Planeta ahogado

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pesquisafapesp

Los conflictos que provoca la minería se agravan con las demandas de la transición energética Brasileños hacen su aporte al Dune, el mayor proyecto de detección de neutrinos

Detectan lesiones típicas del alzhéimer en el cerebro de monos capuchinos robustos

Planeta ahogado

El récord de emisiones de gases de efecto invernadero indica que el calentamiento global no tiene freno

La precarización del mercado laboral lleva a los habitantes de las periferias urbanas de Brasil a emprender

ILUSTRACIÓN DE PORTADA ANDRÉ KITAGAWA

Abejas africanizadas en el campus de la ciudad de Botucatu (São Paulo) de la Unesp: en busca del suero contra el veneno (BIOTECNOLOGÍA, P. 48)

revistapesquisa fapesp

5 CARTA DE LA EDITORA

TAPA

6 Las emisiones de gases de efecto invernadero crecen en el mundo mientras que disminuyen en Brasil

ENTREVISTA

12 El economista Rodolfo Hoffmann adquirió notoriedad por sus análisis sobre la distribución del ingreso

INDICADORES

18 El informe Relatório de Atividades FAPESP muestra que la demanda de becas y ayudas de investigación recuperó el vigor en 2023

PRODUCCIÓN CIENTÍFICA

22 Una iniciativa brasileña reafirma la apuesta del país por los periódicos académicos de acceso abierto

POLÍTICAS PÚBLICAS

26 Aplican una metodología con distintos indicadores para evaluar las redes educativas municipales en Brasil

FÍSICA

30 Científicos brasileños crean un método de purificación del argón líquido para el mayor experimento sobre neutrinos ➔

junio 2025

GEOLOGÍA

34 Señales halladas en rocas revelan la existencia de ríos que descendían por las montañas del nordeste de Brasil hace 450 millones de años

ECOLOGÍA

36 Especies endémicas fundamentan una propuesta para detallar los distintos ambientes de la Caatinga, el bioma del semiárido brasileño

INMUNOLOGÍA

41 La vacuna del Instituto Butantan de São Paulo disminuye un 89 % el riesgo de padecer dengue grave

MEDICINA

Cuevas de Peruaçu, en el norte de Minas Gerais (ECOLOGÍA, P. 36)

42 Una variante del virus del Oropouche puede facilitar la transmisión de la enfermedad

NEUROLOGÍA

44 Detectan lesiones del alzhéimer en el cerebro de monos capuchinos robustos

BIOTECNOLOGÍA

48 Científicos de Brasil desarrollan un suero contra las picaduras de las abejas africanizadas

SOCIEDAD

52 Las motivaciones y los retos que afrontan los emprendedores de los barrios periféricos de São Paulo

ARQUEOLOGÍA

58 Investigadores académicos y de comunidades tradicionales debaten de qué manera el barrido láser puede informar sobre el pasado

GEOGRAFÍA

62 La extracción de los minerales necesarios para concretar la transición energética intensifica los conflictos en Brasil

Una barbería en la zona sur de la ciudad de São Paulo: realzar el valor de la cultura periférica (SOCIEDAD, P. 52)

Singularidades brasileñas

Durante el próximo mes de noviembre, Brasil albergará una nueva edición de la reunión anual de los signatarios de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP30. El país ocupa un lugar singular en el debate sobre el tema. En cifras absolutas, la cantidad de gases de efecto invernadero que libera anualmente lo ubican entre los mayores emisores mundiales. Pero el perfil de las emisiones brasileñas es distinto al de otras naciones que se encuentran al tope del ranking. En éstas, el sector energético es responsable de las dos terceras partes del total, mientras que en Brasil la energía no llega al 20 %. La causa principal de las emisiones brasileñas es el (mal) uso de la tierra: la deforestación y los incendios forestales suman el 46 % de las mismas, mientras que la producción agropecuaria responde por otro 28 %.

Aunque resulta insuficiente, Brasil disminuyó un 12 % sus emisiones en 2023 –cuando el mundo incrementó un 1,3 % la cantidad de gases liberados con respecto al año anterior– fundamentalmente en virtud de la merma del desmonte forestal. En el reportaje estampado en la portada de esta Edición Internacional de Pesquisa FAPESP se efectúa un balance de la situación, tanto en términos nacionales como mundiales ( página 6 ).

La transición energética de las fuentes fósiles a las energías renovables depende de diversos factores. Uno de ellos es la explotación de minerales críticos, que son indispensables para la implementación de las tecnologías bajas en carbono. La actividad minera es históricamente desencadenante de conflictos sociales, en su mayoría relacionados con la posesión de la tierra y el acceso al agua. Tales disputas se mapean con los datos que recopila el Observatorio de Conflictos Mineros en Brasil, una iniciativa de investigadores de diversas instituciones, movimientos sociales y ONG ( página 62).

Este número también incluye una entrevista con el ingeniero agrónomo Rodolfo Hoffmann, de

la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz de la Universidad de São Paulo. Su objeto de investigación viene siendo desde hace casi 60 años la desigualdad en la distribución de los ingresos, aunque también se dedica a los estudios en economía, que comprenden la reforma agraria y la inseguridad alimentaria. Hoffmann comenta de qué manera se trabajaba manualmente en la era anterior a las computadoras personales en las investigaciones con grandes conjuntos de datos ( página 12).

De acuerdo con la OMS, el continente americano concentra un 80 % de los casos de dengue que se registran en el mundo, pero esta enfermedad se encuentra presente em todas las regiones del planeta. En 2024 Brasil batió el récord en lo concerniente al total de casos probables (6,5 millones) y de muertes a causa de esta afección viral (alrededor de 6.000 defunciones), según datos del Ministerio de Salud nacional. Frente a este preocupante panorama, la buena noticia llega desde los bancos de los laboratorios. La posible vacuna del Instituto Butantan de São Paulo generó una protección duradera y elevada, al disminuir un 67,3 % el riesgo de que los pacientes exhiban síntomas de la enfermedad ( página 41).

Para terminar, un programa de ciencia colaborativa hecha entre investigadores académicos y comunidades locales en la Amazonia aplica la tecnología denominada lídar, de teledetección láser, para cartografiar el suelo en las áreas que sufren el impacto de la actividad humana y para detectar yacimientos arqueológicos ( página 58).

La investigación de los indicios de la antigua existencia de un gran asentamiento humano en la selva puede ayudar a preservar el modo de vida de los actuales habitantes de la región y servir de apoyo a acciones tales como las inherentes a la demarcación de las tierras de las poblaciones originarias.

Esta edición internacional contiene una recopilación de artículos publicados originalmente en portugués entre julio y diciembre de 2024. Subimos mensualmente nuevos contenidos en español a nuestro sitio web (revistapesquisa.fapesp.br/es/).

Alza mundial, caída nacional

Las emisiones de gases de efecto invernadero aumentan en el mundo, pero en Brasil disminuyen gracias a la merma de la deforestación en la Amazonia

Publicado en diciembre de 2024

Las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) alcanzaron un nuevo récord en 2023. Ascendieron a 57.100 millones de toneladas de equivalentes de dióxido de carbono (CO₂eq), y superaron en un 1,3 % el volumen del año anterior, según un informe publicado a finales de octubre por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). El índice de crecimiento fue superior al de la década pasada (de 2010 a 2019), cuando, antes de la eclosión del covid-19, las emisiones anuales aumentaron en promedio un 0,8 %. En 2020, en pleno apogeo de la pandemia, la merma de las actividades en el planeta llevó a un descenso de casi un 5 % en las emisiones totales, el máximo declive registrado desde la década de 1970.

El incremento de las emisiones globales tuvo lugar en cuatro de los cinco grandes sectores que producen GEI: energía, procesos industriales, producción agropecuaria y tratamiento de residuos. Tan solo la categoría uso del suelo, cambios en el uso del suelo y silvicultura (USCUSS, o LULUCF, por sus siglas en inglés) emitió menos gases de efecto invernadero en 2023 que en el año anterior. El proceso de mayor influencia en el total de este sector es la eliminación de la vegetación, especialmente de bosques, para dejar espacio a la agricultura y la ganadería.

“El problema de Brasil radica en que el inventario nacional subestima las emisiones de dióxido de carbono derivadas de los incendios forestales y la degradación de la vegetación”, comenta la química Luciana Gatti, coordinadora del Laboratorio de Gases de Efecto Invernadero (LaGEE, por sus siglas en portugués) del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe). Salvo la agricultura, que puede almacenar carbono en el suelo, aunque estas capturas no suelen contabilizarse en los inventarios, el sector USCUSS es el único que, además de emitir, también puede extraer dióxido de carbono del aire en forma natural (el resto de las categorías siempre liberan GEI).

Las áreas verdes bien preservadas pueden extraer más carbono de la atmósfera vía fotosíntesis y almacenarlo en su biomasa que el CO₂ que emiten a través de su respiración. Por su densa vegetación tropical, siempre se había considerado a la Amazonia una región del planeta que absorbía más carbono que el que emitía. Pero estudios recientes, como los que llevó a cabo el equipo de Gatti, apuntan que, debido a la deforestación y a una mayor degradación, hay partes de la Amazonia que están perdiendo su capacidad de prestar este servicio ecosistémico, que mitiga el calentamiento global.

Hoy en día, los análisis en su mayoría indican que la temperatura global es al menos 1,2 grados Celsius [ºC] superior a la del período adoptado como referencia de la era preindustrial, la segunda mitad del siglo XIX. Con este nivel de calentamiento, diversos estudios muestran un deterioro de algunos de los signos vitales del planeta, como la elevación del nivel de los océanos y la intensificación de los eventos climáticos extremos. Desde 2023, sin embargo, se ha registrado un calentamiento global del orden de 1,5 ºC durante varios meses seguidos, que aún se considera temporal.

Según el informe del Pnuma, ha habido un incremento del volumen liberado de los cuatro tipos de gases que contribuyen al aumento de la temperatura del planeta: dióxido de carbono (CO₂), causante por sí solo de las tres cuartas partes del calentamiento global, fundamentalmente como resultado de la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón); metano (CH₄), liberado esencialmente por las actividades agropecuarias y por fugas durante la explotación de gas natural; óxido nitroso (N₂O), presente en los fertilizantes agrícolas y en residuos animales, y gases fluorados (HFC), utilizados en los sistemas de refrigeración.

En las estadísticas, es habitual transformar las emisiones de metano, óxido nitroso y gases fluorados en su equivalente en CO₂. Para ello se utiliza una fórmula de conversión a través de la cual la producción de una tonelada de metano u óxido nitroso calienta

la atmósfera durante un siglo del mismo modo que 25 y 298 toneladas de CO₂ respectivamente. En el caso de los HFC, que abarcan una familia de gases producidos en forma artificial, el factor de conversión suele superar el millar de toneladas. De no revertirse la actual tendencia de incremento de la producción de GEI, no existe la menor posibilidad de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC, la meta estipulada en 2015 en el marco del Acuerdo de París, y se prevé que la temperatura del planeta aumente entre 2,5 y 3 ºC hacia finales de siglo. Este nivel de calentamiento se considera catastrófico, con un costo altísimo en vidas humanas y pérdidas económicas. “Para encauzar las emisiones en una vía menos costosa que [limite el calentamiento a] 1,5 ºC, las mismas deberían mermar en un 42 % para 2030 en comparación con los niveles de 2019”, afirmó la economista danesa Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma, en el prólogo del documento. Otra posibilidad sería reducir las emisiones un 7,5 % año a año de aquí a 2035.

LA CAÍDA DE LAS EMISIONES EN BRASIL

A contramano de lo que sucede en gran parte del planeta, Brasil redujo de manera significativa sus emisiones de GEI el año pasado. De acuerdo con el Sistema de Estimación de Emisiones y Remociones de Gases de Efecto Invernadero (Seeg), una iniciativa de la red de organizaciones no gubernamentales Observatório do Clima (OC), en 2023 el país liberó a la atmósfera 2.600 millones de toneladas brutas (sin incluir las remociones) de CO₂eq, un 12 % menos que en 2022, en lo constituyó el mayor descenso de los últimos 15 años.

La categoría de mayor incidencia en las emisiones fue el cambio en el uso del suelo (el 46 %), que históricamente ha liderado la producción de GEI en el país. A continuación se ubicaron los sectores de la agricultura y la ganadería (el 28 %), energía (el 18 %), el tratamiento de residuos (el 4 %) y los proce-

sos industriales (el 4 %). Si se consideran solamente las emisiones netas, esto es, el total bruto menos el carbono extraído de la atmósfera vía fotosíntesis de la vegetación en crecimiento, el volumen de GEI liberado a la atmósfera en el país en 2023 fue de alrededor de 1.600 millones de toneladas de CO₂eq.

Los datos del Seeg no son oficiales, pero básicamente siguen la metodología recomendada por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas. “Para finales de este año estará lista una actualización del inventario de emisiones netas de GEI [ya descontadas las remociones del sector USCUSS] hasta 2022”, dice Márcio Rojas, coordinador general de Ciencia del Clima y Sostenibilidad del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI) de Brasil. “Nuestros guarismos suelen ser muy similares a los de las emisiones netas que calcula el Seeg, que para ello se referencia en el inventario nacional”.

Los datos más recientes del Sistema de Registro Nacional de Emisiones (Sirene) del ministerio son de 2020, el año de inicio de la pandemia. Ese año, las emisiones netas de GEI en Brasil ascendieron a casi 1.700 millones de toneladas de CO2eq, de las cuales un 38 % se atribuyó al sector USCUSS y un 28,5 % a la producción agropecuaria, según el Sirene. Las categorías de energía, procesos industriales y tratamiento de residuos representaron respectivamente el 23,2 %, el 6,1 % y el 4,2 % del total de GEI producidos en el país.

La disminución de las emisiones en Brasil en 2023 se debe a una característica particular de su modelo económico. Fue exclusivamente gracias a una reducción de un 24 % en las emisiones de la categoría cambios en el uso de la tierra que la producción total de GEI en el país fue inferior durante el año pasado. En las otras cuatro categorías que liberan alguna forma de carbono a la atmósfera (energía, agricultura

Todos los gases que causan el calentamiento global

Evolución de las emisiones mundiales de dióxido de carbono, metano, óxido nitroso y gases fluorados (en gigatoneladas de CO₂eq)

y ganadería, procesos industriales y tratamiento de residuos), las emisiones brasileñas crecieron en 2023, según el Seeg. “En Brasil, el sector de los cambios en el uso de la tierra ha sido históricamente el que dicta la tendencia dominante en materia de producción de gases de efecto invernadero”, explica el ingeniero químico David Tsai, del Instituto de Energia e Meio Ambiente (Iema), coordinador del Seeg. “Se trata de una especie de modulador, un regulador de la intensidad de las emisiones totales”.

En los grandes países y bloques que más GEI liberan actualmente hacia la atmósfera, entre los que figuran China (el 30 % del total), Estados Unidos (el 11 %), la India (el 8 %), la Unión Europea (el 6 %) y Rusia (el 5 %), el sector energético es el de mayor emisión de gases de efecto invernadero, por un amplio margen. En estos lugares, pese al avance de los últimos años en el uso de la energía eólica y solar, la matriz energética todavía es muy dependiente del consumo de petróleo, gas y carbón. Por ello es que, en los referidos países, así como en términos mundiales, la quema de combustibles fósiles constituye el gran motor del calentamiento global. En el historial acumulado desde mediados del siglo XIX, Estados Unidos se mantiene como el país que más GEI ha emitido, con alrededor de un 20 % del total desde 1850.

La matriz energética de Brasil es más limpia que la de otros países. Más del 80 % de su energía eléctrica procede de fuentes renovables, tales como centrales hidroeléctricas y parques solares y eólicos, y sus vehículos funcionan en buena medida con biocombustibles. Así y todo, dependiendo del año y de la fuente consultada, el país figura como el quinto o sexto emisor actual, con un 2 % o un 3 % del total de las emisiones de GEI. Al ser una potencia mundial en materia de cultivo de alimentos y cría de ganado, Brasil produce una gran cantidad de GEI procedentes de la agricultura y la ganadería. En este caso, el peso de este sector dentro del total de las emisiones suele ser mayor que en las principales economías del planeta.

Puntualmente, Tsai subraya que una alteración significativa en un solo parámetro del sector de cambios en el uso del suelo fue responsable de la disminución en la producción total de GEI en el territorio nacional en 2023: la importante reducción de la deforestación en el bioma Amazonia, la mayor selva tropical del planeta, con un 60 % de su extensión total en territorio brasileño. La superficie deforestada en la porción nacional de este bioma fue de aproximadamente 4.500 kilómetros cuadrados (km²) en 2023, un 62 % menos que durante el año anterior, según un informe de MapBiomas, otra iniciativa del OC. Los datos oficiales utilizados por el gobierno brasileño en las negociaciones internacionales también apuntan una disminución reciente y considerable de la pérdida de vegetación en la Amazonia Legal, un concepto político-administrativo que abarca casi un 60 % del territorio nacional: la totalidad del bioma

El peso de cada sector

Actividades que emitieron más gases de efecto invernadero en el planeta en 2023 (en % del total)

57,1 Gt de CO 2 eq en 2023

68 %

Energía

9 %

Procesos industriales

11 %

Agricultura y ganadería

7%

USCUSS (uso del suelo, cambios en el uso del suelo y silvicultura)

4 %

Tratamiento de residuos y otros

El total no llega al 100 % porque no se conoce la totalidad de las fuentes de los gases

Perfil de las emisiones por país

El sector energético es el principal productor de gases de efecto invernadero en las grandes economías. En Brasil, este peso recae históricamente sobre el sector agropecuario y el de USCUSS EN GIGATONELADAS DE CO2eq

Energía Procesos industriales Producción agropecuaria

USCUSS Tratamiento de residuos y otros

Amazonia, un 20 % del Cerrado, la sabana brasileña, y una pequeña parte del Pantanal. Según información dada a conocer a principios de noviembre por el Programa de Monitoreo de la Deforestación en la Selva Amazónica Brasileña vía Satélite (Prodes), una iniciativa del Inpe, la superficie afectada por el desmonte en la Amazonia Legal en 2024 fue de 6.288 km2, un 31 % menos que en el año anterior.

“La tendencia de la deforestación, particularmente en la Amazonia, tiene un gran impacto en el perfil y en las emisiones totales de gases de efecto invernadero”, ratifica Rojas, del MCTI. Los datos del MapBiomas y del Prodes suelen apuntar una misma tendencia principal de la deforestación en la Amazonia, si bien no pueden compararse directamente debido a sus diferencias metodológicas.

La matriz energética más limpia y la gran incidencia de la deforestación y de la producción agropecuaria en el total de las emisiones, en conjunto, hacen de Brasil un país único en el contexto internacional de la generación de gases de efecto invernadero. Las tres cuartas partes, aproximadamente, de las emisiones en las mayores economías del planeta proceden de actividades y procesos que dependen de la quema de combustibles fósiles. En China, Estados Unidos y la Unión Europea, el peso del sector USCUSS (e incluso el de la agricultura y la ganadería) en la producción de carbono que se libera en la atmósfera tiende a ser bajo.

Durante la 29ª Conferencia de las Partes (COP29) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que se llevó a cabo en Bakú (Azerbaiyán), entre los días 11 y 22 de noviembre, Brasil anunció un nuevo compromiso con la mira puesta en la reducción de sus emisiones para el período 2030-2035. Técnicamente denominada Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), esta meta prevé que, en 2035, las emisiones netas de GEI (es decir, teniendo en cuenta también las absorciones como resultado del mantenimiento de la vegetación) representen entre un 59 % y un 67 % de la producción de GEI en 2005. En términos numéricos, este recorte significaría que Brasil emitiría anualmente entre 850 y 1.050 millones de toneladas de CO₂eq.

