo utilitario, pues hicieron referencia también a la sacralización del entorno, siendo los mismos dibujos una especie de invocación de las fuerzas telúricas y cósmicas de un territorio considerado vivo9. De este modo, la elaboración de los geoglifos debió ser en sí un acto propiciatorio, que a su vez exigió de nuevos ritos cuando las caravanas pasaban por el entorno de los dibujos. Prueba de la consagración de los geoglifos y de los caminos en general, es su asociación con objetos y construcciones que aluden a lo ceremonial, como dispersiones de mineral de cobre, conchas o fragmentos de cerámica (challados), en forma aislada o junto a promontorios de piedra, oquedades artificiales, muros y cajuelas de lajas, además de líneas de piedras10

Es así como los geoglifos acompañan el derrotero de las rutas ubicándose en puntos estratégicos del paisaje, como afloramientos de agua, sectores con disponibilidad de forraje, lugares de pernocte (abrigos rocosos, rinconadas, parapetos), abras entre los cerros, áreas periféricas a nodos poblacionales y/o límites entre ambientes8, por ejemplo, el margen occidental de la precordillera andina o los faldeos orientales de la cordillera de la Costa, siendo ambos bordes opuestos de la pampa desértica.

Pero la funcionalidad de los geoglifos no se agotó tampoco en lo sagrado, pues muchos de los motivos representados hacen alusión a otro de los rasgos distintivos de la cultura andina, cual es la existencia de espacios de interdigitación social o jurisdicciones entreveradas, siendo los caminos un claro ejemplo de ello11. Tenemos así que se diseñaron elementos representativos de todos los pisos ecológicos conectados por las rutas caravaneras, desde el Pacífico hasta la ceja de selva oriental, quizás con el afán de exponer lo visto durante los viajes, tal vez como una forma de mostrar el hábitat de los territorios de procedencia: peces, ballenas, balsas y botes, lagartijas, anfibios, camélidos solos o en caravanas, cóndores, suris, cuadrúpedos moteados que podrían ser jaguares, también cánidos, entre otros12

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Esta situación también es graficada en las figuras humanas representadas, las que, jugando con las proporciones, muestran la importancia de vestimentas y tocados, varas o báculos, hachas, escudos y lanzas, para hacer patente los diversos orígenes sociales de los grupos que transitaban las vías del desierto13. De esta forma, los personajes con túnicas trapezoidales de orillas rectas o curvas, y tocados también trapezoidales, estarían representando a miembros y/o deidades de grupos tarapaqueños, específicamente, del llamado período Intermedio Tardío (900-1450 años d.C.), en contraste con las túnicas rectangulares y tocados semilunares, propios de la cultura atacameña de ese tiempo14.

Los lagartos y rombos escalerados, representados ampliamente en los geoglifos del norte de Chile, evidencian igualmente la multiplicidad cultural presente en las rutas prehispánicas y coloniales, no obstante, apoyarse en un sustrato cultural común que permitía compartir los signos. Las representaciones de lagartos por su lado, soportaron numerosas variaciones, demostrando una enorme adaptación a las distintas realidades sociales donde se recrearon15; los rombos escalerados -llamados también cruz andina o “chacana”-, al contrario, son de diseño uniforme, representando la conectividad existente entre poblaciones, a partir de un principio ordenador único y de antigua data16

Período Formativo 1000 años a.C. hasta los 400 años d.C.

Momento en que los camélidos y guras humanas fueron representados de modo naturalistas, gráciles y con movimiento.

Período de orecimiento de Tiwanaku ca. 500 años d.C.

Hacen su debut los círculos radiados, y antropomorfos con cabeza radiada y báculos, asociados a la deidad Tunupa o Tarapacá.

Período Intermedio Tardío 900-1450 años d.C.

Representaciones de personajes y/o deidades de grupos tarapaqueños, con túnicas trapezoidales..

Fase San Miguel 1.000-1.200 años d.C. Diseños en espirales de líneas curvas.

Fase Gentilar 1.300 años d.C. Diseños en espirales de ángulos rectos.

Hasta aquí hemos mencionados los tres grupos de diseños característicos del arte rupestre del desierto de Atacama -tanto en geoglifos, pinturas como en grabados-, esto son, los geométricos, zoomorfos y antropomorfos17. Como vimos, sus referentes y componentes permiten distinguir diferencias culturales entre sus creadores y usuarios, y al mismo tiempo, posibilitan establecer los períodos en los cuales fueron elaborados. Es así como la figura antropomorfa representada de forma frontal, con un báculo en cada mano, brazos abiertos en “V” y cabeza radiada, ha sido relacionada con Tunupa o Tarapacá, deidad característica durante la expansión tiwanakota en la zona (ca. 500 años d.C.)18. En tanto los camélidos,

por lejos los animales más representados en los geoglifos, hacen más antiguo este arte, pues se asume que aquellos representados de modo naturalista estarían vinculados al período Formativo (1000 años a.C. hasta los 400 años d.C.), y los que muestran trazos más rectilíneos son característicos de tiempos prehispánicos tardíos. Algo similar se supone para algunos antropomorfos que muestran gracilidad y movimiento, proponiéndose un origen Formativo para ellos, en tanto en los períodos tardíos se observan rígidos, esquemáticos, de mayores dimensiones y notoriamente ataviados19

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Respecto a los motivos geométricos, se ha supuesto que aquellos circulares ubicados cerca del poblado Formativo de Pircas (quebrada de Tarapacá), serían contemporáneos con dicho asentamiento20 Posteriormente, habrían hecho su debut los círculos radiados, identificados como soles, deidades solares asociadas al período de florecimiento de Tiwanaku (ca. 500 años d.C.)21. Por otro lado, los diseños en espiral observados sobre todo en Ariquilda (quebrada de Aroma), permiten distinguir dos momentos dentro del período Intermedio Tardío: espiral de líneas curvas perteneciente a la fase San Miguel (1.000-1.200 años d.C.), y espirales de ángulos rectos, muy populares durante la siguiente fase, denominada Gentilar (1.300 años d.C.)22.

Las investigaciones coinciden en que la mayoría de los geoglifos fueron dibujados durante el período Intermedio Tardío (900-1450 años d.C.)23, profusión explicada por la intensificación que tuvo la actividad caravanera en esos años, instaurándose la red de caminos, asociaciones y obras de ingeniería sobre las que luego se asentaría el dominio incaico en la zona y, posteriormente, las administraciones españolas y republicanas24. Por otra parte, la disolución de la influencia tiwanakota en estos territorios, provocó la fusión de comunidades, relocalización de poblaciones en nuevos centros urbanos, regionalización y el surgimiento de conflictos sociales, que resultaron entre otras cosas, en la aparición de elementos distintivos en las formas y decoraciones de objetos cotidianos y sacros, públicos y privados. Fue así que, como ya vimos, en los geoglifos se representaron las diferencias sociales de quienes recorrían las rutas, evidenciando la existencia de ciertos derechos de uso sobre tales corredores. Por otro lado, el mayor volumen de producción de estas figuras estaría mostrando la creciente necesidad de apropiarse de espacios en disputa, por medio de una ritualidad intensiva25.