Las nuevas NDC, uno de los compromisos exigidos por el Acuerdo del Clima de París a sus 196 países signatarios tendientes tratar de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC, fue considerada poco ambiciosa por muchos ambientalistas. El ingeniero Roberto Schaeffer, del Instituto de Posgrado e Investigaciones en Ingeniería Alberto Luiz Coimbra de la Universidad de Río de Janeiro (Coppe-UFRJ), opina distinto. “La meta es muy ambiciosa, dice el profesor del Programa de Planificación Energética de esa universidad fluminense, cuyo equipo realizó, a pedido

del gobierno federal brasileño, los estudios (a la fecha aún no divulgados), en los que se basó la meta de la nueva NDC. “Si pudiéramos eliminar por completo la deforestación, las emisiones del sector USCUSS caerían rápidamente y, en consecuencia, también el total de GEI producido por el país. Cuando esto suceda, el perfil de las emisiones brasileñas empezará a parecerse al del resto de los países. A partir de ese momento, también tendremos que tratar de reducir con mayor firmeza las emisiones de otros sectores y no solamente las del USCUSS y, en simultáneo, promover la absorción de GEI mediante la preservación y restauración de bosques.”

Una vez establecido este nuevo escenario hipotético, Brasil pasaría a tener una huella de carbono menor, pero le resultaría más difícil seguir reduciendo drásticamente sus emisiones. Esto se debe a que los otros cuatro grandes sectores productores de GEI (energía, agricultura y ganadería, procesos industriales y tratamiento de residuos) responden mucho más lentamente a los cambios implementa-

Los mayores emisores

El peso de los principales países y bloques sobre la producción total de gases de efecto invernadero en 2023

dos con miras a reducir sus emisiones. “El volumen del metano generado por el ganado brasileño, por ejemplo, no disminuirá radicalmente de la noche a la mañana, aunque sí es posible reducir parte de las emisiones procedentes de la fermentación entérica animal”, comenta Schaeffer.

Aún es pronto para conocer los datos mundiales sobre la producción de GEI en 2024. Pero, tal como viene haciéndolo desde el año 2006, la iniciativa internacional Global Carbon Budget (GCB) difundió un artículo en el mes de noviembre, aún no publicado en una revista científica, con una estimación para este año de las emisiones de CO₂ únicamente, sin incluir los otros GEI. Las cifras que se dieron a conocer en el marco de ese proyecto y que el sector adopta como referencia son preocupantes. Se espera que las emisiones totales de dióxido de carbono batan el récord y ascenderían hacia finales de diciembre a 41,6 gigatoneladas, un 2,4 % más que en 2023.

La severa sequía producto del fenómeno climatológico de El Niño entre 2023 y 2024 −como la que aún afecta a la Amazonia− ha acentuado las emisiones derivadas de la deforestación y los incendios forestales que degradan la vegetación. “Los impactos del cambio climático son cada vez más dramáticos. No obstante, no vemos ninguna señal de que la quema de combustibles fósiles haya alcanzado un techo”, comentó Pierre Friedlingstein, de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, en material de difusión.

En la Amazonia brasileña, la deforestación ha seguido disminuyendo este año. Así y todo, la cantidad de incendios forestales en distintos biomas ha sido bastante elevada, fundamentalmente durante el primer semestre, una época en la que no suelen producirse muchos focos ígneos. Este panorama nacional y la tendencia mundial que indica un aumento sostenido de las emisiones en momentos en que los países ya deberían haber reducido su huella de carbono, tal como dijeron que lo harían en sus anteriores NDC, no permiten por ahora ser optimistas. Empero, desistir no es una opción. Solo existe un planeta habitable que se conozca. l

Para calcular nuestras desigualdades

El economista se hizo célebre por sus análisis sobre la distribución del ingreso Brasil

Publicado en agosto de 2024

Profesor sénior del Departamento de Economía, Administración y Sociología de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz, de la Universidad de São Paulo (Esalq-USP), Rodolfo Hoffmann se graduó en agronomía en la década de 1960 en esa misma institución. Sin embargo, nunca trabajó como profesional en ese campo. Se integró pronto al ámbito académico y adquirió reconocimiento como uno de los expertos en distribución del ingreso en Brasil. Durante la dictadura militar (1964-1985), participó en el episodio conocido como “Controversia de los 70”, un debate que movilizó a los economistas y suscitó divergencias en lo concerniente a las razones del aumento de la desigualdad en el país entre las décadas de 1960 y 1970.

Hace 58 años que Hoffmann es profesor de la Esalq. Ya jubilado, en la década de 1990, también fue docente del Instituto de Economía de la Universidad de Campinas (Unicamp) entre 1996

y 2012, donde principalmente dictó clases de estadística. Además de la desigualdad de ingresos, ha sido un estudioso de la cuestión agraria y la inseguridad alimentaria, entre otros temas. Ha dirigido 62 tesinas de maestría y 30 tesis doctorales, y ha publicado unos 250 artículos, solo o en coautoría. Es autor de libros tales como Estatística para economistas [Estadística para economistas] (editorial Pioneira, 1980) y Distribução de renda: Medidas de desigualdade e pobreza [La distribución del ingreso. Mediciones de la desigualdad y la pobreza] (Edusp, 1998), cuya versión actualizada, en coautoría con dos de sus exdirigidos, los economistas Diego Camargo Botassio y Josimar Gonçalves de Jesus, fue publicada por la misma editorial en 2019.

Casado en segundas nupcias con Marina Vieira da Silva, profesora jubilada de la Esalq, Hoffmann, de 81 años, tiene dos hijos y cuatro nietos. Recibió a Pesquisa FAPESP en su despacho de la Esalq en Piracicaba (São Paulo), donde concedió la siguiente entrevista.

ANA PAULA ORLANDI Y RICARDO BALTHAZAR retrato LÉO RAMOS CHAVES

ESPECIALIDAD

Distribución del ingreso en Brasil

INSTITUCIÓN

Escuela Superior de Agricultura

Luiz de Queiroz de la Universidad de São Paulo (Esalq-USP)

ESTUDIOS

Título de grado en ingeniería agronómica (1965), maestría en ciencias sociales rurales (1967) y doctorado en economía agraria (1969) por la Esalq-USP

Usted nació en São Paulo, pero vivió sus primeros años en una chacra en el interior del estado. ¿Por qué?

Allá por la época en que nací, mis padres, Hellmut y Annemarie, y mis dos hermanos mayores, Helga y Ulrich, vivían en una chacra en Nova Europa, una localidad cercana a Araraquara. Mis padres eran alemanes y se conocieron en Santos, en el litoral paulista, en 1937. Poco después se casaron y adquirieron una propiedad en esa ciudad. En agosto de 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Getúlio Vargas [18821954] se alineó contra los países del Eje [Alemania, Italia y Japón] y declaró el estado de guerra en todo el territorio nacional. En consecuencia, todos aquellos que eran ciudadanos del Eje fueron obligados a retirarse de las zonas costeras. Mi padre acabó siendo despedido del banco en el que trabajaba como escribiente y le dieron menos de 24 horas para abandonar Santos con su esposa e hijos. Se dirigieron a una chacra que la familia de él poseía en Nova Europa y administraba mi tía, Luise, y mi padre empezó a trabajar la tierra. Poco antes de mi nacimiento, en diciembre de aquel año, mi madre consideró que sería mejor dar a luz en São Paulo, donde vivían sus padres y había más infraestructura.

¿Creció allí en la chacra?

Viví ahí hasta los 3 años. En 1945, cuando la guerra terminó, mi padre consiguió empleo como escribiente en la junta directiva de una fábrica de juguetes y se trasladó a São Paulo. Mi madre regresó con sus hijos a nuestra casa en Santos y mi papá nos visitaba los fines de semana. Cuando tenía 10 años, mi madre, mis cuatro hermanos y yo nos mudamos a São Paulo con mi padre. Todos mis estudios fueron en la escuela pública: hice el gymnasium y la enseñanza media en la Escuela Estadual de São Paulo, en el centro de la ciudad. Vivíamos en una casa sencilla en el barrio de Vila Mariana, porque mi padre quería ahorrar para comprar una chacra en el interior. Cuando emigró de Alemania a Brasil a principios del siglo XX, mi abuelo se convirtió en agricultor y mi padre tenía una conexión emocional con el campo. Los fines de semana se iba en tren a visitar lugares para tratar de hallar una tierra en venta y yo era uno de los que lo acompañaba. Hasta

que encontró una parcela situada entre Itapevi y São Roque. Durante mi infancia y mi adolescencia, habitualmente pasaba las vacaciones escolares de principios de año en la chacra de la tía Luise.

¿Eso influyó en su elección de la carrera de ingeniería agronómica?

Creo que sí. Hasta los 18 años, tenía sueños bucólicos que idealizaban la vida en el campo que, como es sabido, puede ser buena, pero también muy dura. Ingresé a la facultad en 1961. No me gustaron las bromas iniciáticas, por supuesto, pero quienes las rechazaban de plano se convertían en “tipos extraños” y no eran aceptados en el centro de estudiantes. Y yo ansiaba formar parte del centro de estudiantes, que funcionaba fuera del campus de la Esalq y tenía una vida independiente.

¿Su implicación en la política empezó en Piracicaba?

En mi adolescencia, cuando asistía a la escuela en São Paulo, recuerdo haber participado en campañas por la educación. También leía a Marx [1818-1883]. Mi hermana Helga, cuatro años mayor que yo, siempre fue un punto de referencia para mí. Participaba en el movimiento estudiantil y en 1956 fue la primera mujer electa presidenta de la Unión Nacional de Estudiantes Secundarios [Unes].

¿Consiguió entrar en el centro de estudiantes de la Esalq?

Sí. Dentro del movimiento estudiantil, mis simpatías se acercaban más al PCB [Partido Comunista Brasileño], pero la Unión Estudiantil Estadual [UEE] estaba prácticamente dominada por la AP [la organización de izquierda Acción Popular]. Tomaba el material de la AP en São Paulo y lo divulgaba en Piracicaba. En 1963 fui designado por la UNE [Unión Nacional de Estudiantes] para ir a un encuentro nacional de estudiantes de agronomía en Río de Janeiro y allí conocí a dos cubanos. Vinieron conmigo a Piracicaba y dieron una charla en el centro de estudiantes sobre la revolución socialista en la isla. El ambiente de la Esalq era muy conservador y fui ganando fama de subversivo.

¿Por eso fue detenido?

En abril de 1964, unos días después del golpe, estaba en clase y me convocaron al despacho del entonces director de la

Esalq, Hugo de Almeida Leme [1917-1992], quien se encontraba con el jefe de policía y un oficial ayudante. Tenía 22 años y me llevaron detenido con lo puesto a la cárcel de Piracicaba. Recuerdo que mi preocupación era destruir una libreta de direcciones que llevaba en el bolsillo para no delatar a mis compañeros de militancia. La hice picadillo con los dedos, otro poco la mastiqué y el resto lo arrojé por el agujero de la celda que funcionaba como inodoro. Después de eso De Almeida Leme se convirtió en ministro de Agricultura [1964-1965] del gobierno militar. En la década de 1980 fue nombrado profesor emérito de la Esalq. Yo me encontraba en la reunión de claustro y pedí el uso de la palabra. Dije que no me parecía digna su actitud, en el pasado, de haber entregado a un estudiante a la policía sin una orden de detención. A título comparativo, el rector Zeferino Vaz [1908-1981] impidió que sucediera lo mismo en la Unicamp durante el régimen militar. El tema fue retirado del orden del día y posteriormente, en otra reunión en la que no estuve presente, le concedieron el título de profesor emérito.

¿Cuánto tiempo estuvo detenido? Unos 50 días. Era una celda común, con

tres cuchetas, que compartía con otros cinco presos, entre ellos Capixaba, un ladrón que robó un banco y fue detenido cuando intentaba subirse a un ómnibus en la estación terminal de Piracicaba. Me interrogaron, pero no me torturaron. Creo que fui uno de los primeros detenidos en la ciudad por motivos políticos en la época de la dictadura. Y pienso que fui el único estudiante. Después, cuando aún estaba en la cárcel, “cayeron” varios dirigentes sindicales locales.

¿Cómo fue que empezó a estudiar economía?

En los años 1960, el ambiente de la Esalq era conservador y adquirí fama de subversivo a causa de mis convicciones políticas

Había perdido casi dos meses de clases y a finales de 1964 tuve que rendir un examen para recuperarlos. Cursaba el cuarto y penúltimo año en la facultad de agronomía. El año siguiente era el de especialización: fitopatología, agricultura o economía. Tengo que darle las gracias al destino. Una de las asignaturas que debía recuperar era economía rural, que impartía el profesor catedrático Érico da Rocha Nobre. Mientras reflexionábamos sobre un libro de Paul Sweezy [1910-2004], un economista marxista estadounidense, se complicó con un tramo y yo pude ayudarlo. Él aceptó mi intervención gentilmente. También se dio cuenta de que yo tenía potencial para la economía. Mi interés por la materia venía de mucho antes, de mis estudios por motivaciones políticas o, simplemente, por el afán de entender la historia. Como autodidacta, aprendí mucho de la economía marxista antes de estudiar la economía neoclásica en el último año de la carrera de agronomía.

¿Cuándo se convirtió en profesor? Me gradué en agronomía en 1965, pero nunca trabajé en esta área desde un punto de vista técnico, asesorando a productores rurales, por ejemplo. Mi carrera académica comenzó pronto. Al año siguiente, el profesor Da Rocha Nobre me invitó a ser su asistente de cátedra en la Esalq. Yo tenía alguna experiencia docente. Mi abuela materna daba clases particulares y solía enviarle algunos alumnos a mi madre, quien también era profesora particular, sobre todo de inglés. Cuando un alumno tenía dificultades con alguna materia de ciencias exactas, me llamaba para que le enseñe. Yo era un adolescente. Poco después de mudarme a Piracicaba, fui docente del cursillo de preingreso en el centro de estudiantes

de la Esalq. En 1964, un compañero de piso abrió un cursillo en la ciudad y me convocó para que trabajar como profesor de física. Él me reemplazó mientras estuve preso. Cuando salí de la cárcel, los alumnos firmaron un petitorio solicitando que yo no volviera a darles clases. Nunca pude saber si el principal motivo por el que firmaron la solicitud era que no querían tener un profesor “subversivo” o porque consideraron que mi reemplazante era mejor docente de física que yo. Así que, en 1964, no solo estuve preso, sino que también perdí mi empleo. Pero continué dando clases particulares y, al año siguiente, me convertí en profesor de física en una escuela de enseñanza media pública.

¿Empezó la maestría en ciencias sociales rurales el mismo año que se convirtió en profesor asistente? Formé parte de la primera cohorte de maestría en economía de la Esalq. Mi tesina sobre la distribución de la propiedad de la tierra fue una derivación de un artículo que presenté en un congreso de estudiantes de agronomía en Fortaleza [Ceará], allá por 1962. En ese trabajo demostraba que la propiedad de la tierra está muy concentrada en Brasil, lo que no era ninguna novedad, pero lo innovador fue la forma en que se realizó el cálculo. Tomé los datos del Censo Agropecuario del IBGE [Instituto Brasileño de Geografía y Estadística] de 1960, pero como no tenía una computadora para llevar a cabo el análisis, dibujé la curva de Lorenz [una representación gráfica del grado de desigualdad] en papel milimetrado con los datos de la producción acumulada de todos los establecimientos agropecuarios del país. Y utilicé un dispositivo topográfico para medir la superficie interior de la curva y calcular el Índice de Gini [coeficiente de Gini, ideado para medir la desigualdad]. El profesor Frederico Pimentel Gomes, profesor de matemática, aceptó dirigirme y defendí mi tesina en 1967.

¿Qué investigó en su doctorado? Es una investigación relacionada con la agronomía y la economía: estudié la variación estacional de los precios de los productos agrícolas. Los productos cuyo precio fluctúa estacionalmente en forma similar pertenecen a una misma familia botánica y son susceptibles a las mismas enfermedades y oscilaciones de la tempe-

Cuando salí de la cárcel tuve que recuperar para ponerme al día porque perdí casi dos meses de clases y así fue como me volqué a la economía en la facultad

ratura, por ejemplo. En mi trabajo, puse de relieve esta condición. Cuando hice mi doctorado, ya tenía acceso a una computadora del Departamento de Estadística de la Esalq, que podía utilizar durante la madrugada. Por entonces, prácticamente no existían los programas informáticos en el país. Había que diseñarlos, algo que aprendí a hacer asistiendo a un curso libre en la Esalq.

Comenzó su investigación doctoral en la Universidad de Ohio. ¿Cómo le fue en esa experiencia suya en Estados Unidos?

No salió muy bien. Por entonces, la Esalq había suscrito un convenio con la Universidad de Ohio por el cual vinieron algunos docentes a trabajar en el posgrado de la carrera de agronomía. Me ofrecieron una beca para realizar mi doctorado en esa universidad ni bien hubiera concluido la maestría. Ahora bien, yo estaba casado y tenía una hija pequeña. Mi primera esposa, Sônia Vieira, era docente de estadística en la Facultad de Medicina de la Unesp [Universidade Estadual Paulista], en Botucatu. Para poder acompañarme, tendría que dejar su empleo y quedarse como ama de casa en Estados Unidos.

Obviamente no aceptó y yo estuve completamente de acuerdo. Ella se quedó en Brasil con nuestra hija, tratando de conseguir una beca de estudios. En aquella época, las instituciones no se preocupaban como ahora en conseguir becas para la pareja. Viajé solo, pero acabé regresando unos cinco meses después, en 1968. Más allá de que extrañaba a mi familia, no me entusiasmaron mucho las clases. Consideré que no valía la pena el sacrificio de estar lejos de Brasil y retomé mis investigaciones en Piracicaba. El profesor Da Rocha Nobre me amenazó con despedirme si yo no concluía mi doctorado en Ohio, pero acabó por conformarse, con la condición de que hiciera el doctorado inmediatamente en la Esalq.

Su tesis de libre docencia, intitulada “Una contribución al análisis de la distribución del ingreso y la propiedad de la tierra en Brasil” (1971), ¿fue una continuación de su investigación de maestría?

Así es. En mi investigación utilicé los datos por categoría de ingresos del censo demográfico de 1960 y apliqué el Índice de Gini, detectando niveles muy altos de desigualdad de ingresos en el país. Solo disponía de los datos tabulados del IBGE. En mi trabajo, desarrollé un procedimiento matemático para trazar la curva de Lorenz con esos puntos y estimar el área correcta, teniendo en cuenta la curvatura. Por la misma época, mi alumno de maestría João Carlos Duarte [agrónomo y sociólogo fallecido en 1989] aplicó el mismo procedimiento a los datos del Censo 1970, que acababan de publicarse. Identificó niveles aún más altos de desigualdad de ingresos.

¿Qué hicieron?

En 1972 publicamos juntos un artículo en la Revista de Administração de Empresas, de la Fundación Getulio Vargas [FGV], donde analizamos la distribución de la renta entre los asalariados en 1960 y 1970. Hoy en día es posible acceder muy fácilmente a los datos de la Encuesta Nacional por Muestreo de Domicilios [Pnad, en portugués] y de la Encuesta de Presupuestos Familiares [POF, también en portugués], por ejemplo. Pueden descargarse en la computadora personal en casa. Pero en aquella época eso no existía. Ya existían los microdatos, pero solo era posible analizarlos en ordenadores

de gran porte, no había computadoras personales en el país. Con Duarte tuvimos que realizar una complicada labor estadística con los datos publicados por estratos de ingresos para obtener buenas estimaciones del Índice de Gini.