No obstante, tanto los geoglifos elaborados durante esta época y el período inmediatamente posterior -caracterizado por la preeminencia inka en el mundo andino-, fueron respetuosos de las figuras más antiguas, existiendo escasa superposición, siendo en cambio lo más frecuente, la agregación de motivos en los paneles26 Así se hizo manifiesta la veneración que los artistas precolombinos tuvieron por los espacios anteriormente sacralizados, actitud que no fue compartida por las poblaciones de tiempos históricos, que dibujaron sobre los motivos de origen local otros alusivos a la nueva cultura arribada: la europea. Aparecen entonces sobre las caravanas de llamas imágenes de caballos y jinetes, burros, cruces, calvarios y soldados27. Con el correr de los siglos ni siquiera el impulso creativo se conservó, viéndose los geoglifos afectados por la actividad minera, sobre todo salitrera durante los siglos XIX y XX, siendo en la actualidad afectados por el paso de vehículos motorizados28

El impacto ocasionado por la actividad antrópica en este arte monumental, es prácticamente imposible de corregir, así como también lo es el daño provocado por agentes naturales, tales como el viento, la lluvia, los sismos y/o la oxidación del suelo 29. Si bien los materiales y técnicas utilizados para su confección son simples y de disponibilidad inmediata, la remoción del sustrato donde se emplazan las figuras, afecta al mismo principio a partir del cual fueron construidas, es decir, el contraste, logrado por medio de distintas técnicas, entre ellas se encuentran la extractiva o de raspaje de sedimento superficial; la aditiva o de acumulación de piedras; o bien una mixtura entre ambas, consiguiendo con ello un mayor efecto de contraste entre la superficie (con mayor oxidación) y la capa inmediatamente inferior, de tono más claro 30 (ver cuadro Materiales y Técnicas para el Diseño de Geoglifos).

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El contraste obtenido busca ante todo permitir la visualización de las figuras desde una mayor distancia, lo cual se complementa con las dimensiones monumentales de estas representaciones rupestres, las cuales fueron posicionadas estratégicamente en lugares de fácil observación, como laderas de cerros y quebradas31. Sin embargo, hay algunos geoglifos dibujados en terrenos planos y horizontales, por lo que su vista es menos favorable desde la distancia, en cambio, se debe estar junto a ellos para poder observarlos. En este sentido, el tipo de emplazamiento escogido estaría reflejando diferentes funciones entre los geoglifos, pero lamentablemente aún no existen evidencias concluyentes que permitan aclarar las razones de esta diferencia32

Otro rasgo distintivo de la composición de los geoglifos tiene que ver con la exageración de las proporciones en algunos motivos, especialmente en las figuras humanas, que presentan cabezas y troncos enormes respecto al tamaño de las extremidades inferiores, y con atuendos cuyas dimensiones también son exageradas, haciendo notar la significación de las prendas de vestir y accesorios en los contactos y comunicación intersocietal andina33

Por otra parte, los dibujos pueden presentarse aislados o constituyendo escenas que involucran varios motivos, siendo las más características aquellas que muestran caravanas de llamas junto a sus guías. En cualquiera de los dos casos, su observación y descripción se aborda desde la noción de panel (ver cuadro Materiales y Técnicas para el Diseño de Geoglifos).

Tal como se indicó más arriba, los geoglifos en el norte de Chile se extienden desde las regiones de Arica y Parinacota, hasta el sector norte de la región de Antofagasta, contabilizándose alrededor de 50 sitios arqueológicos que contienen estos motivos rupestres34, la mayor parte de los cuales se concentran en torno a la pampa del

Tamarugal, especialmente, en las laderas orientales de la cordillera de la Costa, y los cerros que circunscriben las desembocaduras de las quebradas precordilleranas andinas. Es en este último sector donde se localizan los geoglifos destacados en el presente libro, más precisamente, entre las quebradas de Guatacondo por el norte y Piscala por el sur, organizándose alrededor de una importante vía prehispánica de orientación norte-sur, denominada Sendero Principal Longitudinal, senderos secundarios y otros senderos que bajan desde las quebradas andinas para alcanzar la pampa desértica, llegando a la cordillera de la Costa y el litoral vecino35. Se trata de la porción meridional del territorio reseñado como propio de la tradición cultural tarapaqueña, la que cristaliza hacia el período Intermedio Tardío, a partir de las manifestaciones materiales del llamado complejo PicaTarapacá (980-1400 años d.C.)36. En este momento, cabe recordar que la elaboración y fuerza simbólica de los geoglifos alcanzó su clímax.

En tal espacio se han registrado 13 sitios arqueológicos con un total de 202 paneles de geoglifos y 1037 motivos. Destacan entre ellos los ubicados en la intersección del Sendero Principal Longitudinal con las quebradas de Los Pintados, Honda y Maní (Alto de Piscala Norte y Alto de Maní Norte), denotando la importancia de este sendero en la movilidad en sentido norte-sur, conectando los poblados tarapaqueños entre sí y con regiones más alejadas, como Arica, Tarapacá y Pica por el norte, y Calama y San Pedro de Atacama hacia el sur37. Debemos señalar además que en el área que nos ocupa, los geoglifos se encuentran asociados de forma directa o indirecta a manifestaciones aldeanas, como el poblado antiguo de Guatacondo y el “gentilar”; extensas áreas de cultivos (Tamentica en quebrada de Guatacondo, quebradas Honda y Maní); campamentos, parapetos38, mojones y alineamientos de piedras, fragmentos cerámicos, restos de cobre, herraduras, vidrios, latas y loza39, entre otros bienes muebles e inmuebles que demuestran el uso constante de las rutas del área, y como consecuencia, las permanentes visitas y resignificaciones que sus geoglifos han tenido durante siglos.

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Los estudiosos de los geoglifos

Los geoglifos de Tarapacá tienen siglos en sus cerros y pampas, tantos que se naturalizaron en el paisaje desértico, al tiempo que fueron olvidándose los motivos de sus creadores y los significados de estos mensajes inscritos con tierra y piedras mucho antes del arribo español.

Siendo parte de la cotidianeidad de quienes siguieron recorriendo las rutas tarapaqueñas en tiempos coloniales y republicanos, no fue hasta 1765 que se tiene el primer registro de ellos para conocimiento del mundo occidental, con el dibujo del español Antonio O’Brien hacia 1765, cuando fue comisionado por el virreinato del Perú para explorar y levantar información sobre Tarapacá, especialmente, del mineral de plata de Huantajaya.

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DEL DESIERTO
Geométrico,romboescalerado“triple”,sectorsenderoPica–Chacarilla.

Pasó casi un siglo para que otra vez las exploraciones mineras, ahora salitreras, trajeran nuevos viajeros al desierto, tales como cateadores, funcionarios administrativos y naturalistas. Entre los últimos, varios se interesaron por los geoglifos o “pintados” -como ellos los llamaron-, haciendo buenos registros a partir de sus respectivas formaciones. Así las monografías de Blake (1843), Bollaert (1860), Von Tschudi (1860), Cúneo Vidal (1903) y Plagemann (1906), llevaron el estudio de estos dibujos monumentales al ámbito científico, tradición continuada por la arqueología durante el siglo XX. Precisamente, en el año 1943 el norteamericano Junius Bird publica sus trabajos sobre excavaciones arqueológicas en el norte de Chile, artículo donde usa el término rupestre para referirse a estas manifestaciones artísticas. El mismo concepto es adoptado por Schaedel en su publicación de 1957 sobre arqueología del Norte Grande.

Pero fue la austriaca Grete Motsny (1964), quién realizó la primera clasificación del arte rupestre presente en Chile, distinguiendo entre petroglifos, pinturas rupestres, petroglifos pintados y geoglifos, siendo definidos estos últimos como “…pictografías rupestres, producidasenladerasdecerrosyplaniciesdesérticas,mediantela limpiezadepartesdelsueloomedianteelalineamientodepiedras.A vecessonllamados“pintados”ycadamotivosueletenervariosm2de extensión”.A continuación, el arqueólogo Lautaro Núñez (1965) realiza un análisis sobre las técnicas constructivas, contextos de elaboración y función de los geoglifos, relacionándolos al sistema de movilidad de los grupos prehispanos, destacando su asociación con hitos del paisaje como manantiales, pasos y lugares de descanso en las rutas. Tales líneas de investigación siguieron siendo desarrolladas por el mismo Núñez, en colaboración con otros investigadores, a la vez que se conformaban diversos grupos de investigación que aportaron nuevos registros, marcos interpretativos y técnicas de análisis para los geoglifos del norte de Chile.

El territorio tarapaqueño ha sido en este escenario, un privilegiado, acaparando el mayor número de geoglifos y estudios, en particular, los realizados durante más de 30 años por el arqueólogo Luis Briones Morales. Este pampino de nacimiento (oficina salitrera Pedro de Valdivia, 1939), piqueño de adopción e Hijo Ilustre de Arica, fue un apasionado investigador del arte rupestre del extremo norte de Chile, orientado su quehacer a la docencia, registro, interpretación, conservación y difusión del patrimonio artístico y arqueológico de la zona, sobre todo, de sus geoglifos.

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El crecer entre esos parajes cubiertos de manifestaciones artísticas del pasado, sin duda promovieron su curiosidad, mostrando un temprano interés en ellas como cuando a los 15 años, junto a su primo Lautaro Núñez -arqueólogo y premio nacional de Historia-, caminaron la distancia entre Iquique y Pica, con el objetivo de experimentar por si mismos las riquezas arqueológicas y artísticas que esos cerros guardaban. Posteriormente, con este conocimiento e inquietud viaja a Santiago para estudiar Artes Plásticas en la Universidad de Chile, haciendo su tesis acerca de los petroglifos del sitio Tarapacá 47.

En 1974, ya titulado, llega a Arica para asumir su labor como docente en la Universidad de Tarapacá e investigador del Museo de San Miguel de Azapa. Desde ahí comienza un constante trabajo de registro de geoglifos, petroglifos y pictograbados, a la par que organiza y crea junto a un equipo interdisciplinario, métodos de conservación y restauración de geoglifos. Los valles de Lluta y Azapa fueron los primeros en contar con los beneficios de estos inéditos trabajos, extendiéndose además por numerosos territorios, motivo por el cual fue merecedor del Premio Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural de Chile año 2012, otorgado por el Consejo de Monumentos Nacionales.

Otros sectores que recibieron la atención de Briones fueron las quebradas meridionales de Tarapacá, siendo fundamentales para nuestro entendimiento del patrimonio arqueológico de nuestra área de interés, sus trabajos de relevamiento, contextualización e interpretación de los geoglifos de Guatacondo, Tamentica, quebrada de Los Pintados, quebrada Honda y Maní, quedando esto plasmado en el documento “Catastro Bibliográfico Geoglifos y Rutas de Tránsito Prehispánicas, Proyecto Quebrada Blanca Fase 2”, y en este libro, de manera que las descripciones y clasificaciones ahora presentadas, se basan en los criterios y conceptos aplicados por este investigador.

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Geoglifos, escenario ambiental

Cuando observamos el desierto parece estático, fijado hace miles de años a su estado actual. Nada más alejado de la realidad. La fisonomía del desierto de Atacama, particularmente en la región tarapaqueña, ha estado desde hace milenios sujeta a variaciones ambientales y, como nos muestra este libro, a la vocación transformadora de los seres humanos.

Es así que los primeros grupos asentados en el territorio que nos ocupa, hacia los 12.000 años a.C. -en la quebrada de Maní-, contaron con mayores recursos hídricos, y consecuentemente, abundancia de plantas y animales, gracias a un clima más húmedo y mayor cantidad de lluvias en el altiplano andino. Posteriormente, entre los 7.000 y 5.000 años a.C., las condiciones se vuelven en extremo áridas, aún más que en el presente, para luego, después de algunas fluctuaciones, quedar establecido el actual régimen de precipitaciones hacia los 1.000 años d.C. Este se caracteriza por lluvias torrenciales de verano asociadas al llamado Invierno Altiplánico, de mayor intensidad en los pisos altos y precordillera andina.

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Precisamente este factor climático, unido a la fuerte gradiente altitudinal entre la cordillera de los Andes (sobre 4.500 msnm.) y la pampa desértica (1000 msnm.), determinan el importante dinamismo que tiene el paisaje de la zona, debido a los aluviones que, con relativa frecuencia (en la época estival) bajan de este a oeste, moldeando la fisonomía de cerros y quebradas, para terminar su recorrido y depositarse en la Pampa o Depresión Intermedia. Es importante mencionar que estos sedimentos forman suelos cultivables, de ahí que desde tempranas épocas los espacios cubiertos por dichas avenidas de barro, han sido ocupadas con extensos campos de cultivos (conocidos popularmente como “melgas”), muchos de ellos abandonados al día de hoy.

Desde un punto de vista orográfico, los geoglifos aquí reseñados se emplazan en la vertiente occidental de la precordillera -que en este sector se denomina Sierra de Moreno-, puntualmente, en las laderas de cerros, lomajes y quebradas con cursos de aguas intermitentes y estacionales, ubicadas en el plano inclinado que desciende hacia el Salar de Llamara, en el extremo sur de la Pampa del Tamarugal y cuenca media del río Loa.

Este espacio presenta altitudes entre los 1.500 a 2.000 msnm., articulando las características de los climas Árido Desértico Normal y Árido Muy Frío, de manera que las lluvias estivales no siempre se manifiestan, pero son infaltables los aluviones provocados por las precipitaciones en zonas más altas. Por otra parte, se cuenta con una amplia variación térmica entre el día y la noche, teniendo además que las temperaturas medias van disminuyendo a medida que se asciende.