El economista estadounidense Albert Fishlow, de la Universidad de California en Berkeley, arribó a la misma conclusión. Había visitado Brasil en la década de 1960 y también publicó un artículo en 1972 en la revista American Economic Review. Ese trabajo ganó repercusión internacional y fue mencionado por Robert McNamara [1916-2009], entonces presidente del Banco Mundial. El libro Distribuição da renda e desenvolvimento econômico do Brasil [editorial Expressão e Cultura, 1973], del economista Carlos Langoni [1944-2021], ¿fue una respuesta del gobierno militar a esta cuestión?

Delfim Netto [economista y ministro de Hacienda entre 1968 y 1974] le encargó a Langoni, por entonces profesor de la USP, un estudio para cuestionar estos datos sobre el aumento de la desigualdad en el régimen militar. En aquel entonces, el país vivía el apogeo del llamado “milagro económico”. Le reconozco cierta seriedad académica a Langoni, que era doctor por la Universidad de Chicago. En el primer capítulo menciona nuestro artículo, mi tesis de libre docencia, la tesina de Duarte y el artículo de Fishlow. El libro contiene un sofisticado análisis econométrico. Langoni analizó los datos del IBGE y reconoció que, en lo que concernía al aumento de la desigualdad, los resultados que él había obtenido no desmentían nuestras conclusiones. En mi opinión, el gran pecado de su libro es que no tuvo en cuenta el contexto político de la época, las decisiones económicas del régimen militar, que generaron esa desigualdad de ingresos.

Todos los participantes en ese debate que pasó a la historia como la “Controversia de los 70”, concordaron en que la desigualdad se había incrementado entre las décadas de 1960 y 1970. ¿En lo que no acordaban era en los factores que contribuyeron a ello? Exacto. Yo pensaba que un factor fundamental en este análisis había sido el

golpe de 1964 y la política económica que adoptó el régimen. La dictadura reprimió a los sindicatos para que no reclamaran aumentos de sueldos. Nunca he olvidado que, incluso en la escasamente politizada Piracicaba, en abril de 1964 fueron detenidos los presidentes y varios miembros de las juntas sindicales locales. Sin duda que esto mismo ocurrió en miles de municipios del país. Desde mi punto de vista, la represión sindical en la época de la dictadura explica, en parte, aquel aumento de la desigualdad en Brasil.

¿Y cuál era la perspectiva de Langoni? Para él, la economía brasileña había adquirido sofisticación con el crecimiento entre las décadas de 1960 y 1970, generando un aumento de la demanda de mano de obra calificada. Sin embargo, la oferta de este tipo de mano de obra no creció al mismo ritmo porque el país tenía un gran desfasaje educativo. Por ello, los sueldos de ese tipo de trabajadores se incrementaron mucho en comparación con los de los obreros no calificados, ampliando la brecha de ingresos en el país. En definitiva, sería una consecuencia del desarrollo económico, del funcionamiento del mercado y de la falta de inversión

histórica en la educación. No dice nada del golpe de 1964 y la política económica del régimen, como si los fenómenos políticos no tuvieran ninguna incidencia en la realidad. Esa interpretación de los resultados me resulta escandalosa.

¿Él pudo trabajar con microdatos a los que usted no tuvo acceso?

Sí, un privilegio en aquella época. Los datos que publicaba el IBGE eran genéricos, por ejemplo: hay tanta gente en el rango de ingresos entre tal o cual. Langoni trabajó con los datos individuales que el gobierno ponía a su disposición. Y contó con apoyo logístico del gobierno para elaborar sus análisis estadísticos por computadora. Tanto es así que en el libro él agradece la ayuda de los analistas de sistemas del Serpro [Servicio Federal de Procesamiento de Datos], organismo vinculado al Ministerio de Hacienda.

¿Cree que su explicación es incompatible con lo que usted sostiene? ¿No le parece que el bajo nivel educativo de la mano de obra activa pudo haber contribuido a la desigualdad observada en aquella época? Por supuesto, eso está claro. La escolaridad es un elemento importante para explicar el nivel de ingresos de la gente. Como ya he dicho, el problema del estudio de Langoni, a mi juicio, es que no menciona los efectos del contexto político, de la dictadura.

La represión a los sindicatos en la dictadura ayudaba a explicar el gran aumento de la desigualdad en el país entre las décadas de 1960 y 1970

En su libro de 2018 intitulado Uma história da desigualdade: A concentração de renda entre os ricos no Brasil (1926-2013) [Una historia de la desigualdad. La concentración del ingreso entre los ricos en Brasil (19262013)], el sociólogo Pedro Ferreira de Souza afirma que la “Controversia de los 70” generó mucho ardor y poca luz. Es decir, no se llegó a una conclusión al respecto de los factores que explican el aumento de la desigualdad brasileña en aquel período. Yo creo que esa polémica contribuyó a arrojar luz sobre el tema. Estamos hablando de una discusión académica que cobró importancia política en un momento en el que incluso un periódico conservador como O Estado de S. Paulo era censurado. Recuerdo que en 1973 me invitaron a participar en un seminario

en la FGV de São Paulo, para debatir sobre este tema. En aquella mesa estaba, por ejemplo, [el actual diputado estadual paulista] Eduardo Suplicy. Concedí una entrevista a un importante periódico de la época, junto con Paul Singer [Hoffmann, Singer y otros economistas escribieron artículos críticos a los argumentos de Langoni publicados en el libro A controvérsia sobre a distribuição de renda e desenvolvimento [La controversia sobre la distribución del ingreso y el desarrollo, de 1975]. Para mí fueron acontecimientos extraordinarios, porque eran los comienzos de mi carrera como docente universitario. El tema generó repercusiones y así fue que me hice conocido como economista.

¿Discutió personalmente el tema con Langoni?

Nunca nos hemos visto cara a cara. Pero conocí a Fishlow en un seminario en Cebrap [Centro Brasileiro de Análise e Planejamento]. Le manifesté mi interés por una nueva temporada en el exterior, tras la experiencia fallida del doctorado, y Fishlow me apadrinó. Como jefe del Departamento de Economía, me invitó a hacer una pasantía como investigador visitante en la Universidad de California en Berkeley, durante el primer semestre de 1974. Volví allí en el primer semestre de 1977. Además, fui como investigador visitante a la Universidad Yale, en 1983 y 1989. Para ello también fue clave la recomendación de Fishlow.

¿Por qué ha seguido siendo tan alta la desigualdad de ingresos luego de la redemocratización del país?

Acabó disminuyendo, pero estos fenómenos no son inmediatos. La vuelta de la democracia, a mediados de la década de 1980, desembocó posteriormente en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso [1995-2002]. La economía se estabilizó y se creó el programa Beca Escuela [Bolsa Escola, de transferencia de ingresos condicionados a la asistencia de los hijos a la escuela para familias de bajos recursos], que luego se amplió con el programa Bolsa Familia durante el gobierno siguiente, de Luiz Inácio Lula da Silva. Mis estudios demostraron que los programas de transferencia de ingresos han contribuido a reducir la desigualdad y la pobreza en el país entre 1995 y 2014. Otras políticas,

La mejora de la educación por sí sola no produce automáticamente desarrollo económico ni una disminución de la desigualdad

fundamental y para nuestra sociedad sería un paso muy importante si Brasil consiguiera mejorar la calidad de su educación básica. No obstante, coincido con Medeiros en que una mejora de la educación por sí sola no produce automáticamente desarrollo económico ni una disminución de la desigualdad. En el caso de los tigres asiáticos, por ejemplo, se invirtió en educación, pero también mejoraron su estructura económica. En cuanto al gravamen de los ricos, el economista francés Thomas Piketty habla de ello, aunque reconoce que es un tema complicado, porque con la movilidad actual del capital, si el país aumenta demasiado la presión impositiva sobre los ricos, el capital huye a otros lugares. En mi opinión, tendría que haber un sistema mundial de gravamen sobre la renta, pero acaso sea una idea muy utópica.

como el aumento del valor real del salario mínimo desde 2001 y el incremento de la escolaridad, también han sido importantes. El control de la inflación a través del Plan Real tuvo efectos inmediatos sobre la desigualdad, porque el alto nivel inflacionario perjudicaba especialmente a los más pobres. Pero el logro de una moneda nacional razonablemente estable es mucho más importante, ya que es una condición fundamental para la racionalización de las cuentas públicas e incluso para el buen funcionamiento de la economía en general.

En su libro Os ricos e os pobres: O Brasil e a desigualdade [Los ricos y los pobres. Brasil y la desigualdad], de 2023, el sociólogo Marcelo Medeiros sostiene que una reforma tributaria que gravase progresivamente a los más ricos contribuiría más a mitigar la desigualdad en Brasil que la inversión en educación. En su opinión, si el país apuesta a la educación para corregir el problema gastará una fortuna en un proceso que va a llevar décadas, y obtendrá escasos resultados. ¿Usted qué piensa? Creo que la inversión en educación es

¿Cuál sería la solución para reducir la desigualdad de ingresos en el país? No existe una solución mágica. El economista Ricardo Paes de Barros incluso ha llegado a decir que las principales políticas de reducción de la desigualdad deben cambiar con el tiempo. El programa Bolsa Família cumplió un rol importante y debe mejorarse. Hay que considerar los aspectos distributivos de todas las decisiones y políticas económicas, como la reforma tributaria. Creo que es relevante reducir el monto de las jubilaciones de los empleados públicos de alto rango, algo que también sostiene el economista y periodista inglés Brian Nicholson en su libro A Previdência injusta: Como o fim dos privilégios pode mudar o Brasil [Injusticia previsional. Cómo puede cambiar Brasil si se pone fin a los privilegios], de 2008. El asunto es quién está dispuesto a agitar ese avispero. Según mis análisis cuantitativos, a corto plazo es mucho más sencillo reducir la desigualdad de ingresos en Brasil modificando el régimen previsional que intentando, por ejemplo, una reforma agraria. Pero queda claro que la historia de Brasil hubiera sido otra si, tras la Abolición, los antiguos esclavizados hubieran recibido una parcela de tierra. Los nuevos asentamientos y la reformulación del Impuesto a la Propiedad Rural también tendrán que formar parte del esfuerzo continuo para reducir la altísima desigualdad en la distribución del ingreso en Brasil. l

Señales claras de reactivación

El informe anual Relatório de atividades FAPESP muestra que las demandas de la comunidad científica paulista recuperaron vigor en 2023

FABRÍCIO MARQUES

Publicado en septiembre de 2024

n 2023, la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo − FAPESP invirtió 1.366.291.568 reales en la financiación de 23.029 proyectos de investigación. Dicho monto es un 15,5 % superior al desembolsado en 2022. La cantidad de proyectos creció un 11,2 % en comparación con el año anterior, aunque todavía es inferior a los 24.806 apoyados en 2019, antes de la pandemia de covid-19. Un indicador significativo ha sido la cantidad de nuevos proyectos contratados: 10.266, un 18 % más que en 2022, lo cual rompe el ciclo decreciente en la cifra de propuestas presentadas causado por la emergencia sanitaria.

“Luego de un declive de tres años en la cantidad de proyectos remitidos a la FAPESP, en 2023 hemos registrado claros signos de una reactivación de la demanda, tanto de becas como de ayudas de investigación”, escribió el presidente del Consejo Superior de la FAPESP, Marco Antonio Zago, en la presentación del informe anual Relatório de atividades FAPESP 2023 , divulgado en julio. “Es el resultado de la vuelta a la normalidad de numerosos laboratorios y programas de posgrado, pero también una respuesta a las acciones que emprendió la FAPESP para estimular la reanudación de las investigaciones científicas en São Paulo”. En el informe se efectúa un balance de las actividades implementadas el año pasado, y dicho documento se encuentra a disposición en el sitio web de la Fundación, donde pueden consultarse los datos anuales de financiación de la institución desde 1962, cuando la FAPESP dio comienzo a sus actividades.

Unos pocos indicadores aún muestran remanentes de la pandemia, como en el caso de la producción científica, que en 2023 descendió por segundo año consecutivo. Datos suministrados por la empresa Clarivate Analytics muestran que el número de artículos publicados por autores de São Paulo, que llegó a 30.700 en

2021, se contrajo a 26.200 en 2022 y a 23.700 en 2023. En todo Brasil, la cantidad de artículos fue de 73.400 en 2021, 62.700 en 2022 y 56.300 en 2023.

La reanudación de la demanda ya había dado indicios en marzo pasado, cuando la Fundación realizó un balance de los llamados “primeros proyectos” de 2023, presentados por investigadores que nunca antes habían enviado una propuesta a la FAPESP. Fueron 4.483 proyectos, un nivel superior en un 26 % al que precedió a la pandemia. “La capacidad de atraer nuevos talentos y de garantizar que su formación y su trabajo sean financiados por la FAPESP es esencial para preservar la calidad del sistema paulista de ciencia, tecnología e innovación”, explicó el director científico de la Fundación, Marcio de Castro Silva Filho.

En el informe, el repunte fue más notorio en las becas de investigación en el exterior: hubo 1.140 becas vigentes en 2023, un 37 % más que en 2022. Los importes invertidos en estas becas, que incluyen pasantías en el exterior para investigadores vinculados a instituciones de investigación paulistas o becarios de la FAPESP en diferentes etapas de su formación –desde la iniciación a la investigación científica hasta el posdoctorado–, crecieron un 51 %. La cantidad de becas en instituciones del país aumentó un 5,9 % y el monto de los desembolsos un 7 %. En total, se invirtieron en el año 256,8 millones de reales en 7.856 becas en Brasil y en el exterior. El Consejo Superior de la FAPESP aprobó en 2023 un incremento de un 33 % en el valor de las becas en el exterior, que no se actualizaba desde 2012, y de un 6,7 % en las becas en Brasil. La estrategia de recomponer los valores de las becas se mantuvo en 2024, con un reajuste que ascendió a un 45 % en algunas modalidades.

Mientras que las inversiones en la formación de recursos humanos, traducidas en becas, representaron el 18,8 % de los fondos invertidos por la FAPESP en 2023, la mayor parte de los desembolsos de la Fundación (el

Los desembolsos en 2023

POR ESTRATEGIA DE FOMENTO

54.7%

Investigación para el Avance del Conocimiento (básica y aplicada)

18.8%

Formación de Recursos

Humanos para Ciencia y Tecnología

9.0%

Investigación para la Innovación

8.5%

Apoyo a la Infraestructura de Investigación

7.2%

Investigación en Temas Estratégicos

1.8%

Difusión, Mapeo y Evaluación de Investigaciones

POR ÁREAS DEL CONOCIMIENTO

Salud

Biología

Ingeniería

Ciencias humanas y sociales

Interdisciplinaria

Agronomía y veterinaria

Química

Física

Ciencia e ing. de la computación

Geociencias

Astronomía y ciencias espaciales

Matemática y estadística

Arquitectura y urbanismo

Economía y administración

1,366,291,568

El desembolso en 2023, por institución

USP

Unicamp

Unesp

Instituciones federales

Empresas

Instituciones estaduales de investigación científica

Instituciones particulares de enseñanza e investigación

Sociedades y asociaciones científicas profesionales

Instituciones municipales

Otras instituciones

Compromisos asumidos

Fondos comprometidos para los años siguientes para el pago de becas y ayudas de investigación contratadas –en reales, al 31/12/2023

TOTAL

R$ 2,587,653,866

AYUDAS

R$ 1,940,630,415

BECAS

R$ 647,023,451

54,7 %) se destinó a la estrategia de promoción de la Investigación para el Avance del Conocimiento. El dinero invertido ascendió a 747 millones de reales, frente a los 633 millones de 2022. Esta categoría incluye proyectos de investigación básica y aplicada, tales como las ayudas regulares, los Temáticos, el programa Jóvenes Investigadores en Centros Emergentes o los Centros de Investigación, Innovación y Difusión (Cepid). En 2023, la FAPESP también anunció la selección de cinco nuevos Cepid en las áreas de ciencias de la salud, ciencias biológicas, agronomía y veterinaria. La Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) se convirtió en la sede institucional de un Cepid dedicado al estudio de la resistencia antimicrobiana, mientras que la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz de la Universidad de São Paulo (Esalq-USP) fue elegida para albergar un centro de investigaciones sobre el carbono en la agricultura tropical. El Centro de Hematología y Hemoterapia de la Universidad de Campinas (Hemocentro-Unicamp) cuenta ahora con un Cepid que aspira a innovar en el área de la medicina teragnóstica, que comprende el uso de la nanotecnología para el diagnóstico y tratamiento del cáncer, mientras que el Instituto de Biociencias de la Universidade Estadual Paulista (IB-Unesp), en su campus de la localidad de Rio Claro, inauguró un centro para investigar la dinámica de la biodiversidad en el contexto de los cambios climáticos. En tanto, el Centro de Investigaciones en Biología de las Bacterias y los Bacteriófagos (B3), con sede en el Instituto de Química de la USP, se propone estudiar los mecanismos de reproducción y el comportamiento de las bacterias y sus principales predadores. Estos centros, dedicados al estudio de temas ubicados en la frontera del conocimiento, recibirán apoyo a largo plazo por un máximo de 11 años.

La estrategia Investigación para la Innovación recibió 122.852.931 reales en 2023, lo que equivale al 9 % de los desembolsos de la FAPESP en el año. Se emitió un llamado a la presentación de propuestas para la selección de otro Centro de Investigaciones en Ingeniería (CPE) en el área de la citricultura, que funcionará en asociación con la empresa Citrosuco. Hasta 2023 había 18 CPE en funcionamiento, en colaboración con empresas tales como Shell, GSK, Embrapa y Embraer, entre otras, y grupos de instituciones tales como la USP, la Unicamp, la Unesp e Insper.

También se encontraban en fase de implementación tres de los diez Centros de Investigación Aplicada (CPA) en Inteligencia Artificial, seleccionados en el marco de una convocatoria lanzada en 2021 en forma conjunta con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, el Ministerio de Comunicaciones y el Comité Gestor de Internet en Brasil (CGI.br). Un estudio realizado por las gerencias de Planificación, Estudios e Indicadores y de Investigación para la Innovación de la FAPESP

puso de relieve el impacto del modelo de asociación de los CPE/CPA: por cada real invertido de fondos públicos, las empresas e instituciones colaboradoras aportaron 4,8 reales.

El Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe) creó nuevas iniciativas como Pipe Start, que apoya a los emprendedores en el proceso de validación inicial de soluciones tecnológicas innovadoras. La Fundación emitió llamados a la presentación de propuestas para la acreditación de aceleradoras y Fondos de Inversión en Participaciones (FIP) del tipo capital semilla. “Estamos interesados en escuchar propuestas de fondos de inversión cuyas tesis sean convergentes con la nuestra, que consiste en la financiación de empresas altamente tecnológicas con sede en el estado de São Paulo”, explicó Carlos Américo Pacheco, director presidente del Consejo Técnico Administrativo (CTA) de la FAPESP, durante el lanzamiento de la convocatoria en la que se invitó a los fondos a presentar propuestas ante la Fundación para una eventual suscripción de participaciones.

La estrategia de fomento Apoyo a la Infraestructura de Investigación, destinada a la modernización y la ampliación de laboratorios, representó el 8,5 % de los fondos invertidos, destacándose el Programa Especial de Apoyo a la Infraestructura de Investigación del Estado de São Paulo. En 2023, la FAPESP contrató 56 propuestas para la adquisición de grandes equipos, fruto de tres llamadas a concurso abiertas en 2022, que sumaron 450 millones de reales. También se abrió una licitación para la adquisición de equipos de pequeño y mediano porte por un monto de 200 millones de reales.