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Tales características son compartidas por las quebradas que enmarcan los geoglifos aquí presentados, formando parte de un gran sistema de drenajes de la pampa del Tamarugal, que como mencionamos, tienen sus cabeceras en la Sierra de Moreno. La más septentrional es la quebrada de Guatacondo, y la más meridional la de Maní. La primera de ellas se ubica a 230 km. al sureste de Iquique, conteniendo las aguas del río homónimo, que recibe a su vez los aportes de la vertiente Majala. En su interior encontramos en la actualidad tres asentamientos: Tamentica, Guatacondo y Copaquire, donde las actividades tradicionales son la agricultura en terrazas y el pastoreo.

En las laderas por su parte, la vegetación comienza a aparecer hacia los 2.000 a 2.500 msnm., con arbustos como la ojala (Atriplex imbricata) , suncho (Baccharis juncea) , pasto de guanaco (Adesmia atacamensis)y rika-rika (Acantholippiatarapacana) , junto a algunas cactáceas como el cardón (Trichocereus atacamensis) . En tanto los espacios interfluviales hacia las cotas bajas, están desprovistos de plantas.

Por su parte, Maní se ubica al suroeste de la quebrada Guatacondo, iniciándose en el sector de Choja con la confluencia de las quebradas Chiglla y Churumayo, para desembocar en las proximidades del cerro Soledad. Actualmente corresponde a una quebrada aterrazada inactiva, pues carece de escurrimientos superficiales permanentes, asentamientos humanos y tiene escasa vegetación.

Respecto a la biota propia de este paisaje, se puede señalar que se hace más abundante y variada hacia los pisos altos, aunque el afloramiento de aguas subterráneas y la saturación de las napas en algunas zonas (sobre todo en el fondo de las quebradas), permiten la generación de bofedales y vegas, con especies hidrófilas como la totora (Typhaangustifolia) y la cortadera (Cortaderia atacamensis) , también arbustos como la piyaya (Atriplexscandens) , la brea o sorona (Tessaria absinthioides) y la lagaña de perro (Caesalpinia aphyla) , junto a árboles como el algarrobo dulce (Prosopisflexuosa) , algarrobo blanco (Prosopischilensis) , algunos ejemplares de tamarugo (Prosopis tamarugo) , chañar (Geoffroeadecorticans) , y pimiento (Schinusmolle)

Tal gama vegetal sostiene una fauna también diversa, la que suele concentrarse en humedales y espacios ribereños, en los sectores altos de las quebradas. Así se pueden observar manadas de guanacos (Lamaguanicoe) , otros mamíferos como el zorro culpeo (Lycalopexculpeaus) , la vizcacha (Lagidiumperuanum) , tuco-tucos (Ctenomysfulvus) , ratones andinos (Abrothrixandinus) , chichilla de cola corta (Chinchillachinchilla) , el escaso puma (Pumaconcolor) , y murciélagos (Myotisatacamensis,M.chiloensisyLasiuruscinereus) También aves como la paloma cuculí (Zenaidameloda) , los jilgueros (Carduelisuropygialis) , chirihues (Sicalisuropygialis,S.olivascens) , picaflores (Rhodopis vesper) , chincoles (Zonotrichia capensis) , y aves rapaces como los halcones (Falco femoralis, F. sparverius) y aguiluchos (Buteopolyosoma) (Peredo 2011). No pueden faltar los reptiles, tan propios del escenario desértico, entre ellos el corredor de Pica (Microlophustheresioides) , jaranco de James (Liolaemusjanesi) y la salamanqueja del norte grande (Phyllodactylusgerrhopygus)40

30 GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO

Figuraszoomorfas“lagartos”entécnicamixta,sectorLomasdeLaCalera,afectadosporelpasodevehículos.

GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO 31

Materiales y Técnicas para el Diseño de Geoglifos

Los lomajes y pampas desérticas son escenarios inmejorables para el despliegue de los geoglifos. Es por ello que este arte rupestre monumental solo se hace presente en lugares específicos del mundo, siendo el desierto su soporte habitual. Ahí los geoglifos pueden ser vistos a gran distancia, objetivo acentuado por sus grandes dimensiones, junto al hábil manejo de la tierra y las piedras para su diseño, materiales inherentes a este tipo de paisajes. Arena, anhidrita o tiza, cascajos y rocas volcánicas, eran puestas en movimiento, agregadas o extraídas, para lograr el efecto de contraste que otorgaba definición y visibilidad a las figuras trazadas.

32 GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO

En esta relación dinámica mutualista entre soporte y material, se han distinguido dos técnicas dos técnicas utilizadas en la confección de los geoglifos:

» Aditiva, que corresponde a la agregación de piedras, generalmente volcánicas, a manera de mosaico, logrando una figura en sobrerelieve.

» Extractiva, consistente en la sustracción de materiales desde el suelo, por medio de su raspaje, para obtener un plano de tono más claro al tratarse de sedimentos sin oxidación, y una imagen en positivo, más oscura, en la superficie original.

De todas formas, se asume que en el acomodo de sedimentos, cascajos y piedras, se ponen en práctica ambas técnicas, con lo que la mayor parte de los geoglifos presentes en el norte de Chile fueron hechos por técnica Mixta, creándose figuras mediante trazos lineales o areales.

Desde el punto de vista de la composición, los dibujos más frecuentes son aquellos realizados de forma individual, más no aislada, ya que comúnmente las figuras se presentan siendo parte de paneles previamente trazados, sin superponerse a motivos preexistentes. Los paneles están definidos por la agrupación de figuras con una relación formal, y por la presencia de rasgos topográficos que separan los diseños.

Como se indicó, lo más común era la elaboración de motivos unitarios, aunque también se dibujaron series alineadas y escenas, como caravanas de llamas, cuadros de pesca y/o navegación, además de aves junto a sus crías41.

GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO 33

Catálogo de Geoglifos por zona

CERRO RAÚL

Cerro isla emplazado en la planicie al sur de la desembocadura de quebrada Honda, por lo que destaca en el paisaje de la zona, siendo referente obligado para quienes se trasladan hacia la pampa. Esto explica la intensa ocupación de las laderas del cerro, e incluso de su cima, para la elaboración de geoglifos, algunos de los cuales se encuentran afectados por dunas formadas por fuertes vientos provenientes del suroeste.

La importancia de este cerro en la movilidad local queda graficado también por la presencia de un sendero que, con sentido noroeste-sureste, une el vado de la quebrada de Guatacondo con las quebradas Honda, Maní, hasta el río Loa en la localidad de Quillagua.

34 GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO

CERRO DE MANÍ

CERRO CHALLACOLLITO

Ubicado al sur de la quebrada de Maní, por sus inmediaciones corren el Sendero Principal Longitudinal con sentido norte-sur, y una vía secundaria de orientación suroeste, siendo ambas proyecciones de la bifurcación del Sendero Principal que se da al norte de la quebrada de Maní. Además, se cuenta con otro sendero que conecta al Principal con el poblado de Maní.

La presencia de una aguada en el punto donde el mencionado Sendero Principal asciende por la vertiente sur de la quebrada hacia la pampa, denota la relevancia de este lugar en el sistema de movilidad tarapaqueño, siendo el último punto donde los viajeros podían abastecerse de agua antes de cruzar el desierto hasta Quillagua.

El cerro Challacollito, conocido también como cerro Negro o La Puntilla, es parte de una serranía de baja altura (alrededor de 1.500 msnm.) y suaves lomajes, que con orientación norte-sur, se emplaza al sur de la desembocadura de la quebrada de Guatacondo.

En sus laderas orientadas al este, es decir, enfrentando la mencionada quebrada, se distribuyen 16 paneles de geoglifos que contienen 35 motivos, la mayoría geométricos, aunque también se observan antropomorfos y zoomorfos.

El sector cuenta con 14 paneles de geoglifos, muchos de ellos afectados por la acción eólica y el movimiento de dunas, al igual que los senderos.

Por su parte baja y a lo largo de esta serranía, pasan dos senderos secundarios, y muy cerca de ahí, en sentido este-oeste, corre también el Sendero Principal Transversal de la quebrada de Guatacondo.

GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO 35

ALTO MANÍ NORTE

La quebrada de Maní destaca por presentar la evidencia más antigua de ocupación humana en el área, datada hacia los 12.000 años a.C. Sus favorables condiciones de habitabilidad, con recursos hídricos estables y de buena calidad, la consecuente abundancia de plantas y animales, junto a suelos fértiles óptimos para la producción agraria y pecuaria, determinaron -y aún marcan- su importancia para los viajeros en el desierto, siendo paradero obligado para quienes se dirigen al sur, ubicándose a una distancia de 70km. de Quillagua, la próxima estación.

Los rasgos geomorfológicos más notables del sector son, el cerro Maní (2074 msnm.), numerosas quebradas secundarias, serranías y espacios intermedios cubiertos con depósitos aluviales, siendo ocupados junto a las laderas de cerros y quebradas para el diseño de geoglifos.

Aquí el Sendero Principal Longitudinal se bifurca, continuando un ramal por al oriente de una serranía, y el otro más al poniente en el plano inclinado, encontrándose ambas rutas enmarcadas por numerosos geoglifos.

36 GEOGLIFOS: SIGNOS
DEL DESIERTO

QUEBRADA DE LOS PINTADOS

Los geoglifos de quebrada de Los Pintados fueron dibujados en la sección media de esta pequeña quebrada que más abajo confluye con la de Guatacondo. Su importancia radica en la gran cantidad de paneles y diseños que concentra, siendo en su mayoría parte de data prehispana, si bien presenta algunos de cronología histórica. Es probable que esta profusión de diseños rupestres, se relacione con la convergencia en este sector de numerosas sendas con el Sendero Principal o Longitudinal Norte-Sur, para seguir por un solo derrotero cruzando la quebrada en ese mismo sentido. De hecho, la orientación predominante de los paneles es la norte, por lo que se habría buscado esta posición para ser vistos por los viajeros que venían desde ese punto cardinal, esto es, desde la quebrada de Guatacondo.

GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO 37

Cerro Raúl

CERRO RAÚL 38
GeoglifosenladerasurestedecerroRaúl.
CERRO RAÚL 40 Detalleapanelconcírculosconcéntricos,cruz,lagartoyfigurageométricacompuestadecírculosunidos.
CERRO RAÚL
41
Flechaescaleradaapuntandoladeraabajo,elaboradamediantetécnicamixta.

Figurasdelagartoconcuerpomoteado,personajeconorillasdeurdimbrecurvaconbáculo.Alcostadoderechodestacafigurageométricacruz.

44 Panelcondoscamposrectangulareselaboradosmediantetécnicaextractiva.

CERRO RAÚL

Motivogeométrico“simbólico”entécnicaextractiva,emplazadoenplanosobrecimadelcerro.

45
CERRO RAÚL
CERRO
46
RAÚL
Detalledepanelconpersonajesquepresentantúnicasrectangulares,tambiénseobservancruces,rombosescalerados,grecasyzig-zag.

PanelencerroRaúlintervenidoporelpasodevehículos.Seaprecianrombosescalerados,círculosyfiguraserpentiforme.

47
CERRO RAÚL

Cerro Maní Sur

CERRO MANÍ SUR 48

CírculoconmotivoenXportécnicamixta,emplazadoenladeranortedecerroisla.

Vistasuperiordecerroislaconmotivocircular.

VistaacimayladeranoroestedecerrosdeAltoManíSur,congeoglifosdesdibujadosporfactoresambientales.Sepuedenobservarcrucesconcírculocentral,uncamélido,alineamientodepiedrasenfranjaydamero.

52
CERRO MANÍ SUR

Personajecontúnicarectangularentécnicamixta,enáreaaltamenteintervenidaporelpasodevehículos.

53
CERRO MANÍ SUR

Cerro Challacollito

CERRO CHALLACOLLITO 54

GeoglifosencimadecerrosdeChallacollito,antropomorfo“personajedecabezacompleja”entécnicaextractivaalaizquierda

geométrico“amorfomatizadoconpuntosensuinterior” y“serpentiforme” ambosentécnica mixta.

GeoglifoselaboradoscontécnicamixtaencimadecerrosdeChallacollito.Setratadeáreascircularesmoteadas,unidasamotivosgeométricosnodefinidos.Ademásunlagartoyfranjastambiénmoteadas.

GeoglifoelaboradocontécnicamixtaencimadecerrosdeChallacollito.Setratadeunlagartoconcuerpomoteado.

Motivoantropomorfoentécnicamixtarodeadoporcamposalargadosymoteados. VistapanorámicadegeoglifosencimadecerrosdeChallacollito.

Alto Maní Norte

ALTO MANÍ NORTE 62
GeoglifosenladeranorestedequebradaManí.

LaderaestedecerrosenquebradaManí.Apesardelaerosiónsepuedendistinguirmotivosgeométricos,grecas,cruces,antropomorfos,camélidos,lagartos,entreotros.

ALTO MANÍ NORTE 64

Personajealinteriordemotivotrapezoidalsinporciónsuperior,yposiblesantropomorfoscontúnicade ladoscóncavos,tipocerrosPintados,enpartebajadelpanel.

Panelconpersonajesdegrandesdimensionesquepresentantúnicasdecoradasytocados,asociadosa camélidosycruces.

Grecaycamélidoselaboradasentécnicaextractiva,juntoaáreasdespejadasconcuadradoalcentro (técnicamixta).

Detalledelagartoentécnicamixta,juntoafiguraserosionadas.

65
ALTO MANÍ NORTE

Detalledepersonajesentécnicamixta,contocadosytúnicascuadradas,éstasúltimasdecoradasconfiguraenXy/odamero.Tambiéncamélidosyotroantropomorfocontúnicatrapezoidalentécnicaextrativa.