En tanto, la estrategia Investigación en Temas Estratégicos acaparó el 7,2 % de las inversiones para promover programas especiales sobre biodiversidad, bioenergía, cambios climáticos, eScience, políticas públicas y educación pública, entre otros. Uno de los aspectos destacados fue la inversión en la implementación de los Centros de Ciencia para el Desarrollo (CCD), que en 2023 recibieron casi cuatro veces más fondos que en 2022. En 2023, ya se habían constituido 28 centros seleccionados en áreas tales como salud, agricultura, manufactura avanzada, ciudades inteligentes, seguridad pública y medio ambiente. Los CCD congregan a investigadores en la búsqueda de soluciones para retos definidos por las secretarías estaduales de la gobernación de São Paulo. En 2023, la FAPESP lanzó un nuevo llamado a la presentación de propuestas para este programa. Por último, la estrategia Difusión, Mapeo y Evaluación de la Investigación, que abarca iniciativas de divulgación científica tales como la revista Pesquisa FAPESP, la Agência FAPESP y la producción de indicadores y datos estadísticos sobre ciencia, tecnología e innovación en São Paulo, representó el 1,8 % de los desembolsos.

El impacto de la pandemia en las publicaciones científicas

Cantidad de artículos y participación relativa (%)

SÃO PAULO

Los ingresos anuales de la FAPESP están constituidos por el 1 % de la recaudación tributaria del estado de São Paulo, monto que le es transferido por el Tesoro Público del Estado tal como lo estipula la Constitución paulista, por los ingresos propios de la Fundación y los procedentes de los convenios con instituciones y empresas para la financiación conjunta de proyectos. En 2023, estos ingresos totalizaron 2.303.470.454 reales. Las transferencias del Tesoro fueron de 1.909.128.518,67 reales, los ingresos propios ascendieron a 389.476.455,21 reales y los fondos procedentes de convenios a 4.865.480,19 reales. A finales de 2023, la FAPESP asumió compromisos de gastos para los años siguientes por 2.600 millones de reales, de los cuales 647.023.451,30 corresponden a becas y 1.940.630.415,37 a subvenciones de ayuda, garantizando así la continuidad de los proyectos y la estabilidad del fomento de la investigación científica en el estado. l

Para multiplicar las revistas influyentes

La biblioteca SciELO se convierte en una iniciativa de carácter nacional en Brasil, reafirmando la apuesta del país por las publicaciones académicas de acceso abierto

Publicado en noviembre de 2024

La biblioteca electrónica SciELO Brasil, creada a finales de la década de 1990 y pionera en el acceso abierto a revistas académicas, experimenta una transformación en su modelo de gestión y financiación que apunta a aumentar el prestigio y la repercusión de la producción científica del país. Compuesta por 324 revistas brasileñas de diversas áreas del conocimiento, que ponen a disposición gratuitamente en internet más de 500.000 trabajos científicos, la colección pasó a ser financiada desde agosto por un consorcio de agencias de apoyo a la investigación científica integrado por la Coordinación de Perfeccionamiento del Personal de Nivel Superior (Capes) y el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq), del gobierno federal, aparte de la FAPESP.

La novedad principal es que la FAPESP, que fue la impulsora de la creación de la biblioteca como un programa piloto de 10 revistas en 1997 y ha sido casi totalmente responsable de su financiación durante más de 26 años, ha optado por una posición menos prominente en la conformación del consorcio, asumiendo a partir de ahora algo menos de la mitad (el 47 %) de los costos, por lo que la contribución del gobierno federal, a través de la Capes (el 48 %) y el CNPq (el 5 %), pasó a ser mayoritaria. Este cambio tiene implicaciones que van más allá del refuerzo del patrocinio de la colección SciELO, acrónimo de Scientific Electronic Library Online. También marca la transformación de la biblioteca en una iniciativa de carácter nacional, cumpliendo un rol en el marco de las políticas federales de acceso abierto y ciencia abierta, un concepto que también implica la apertura y el intercambio de los datos de investigación, principios y prácticas transparentes y una fuerte colaboración. Se constituyó un comité de gestión con representantes de las tres agencias y de la biblioteca que, en el lapso de un año, definirá las nuevas estrategias y objetivos por alcanzarse. Sobre la mesa de debate se han puesto, por ejemplo, sugerencias para ampliar el volumen de la colección y aumentar la visibilidad internacional de las revistas. “Una de las propuestas es la creación de métricas de calidad que ayuden a las revistas a ampliar el impacto y la repercusión

de los artículos que publican, fijando recompensas para que los títulos mejor clasificados en su área del conocimiento sigan perfeccionándose y metas para que los demás mejoren su nivel”, dice el director científico de la FAPESP, el genetista Marcio de Castro Silva Filho.

El debate aún atraviesa una fase preliminar, pero el propósito es ofrecer revistas de prestigio para que los investigadores brasileños de distintas disciplinas puedan difundir su producción científica. “Queremos que la biblioteca SciELO se fortalezca, que tenga más revistas y un mayor impacto”, resume la presidenta de la Capes, la médica Denise Pires de Carvalho. La colección sigue ofreciendo una plataforma digital para las revistas y brega para que cumplan un listado de criterios de calidad exigidos internacionalmente, relacionados con el formato de los documentos, la periodicidad de publicación, el uso del inglés como idioma de los artículos, la multiplicación de autores extranjeros, la revisión por pares o la composición de los consejos editoriales.

“El objetivo es promover el profesionalismo, la internacionalización y la sostenibilidad de las revistas”, explica el bibliotecónomo Abel Packer, quien creó la colección en 1997 junto con el bioquímico Rogério Meneghini y continúa siendo su director. “La transición en el ámbito de la gestión se está llevando a cabo con un mínimo de impacto en la operación de la biblioteca”, dice. En lugar de ser administrada por un investigador responsable de un proyecto financiado por la FAPESP, tal como sucedía desde su creación, su gobernanza ahora pasó a ser asumida por el comité de gestión. La ejecución de los proyectos continúa a cargo de la Fundación de Apoyo a la Universidad Federal de São Paulo (FAP-Unifesp). Otra modificación que se discute es transformar la estructura de la biblioteca en algo que proporcione a sus publicaciones un soporte similar al de una editorial de revistas y buscar más colaboradores que contribuyan a su mantenimiento, tales como ministerios, fundaciones de apoyo a la investigación científica, organizaciones y empresas. Según Packer, la formación del consorcio de agencias fue posible gracias a una coyuntura en la que la FAPESP se movilizó para darle a la iniciativa un alcance nacional y encontró una buena recepción en el

gobierno federal. “A partir del año pasado, la Capes comenzó a adoptar políticas a favor del acceso abierto y la ciencia abierta y a delinear una estrategia más amplia para lidiar con la producción científica brasileña en la que se inserta la biblioteca SciELO”, explica.

La Capes es una fundación del gobierno federal brasileño vinculada al Ministerio de Educación, responsable de la financiación de becas y de evaluar los programas de posgrado del país, y siempre ha tenido influencia en la orientación de las publicaciones académicas. Desde hace aproximadamente dos décadas, adoptó un sistema de clasificación para las revistas científicas denominado Qualis-periódicos, que se utiliza para evaluar la calidad de la producción de los estudiantes y docentes de los programas de maestría y doctorado del país y definir la cantidad de becas destinadas a estos programas. Ha habido cambios recientes en el modelo de evaluación asociado al uso de este ranking (véase el recuadro abajo), pero si se la analiza en retrospectiva, la clasificación de la Capes desalentaba el envío de manuscritos de estudiantes y docentes del posgrado a la mayoría de las revistas indexadas en la biblioteca SciELO porque eran pocas las que eran valoradas por la escala del Qualis. “Es importante que haya más revistas de Brasil que sean la primera opción de nuestros investigadores a la hora de elegir

Cambios a la vista

dónde publicar sus trabajos”, dice el presidente del CNPq, el físico Ricardo Galvão.

Sucede que solamente algunas de las revistas de la colección tienen un impacto comparable al de los títulos prestigiosos internacionalmente en sus respectivos campos. El impacto de una revista se mide mediante indicadores bibliométricos calculados por plataformas internacionales con base en el número de citas que sus artículos reciben en artículos publicados por otros periódicos científicos. Uno de los obstáculos consiste en que una parte de los títulos de la biblioteca brasileña divulga preferentemente trabajos de repercusión regional, que si bien son relevantes, raramente son citados en las revistas internacionales que predominan en las plataformas. También es cierto que hay autores que producen solamente resultados incrementales y no despiertan interés en otros investigadores.

La Capes también trabaja con las publicaciones académicas en otro de sus programas: el Portal de Periódicos, que permite a los investigadores de instituciones y universidades públicas acceder al contenido de miles de revistas internacionales. Solo durante el año pasado, la agencia invirtió 546 millones de reales en suscripciones o pagos a las editoriales que ponen a disposición sus publicaciones. Recientemente ha tratado de establecer nuevos tipos de convenios con las editoriales con miras a incluir en una cuenta única los gastos de suscripción y el pago

El sistema de clasificación de las revistas científicas será reemplazado en Brasil por un ranking centrado directamente en los artículos

Qualis-periódicos, el sistema de clasificación de las revistas científicas creado por la Capes, dejará de utilizarse para evaluar la producción de estudiantes y docentes de los programas de posgrado de Brasil en el cuatrienio 2025-2028, según el director de evaluación de la institución, Antonio Gomes de Souza Filho. “Se trata de un cambio conceptual. La evaluación pasará a centrarse en la calidad y la clasificación del artículo y no solamente en el rendimiento bibliométrico de la revista científica en la que se lo publicó”, explica. La propuesta, aprobada a principios de octubre por el Consejo Técnico Científico de Educación Superior de la Capes, prevé tres nuevos procedimientos de clasificación de artículos, que podrán combinarse dependiendo de lo que

defina la coordinación de cada área del conocimiento. En el primero aún se tendrán en cuenta los indicadores bibliométricos de la revista en la que el artículo salió publicado, como la cantidad de citas. “Algunos preceptos del Qualis se mantienen, pero ya no tendremos esa lista de revistas”, dice el director. El segundo procedimiento combinará los índices de citas obtenidos por los artículos científicos con sus indicadores alternativos, o “altmétricos”, como las menciones en sitios web y redes sociales y el número de descargas, y también con criterios cualitativos de la revista en la que fueron publicados, valorando, por ejemplo, las revistas de acceso abierto de buena calidad o de relevancia nacional, como las indexadas en la colección SciELO. El

tercer procedimiento no se centra en métricas, sino en una evaluación cualitativa de cada artículo, teniendo en cuenta, por ejemplo, su contribución científica e impacto teórico.

“Con la ampliación de los procedimientos, esta nueva metodología permite evaluar con mayor precisión diferentes artículos publicados en una misma revista. En lugar de asignarles una misma calificación basada en el impacto de la revista, pueden identificarse las contribuciones específicas que cada uno ha promovido. Consideramos que esto es un avance importante”, subraya De Souza Filho. La metodología se aplicará en la evaluación que concluirá en 2029. La Capes publicará documentos orientativos detallando cada procedimiento en marzo de 2025. SARAH SCHMIDT

de tarifas de publicación en acceso abierto para los artículos de investigadores brasileños en sus revistas. Este modelo, denominado read and publish (lectura y publicación), es el que está prevaleciendo, principalmente en Europa. “A futuro, cuando tengamos una base sólida de revistas brasileñas, podremos reducir nuestra dependencia de las revistas extranjeras y ganar poder de negociación a la hora de discutir los acuerdos con las editoriales”, dice Pires de Carvalho, de la Capes.

La biblioteca SciELO brasileña se ha convertido en una iniciativa de acceso abierto reconocida a nivel internacional: su modelo ha inspirado la creación de colecciones con el mismo nombre en otros 16 países, la mayoría latinoamericanos, pero también en Portugal, España y Sudáfrica. También se ha desplegado en otras iniciativas nacionales, tales como SciELO Livros, una plataforma que pone a disposición más de 2.000 obras académicas, SciELO Preprints, un repositorio de manuscritos que aún no han sido revisados por pares, y SciELO Data, que almacena datos de investigación relacionados con los artículos de las revistas.

En un sentido estricto, la creación de la biblioteca precedió en algunos años al lanzamiento del movimiento internacional de acceso abierto que, a partir de la década de 2000, comenzó a propagar la idea de que los resultados de las investigaciones obtenidos con financiación pública deben quedar pronto disponibles en internet para cualquier persona interesada, sin necesidad de abonar suscripciones ni tarifas. El mercado de las publicaciones científicas se ha vuelto muy diferente de lo que era a principios de siglo. Hoy en día es posible publicar un trabajo científico en acceso abierto de varias formas distintas: en repositorios de preprints si se trata de manuscritos aún no revisados por pares; en

la página web personal del autor o en repositorios de universidades, con la autorización de la revista en la que el artículo fue publicado, y en revistas sin fines de lucro o que no les cobran tasas de publicación a los autores, como algunas que son mantenidas principalmente por sociedades científicas y que están presentes en la colección SciELO.

Y también hay una cantidad creciente de revistas de editoriales comerciales que divulgan artículos libremente en la web. Para financiar sus operaciones sin cobrarles a los lectores, esos periódicos científicos han empezado a exigirles a los autores el pago de sumas a veces bastante onerosas, llamadas tarifas de procesamiento de artículos (APC, por sus siglas en inglés). “Imaginábamos que el acceso abierto abarataría la publicación de artículos, pero ahora es más caro que antes”, dice Packer.

Como dice Galvão, del CNPq, el camino recorrido recientemente por el movimiento de acceso abierto es enormemente perjudicial para los países en desarrollo como Brasil. “Para publicar un artículo en una buena revista internacional hay que pagar 3.000 dólares, o en algunos casos hasta 10.000 dólares. Ese costo es muy elevado y puede hacer inviable que podamos publicar en revistas de alto impacto”, afirma. “Necesitamos fortalecer las revistas brasileñas y la mejor candidata para crear un sistema robusto es la biblioteca SciELO, que tiene una trayectoria y experiencia en la materia”, añade. Y acota que, en los últimos tiempos, el CNPq ha recibido presiones para crear un repositorio que albergue y comparta los datos de investigación producidos en Brasil, uno de los preceptos del concepto de ciencia abierta, pero sostiene que esto requiere de altas inversiones. “En mi opinión, cada universidad e institución debería contar con un repositorio propio. Esta conversación también nos lleva a la importancia de valorar la biblioteca SciELO, que dispone de una estructura de almacenamiento de datos de investigación relacionados con los artículos publicados”, dice. l

El mapa de la desigualdad escolar

Una metodología destinada a evaluar el rendimiento de las redes educativas municipales paulistas utiliza una matriz compuesta por diferentes indicadores

FABRÍCIO MARQUES ilustraciones DANIEL ALMEIDA

Publicado en agosto de 2024

Cinco ciudades del interior paulista están utilizando una metodología que se ha mostrado capaz de apuntar las desigualdades en sus redes de educación pública, señalando en forma muy sencilla qué escuelas tienen un rendimiento destacado y cuáles necesitan atención e intervención. El referido modelo, creado por la cátedra Sérgio Henrique Ferreira del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de São Paulo (IEA-USP), en la localidad de Ribeirão Preto, se basa en una matriz compuesta por indicadores que reflejan distintas dimensiones del resultado pedagógico, como el índice de aprobación de los alumnos, la distorsión edad-año (cuántos estudiantes tienen dos o más años más que lo esperable para cada año de escolaridad), el puntaje obtenido por la escuela en las evaluaciones externas y su rendimiento en las áreas de matemática y lengua portuguesa. Estas mediciones, combinadas en un índice único, revelan si las unidades de la red pública municipal están logrando o no superar los retos del aprendizaje y los problemas que le impone la realidad socioeconómica de su entorno.

La aplicación de esta metodología, que ha sido financiada por la FAPESP, generó mapas georreferenciados de las ciudades de Ribeirão Preto, Cordeirópolis, Jundiaí, Francisco Morato y Batatais, en

donde las escuelas están marcadas en el territorio del municipio con colores que resumen su rendimiento, desde el rojo (indicadores que requieren atención), pasando por el anaranjado, el amarillo (intermedios), hasta llegar al verde (mejores). “El objetivo es mejorar la eficiencia de la gestión educativa. La metodología se basa en el modelado estadístico y en la ciencia de datos para proporcionar orientación a los secretarios de Educación y responsables de gestión en la toma de decisiones”, explica el ingeniero químico Mozart Neves Ramos, coordinador de la iniciativa y titular de la cátedra Sérgio Henrique Ferreira, que busca distintas maneras de contribuir con las políticas públicas en las ciudades de mediano porte, principalmente en el área de la educación. La metodología se utiliza desde el año pasado para evaluar a los estudiantes de 5º y 9º año de la enseñanza fundamental y ha permitido comparar la evolución del rendimiento de las escuelas entre 2017 y 2019, ayudando a los gestores a identificar problemas y buscar sus causas.

El biólogo Rafael Naime Ruggiero, coordinador del grupo de análisis de datos de la cátedra, dice que algunas de las particularidades de esta metodología son el enfoque en municipios de pequeño y mediano porte y el uso de estadísticas para analizar la relación entre los diferentes indicadores educativos. “El objetivo es disponer de una medida de la desigualdad de

rendimiento en una red”, explica. El paso siguiente consistirá en aplicar la metodología por primera vez en una gran metrópolis –la red de educación municipal de São Paulo– proporcionando un diagnóstico más preciso de las desigualdades entre las escuelas de los 13 distritos administrativos del municipio. Para ello se firmó un acuerdo de colaboración entre la cátedra y la Secretaría de Educación de la capital paulista.

Según Mozart Neves Ramos, el diagnóstico también ayuda a evaluar si las causas de un eventual bajo rendimiento escolar están dentro o fuera de la escuela. “Cuando una escuela forma parte de una comunidad con altos índices de violencia o consumo de drogas, el impacto en su desempeño es muy elevado. Los niños viven estresados”, sostiene, y subraya que las soluciones no siempre son simples. “El diagnóstico le permite a la secretaría evaluar si hay un problema de gestión e intentar corregirlo. Pero a menudo los problemas tienen que ver, por ejemplo, con la falta de docentes habilitados para impartir una determinada asignatura. Hay lugares en donde los profesores de matemática tienen que dar clases de física y química”.

Al analizar los datos de la red de 109 escuelas municipales de Ribeirão Preto, una ciudad situada en el nordeste del estado de São Paulo con más de 700.000 habitantes, los investigadores de la cátedra notaron, por ejemplo, una caída en el desempeño de una unidad, la escuela Vereador José Delibo, al comparar los indicadores de 2017 y 2019. El porcentaje de alumnos con un aprendizaje adecuado de portugués cayó de un 93 % a un 77 % y, en matemática, de un 82 % a un 64 %. Visitaron la escuela y descubrieron que, en ese período, antiguos docentes de portugués y matemática habían asumido cargos de gestión y fueron reemplazados por otros menos experimentados. Otro factor importante fue que, entretanto, la escuela había dejado de tener un proceso de ingreso selectivo y había pasado a recibir alumnos con diferentes niveles de aprendizaje que vivían cerca.

En Jundiaí, una ciudad con 423.000 habitantes situada a 57 kilómetros de la capital paulista, cuya red de educación municipal cuenta con 104 escuelas y 38.000 alumnos, pudo constatarse una mejora en el rendimiento de las unidades escolares, atribuida a las políticas públicas implementadas durante los dos últimos gobiernos municipales. Se trata de la metodología del “aprendizaje fuera de las paredes del aula”, que busca adaptar los programas curriculares de la educación infantil y la enseñanza fundamental para llevar a los alumnos a ambientes fuera de los salones, acercándolos, por ejemplo, a la naturaleza y al entorno urbano en el que viven, utilizando además tecnologías digitales para ponerlos en contacto virtual con las colecciones de museos de otros países, por ejemplo. Según Vastí Ferrari, secretaria

de Educación del municipio, la metodología sirvió para mostrar hasta qué punto cada escuela logró apropiarse de la propuesta pedagógica.

“Fue una agradable sorpresa ver que una escuela cuyo nivel de desempeño promedio en las evaluaciones externas era inferior a 7 en una escala que va hasta el 10, evolucionó a una calificación de 8 luego de empezar a trabajar con esta metodología, relata la secretaria. “Cuando le he preguntado a la dirección de la unidad sobre lo sucedido se me ha respondido con claridad que se ha puesto a los niños a trabajar en temas de la naturaleza que han mejorado su repertorio científico, que se han aplicado estrategias lúdicas para mejorar el nivel de escritura y que se han venido realizando reuniones mensualmente con los docentes para resolver los problemas de la escuela y realizar un seguimiento individual del rendimiento de los alumnos”, explica.

Según Ferrari, en las escuelas donde hubo cambios internos y la metodología aún se estaba aplicando, hubo un reflejo en el rendimiento medido por la métrica de la cátedra del IEA-USP. “Las escuelas son muy sensibles a los cambios, como en el caso de la jubilación de docentes experimentados y su reemplazo por otros más jóvenes, que no siempre son capaces de reproducir las estrategias hasta entonces vigentes”, dice. El reto actual, dice la secretaria, consiste en difundir las soluciones e innovaciones adoptadas por las escuelas que obtuvieron buenos resultados en aquellas que enfrentan dificultades. “Hay que compartir este conocimiento con toda la red, y la metodología basada en datos y evidencias nos aporta seguridad para mostrar lo que funciona”.

En Cordeirópolis, en el Área Metropolitana de Piracicaba, la metodología se convirtió en una herramienta para supervisar el rendimiento de las 14 unidades de educación infantil y enseñanza fundamental, que atienden a 2.900 alumnos. Pero la red educativa también ha sacado provecho de una iniciativa complementaria de la cátedra Sérgio Henrique Ferreira, que consiste en ofrecer un curso de introducción al análisis de datos educativos destinado a directores y gestores, mostrándoles cómo obtener e interpretar información y utilizarla para tomar decisiones. “En general, el personal a cargo de la gestión no está preparado para analizar datos. Nuestra coordinadora de enseñanza fundamental hizo el curso e inmediatamente empezó a aplicar estos conocimientos en nuestra red, explica la secretaria de Educación de Cordeirópolis, Angelita Ortolan. “Como nuestra ciudad es pequeña, ahora pueden realizarse evaluaciones muy específicas y analizarse las dificultades que afronta cada escuela, cada año y cada alumno”.

En 2022, en la primera edición del curso, en formato online , se capacitó a 33 gestores de 10 municipios. El año pasado se llevó a cabo una edición presencial, en Ribeirão Preto, de la que egresaron 29 diplomados de 17 ciudades. “Aspiramos a que los

gestores sean capaces de obtener y analizar información en forma independiente. La idea de este tipo de capacitación es difundir una cultura de análisis de datos”, dice Naime Ruggiero, quien coordina la oferta de estos cursos en la cátedra.

En el caso de Cordeirópolis y Batatais, esta estrategia ya forma parte de la legislación municipal. En junio, los concejos municipales de ambas ciudades aprobaron ordenanzas que instituyen en sus sistemas municipales de enseñanza políticas de educación pública basadas en evidencias. “Una ley local de este tipo es fundamental para que el municipio, independientemente de quien esté en el poder, pueda implementar políticas educativas basadas en investigaciones y estudios científicos, potenciando el aprendizaje y la equidad y mitigando las desigualdades educativas”, dice Victor Hugo Junqueira, secretario de Educación de Batatais, cuya red educativa atiende a 4.500 alumnos y está compuesta por 11 escuelas y 9 guarderías. El argumento de los proyectos de ley, que contaron con el apoyo de la cátedra, es que los grupos de investigación consolidados pueden contribuir a mejorar la calidad educativa, aportando diagnósticos basados en evidencias. “Si un gestor no apoya a quienes lidian con las cifras, acaba por trabajar a base de conjeturas y los niños siguen sin aprender”, dijo Neves Ramos, un entusiasta partidario del uso de datos en la formulación de políticas educativas desde que fue presidente ejecutivo del movimiento Todos por la E ducación [Todos pela Educação]. Actualmente es miembro del Consejo Superior de la FAPESP.

El uso de datos y evidencias en la gestión educativa se está propagando. Hay un ejemplo que procede

de Ceará, un estado que se ha hecho conocido por implementar experiencias pedagógicas y políticas públicas innovadoras. Una iniciativa de la Secretaría Estadual de Educación dirigida por el matemático Jorge Lira, de la Universidad Federal de Ceará, consiguió identificar, mediante evaluaciones aplicadas de dos a tres veces al año a los alumnos de la enseñanza media, deficiencias específicas en el aprendizaje de matemática, relacionadas, por ejemplo, con los conocimientos de aritmética básica que traían de la enseñanza fundamental. Estos déficits se están subsanando con la recuperación de dicho aprendizaje en los alumnos y una capacitación específica de los docentes. Dicha iniciativa es financiada por la Secretaría de Educación del Estado de Ceará en colaboración con el Programa Científico en Jefe de la Fundación de Apoyo al Desarrollo Científico y Tecnológico de Ceará (Funcap, en portugués), que procura acercar el mundo académico a la gestión pública colocando investigadores para que ayuden a resolver los problemas que afrontan los organismos gubernamentales.

Según Lira, la estrategia surgió de un esfuerzo para entender por qué, en general, el rendimiento de los estudiantes brasileños en matemática se estanca o decae en los años finales de la enseñanza fundamental y en la enseñanza media, contrariamente a lo que ocurre en otras materias. “Al evaluar a los alumnos hemos constatado que uno de los problemas de fondo residía en la baja consolidación de ciertos conocimientos básicos, como la capacidad de lidiar con las operaciones aritméticas”, explica. Otra de las constataciones indica que las deficiencias en la formación de los profesores contribuían al problema: no todos disponían de las herramientas pedagógico-matemáticas como para ayudar a los alumnos. Una vez detectados los conocimientos básicos que les plantean dificultades a los alumnos, se elaboran secuencias didácticas con los docentes para repasar y revisar los contenidos. “Hemos preparado un material estructurado que puede adaptarse a los diferentes programas formativos y ofrecemos sugerencias sobre cómo implementarlos”. Los resultados de esta estrategia, basada en la evaluación de más de 300.000 alumnos de los tres años de la enseñanza media, pudieron medirse incluso durante la pandemia de covid-19. “Al contrario de lo que se esperaba, durante el período de aislamiento social no se registró una caída en el rendimiento de los alumnos de la red estadual en matemática. Las calificaciones promedio se mantuvieron y los exámenes revelaron que los obstáculos actuales de los estudiantes están relacionados con contenidos más complejos de la enseñanza media y no con los de la enseñanza fundamental, lo que supone una notable mejora cualitativa”, culmina diciendo Lira. l

Los proyectos consultados para la elaboración de este artículo figuran en una lista en la versión online de este número.

Argón líquido en un criostato con 35 toneladas de capacidad utilizado en el Fermilab

Más cerca de los

neutrinos

Científicos brasileños desarrollan un método de purificación del argón líquido para el experimento internacional Dune, que buscará detectar estas partículas misteriosas

Publicado en octubre de 2024

La iniciativa multimillonaria denominada

Deep Underground Neutrino Experiment (Dune), liderada por el Fermilab, el principal laboratorio de física de partículas de Estados Unidos, cuya puesta en marcha está prevista para finales de esta década, utilizará una tecnología brasileña innovadora. Con el apoyo de otras instituciones de investigación científica y de empresas nacionales, un equipo de físicos de la Universidad de Campinas (Unicamp) desarrolló un método de filtrado que extrae un tipo de impureza habitualmente presente en el argón líquido: los átomos de nitrógeno.

El argón, un gas noble a temperatura ambiente, se conserva en cámaras a una temperatura de 184 grados Celsius (ºC) bajo cero, en estado líquido, lo que permite su utilización para alcanzar el objetivo principal del experimento: la detección de neutrinos, partículas subatómicas misteriosas, casi sin masa, de carga eléctrica nula y que rara vez interactúan con algún material. Dado que su núcleo atómico es relativamente pesado, este elemento químico tiene mayores probabilidades de interactuar con los neutrinos, la segunda partícula más abundante del universo después de los fotones (partículas de luz).

Las cámaras de argón líquido constituyen lo más avanzado que existe en materia de detección de neutrinos. Cuanto mayor es su volumen, más probabilidades hay de interacción con estas partículas. Por esta razón, el experimento Dune contará con cuatro piscinas, cada una con 17.000 toneladas de este elemento químico licuado. Con todo, algunos contaminantes en el interior del tanque podrían comprometer los resultados de los experimentos. Los tres más comunes son el oxígeno, el agua y el nitrógeno. Para los dos primeros tipos de impurezas existen filtros moleculares eficientes. No así para el nitrógeno, al menos hasta que el equipo brasileño dio a conocer su invención.

Los contaminantes suelen estar presentes en magnitudes del orden de 10 partes por millón (ppm), es decir, muy pocos microgramos por cada gramo de argón. “Este nivel de impureza hace inviable llevar a cabo el experimento y no es posible adquirir en el mercado argón líquido con un grado de pureza mayor”, explica el físico Pascoal Pagliuso, líder del grupo

de la Unicamp que desarrolló el nuevo método. “El grado de pureza requerido para el éxito del Dune es de poquísimas moléculas de impurezas, del orden de partes por billón”.

El Dune es el mayor experimento en construcción para el estudio de los neutrinos, en el que ya se han invertido 3.300 millones de dólares. Consta de una instalación dedicada a la producción de un haz de billones de estas partículas, denominada Long Baseline Neutrino Facility (LBNF), montada en el Fermilab, y de dos detectores separados por una gran distancia. Todo comienza en el acelerador de partículas del Fermilab, en Batavia, un municipio situado en las afueras de Chicago, estado de Illinois [EE. UU.]. A partir de las colisiones de protones se generan partículas más pequeñas, que decaen dando origen a otras partículas. Los neutrinos constituyen uno de los subproductos de estas colisiones y transformaciones de la materia que tienen lugar en el acelerador, y el LBNF se ocupa de recoger y dirigir hacia los dos detectores, bajo tierra, un haz compuesto únicamente por estas partículas. El primero, más pequeño, funcionará al lado, cerca de la fuente de neutrinos del Fermilab, en una cueva poco profunda situada a 60 metros bajo tierra. El segundo, mucho mayor, estará ubicado a 1.300 kilómetros en el interior de una antigua mina abandonada en Lead, un municipio en el estado de Dakota del Sur. En esta localidad funciona actualmente la Sanford Underground Research Facility (Surf), una instalación que albergará el detector en una cueva que se está excavando, a 1.500 metros de profundidad y que ha sido diseñada para evitar que la detección del haz de neutrinos en Dakota del Sur se vea interferida por rayos cósmicos y neutrinos procedentes del espacio, como así también por perturbaciones en la superficie terrestre. Con el apoyo de la FAPESP, los científicos brasileños empezaron a desarrollar en 2020 una forma eficiente de purificar el argón empleando un tamiz molecular poroso conocido como zeolita, a base de aluminosilicato (un compuesto mineral de aluminio, silicio y oxígeno). La investigación básica que dio origen a la tecnología fue un estudio del equipo de Pagliuso en la Unicamp sobre las diferencias entre las moléculas de nitrógeno (N2) y argón (Ar) y su respuesta a la aplicación de un campo eléctrico.

El objetivo práctico del estudio consistía en encontrar una zeolita que pudiese adsorber (atraer y fijar) solamente las moléculas de nitrógeno, dejándolas libres de argón. En esta búsqueda fueron fundamentales los conocimientos del químico Dilson Cardoso, de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), experto en zeolitas. Se realizaron simulaciones por computadora con materiales que podrían funcionar como filtro para separar el nitrógeno del argón. “El modelado computacional nos permitió determinar el comportamiento de los sistemas de circulación y purificación del argón, aportando datos para el diseño de diversas piezas del sistema”, explica el ingeniero químico Dirceu Noriler, de la Unicamp. “Obtuvimos información sobre el tiempo de saturación de los filtros, la cantidad de purificadores necesarios y los ciclos para obtener la pureza deseada”.

Acontinuación, se pusieron en marcha pruebas a escala reducida en un ambiente superfrío controlado con los materiales más prometedores. Para ello, la Unicamp instaló el Criostato de Ensayos de Purificación de Argón Líquido (PuLArC). Este dispositivo, fabricado en acero inoxidable, con capacidad para albergar 90 litros de un fluido por purificarse, fue construido por las empresas Equatorial Sistemas y Akaer. Para el diseño de la parte de refrigeración, el equipo contó con la experiencia del Laboratorio de Criogenia del Centro Brasileño de Investigaciones Físicas (CBPF), de Río de Janeiro. El criostato se asemeja a un termo de doble pared con vacío intermedio e impide que la temperatura del ambiente se transmita al interior del recipiente.

Según el ingeniero de materiales Fernando Ferraz, vicepresidente de Operaciones de Akaer, el experimento hizo posible la generación de modelos 3D de toda la planta de purificación. “Realizamos simulaciones completas del proceso de transporte, montaje e instalación de todos los equipos necesarios para uno de los laboratorios del Dune”, comenta Ferraz. “El proceso de control de pureza del argón requiere ciclos de filtrado en estado líquido y gaseoso, regeneración y condensación”.

Los resultados de las pruebas realizadas en el PuLArC se publicaron en agosto de 2024 en la revista Journal of Instrumentation . Según dicho trabajo, un filtro fabricado con el material conocido como LiFAU, que además de aluminosilicato contiene litio, fue más eficiente a la hora de capturar las moléculas de nitrógeno presentes en el argón líquido. A partir de su empleo, la contaminación en 100 litros de argón, que inicialmente fluctuaba entre 20 y 50 ppm, pudo reducirse a un rango de 0,1 a 1 ppm en menos de dos horas. El filtro también fue probado por el equipo del Dune en un recipiente más grande, con una capacidad de 3.000 litros, y los resultados fueron igualmente satisfactorios.

Ahora el método a base de Li-FAU se encuentra en su fase final de pruebas en el ProtoDune, el prototipo del Dune que funciona en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (Cern), en la frontera franco-suiza. Allí, el volumen de argón líquido a purificar es de varias toneladas. El nuevo método ha sido patentado y, en el futuro, podría utilizarse con otros fines. Parece ser versátil y acaso podría emplearse para purificar otros gases como el dióxido de carbono y otros líquidos a escala industrial.

El filtro para extraer contaminantes del argón líquido es la segunda contribución relevante de la

La trayectoria subterránea de los neutrinos

El haz de partículas atravesará la corteza terrestre entre los estados de Illinois y Dakota del Sur, en Estados Unidos

Sanford Underground Research Facility

Laboratorio existente Detector mayor

1. A partir de las colisiones de protones en el acelerador del Fermilab, se genera un haz de neutrinos que es dirigido hacia los dos detectores subterráneos

32 km

1.300 km

2. Uno de los detectores está a 60 metros de profundidad, cerca del Fermilab, y el otro, más grande, se encuentra a 1.300 km de distancia, en una cueva situada a 1.500 metros de profundidad

Ángeles

Detector menor Producción de neutrinos Acelerador de protones

Fermilab
Fermilab
Sanford Underground Research Facility
Dakota del Sur Los
Nueva York Washington Illinois

Cueva que alberga el experimento

Dune en una antigua mina de Dakota del Sur, donde se instalará uno de los detectores de neutrinos

participación brasileña en el Dune, que reúne a 1.400 científicos e ingenieros de 200 instituciones y 35 países. La primera fue el desarrollo de una trampa de fotones, que captura los destellos de luz producidos por la interacción de los neutrinos con los átomos de argón. Invisible al ojo humano, esta luz tiene una longitud de onda de 127 nanómetros. Al almacenar este tipo de registros, la trampa permite estudiar las propiedades de los neutrinos y reconstruir su trayectoria en tres dimensiones. El dispositivo, bautizado X-Arapuca [arapuca es un vocablo de origen tupí que en el portugués brasileño se emplea también para decir trampa], fue creado a mediados de la década pasada por los físicos Ettore Segreto y Ana Amélia Machado, de la Unicamp. Su última versión, la 2.0, ya se está utilizando en Estados Unidos.

Los neutrinos disparados en el Fermilab viajarán a través de la corteza terrestre y llegarán a los tanques que contienen argón líquido. La interacción con el argón libera electrones y produce centelleos de luz. Un campo eléctrico uniforme dirige los primeros hacia los detectores de electrones. Los fotones generados por los centelleos son capturados por las trampas X-Arapuca. “A partir de los fotones producidos en los destellos puede calcularse en qué momento llegaron los neutrinos, la dirección de procedencia y cómo interactuaron con el argón”, explica Machado. Hasta ahora se desconoce la masa de cada uno de los tres tipos de neutrinos conocidos –muónico, tauónico y electrónico– ni por qué oscilan entre sí al desplazarse. En el centro de investigaciones Sanford, donde estará ubicado el mayor detector del Dune, al menos dos de los cuatro módulos del experimento contarán con trampas X-Arapuca, conformando un sistema de

fotodetección alrededor de las piscinas de argón líquido. Con fondos aportados por la FAPESP, Brasil se hará cargo de la construcción de parte de los componentes y del montaje e instalación de 6.000 trampas X-Arapouca en uno de los módulos del Dune hasta el inicio de la captación de datos, previsto para 2029. “El mayor reto consistirá en coordinar el proceso de construcción de las trampas en el país y la recepción de los componentes restantes del exterior sin comprometer el cronograma del experimento”, analiza Segreto. “En Brasil fabricaremos las piezas mecánicas y los filtros ópticos, que son los elementos más importantes para el funcionamiento del dispositivo”. Para el físico Sylvio Canuto, de la Universidad de São Paulo (USP), la inversión en el Dune reviste una gran importancia, ya que revelará detalles sobre los neutrinos y, en consecuencia, sobre la formación del universo. Una de las cuestiones más intrigantes reside en tratar de entender por qué en el cosmos hay más partículas que antipartículas. “Teóricamente, era de esperarse que las partículas y las antipartículas hubieran surgido en proporciones similares al principio de todo. Pero actualmente vemos que el universo está formado mayormente por partículas. El origen de este misterio se atribuye al papel que desempeñan los neutrinos y ahora estamos más cerca de dilucidarlo”, dice Canuto, quien acompaña la participación brasileña en el Dune desde el inicio del proyecto y es asesor de la Dirección Científica de la FAPESP. El próximo paso, según el físico de la USP, consiste en asegurar la participación brasileña en la tarea de analizar los datos producidos en el Dune, erigiéndose así en un hub de referencia en el país para toda Latinoamérica. l

Los proyectos y artículos científicos consultados para la elaboración de este reportaje figuran en una lista en la versión online de este número.