LaderaestedecerrosenquebradaManíconcincopanelesdegeoglifos.Destacanfigurasdecamélidos,polígonosdespejadosconcírculocentralporadición,unagrecaycruces.

ALTO MANÍ NORTE 68
69
ALTO MANÍ NORTE ConjuntodegeoglifosenladeraestedecerrosenquebradaManí.

Quebrada de Los Pintados

QUEBRADA DE LOS PINTADOS 70

DetalledeSenderoPrincipalensupasojuntoalpanelprincipaldeLosPintados.

báculos.Estosylosmotivosgeométricosdelcostadoopuesto,fueronhechosportécnicamixtayseencuentranenmarcados.

QUEBRADA
DE LOS PINTADOS 72 Panelconmotivosdediversosestilosycronologías,siendohistóricoslosantropomorfoselaboradascontécnicaextractivaytrazonaturalista,yprehispánicos,losquesepresentandefrenteconposturarígidayportando

CírculosconcéntricosemplazadosenladeranortedequebradadeLosPintados,juntoaSendero PrincipaloSenderoLongitudinalNorte-Sur.

Panelconcaravanadecamélidosyromboescaleradoportécnicaextractiva.

Panelconcamélidoestilizado,tresantropomorfos,tipocerrosPintados,contúnicatrapezoidalytocado semilunar,juntoafigurasgeométricastipotumiocuchilloceremonial.

Panelconmotivosornitomorfosentécnicamixta.

QUEBRADA DE LOS PINTADOS 73

GranpaneldeLosPintadosendondeseaprecialasuperposicióndemotivosprehispánicosehistóricos.Estosúltimosestánrepresentadosporequinosypersonajesenestilonaturalista,algunosdeellosenfilayenlazados porelementoalargadodefunciónindeterminada.

QUEBRADA DE LOS PINTADOS
76 Geométricosrectasycírculosenmeseta,juntoalbordedequebradaLosPintadosyrutareutilizada,presentandohuellasantiguasyrecientes.
QUEBRADA
DE LOS PINTADOS 77
VistaaladeranortedequebradaLosPintados,ensectordondedesciendeelSenderoPrincipalhaciaelgranpaneldeLosPintados.

Detalleapanelconcaravanadecamélidosycírculoentécnicaextractiva.

QUEBRADA
DE LOS PINTADOS 80 Personajecontúnicatrapezoidal,báculoytocadosemilunar,enmarcadoporunrectángulo.

Paneldondedestacandospersonajes,unoconcuerpocompuestodeuncírculoconcéntrico,yelotrocon túnicaquepresentadiseñosgeométricosensuinterior.Tambiénseobservaunzig-zag,caravanasde camélidosyrombosescalerados.

Detallederombosescalerados.

Geométrico,“líneaserpentiforme”elaboradoporextraccióndetrazoirregular,conacumulaciónde piedrasensuextremooeste.

QUEBRADA DE LOS PINTADOS 81
Figurasdepersonaje,dameroyrombosescaleradosentécnicaextractiva

GranpaneldegeoglifosenquebradadeLosPintados,enelextremooesteseubicaelSenderoLongitudinalPrincipal(aladerecha).Lacoloraciónoscuradelsueloenlapartesuperiordelaladera,fueaprovechadapara lograrunmayorcontrasteynotoriedaddelosdibujos.

QUEBRADA DE LOS PINTADOS

84 Círculoconpuntocentralentécnicamixta.

85
QUEBRADA DE LOS PINTADOS
Dameroentécnicamixta.

Geoglifos en peligro

Buena parte de los geoglifos ubicados entre las quebradas de Guatacondo y Maní, han sido monitoreados por el especialista Luis Briones y su equipo desde hace más de tres décadas. Gracias a su trabajo, se ha llevado el registro de estos diseños rupestres con criterios científicos, estableciéndose, entre otros asuntos, su estado de conservación.

De las conclusiones más relevantes a este respecto, tenemos que la acción eólica -acentuada por la presencia de dunas en algunos sectores-, las lluvias ocasionales, y el deslizamiento de materiales por gravedad y/o movimientos telúricos, son los factores de origen natural más determinantes en el paulatino deterioro de los geoglifos.

No obstante, el daño más significativo registrado es aquel ocasionado por el hombre, tales como huellas de vehículos, algunas de cierta antigüedad y otras más recientes. En este sector de la región tarapaqueña, tales intervenciones se encuentran asociadas a la actividad minera, así como al paso de vehículos de doble tracción con fines esparcimiento, algunos provocando un gran impacto, como se observa en las rutas usadas por el rally Dakar y otras competencias locales.

86 GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO

Por otro lado, los estudios realizados por Briones establecieron que los diseños dispuestos en lo alto de las laderas son menos propensos al deterioro por intervención humana, debido a su difícil acceso y mayor posibilidad de ser vistos y reconocidos desde un plano inferior y distante. En cambio, los geoglifos emplazados en planos de terrazas o en las pampas entre quebradas, están más expuestos al daño por el paso de vehículos motorizados u otras acciones humanas perjudiciales para la preservación de este arte.

Respecto de los motivos y paneles ya dañados, estos investigadores han sugerido la reparación en el caso de impacto antrópico reciente (vehículos) y, para el caso de impacto natural, solo recomiendan destacarlos señalando su condición de bien cultural de antigua data. Además, como medidas orientadas a la prevención de nuevas intervenciones, se ha propuesto la instalación de camellones para obstruir el paso de vehículos, y también, letreros que indiquen la presencia de geoglifos en el área. Pero lo más importante, a juicio de los autores, es la inclusión de los habitantes del lugar en un Plan de Manejo de Geoglifos, a partir de la implementación de un museo abierto que esté incluido en un circuito turístico local. Esto con el fin de conjugar la protección y preservación del patrimonio arqueológico, con el bienestar y desarrollo económico y sociocultural de las comunidades indígenas herederas de este territorio y de su notable patrimonio cultural42

GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO 87

Círculosconcéntricosentécnicamixta,seobservalaafectacióndebidoalpasodevehículos.

88 GEOGLIFOS:
SIGNOS DEL DESIERTO

Romboescaleradoycuadradoconcéntricoentécnicamixta,dispuestosenladerajuntoacaminoactual. Figurasrectangularesycruceselaboradasentécnicamixta.

Romboescaleradodispuestoenplanohorizontaljuntoahuellacaravanera. Círculoconpuntointeriorentécnicamixta,emplazadojuntoahuellacaravanera,intervenidaporelpaso deVehículos.

GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO 89

Solesconcéntricosenmarcadosporcírculos,entécnicamixta.Ladisposiciónenplanohorizontaleslousualparaestosdiseños.

Círculosportécnicaextractiva,emplazadosdeformaopuestajuntoahuellaprehispánica.

92 GEOGLIFOS:
SIGNOS DEL DESIERTO
GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO 93
Círculosconcéntricosyalineamientodepiedras,afectadosporelpasodevehículos.