Rocas expuestas (afloramientos) en Serra do Catimbau, estado de Pernambuco. En el recuadro, las capas de arenisca señalan la acumulación de los sedimentos arrastrados por las aguas

Ríos extintos del nordeste de Brasil

Estratos de las rocas sedimentarias indican que hace unos 450 millones de años las aguas fluían desde las montañas de la región

CARLOS FIORAVANTI

Publicado en julio de 2024

Cualquiera que deambule por la región de Sobral y Juazeiro do Norte, en el estado brasileño de Ceará, por Catimbau, en Pernambuco, o Monsenhor Hipólito, en Piauí, probablemente se topará con areniscas, rocas amarillentas resultado de un aglutinamiento de arena. Sus capas indican que hace millones de años, un río fluyó por allí. Asimismo, en las áreas hoy en día planas situadas al sur, ocupadas por los estados de Sergipe, Alagoas, Bahía y Pernambuco, había montañas de 3.000 a 4.000 metros (m) de altura.

“Los ríos que fluían en el nordeste brasileño hace entre 480 y 445 millones de años eran diferentes a los actuales”, comenta el geólogo Rodrigo Cerri, de la Universidade Estadual Paulista (Unesp).

“Posiblemente se entrecruzaban y arrastraban sedimentos a través de grandes áreas con una leve pendiente, probablemente desprovistas de vegetación”.

Según Cerri, existía una red o sistemas de ríos, cada uno con entre 300 y 500 kilómetros (km) de extensión. Mayores, por lo tanto, que el Capibaribe, de 240 km, que nace en el interior de Pernambuco, atraviesa su capital, Recife, y desemboca en el océano. Aunque su origen fuera diferente, serían como el São Francisco o el Amazonas, que nacen en las montañas de Minas Gerais y en los Andes peruanos, respectivamente, y sus aguas discurren hacia el Atlántico. Hace 400 millones de años, la región que se convertiría en el nordeste de Brasil todavía se hallaba unida a lo que actualmente es el norte de África, formando una unidad geológica continua, que se extendía hasta Medio Oriente, también con ríos que descendían de las montañas igualmente desaparecidas. Como el Atlántico aún no se había formado, los ríos desembocaban en el mar situado al norte del actual nordeste brasileño y al oeste de África, en tramos en los que ambos continentes ya se habían separado.

La separación se consumó por completo hace alrededor de 100 millones de años, cuando debió romperse el último macizo rocoso de unos 425 km que unía el norte del actual Rio Grande do Norte y el sur de Pernambuco con la costa de lo que hoy es Nigeria, Camerún y Guinea Ecuatorial. Recién entonces pudo formarse el océano Atlántico y empezar a ensancharse.

Cerri arribó a estas conclusiones examinando las areniscas que recogió en 2021 y 2022 en siete cuencas sedimentarias (áreas normalmente bajas que acumulan sedimentos), de Ceará, Piauí y Pernambuco. Según el investigador, los estratos de arenisca de gran espesor, acumulados durante millones de años, presentan estructuras que indican la dirección del río posteriormente cubierto por otras rocas y por la vegetación.

En la Unesp de Rio Claro, Cerri trituró las rocas y preparó siete muestras, de las que extrajo gránulos de circón, cuyo diámetro promedio era de 300 micro -

nes (1 micrón equivale a una milésima de milímetro). Los cristales de circón incorporan elementos químicos del ambiente en el que se formaron, a partir del magma, el material viscoso que forma el interior de la Tierra. La cantidad y el tipo de cada elemento indican cuándo y a qué temperatura y presión se formaron las rocas que contienen circón.

Uno de los elementos químicos que componen el circón es el uranio, que al ser radiactivo, se transforma –o decae–en una de las formas de otro elemento, el plomo. Las rocas más antiguas contienen menos uranio (o más plomo) y las más recientes más uranio (o menos plomo). Un equipo provisto de un láser quemó el mineral y transformó el uranio y el plomo en vapor. Un espectrómetro de masa determinó el porcentaje de ambos componentes y, en consecuencia, la edad de las rocas. Los resultados indicaron que los circones probablemente procedían de terrenos más antiguos –y, por ende, más altos– que aquellos en donde se los encontró, geológicamente más recientes y bajos.

Según Cerri, los ríos desaparecieron –y fueron cubiertos por el hielo– debido a una intensa glaciación a finales del Or-

Las montañas de los continentes hermanos

Hace entre 485 y 443 millones de años, el nordeste de Brasil y el oeste de África albergaban formaciones montañosas de hasta 3.000 metros de altura (las áreas amarillas), desde las que fluían ríos

FUENTES CERRI, R. I. ET AL. GEOLOGICAL MAGAZINE . 2021 / GOMES, N. G. ET AL. LITHOS. 2023

dovícico, el período geológico comprendido hace entre 485 y 443 millones de años, tal como se detalla en un artículo publicado en junio de 2022 en la revista Geological Magazine y otro en la edición de julio de Gondwana Research “Desde hace mucho tiempo se debatía si los sedimentos de los ríos de la cuenca del Parnaíba, en los estados de Piauí, Maranhão y Ceará, tendrían el mismo origen que los de otras cuencas del nordeste”, dice Cerri. “Estudiando el circón, demostramos que todas las unidades sedimentarias podrían, en efecto, tener la misma edad y haberse formado del mismo modo”.

El geólogo David Vasconcelos, de la Universidad Federal de Campina Grande (UFCG), quien no participó en el trabajo, pero que estudia las cuencas sedimentarias del nordeste, considera válida a esta hipótesis: “Las unidades geológicas más antiguas de las cuencas sedimentarias del nordeste brasileño efectivamente pueden haber tenido un origen común, a pesar de los diferentes nombres regionales que denominan a un

mismo tipo de areniscas”. Según Vasconcelos, hace 480 millones de años, los ríos de las cuencas actualmente aisladas podrían haber sido parte de una red hidrográfica que discurría por la llamada depresión afrobrasileña, formada por el actual nordeste brasileño y la región occidental de África, y habría sido mayor que la red hidrográfica de la Amazonia.

“La información recabada es consistente, pero, a priori, no se puede descartar que las cuencas del nordeste tuvieran fuentes de sedimentos procedentes de distintos lugares, porque pueden encontrarse rocas con la misma edad en lugares diferentes”, dice el geólogo Ticiano dos Santos, del Instituto de Geología de la Universidad de Campinas (IG-Unicamp), quien tampoco participó en el trabajo de Cerri y estudia la historia geológica aún más antigua de la región, de hace al menos 550 millones de años, en particular, la de Ceará. “En el delta del Amazonas, por ejemplo, hay circones de todas las edades, procedentes de los Andes y de zonas más antiguas a lo largo del río Amazonas”.

DEL SUR

AMÉRICA DEL SUR ÁFRICA

ÁFRICA

Las montañas del actual nordeste brasileño, viejas conocidas de los geólogos, se formaron en áreas que antes estaban cubiertas por el océano, como resultado de la colisión de bloques rocosos de la litósfera (la capa superficial de la Tierra) que se desplazaban en sentido contrario. Una de las zonas altas, la franja Sergipana, actualmente abarca el estado de Sergipe y parte de los de Bahía y Alagoas. Otra, la franja de Riacho do Pontal, ocupa la región limítrofe entre los estados de Bahía, Pernambuco y Piauí, en el borde septentrional del cratón de São Francisco (un cratón es un antiguo bloque rocoso que se extiende por centenas de kilómetros).

Quien recorra el interior del nordeste y no sepa mucho de geología debe cuidarse de sacar conclusiones precipitadas. La región conocida como Chapada do Araripe, en la región limítrofe entre los estados de Ceará, Pernambuco y Piauí, por ejemplo, aunque se encuentra a 1.000 m de altura y se extiende por 178 km, no es el vestigio de una montaña, sino resultado de la compresión de las estructuras rocosas más densas que la rodean. l

Los proyectos y artículos científicos consultados para la elaboración de este reportaje figuran en una lista en la versión online de este número.

Cratón de São Francisco
Cratón Amazónico
Cratón del Congo
AMÉRICA

Las sorprendentes facetas de la Caatinga

La diversidad de paisajes avala la propuesta de detallar los distintos ambientes del semiárido brasileño

CARLOS FIORAVANTI

Publicado en octubre de 2024

Los tupidos montes verdes que rodean los cerros de General Sampaio, en el estado brasileño de Ceará, recuerdan las exuberantes alfombras verdes de la Amazonia. En el interior de los estados de Paraíba, Bahía y Minas Gerais hay árboles imponentes como la barriguda: para abrazar sus troncos se necesitan cuatro adultos con los brazos abiertos. Pedregosos, con escasa vegetación, los matorrales de altura de Chapada Diamantina recuerdan al Cerrado, aunque como el resto de los paisajes mencionados aquí, pertenecen al semiárido de la Caatinga.

Esta zona se extiende por 10 estados del nordeste y sudeste de Brasil, y se la asocia tradicionalmente tan solo con lugares áridos, pero en realidad es más colorida y diversa. Una propuesta de reclasificación, detallada en un artículo de 59 páginas que pronto saldrá publicado en la revista especializada The Botanical Review, del Jardín Botánico de Nueva York, en Estados Unidos, divide a la Caatinga en 12 subunidades biogeográficas, conforme a un nuevo enfoque que toma en cuenta la distribución espacial de las especies endémicas (exclusivas), derivada principalmente del tipo de suelo.

“La Caatinga, en realidad, engloba a muchas Caatingas”, lo resume la botánica Daniela Zappi,

Una vista del monte desde lo alto de una torre de observación emplazada en la meseta de Borborema, en Campina Grande, Paraíba, durante la estación lluviosa

una de las autoras del trabajo, quien ha estado recorriendo el sertón del nordeste brasileño desde 1987, principalmente en busca de cactus, a cuyo estudio dedicó su maestría, su doctorado y buena parte de los 23 años que pasó trabajando en los Jardines de Kew, en el Reino Unido, antes de regresar a Brasil y repartir su tiempo entre instituciones de investigación en Belém [Pará] y Brasilia [DF].

“En la Caatinga hay jaguares, pumas y tapires, en medio de paisajes de una belleza deslumbrante”, añade el biólogo Marcelo Moro, coordinador del estudio, quien recorre la región desde sus tiempos de estudiante de ciencias biológicas en la Universidad Federal de Ceará (UFC). Durante sus estudios doctorales y posdoctorales, ambos en la Universidad de Campinas (Unicamp), becado por la FAPESP, comenzó a detallar la distribución geográfica de las especies vegetales y animales de algunas zonas del bioma.

En agosto de 2016 regresó a la UFC, entonces como profesor titular tras acceder al cargo por concurso. “Me di cuenta de que para mapear toda la región se necesitaría más gente”, comentó. Se le unieron dos geógrafos especializados en cartografía, Rubson Maia, de la propia UFC, y Luis Costa, de la Universidad Estadual de Montes Claros (Unimontes), de Minas Gerais. También consiguió despertar el interés de cuatro botánicos: además de Zappi, Nigel Taylor, un botánico jubilado del Jardín Botánico de Kew, Vivian Amorim, de la Universidad Federal de Cariri, y Luciano Queiroz, de la Universidad Estadual de Feira de Santana, en Bahía. Zappi y Taylor son expertos en cactus, Amorim en asteráceas, una familia botánica amplia, que abarca 32.000 especies, y Queiroz en leguminosas, una familia compuesta por 19.000 especies. Al grupo de botánicos se les encargó la tarea de delimitar las áreas ocupadas por 328 especies de plantas exclusivas de la Caatinga. El mandacarú, un tipo de cactus conocido también popularmente como cirio (Cereus jamacaru) y otro cactus de crecimiento arbustivo que en Brasil llaman xique-xique (Xiquexique gounellei ), abundan en la región, pero no en ambientes vecinos, mientras que quipá-mirim (Tacinga mirim) solo se encontró en Ceará. Una especie herbácea con pequeñas flores blancas llamada vassourinha-de-botão (Borreria apodiensis) está confinada a Chapada do Apodi, en el límite entre los estados de Rio Grande do Norte y Ceará, una zona con muchas cuevas. Un roedor de 20 centímetros llamado rabo-de-facho (Proechimys yonenagae), y al menos 30 especies de lagartos son exclusivos de las dunas del río São Francisco, en el nordeste de Bahía.

Moro y su equipo perfeccionaron una clasificación anterior, con ocho áreas o ecorregiones. Esta organización había sido formulada por la zoóloga Agnes Velloso, de la organización no gubernamen-

tal The Nature Conservancy Brasil (TNC Brasil), el ingeniero forestal Frans Pareyn y el agrónomo Everardo Sampaio, ambos de la Asociación Plantas del Nordeste (Apne), y publicada en formato de libro en 2002 por la propia Apne.

La nueva división de la Caatinga adopta la nomenclatura internacional para delimitar las áreas de endemismo (de mayor a menor, reino, región, dominio, provincia y distritos), oficializada en julio de 2008 en la revista Journal of Biogeography (véanse las definiciones detalladas en la versión online en portugués de este artículo). Según este tipo de abordaje, toda la Caatinga se consideró un dominio biogeográfico. Las tres unidades con una mayor superficie son las provincias y subprovincias: dos subtipos de caatinga o bosque xerófilo (en este caso con inicial minúscula porque son solo una parte de la Caatinga), la stricto sensu y la arenosa, y Chapada Diamantina.

La caatinga stricto sensu se encuentra en terrenos con rocas cristalinas (volcánicas) y suelos pedregosos y moderadamente fértiles. A su vez, presenta tres subdivisiones (distritos biogeográficos) –las Depresiones Sertanejas Norte y Sur y el Distrito Borborema–, cada una con comunidades vegetales y animales propias, aunque sean vecinas. Por ejemplo, la palmera Syagrus cearensis y el lagarto conocido como calango-de-lajeiro (Tropidurus jaguaribanus), solo pueden encontrarse en la Depresión Sertaneja Norte; el arbusto Holoregmia viscida y la especie Tabaroa caatingicola , tan solo en la Depresión Sertaneja Sur, y el cactus Pilosocereus chrysostele y la herbácea de flores lilas Mimosa borboremae, solamente en el Distrito Borborema. La segunda gran unidad de la Caatinga, la caatinga de arena o arenosa, está constituida por terrenos con rocas sedimentarias que han dado origen a suelos arenosos y pobres en nutrientes. A su vez, está subdividida en cuatro partes, cada una con sus especies propias. La especie vegetal Cearanthes fuscoviolacea es una de las endémicas del distrito Ibiapaba-Piauí; el saltarín de Araripe (Antilophia bokermanni ), un pájaro pequeño y colorido, tan solo habita en los bosques húmedos de Araripe, y el lagarto Scriptosaura catimbau es típico del distrito Tucano-Jatobá y suele vivir enterrado. En las arenas de las dunas del São Francisco viven el roedor Trynomis yonenagae, los lagartos Procellosaurinus tetradactylus y Eurolophosaurus divaricatus y las serpientes Typhlops yonenagae y T. amoipira , exclusivos de la zona.

En la caatinga stricto sensu y en la arenosa, las plantas han desarrollado mecanismos de adaptación al clima seco: muchas especies pierden sus hojas al comienzo de la larga estación seca y rebrotan tan pronto como llegan las primeras lluvias. En

Los distintos paisajes del semiárido brasileño

La propuesta de subdivisión de la Caatinga se basa en las diferencias de suelos y en el endemismo de plantas y animales

Distrito Ibiapaba-Piauí Predominio de tierras bajas con algunas mesetas y suelos arenosos. Allí se encuentra el Parque Nacional Serra da Capivara, con pinturas rupestres milenarias

Distrito Araripe Rico en fósiles, con tramos de Cerrado, montes húmedos y, en las tierras altas arenosas, caatinga o bosque xerófilo

Distrito TucanoJatobá

Uno de los tramos más secos de la Caatinga, con suelos arenosos profundos

Distrito de las Dunas del São Francisco Campo de dunas continentales con reptiles endémicos, muchos de ellos adaptados a la vida bajo tierra

Distrito Peraçu

También con suelos ricos en nutrientes y muchas cuevas, ocupado por árboles de gran tamaño, como las barrigudas

Mimosa borboremae, que solamente puede encontrarse en los bosques de la meseta de Borborema

ÁREAS VECINAS, PERO CON FAUNA Y FLORA PROPIAS

Costa de la Caatinga

Provincia de la Caatinga:

Subprovincia Caatinga stricto sensu

Subprovincia Caatinga arenosa

Distritos con muchos afloramientos de caliza

Provincia Chapada Diamantina

El lagarto Procellosaurinus tetradactylus, endémico de las dunas del São Francisco

Costa de la Caatinga El tramo más seco del litoral brasileño, con dunas, restingas, sabanas, manglares y bosques costeros

Distrito Potiguar Suelos derivados de la descomposición de rocas calizas, con muchas cavernas cuya biodiversidad aún no ha sido muy estudiada

Distrito Borborema Una de las zonas más altas del nordeste brasileño, con pantanos o humedales de altura en los tramos más altos y húmedos, y bosque xerófilo en los más bajos y secos

Distrito Depresión Sertaneja Norte Tierras normalmente bajas y llanas, con algunos cerros aislados y suelos pedregosos y planos

Distrito Depresión Sertaneja Sur El mayor distrito de la Caatinga, con vastas tierras bajas, llanas u onduladas, y algunas colinas y suelos pedregosos y planos

Provincia Chapada Diamantina Sabanas y matorrales de altura cubren las áreas más altas y frías, pantanos de altura ocupan las áreas más húmedas y bosque xerófilo las más secas

Distrito Irecê También salpicado de cavernas. Los suelos ricos en nutrientes favorecen el reemplazo de la vegetación autóctona por cultivos agrícolas

Teresina Océano
Fortaleza

Árboles creciendo en un hoyo que se formó en un terreno sedimentario de Irecê, en Bahía

Bosque preservado en Itapajé, Ceará

Un grupo de guacamayos de Lear ( Anodorhynchus leari ), típicos del semiárido brasileño

estas dos áreas también crecen especies vegetales análogas a las que pueden encontrarse en el Bosque Atlántico, en el Cerrado y en zonas no inundables del Pantanal, tales como el curupay (Anadenanthera colubrina), la cola de iguana (Piptadenia retusa) y el urunday o cuchi (Astronium urundeuva). “También hay pequeñas áreas, denominadas enclaves, de bosques secos en el Cerrado y el Bosque Atlántico”, dice Moro. Según él, los bosques secos de Bolivia, Venezuela y Colombia también tienen especies en común con la caatinga brasileña.

En tanto, la provincia de Chapada Diamantina, dentro del Dominio de la Caatinga, ocupa las áreas altas de Bahía, con vegetación de caatinga o bosque blanco en lengua tupí, bosques húmedos, sabanas y matorrales de altura.

Otro conjunto de unidades está compuesto por otros tres distritos –Potiguar, Irecê y Peruaçu–, salpicados de afloramientos (rocas expuestas) de caliza, redes de cuevas y una fauna por ahora poco conocida, que no se distinguían en los mapas anteriores. Parte de las cavernas se encuentran protegidas dentro del Parque Nacional Cavernas do Peruaçu.

Una última unidad se encuentra aislada, al norte, bordeando la costa del mar: es la costa de la Caatinga, que agrupa especies de plantas de este bioma, del Cerrado y de la Amazonia, debido a que las precipitaciones son más abundantes en el litoral que en el interior de la Caatinga.

Moro y su equipo están mapeando los enclaves de bosque húmedo de las tierras altas en medio de la Caatinga, conocidos como pantanos o humedales de altura, con especies típicas de la flora y la fauna de la Amazonia y el Bosque Atlántico, y otras endémicas. Su plan es concluir el mapeo el año que viene.