Índice de imágenes

1. Geométrico, rombo escalerado “triple”, sector sendero Pica – Chacarilla. 23

2. Figuras zoomorfas “lagartos” en técnica mixta, sector Lomas de La Calera, afectados por el paso de vehículos. 29

3. Geoglifos en ladera sureste de cerro Raúl. 37

4. Detalle a panel con círculos concéntricos, cruz, lagarto y figura geométrica compuesta de círculos unidos. 38

5. Flecha escalerada apuntando ladera abajo, elaborada mediante técnica mixta. 39

6. Figuras de lagarto con cuerpo moteado, personaje con orillas de urdimbre curva con báculo. Al costado derecho destaca figura geométrica cruz. 40

7. Panel con dos campos rectangulares elaborados mediante técnica extractiva. 42

94 GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO

8. Motivo geométrico “simbólico” en técnica extractiva, emplazado en plano sobre cima del cerro. 43

9. Detalle de panel con personajes que presentan túnicas rectangulares, también se observan cruces, rombos escalerados, grecas y zig-zag. 44

10. Panel en cerro Raúl intervenido por el paso de vehículos. Se aprecian rombos escalerados, círculos y figura serpentiforme. 45

11. Círculo con motivo en X por técnica mixta, emplazado en ladera norte de cerro isla. 47

12. Vista superior de cerro isla con motivo circular. 48

13. Vista a cima y ladera noroeste de cerros de Alto Maní Sur, con geoglifos desdibujados por factores ambientales. Se pueden observar cruces con círculo central, un camélido, alineamiento de piedras en franja y damero. 50

14. Personaje con túnica rectangular en técnica mixta, en área altamente intervenida por el paso de vehículos. 51

15. Geoglifos en cima de cerros de Challacollito. Antropomorfo “personaje de cabeza compleja” en técnica extractiva a su izquierda Geométrico “amorfo matizado con puntos en su interior” y “serpentiforme” ambos en técnica mixta. 54

16. Geoglifos elaborados con técnica mixta en cima de cerros de Challacollito. Se trata de áreas circulares moteadas, unidas a motivos geométricos no definidos. Además un lagarto y franjas también moteadas. 55

GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO 95

17. Geoglifo elaborado con técnica mixta en cima de cerros de Challacollito. Se trata de un lagarto con cuerpo moteado. 56

18. Motivo antropomorfo en técnica mixta rodeado por campos alargados y moteados. 57

19. Vista panorámica de geoglifos en cima de cerros de Challacollito. 58

27. Ladera este de cerros en quebrada Maní con cinco paneles de geoglifos. Destacan figuras de camélidos, polígonos despejados con círculo central por adición, una greca y cruces. 67

28. Conjunto de geoglifos en ladera este de cerros en quebrada Maní. 68

29. Detalle de Sendero Principal en su paso junto al panel principal de Los Pintados 70

20. Geoglifos en ladera noreste de quebrada Maní. 62

21. Ladera este de cerros en quebrada Maní. A pesar de la erosión se pueden distinguir motivos geométricos, grecas, cruces, antropomorfos, camélidos, lagartos, entre otros. 63

22. Personaje al interior de motivo trapezoidal sin porción superior, y posibles antropomorfos con túnica de lados cóncavos, tipo cerros Pintados, en parte baja del panel. 64

23. Greca y camélidos elaboradas en técnica extractiva, junto a áreas despejadas con cuadrado al centro (técnica mixta). 64

24. Panel con personajes de grandes dimensiones que presentan túnicas decoradas y tocados, asociados a camélidos y cruces. 64

25. Detalle de lagarto en técnica mixta, junto a figuras erosionadas. 64

26. Detalle de personajes en técnica mixta, con tocados y túnicas cuadradas, éstas últimas decoradas con figura en X y/o damero. También camélidos y otro antropomorfo con túnica trapezoidal en técnica extrativa. 65

30. Panel con motivos de diversos estilos y cronologías, siendo históricos los antropomorfos elaboradas con técnica extractiva y trazo naturalista, y prehispánicos, los que se presentan de frente con postura rígida y portando báculos. Estos y los motivos geométricos del costado opuesto, fueron hechos por técnica mixta y se encuentran enmarcados. 71

31. Círculos concéntricos emplazados en ladera norte de quebrada de Los Pintados, junto a Sendero Principal o Sendero Longitudinal Norte-Sur 72

32. Panel con camélido estilizado, tres antropomorfos, tipo cerros Pintados, con túnica trapezoidal y tocado semilunar, junto a figuras geométricas tipo tumi o cuchillo ceremonial. 72

33. Panel con caravana de camélidos y rombo escalerado por técnica extractiva. 72

34. Panel con motivos ornitomorfos en técnica mixta. 72

96 GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO

35. Gran panel de Los Pintados donde se aprecia la superposición de motivos prehispánicos e históricos. Estos últimos están representados por equinos y personajes en estilo naturalista, algunos de ellos en fila y enlazados por un elemento alargado de función indeterminada 73

36. Geométricos rectas y círculos en meseta, junto al borde de quebrada Los Pintados y ruta reutilizada, presentando huellas antiguas y recientes. 75

37. Vista a ladera norte de quebrada Los Pintados, en sector donde desciende el Sendero Principal hacia el gran panel de Los Pintados. 76

38. Detalle de panel con caravana de camélidos y círculo en técnica extractiva 77

39. Personaje con túnica trapezoidal, báculo y tocado semilunar, enmarcado por un rectángulo. 79

40. Panel donde destacan dos personajes, uno con cuerpo compuesto de un círculo concéntrico, y el otro con túnica que presenta diseños geométricos en su interior. También se observa un zig-zag, caravanas de camélidos y rombos escalerados. 80

41. Detalle de rombos escalerados. 80

42. Figuras de personaje, damero y rombos escalerados en técnica extractiva. 80

43. Geométrico, “línea serpentiforme” elaborado por extracción de trazo irregular, con acumulación de piedras en su extremo oeste. 80

44. Gran panel de geoglifos en quebrada de Los Pintados, en el extremo oeste se ubica el Sendero Longitudinal Principal (a la derecha). La coloración oscura del suelo en la parte superior de la ladera, fue aprovechada para lograr un mayor contraste y notoriedad de los dibujos. 81

45. Círculo con punto central en técnica mixta. 83

46. Damero en técnica mixta 84

47. Círculos concéntricos en técnica mixta, se observa la afectación debido al paso de vehículos 87

48. Rombo escalerado y cuadrado concéntrico en técnica mixta, dispuestos en ladera junto a camino actual. 88

49. Rombo escalerado dispuesto en plano horizontal junto a huella caravanera. 88

50. Figuras rectangulares y cruces elaboradas en técnica mixta. 88

51. Círculo con punto interior en técnica mixta, emplazado junto a huella caravanera, intervenida por el paso de Vehículos. 88

52. Soles concéntricos enmarcados por círculos, en técnica mixta. La disposición en plano horizontal es lo usual para estos diseños. 89

53. Círculos por técnica extractiva, emplazados de forma opuesta junto a huella prehispánica. 91

54. Círculos concéntricos y alineamiento de piedras, afectados por el paso de vehículos 92

GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO 97

Notas

1 Núñez, Lautaro, 2015. Homenaje al Profesor Investigador Luis Briones Morales. Actas del XIX Congreso Nacional de Arqueología Chilena, pp. 33-39. Sociedad Chilena de Arqueología - Universidad de Tarapacá, Arica.

2 Núñez, Lautaro, 2021. Sobre el comienzo inolvidable del académico Luis Eduardo Briones Morales, Premio Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural de Chile (2012). Chungara, Revista de Antropología Chilena 53(2): 187-191.

3 Publicaciones patrocinadas por la Universidad de Tarapacá, Universidad Católica del Norte y Museo Arqueológico de la Municipalidad de Pica:

Núñez, Lautaro y Luis Briones, 2017. Tráfico e interacción entre el oasis de Pica y la Costa del desierto tarapaqueño (norte de Chile). Estudios Atacameños 56:133-161.

Núñez, Lautaro y Luis Briones, 2020. Interacción entre caravaneros y costeños en el desierto de Atacama. El puerto de tráfico del salar Soronal (Periodo Intermedio Tardío). En Los Desafíos del Tiempo, el Espacio y la Memoria. Ensayos en Homenaje a Peter Kaulicke, editado por R. Vega-Centeno y J. Dulanto, pp. 261-308. Fondo Editorial Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima.

98 GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO

Núñez, Lautaro, Luis Briones y Persis Clarkson, 2021. Intersite locations of prehistoric caravan traffic in the core of the Atacama Desert, Northern Chile. En Caravans in Socio-Cultural Perspective: Past and Present, editado por P.B. Clarkson y C.M. Santoro. Routledge, Londres.

Núñez, Lautaro y Luis Briones, 2021. Valoración de las pinturas de Chomache en la costa árida del desierto de Atacama (norte de Chile). Chungara, Revista de Antropología Chilena 53(2): 261-282.

4 Núñez 1976, Briones 1984, Briones et al. 2005, Pimentel y Montt 2008, Briones 2008, Casanova y Briones 2011, Pimentel 2011, Pimentel et al. 2017.

5 Si bien las primeras menciones sobre los geoglifos fueron hechas por viajeros durante el siglo XVIII (ej. O’Brien 1765), los estudios arqueológicos sistemáticos comenzaron a mediados del siglo pasado, tomando mayor fuerza durante las décadas de 1980 y 1990, impulso que no ha cesado hasta hoy. Así se destacan en orden cronológico los siguientes autores:

Schaedel 1957, Dahuelsberg 1960, Motsny 1964, Núñez 1965, Niemeyer 1972, Dauelsberg et al. 1975, Núñez 1976, Motsny 1980, Motsny y Niemeyer 1983, Briones y Álvarez 1984, Núñez 1984, Briones 1984, Núñez 1985, Cerda et al. 1985, Bittman 1985, Briones y Chacama 1987, Moragas 1995, Clarkson 1996, Muñoz y Briones 1996, Briones et al. 1999, Clarkson y Briones 2001, Clarkson et al. 2001, Pimentel 2003, Briones et al. 2005, Briones 2006, Valenzuela et al. 2006, Briones et al. 2007, Briones 2008, Pimentel y Montt 2008, Briones 2009, Pimentel 2011, Clarkson y Briones 2014, Pimentel et al. 2017.

6 Núñez 1965, Núñez 1976, Núñez 1985, Muñoz y Briones 1996, Clarkson y Briones 2001, Briones et al. 2005, Pimentel 2011, Pimentel et al. 2017,

7 Clarkson y Briones 2001, Pimentel y Montt 2008, Pimentel 2011, Pimentel et al. 2017.

8 Muñoz y Briones 1996, Pimentel 2011, Pimentel et al. 2017.

9 Castro 2002, Villagrán y Castro 2004, Clarkson y Briones 2014.

GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO 99

10 Núñez 1985, Briones y Chacama 1987, Muñoz y Briones 1996, Briones et al. 2005, Pimentel 2009, Pimentel 2011, Pimentel et al. 2017.

11 Briones y Chacama 1987, Briones et al. 2005, Pimentel y Montt 2008, Sanhueza 2008, Berenguer et al. 2011, Pimentel 2011, Pimentel et al. 2017. Méndez-Quiros y García 2018.

12 Briones y Chacama 1987, Briones et al. 2005, Briones 2008, Pimentel 2011, Pimentel et al. 2017.

13 Pimentel y Montt 2008, Pimentel 2011, Pimentel et al. 2017.

14 Pimentel y Montt 2088, Pimentel 2011, Vilches y Cabello 2010.

15 Briones et al. 2005, Vilches y Cabello 2011.

16 Muñoz y Briones 1996, Pimentel 2011.

17 Vilches y Cabello 2010.

18 Núñez et al. 1997, Santoro y Dauelsberg 1985, Chacama y Espinoza 1997.

19 Pimentel y Montt 2008, Pimentel et al. 2017.

20 Núñez 1984

21 Clarkson y Briones 2014.

22 Briones y Chacama 1987.

23 Briones y Chacama 1987, Muñoz y Briones 1996, Briones et al. 2005, Pimentel et al. 2017,

24 Sanhueza 2008, Berenguer et al. 2011, Muñoz et al. 2016, Castro et al. 2016.

25 Pimentel y Montt 2008, Pimentel 2011, Pimentel et al. 2017.

26 Pimentel 2011, Pimentel et al. 2017.

27 Clarkson y Briones 2001, Briones 2008.

28 Moraga y Méndez-Quirós 2011, MHW/TECK 2016a.

29 Briones 1984, Moreno 1985, Casanova y Briones 2011.

100 GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO

30 Briones 1984, Briones 2008, Casanova y Briones 2011, Pimentel 2011.

31 Pimentel 2011, Pimentel et al. 2017.

32 Clarkson y Briones 2001, Clarkson y Briones 2014.

33 Pimentel 2011, Pimentel et al. 2017.

34 Núñez 1976, Núñez 1985, Briones y Chacama 1987, Briones et al. 2005, Briones y Castellón 2005, Briones 2008, Pimentel 2011, Pimentel et al. 2017.

35 Briones y Loayza 2016.

36 Uribe 2006.

37 Briones y Loayza 2016, MHW/TECK 2016a.

38 Refugios para pernoctar, conformados por una pirca, generalmente de planta semicircular o circular, emplazadas casi siempre en la cercanía a una fuente de agua y en asociación directa con una ruta (Muñoz y Briones 1996, Pimentel et al. 2017).

39 Briones y Loayza 2016.

40 Gayo et al. 2012a, 2012b, Kottek et al. 2006, MWH/TECK 2016b, 2016c, Nester et al. 2007, Santoro et al. 2011

41 Briones 1984, Briones y Chacama 1987, Briones 2008, Pimentel 2011, Correa etal.2019

42 Briones 2016

GEOGLIFOS: SIGNOS DEL DESIERTO 101

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