“Si no se conoce en qué condiciones habita una especie en determinado lugar, no es posible recuperar un área degradada, porque el primer interrogante que se nos plantea es ‘¿qué especies plantamos?’”, comenta Fernando Martins, biólogo de la Unicamp, quien no participó en el mapeo, pero que estudia la Caatinga desde hace unos 30 años y fue el director del doctorado y supervisor del posdoctorado de Moro.

“Asimismo”, prosigue, “hay especies que pueden vivir juntas y otras que se excluyen por competencia. Las especies que viven en hábitats similares pueden convivir, porque ya ha habido una exclusión competitiva. Al asociar especies y regiones con ecosistemas similares obtenemos mucha información imprescindible, tanto del área teórica de la biología como de la práctica”.

A Martins le agradó saber que los shapefiles –las capas– del mapa, cada uno con los distintos tipos

de ambientes de la Caatinga, se publicaron en formato digital de acceso abierto, lo que permite que cualquier investigador pueda asociar los datos por recolectarse con las diferentes áreas. “Esto es muy importante para posibilitar la comprensión, no solo acerca de cómo ha sido posible la evolución de una biota tan diversificada y regionalizada en un medio ambiente tan severo, sino también sobre cómo conservar esta biodiversidad y establecer nuevas unidades de conservación capaces de preservar la biota en vista de los cambios climáticos”, comenta.

La bióloga Marcela Cruz Moreira, a quien Martins dirigió en su maestría, comparó las especies de angiospermas (plantas con flores) de la vegetación de caatinga de terrenos cristalinos y sedimentarios. La hipótesis inicial planteaba que los terrenos sedimentarios, con suelos más profundos y mayor capacidad de retención de agua, podían albergar especies muy diferentes. Pero no es así. “Los suelos cristalinos, que creíamos más selectivos, alojan más especies diferentes que los sedimentarios, lo que podría sugerir la incidencia de procesos evolutivos sumamente complejos”, dice Martins.

El ecólogo Marcelo Tabarelli, de la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE), comenta: “El nuevo trabajo muestra una visión

más precisa de la Caatinga, que hasta ahora se consideraba una sola unidad, aunque los que la recorremos sabemos que no es así. Este tipo de división, basado en las características físicas del ambiente, funcionaría bien para las plantas, pero no sé si es igual de aplicable para otros grupos taxonómicos”.

El geógrafo paraense José Maria Cardoso da Silva, de la Universidad de Miami, en Estados Unidos, subraya: “El gran dilema actual pasa por saber hasta qué punto los patrones de endemismo de la Caatinga constituyen el resultado de la presión humana en la región”. Según análisis coordinados por el biólogo Helder Araujo, de la Universidad Federal de Paraíba (UFPB), publicados en octubre de 2023 en la revista Scientific Reports, las áreas agrícolas y de pasturas abandonadas o productivas cubren el 89 % del bioma, en contraste con lo que habría sido hace miles de años, bajo las mismas condiciones climáticas y de suelos, antes de la ocupación humana.

“A partir del siglo XVI, la deforestación ha sido intensa, sobre todo en el sector oriental, en las depresiones norte y sur y en el Distrito Borborema”, dice Araujo. “También han desaparecido en buena medida los llamados bosques de galería o bosques ribereños, hoy en día bastante raros a lo largo de los ríos, como en el caso del São Francisco”. En la caatinga arenosa se encuentran las principales unidades de conservación de la región, tales como el Parque Nacional de Serra da Capivara, la Estación Ecológica de Raso da Catarina y el Bosque Nacional Araripe-Apodi, que pueden servir como ejemplos de algunos de los ambientes originales de la Caatinga. l

El bosque trepa por el cerro y rodea los inselbergs [montes islas] de Quixadá, en Ceará

Cactus y otras plantas proliferan en Irecê, Bahía
Los proyectos, los artículos científicos y el libro consultados para la elaboración de este reportaje figuran en una lista en la versión online de este número.

INMUNOLOGÍA

Protección contra el dengue grave

El compuesto candidato a inmunógeno del Instituto Butantan de São Paulo reduce en un 89 % el riesgo de desarrollar la forma aguda de la enfermedad

RICARDO ZORZETTO

Publicado en septiembre de 2024

Una dosis única y de tan solo 0,5 mililitros (ml) de la candidata a vacuna contra el dengue del Instituto Butantan –Butantan DV– proporcionó en humanos una protección duradera y elevada contra la enfermedad.

En promedio, redujo en un 67,3 % el riesgo de presentar síntomas (leves, moderados o graves) de dengue, incluso a largo plazo después de haber sido administrada: en promedio, 3,7 años.

Este grado de protección, que fue dado a conocer en un artículo publicado en agosto en la revista The Lancet Infectious Diseases, es ligeramente inferior al observado en un estudio publicado en febrero en The New England Journal of Medicine

En ese trabajo, la protección general de Butantan DV había sido de un 79,6 %, pero medida dos años después de su aplicación. Ahora, tras casi el doble del tiempo transcurrido, la inmunidad disminuyó levemente, pero sigue siendo relevante.

El dato novedoso y más importante revelado ahora es que el inmunógeno proporciona una alta protección contra los casos más preocupantes. Reduce en un 89 % el riesgo de que las personas inmunizadas desarrollen dengue grave o síntomas alarmantes una vez expuestas al virus. El compuesto Butantan DV se produce con una versión atenuada de las cuatro variedades (serotipos) del virus del dengue y proporciona una protección promedio de un 64,6 % entre los 2 y 6 años de edad, de

un 70,6 % de los 7 a los 17 años y de un 72,8 % de los 18 a los 59 años. Tuvo una eficacia general de un 75,8 % contra el serotipo del dengue tipo 1 y de un 59,7 % contra el tipo 2. No se detectaron infecciones por los serotipos 3 y 4 en esta etapa de seguimiento, que concluyó antes de la epidemia de este año y, por ahora, no se conoce el grado de protección del inmunógeno contra estas dos variantes del virus.

“El máximo grado de protección tiene lugar durante el primer año de la inmunización, luego es normal que se registre un descenso en la producción de anticuerpos. Vamos a continuar con el monitoreo de los datos, pero hasta ahora, indican que no es necesaria la aplicación de una dosis de refuerzo”, explica Fernanda Boulos, directora médica del Instituto Butantan y coordinadora de los ensayos clínicos con Butantan DV, cuyo desarrollo inicial fue financiado por la FAPESP.

En los ensayos que se han llevado a cabo con el método doble ciego –ni médicos ni participantes conocen qué compuesto está recibiendo cada quien– 10.259 personas fueron seleccionadas por sorteo para recibir el compuesto inmunizante, mientras que a otras 5.947 se les administró un compuesto inocuo (placebo). La frecuencia de efectos adversos fue mayor entre aquellos que recibieron Butantan DV (un 53 %) que entre los que recibieron la inyección inocua (un 45,6 %), generalmente dolor localizado, fiebre y erupciones contáneas. En tanto, el índice de efectos adversos graves fue similar para

Una técnica realiza una inspección visual de un lote de la posible vacuna Butantan DV

los dos grupos: un 6,2 % en el primero y un 6,6 % en el segundo.

“La vacuna siguió siendo bastante eficaz y sus datos de seguridad son sólidos”, dice el médico y virólogo Maurício Nogueira, de la Faculdade de Medicina de Rio Preto (Famerp), autor principal del artículo publicado en The Lancet Infectious Diseases y coordinador de uno de los centros en donde se realizaron las pruebas. “No podemos darnos el lujo de tener una vacuna más o menos segura”, dice.

Según Boulos, los nuevos datos están siendo remitidos a la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), responsable de la aprobación de medicamentos y alimentos en Brasil, y ya se ha solicitado el registro de patente de la vacuna. Ahora ya está en marcha el proceso de ampliación de la producción y la evaluación de calidad del inmunógeno. “Una vez concluida esta fase, estaremos en condiciones de dimensionar mejor nuestra capacidad de producción”, dice la investigadora. “Si todo va bien, esperamos que Anvisa expida su aprobación en el primer semestre del año que viene”, añade.

En enero de este año, el Ministerio de Salud de Brasil incorporó al Sistema Único de Salud (SUS) la primera vacuna contra el dengue: Qdenga, fabricada por el laboratorio japonés Takeda, destinada a niños de 10 a 14 años. l

Los artículos científicos consultados para la elaboración de este reportaje figuran en una lista en la versión online de este número.

La fiebre del Oropouche acecha

Una nueva variante del virus se multiplica rápidamente y podría facilitar la transmisión de la enfermedad

GILBERTO STAM

Publicado en julio de 2024

Una variante del virus del Oropouche (Orov), causante de la fiebre del Oropouche, identificada en enero en el norte de Brasil, puede ser la responsable de la actual propagación de la enfermedad en el país. Hasta el 19 de agosto, el Ministerio de Salud nacional había registrado 7.653 casos (en 2023 fueron 831), incluidos cuatro casos de microcefalia y la muerte de dos mujeres de 21 y 24 años sin comorbilidades, con síntomas similares a los del dengue, las primeras registradas en todo el mundo por este tipo de virus. El 3 de agosto, el Ministerio de Salud confirmó el primer óbito fetal a causa del virus, con transmisión de la madre al hijo, en el estado de Pernambuco. Para el día 5

de ese mes, el estado de São Paulo había confirmado cinco casos.

Un estudio realizado por la Universidad de Campinas (Unicamp) divulgado en julio en la plataforma medRxiv reveló que cuando se inocula en células humanas, la variante denominada Orov_BR2015-2024, o nuevo Orov, produce 100 veces más virus en un lapso de 48 horas que el primer linaje aislado en Brasil en la década de 1960. En cultivos de laboratorio, produjo agujeros hasta 2,5 veces mayores en la capa de células.

“El nuevo Orov es capaz de replicarse con mayor rapidez y eludir parte de los anticuerpos producidos por el sistema inmunitario como respuesta a infecciones previas”, dice el virólogo José Luiz Módena, coordinador del equipo de la Unicamp. “Como se multiplica muy rá-

pidamente, probablemente puede acumularse en mayor cantidad en la sangre de las personas o animales infectados, lo que potencialmente favorece la infección del insecto transmisor”. En la actualidad, el transmisor principal es un tipo de jején (Culicoides paraensis), cuyas larvas se alimentan de materia orgánica en bosques, parques y plantaciones, habitualmente en las periferias de las ciudades.

Con su equipo, Módena examinó muestras de sangre de habitantes de Manaos, en el estado de Amazonas, con síntomas similares a los del dengue, recogidas en 2024. De las 93 muestras, 10 pertenecían a personas con la fiebre del Oropouche. Dos de ellas fueron secuenciadas e identificadas como el nuevo Orov, descrito por primera vez en enero por el equipo del virólogo Felipe Naveca,

Puerto de Manaos, ciudad donde el Orov se ha propagado 1

de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) Amazonia, en Manaos.

El nuevo linaje fue identificado tras haber secuenciado 400 virus recogidos durante el brote que se produjo en los estados de Amazonas, Rondônia, Roraima y Acre entre 2022 y 2024, tal como se describe en un preprint publicado por Naveca el 24 de julio también en el repositorio medRxiv. “El nuevo Orov surgió entre 2010 y 2014, a partir de un reordenamiento genético de tres virus diferentes que circularon en Brasil, Perú, Ecuador y Colombia”, dice Naveca.

“Se trata de un virus con alta capacidad de matar a las células que infecta”, dice el virólogo Eurico Arruda, de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo (FMRPUSP), quien empezó a estudiar el virus del Oropouche en la década de 1990. Como él mismo describiera en un artículo publicado en 2017 en la revista Journal of Medical Virology, el virus infecta a los leucocitos, células del sistema inmunitario de la sangre a través de las cuales se propaga por el organismo. En otro estudio publicado en 2021 en Frontiers in Neuroscience, los equipos de Arruda y Adriano Sebollela, también de la USP de Ribeirão Preto, mostraron que el Orov es capaz de multiplicarse en láminas de cerebro humano cultivadas en laboratorio, provocando una respuesta inflamatoria nociva para el organismo.

Los investigadores entrevistados por Pesquisa FAPESP coinciden en que la nueva variante no es el único factor que ha impulsado la epidemia de fiebre del Oropouche. El aumento de la temperatura y

las alteraciones del régimen pluvial de bido al cambio climático pueden haber ampliado el área de distribución de los jejenes. Asimismo, la deforestación de la Amazonia podría haber obligado a estos insectos a ocupar zonas urbanas.

La intensificación de los testeos de diagnóstico en la red nacional del Labo ratorio Central de Salud Pública (Lacens) también ha contribuido al aumento de la cifra de casos registrados. “Comenzamos a prestarle más atención al virus del Oropouche cuando constatamos que gran parte de los brotes no eran de dengue, una enfermedad con la que fácilmente se lo confunde”, informa el infectólogo Julio Croda, de la Fiocruz de Campo Grande. Para Croda, el alto número y la distribución geográfica de los casos registrados en 20 de los 27 estados brasileños están caracterizando una epidemia de fiebre del Oropouche en Brasil (véase el mapa). “Es una situación muy diferente a los brotes locales que se produjeron en la región norte hasta el año pasado”, dice. La epidemia podría acentuarse más aún si los linajes de Orov se adaptan a los insectos que habitan en áreas urbanas centrales, como el mosquito común (Culex quinquefasciatus) y el Aedes aegypti. El virólogo Pedro Vasconcelos, del Instituto Evandro Chagas (IEC), de Belém [Pará], coordinador del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología para Virosis Emergentes y Reemergentes (INCT-Ver), y Arruda minimizan la posibilidad de que los mosquitos se conviertan en transmisores del Orov, ya que los experimentos realizados en laboratorio demostraron su escasa eficiencia para transmitir el

El nuevo Orov avanza y el dengue retrocede

Distribución de los casos de arbovirus diagnosticados mediante pruebas moleculares en el estado de Amazonas entre febrero de 2022 y marzo de 2024

Chikunguña

Dengue tipo 1

Dengue tipo 2

Mayaro

Oropouche

Zika

No disponible

similares con la nueva variante. El riesgo de propagación del Orov será mayor si el virus se adapta al A. aegypti. “Tenemos que monitorear las poblaciones de A. aegypti para ver si ya son portadoras del Orov”, sugiere Vasconcelos. “Como ya sabemos, se trata de una especie de mosquitos difícil de combatir”.

RIESGO DE MICROCEFALIA

El IEC encontró pruebas de la llamada transmisión vertical, cuando el virus pasa de la madre al feto, en cuatro bebés nacidos con microcefalia y un feto mortinato con 30 semanas de gestación. Los casos fueron identificados en los estados de Acre, Bahía y Pernambuco.

“En ratones, el Orov atraviesa fácilmente la placenta y muestra una gran capacidad para llegar al cerebro y deformar las estructuras craneales y el cuerpo del feto”, comenta Arruda. “Incluso a partir de una infección en las patas de los ratones, el virus se propaga por los nervios periféricos y la médula espinal hasta llegar finalmente al cerebro al cabo de un tiempo”. l

Los proyectos y artículos científicos consultados para la elaboración de este reportaje figuran en una lista en la versión online de este número.

Un modelo potencial para el Alzhéimer

Científicos brasileños identifican lesiones características de esta enfermedad neurodegenerativa humana en el cerebro de monos capuchinos robustos

GISELLE SOARES

Publicado en julio de 2024

Amedida que envejecen, los monos capuchinos robustos, que se encuentran entre los primates más inteligentes de América, pueden presentar en el cerebro los mismos tipos de lesiones que caracterizan a la enfermedad de Alzheimer. Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FM-USP) y del Centro de Primatología de la Universidad de Brasilia (UnB) identificaron en dos ejemplares ancianos de la especie –uno de 29 y otro de 33 años– placas de péptidos beta-amiloides, formadas por la acumulación de estos fragmentos proteicos alrededor de las neuronas, como así también enmarañados neurofibrilares de proteína tau, que se concentran en el interior de estas células y las matan. Ni las placas ni los enmarañados se encontraron en el cerebro de un ejemplar adulto joven, de 9 años. Estos hallazgos se publicaron en marzo en la revista Scientific Reports y, según los autores, podrían allanar el camino para que los monos capuchinos robustos sean adoptados como modelo natural para estudiar la evolución y el tratamiento del alzhéimer, el tipo de demencia más común en los seres humanos. NEUROLOGÍA

La idea de ver si en los monos capuchinos robustos ocurría algo similar al alzhéimer había surgido años atrás, cuando el neurólogo Ricardo Nitrini, de la FM-USP, estudioso de la epidemiología de las demencias en Brasil y uno de los coordinadores de la investigación, conoció a la psicóloga Maria Clotilde Tavares, experta en neurociencia y conducta, quien ya coordinaba el Centro de Primatología de la UnB, en donde vivían los animales que se utilizaron en el estudio. “Aguardamos a que ellos murieran de forma natural para examinar sus tejidos cerebrales”, comenta Nitrini.

Con un tamaño variable entre 35 y 48 centímetros (sin incluir la cola) y un peso de hasta 4,8 kilogramos, los monos capuchinos robustos (en este caso, los de la especie conocida como mono silvador, sapajus libidinosus), constituyen uno de los géneros de primates no humanos más comunes de América. En Brasil, habitan prácticamente en todos los biomas, desde los más húmedos, como la Amazonia y el Bosque Atlántico, hasta los más secos, como el Cerrado y la Caatinga. Y concitan el interés de quienes estudian el declive cognitivo porque además de ser abundantes, tienen habilidades manuales y comportamientos más sofisticados que otros monos, como el uso y la fabricación de herramientas para cazar o extraer castañas, un

conocimiento que transmiten de generación en generación. A estas características hay que añadirles otros dos hechos: el volumen encefálico en comparación con el cuerpo –el llamado cociente de encefalización, un indicador de inteligencia–es superior al de la mayoría de los otros primates no humanos y su cerebro es anatómicamente más parecido al de las personas, con pliegues y surcos, que el de otras especies de monos, especialmente los nativos del continente.

“Estos animales tienen una gran plasticidad comportamental y se adaptan a distintos ambientes. Creo que a partir de este estudio van a ser más valorados en la investigación de las enfermedades neurológicas”, dice Tavares, de la UnB. “Los monos capuchinos robustos tienen una vida larga, pudiendo alcanzar los 40 años en cautiverio. Esto permitirá estudiar cómo afecta a sus habilidades la degeneración cerebral con el paso del tiempo”, comenta el primatólogo Tiago Falótico, investigador y actual presidente de la organización no gubernamental Neotropical Primates Research Group (NeoPReGo). Falótico estudia el uso de herramientas y la evolución cultural de los monos capuchinos robustos y no participó en el trabajo publicado en Scientific Reports, realizado con financiación de la FAPESP y el Consejo Nacional

de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq), de Brasil, y la Alzheimer’s Association y los Institutos Nacionales de Salud (NIH), de Estados Unidos.

Hasta hace algún tiempo, los neurólogos y neurocientíficos daban por sentado que el mal de Alzheimer era una enfermedad exclusivamente humana, porque no se conocían otros animales que presentaran simultáneamente ambos tipos de lesiones, típicas de la misma. Esta noción empezó a cambiar en 2008, cuando el equipo del neurocientífico Lary C. Walker, de la Universidad Emory (EE. UU.), informó en un artículo publicado en la revista The Journal of Comparative Neurology que había encontrado placas de péptidos beta-amiloides y enmarañados de proteína tau en el cerebro de un chimpancé hembra de 41 años.

Originarios de África, estos grandes simios son los primates vivos más cercanos a los seres humanos en términos evolutivos. Ambos compartieron un antepasado común hace entre 7 y 5 millones de años y tienen casi el 99 % de su genoma idéntico. Por ello, desde un punto de vista biológico, los chimpancés parecían un buen modelo para estudiar la evolución y el tratamiento de enfermedades que afectan al Homo sapiens, entre ellas la enfermedad de Alzheimer. Pero el mantenimiento de un chimpancé en laboratorio es caro –el costo supera

Capaces de fabricar herramientas, los monos capuchinos robustos pueden servir como modelo para estudiar el deterioro cognitivo

los 20.000 dólares al año, según algunas estimaciones– y estos animales se encuentran en peligro de extinción (quedan menos de 300.000 viviendo en libertad en la naturaleza). Además, desde hace poco más de una década, las directrices de las investigaciones con animales se han endurecido. Las autoridades sanitarias de Estados Unidos y Europa empezaron a recomendar que solo se utilizaran chimpancés para investigar enfermedades humanas cuando no hubiera otro modelo disponible ni fuera posible, por impedimentos éticos, la realización de pruebas en humanos.

Ante la imposibilidad de realizar ciertos experimentos en humanos, los científicos han hecho avances en la comprensión de los fenómenos que subyacen al alzhéimer y en la búsqueda de tratamientos potencialmente más eficaces a partir de estudios iniciales con modelos que no siempre son los ideales. Los experimentos suelen comenzar con cultivos celulares en laboratorio, que permiten estudiar el patrón de activación de los genes y las alteraciones en las vías bioquímicas que se producen en la enfermedad, y prosiguen con pruebas en roedores, casi siempre ratones, capaces de revelar cómo afecta la enfermedad en algunos aspectos cognitivos. La diversidad de modelos que se han probado para tratar de entender cómo se instala y evoluciona la enfermedad es amplia. Abarca desde helmintos a moscas de la fruta; desde peces a otros primates, como lémures y algunas especies de monos. Sin embargo, ninguno de ellos reproduce fiel y totalmente lo que ocurre en el cerebro humano.

Los invertebrados, por ejemplo, corren con ventaja en ciertas situaciones, ya que comparten con los seres humanos algunos genes relevantes en la enfermedad de Alzheimer y se reproducen más rápidamente que los mamíferos. Empero, si bien pueden ser útiles para aprender sobre las vías bioquímicas afectadas en la enfermedad, no son los más idóneos para estudiar tratamientos porque los efectos que los compuestos producen en ellos no siempre son los que se observan en animales con un sistema nervioso más complejo.

Los roedores, por lejos los más utilizados en las investigaciones, permiten observar algunos efectos comportamentales de la enfermedad, como la pérdida de la memoria espacial, y ciertos beneficios de posibles terapias. Pero no permiten reproducir la enfermedad en todos sus aspectos. “Los ratones y las ratas no desarrollan espontáneamente placas de péptido beta-amiloide ni enmarañados de proteína tau, aunque la primera de estas lesiones aparece naturalmente en ejemplares añosos de un roedor llamado degú, que vive en Chile”, dice el bioquímico Sergio Teixeira Ferreira, de la Uni-

versidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), quien investiga las causas del alzhéimer.

Desde hace al menos dos décadas, los investigadores procuran sortear esta limitación manipulando artificialmente a los animales. Una de las estrategias consiste en introducir modificaciones genéticas en los roedores para que produzcan placas de beta-amiloide o enmarañados de tau. Otra, desarrollada por el grupo de la UFRJ, consiste en inyectar fragmentos (oligómeros) de péptido beta-amiloide directamente en el cerebro de los ratones. “Esto provoca alteraciones muy parecidas a las del mal de Alzheimer, incluyendo la pérdida de memoria”, explica Teixeira Ferreira.

De todas maneras, lo que ocurre con los roedores puede ser muy distinto a lo que sucede en el cerebro de las personas. Los ratones, por ejemplo, solo comparten el 85 % de su genoma con los seres humanos y sus cerebros son anatómicamente mucho más simples. En los roedores, el órgano tiene una proporción mayor de neuronas que de otras células, mientras que en el cerebro humano, la composición es aproximadamente de uno a uno. Esta diferencia, estiman algunos investigadores, podría hacer que la enfermedad progrese en los animales de manera distinta a como lo hace en los humanos.

“A pesar de su éxito, los modelos celulares bidimensionales y los modelos animales solo consiguen captar una parte de los mecanismos de la enfermedad de Alzheimer, porque son incapaces de reproducir la estructura, la función y la diversidad celular específicas del cerebro humano”, escribieron el bioingeniero Donghui Zhu y sus colaboradores de la Universidad Stony Brook (EE. UU.), en un artículo de revisión publicado en 2022 en la revista Bioengineering and Translational Medicine. Una forma de acortar distancias entre la enfermedad humana y los modelos animales consiste en utilizar especies filogenéticamente más cercanas que desarrollen espontáneamente la patolo -

Alto cociente de encefalización: los monos capuchinos robustos poseen un cerebro (imagen real ) proporcionalmente grande en comparación con su cuerpo

gía típica del alzhéimer. “El trabajo con modelos naturales nos permite apreciar una imagen más realista, más parecida a lo que les ocurre a los seres humanos”, dice Analía Arévalo, neurocientífica especializada en el lenguaje e investigadora del Laboratorio de Investigaciones en Cirugía Experimental de la FM-USP, quien no participó en el estudio de Scientific Reports.

Incluso entre los primates, cuya arquitectura cerebral es más compleja que la de los roedores y evolutivamente están más cerca de los seres humanos, aún no se ha encontrado un modelo perfecto. Se han hallado placas de péptido beta-amiloide en monos Rhesus (Macaca mulatta), macacos cangrejeros (Macaca fascicularis), monos titíes comunes (Callithrix jacchus) y lémures ratón gris (Microcebus murinus), pero no siempre a la par de los enmarañados de proteína tau, aunque estos animales pueden presentar déficit cognitivo. Otra diferencia radica en las regiones cerebrales en que se forman estas placas y enmarañados. En los seres humanos, aparecen más a menudo en el hipocampo, un área asociada a la adquisición y consolidación de la memoria, mientras que en los titíes y en los macacos Rhesus son más frecuentes en las zonas asociadas a las emociones (el sistema límbico) o a la audición (la corteza temporal).

En estos dos aspectos, los monos capuchinos robustos parecen proporcionar un modelo más cercano a la enfermedad humana: presentan las placas de beta-amiloides y los enmarañados de proteína tau, y estas lesiones afectaron tanto a la corteza como al hipocampo. Los científicos también han detectado en ellos signos de neuroinflamación, al igual que lo que ocurre en los humanos. “Ningún otro primate del Nuevo Mundo utilizado en los estudios es tan inteligente como el mono capuchino robusto, que fabrica sus propias herramientas

y puede mantenerse en posición bípeda bastante tiempo”, dice la neurocientífica Roberta Diehl Rodriguez, autora principal del estudio publicado en Scientific Reports. “Además, es el primate del Nuevo Mundo que presenta alteraciones neuropatológicas más similares a las de los seres humanos”, señala.

Con todo, para que los monos capuchinos robustos se conviertan efectivamente en un modelo para el estudio de la enfermedad de Alzheimer, los investigadores tendrán que verificar la existencia de las lesiones en una mayor cantidad de animales y caracterizar cómo afectan su comportamiento. “Este sería el aspecto más interesante que habría que comparar con el perfil de la enfermedad en los humanos”, pondera Arévalo.

Y aunque todo ello funcione, existe una limitación. La progresión de la enfermedad en estos animales puede llevar décadas. Para superar este problema, el grupo de la neurocientífica Fernanda De Felice, de la UFRJ, busca un modelo artificial de alzhéimer en primates jóvenes. Hace 10 años, ella y sus colaboradores de la Queen’s University, en Canadá, consiguieron reproducir en el cerebro de macacos cangrejeros, también en peligro de extinción, los daños que causa el mal de Alzheimer en humanos inyectando en el cerebro de los animales oligómeros beta-amiloides, que se acumulan en la corteza frontal, en el hipocampo y en otras áreas asociadas a la memoria y a aspectos cognitivos. Más recientemente, el grupo indujo la aparición de las lesiones en monos Rhesus jóvenes, de entre 3 y 5 años, para no tener que esperar la evolución natural del alzhéimer. “Si logramos reproducir la enfermedad en animales jóvenes, ello facilitaría en gran medida nuestro trabajo”, dice Teixeira Ferreira, de la UFRJ, marido y colaborador de Felice. l

El proyecto y los artículos científicos consultados para la elaboración de este reportaje figuran en una lista en la versión online de este número.

Enmarañado de proteína tau (a la izq.) y placas de péptido beta-amiloide (al lado), ambos en color marrón, hallados en el cerebro de monos capuchinos robustos

Aguijón neutralizado

Imagen aumentada de una colmena de abejas africanizadas en el centro de investigaciones de la Unesp, en Botucatu

Investigadores desarrollan un suero contra las picaduras de las abejas africanizadas, responsables de 30.000 accidentes al año en Brasil

SUZEL TUNES

Publicado en julio de 2024

En el municipio de Vitória da Conquista, en el estado brasileño de Bahía, un hombre de 55 años murió tras haber recibido más de 100 picaduras de abejas. En Santa Cruz do Rio Pardo, en el interior de São Paulo, ocurrió un caso similar. La víctima fatal tenía 84 años y también fue víctima de más de un centenar de picaduras. En Bertioga, en el litoral paulista, un cartero de 58 años fue atacado por un enjambre mientras hacía una entrega y no sobrevivió. Todos estos casos fatales se sucedieron con pocos días de diferencia, entre febrero y marzo de este año.

“En Brasil se registran alrededor de 30.000 incidentes de este tipo cada año con abejas africanizadas, que causan unas 150 muertes”, informa el médico veterinario Rui Seabra Ferreira Júnior, director del Centro de Estudios de Venenos y Animales Ponzoñosos (Cevap) de la Universidade Estadual Paulista (Unesp), en su campus de Botucatu, citando datos del Ministerio de Salud nacional. Él cree que las cifras oficiales que se manejan están infravaloradas. “Los pacientes a menudo son internados en una Unidad de Terapia Intensiva con insuficiencia renal aguda, debido a la acción del veneno, y tras su fallecimiento, días más tarde, éste no queda registrado como producto de accidentes con abejas”, explica.

Seabra Ferreira es el autor de la patente de un suero inédito contra las picaduras de abejas que, según los ensayos clínicos ya realizados, podría disminuir estas muertes. La patente, aprobada en noviembre de 2023 por el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), es el resultado de las investigaciones que llevó a cabo el Cevap junto al Instituto Butantan, de São Paulo, y el Instituto Vital Brazil, de Niterói, en Río de Janeiro. El dictamen del INPI certificó la originalidad, la creatividad y la aplicabilidad industrial de la tecnología.

Los ensayos clínicos de fases I y II se completaron en 20 pacientes adultos que habían recibido entre 7 y 2.000 picaduras de abejas. Esta etapa se extendió durante tres años, de 2016 a 2018, y se llevó a cabo en los hospitales de clínicas de Botucatu [São Paulo] y Nossa Senhora da Conceição, en Tubarão [Santa Catarina].

“Al igual que otros sueros antiveneno, el nuestro se administra por vía intravenosa, gota a gota. Hemos definido un protocolo basado en el número de picaduras recibidas”, dice Seabra Ferreira. Según él, como el veneno ingresa al organismo en forma aguda, el fármaco debe administrarse cuanto antes sea posible para evitar daños.

Los resultados de los ensayos clínicos, coordinados por el médico Benedito Barraviera, investigador del Cevap y coautor de la patente, se publicaron en 2021 en la revista Frontiers un Immunology, e indicaron que el suero es seguro y eficaz. Tras su inoculación, se constató una mejoría en todos los pacientes. Tan solo dos presentaron efectos adversos leves, como irritación cutánea. Ahora, el equipo realizará un test con una cantidad mayor de pacientes para confirmar estadísticamente las primeras observaciones.

“Realizaremos el ensayo clínico de fase III en una muestra más representativa de la población brasileña, con unos 400 participantes, todos ellos víctimas de picaduras de abejas africanizadas”, dice Seabra Ferreria. “El proyecto está listo y a la espera de financiación del gobierno federal, ya que en Brasil no existen empresas farmacéuticas privadas que produzcan contravenenos”. Una vez concluida esta etapa, que se prevé que durará unos dos años, podrá solicitarse a la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) el registro del nuevo suero, siempre que los resultados sean positivos.

UN VENENO FATAL

Tras casi dos décadas de estudios, el suero obtenido podría convertirse en el primer antídoto específico del mundo contra el veneno de las abejas. Seabra Ferreira empezó a investigar la sueroterapia en 2002, durante sus estudios de maestría en enfermedades tropicales en la Facultad de Medicina de la Unesp y en el Cevap, bajo la dirección de Barraviera. Continuó con esta misma línea en su doctorado, también dirigido por Barraviera, quien actualmente coordina el Centro de Ciencia Traslacional y Desarrollo de Biofármacos, con sede en el Cevap. La unidad, financiada por la FAPESP a través del Programa de Centros de Ciencia para el Desarrollo (CCD), apoya el proyecto del suero antiapílico.

“Fue en 2006, durante mi posdoctorado en inmunoquímica en el Butantan, que comencé con los estudios para crear el suero”, relata Seabra Ferreira. Las abejas africanizadas son el resultado del cruzamiento de abejas europeas (Apis mellifera) con africanas de la subespecie Apis mellifera scutellata, introducidas en Brasil en 1956 porque eran más productivas y resistentes a las enfermedades. En 1957, unas 25 abejas reinas escaparon de un colmenar en cuarentena situado en un bosque de eucaliptos de la Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras de Rio Claro (São Paulo), que en la década de 1970 se convertiría en una de las unidades de la Unesp. Las abejas fugitivas se cruzaron con ejemplares de subespecies europeas, lo que dio lugar a una nueva generación de abejas polihíbridas africanizadas, que se caracterizan por presentar un fuerte instinto de defensa. A partir de entonces, comenzaron a sucederse los informes de ataques de enjambres en Brasil y otros países del continente americano.

Según Seabra Ferreira, hay que distinguir entre dos tipos de accidentes con ápidos. El más frecuente es el que tiene como resultado unas pocas picaduras. En este caso, en individuos no alérgicos, habrá una reacción inflamatoria local que se resuelve sin intervención médica. En las personas sensibles al veneno puede producirse una reacción alérgica grave con riesgo de anafilaxia, que requiere tratamiento inmediato con fármacos antialérgicos.

Eficacia contra la necrosis

Un estudio confirma que el suero contra la picadura de la araña violinista reduce el riesgo de lesiones en la piel

El Instituto Butantan concluyó recientemente un estudio observacional sobre la eficacia de un suero contra la lesión necrótica causada por la picadura de la araña violinista, también conocida como araña del rincón (Loxosceles spp.). El suero antiarácnido trivalente, que también está indicado para los accidentes con la araña errante brasileña o araña del banano (Phoneutria spp.) y los escorpiones (Tityus spp.), lo fabrica el Instituto Butantan desde hace décadas, pero no había ningún estudio científico que comprobara su eficacia para reducir el riesgo de necrosis cutánea causado por el veneno de la araña violinista; los accidentes con la araña del banano y los escorpiones no producen necrosis. La investigación, publicada en 2022 en la revista PLOS Neglected Tropical Diseases, vino a llenar esta laguna.

El segundo tipo es el que involucra ataques masivos, con gran cantidad de picaduras, que pueden llegar a ser fatales. “El veneno inoculado en grandes cantidades puede provocar insuficiencia respiratoria y renal aguda”, explica Seabra Ferreira. Los daños se deben a dos componentes del veneno, un péptido denominado melitina y la enzima fosfolipasa A2 (PLA2), que tiene una acción citotóxica, dañando las células, y hemolítica, al destruir los glóbulos rojos. Hasta ahora, el tratamiento contra la acción de estas sustancias, mediante antihistamínicos y antiinflamatorios, consiste en reducir los síntomas, lo que puede no ser suficiente para evitar la muerte. El objetivo del suero, que debe mantenerse refrigerado a entre 2 y 8 grados Celsius [ºC], es actuar sobre la causa del problema, neutralizando la acción del veneno. Los investigadores tuvieron que superar algunos retos biotecnológicos para producir el suero. Uno de ellos fue la necesidad de obtener una buena cantidad de veneno y de calidad estándar. Para sortear esta dificultad, instalaron en las colmenas alambres de cobre conectados a pequeñas placas de vidrio. Cuando las abejas tocaban los alambres recibían una leve descarga eléctrica, inofensiva para ellas, pero que les hacía depositar una gota de veneno en la placa. Este trabajo se llevó a cabo con otro de los coautores de la patente, el biólogo Ricardo Orsi, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Unesp.

“Estudios experimentales realizados ya en la década de 1970 habían demostrado que, entre los tratamientos disponibles, el que surtía mejor efecto para evitar la necrosis era el suero específico contra el veneno de Loxosceles”, dice la médica Ceila Malaque, investigadora del Hospital Vital Brazil y coordinadora del estudio científico. “Pero aún no existía ningún estudio en humanos como este que se llevó a cabo en el Instituto Butantan”.

Durante un lapso de seis años, se evaluó a 146 pacientes atendidos en el Vital Brazil, 74 de los cuales recibieron el suero mientras que el resto no. Los resultados demostraron que el antídoto tiene un efecto protector contra la necrosis, especialmente si se lo administra en las primeras 48 horas posteriores a la picadura.

“Querríamos haber podido efectuar el mismo análisis con pacientes ingresados dentro de las 36 horas posteriores al incidente, pero desafortunadamente no fue posible hacer este recorte. A menudo, por desconocimiento, las víctimas de picaduras de arañas buscan atención médica muy tarde, más de dos días después del accidente”, lamenta Malaque.

Araña violinista: su picadura causa necrosis cutánea

La trampa diseñada por los investigadores del Cevap para recolectar el veneno de las abejas (arriba) y el vial que contiene el suero elaborado

El siguiente desafío consistió en estandarizar el proceso de purificación y aislamiento de las principales partículas del veneno, los compuestos que causan la muerte de personas y animales que sufren picaduras múltiples. Esta etapa contó con la colaboración del biomédico Daniel Pimenta, del Instituto Butantan. “El secreto tecnológico implicado en la producción del suero reside en que está hecho solamente con anticuerpos para neutralizar la acción destructiva de la melitina y la fosfolipasa A2”, dice Seabra Ferreira. “Se elimina el resto de los componentes, que pueden causar dolor y alergia en los pacientes”.

Este procedimiento ha mejorado el bienestar y la seguridad para los caballos a los que se les inocula el veneno para la producción de anticuerpos, suprimiendo el riesgo de que sufran un shock alérgio. Para la producción del suero en el Instituto Vital Brazil, elaborado en forma conjunta con el veterinario Luís Eduardo da Cunha Ribeiro, coautor de la patente, los equinos recibieron tres o cuatro dosis del conjunto de toxinas purificadas del veneno en pequeñas concentraciones, lo que provoca una respuesta inmunológica. A continuación, se extrae una muestra de la sangre de los animales para separar la fracción que contiene los anticuerpos. Una vez aislados y concentrados, se obtiene el suero antiapílico.

El investigador de la Unesp todavía no sabe cuál será el costo final de cada dosis. “La elaboración de sueros antiveneno es costosa, ya que demanda fondos para el mantenimiento de los animales que producen el veneno y de los caballos que serán inmunizados, como así también para el proceso biotecnológico de producción”, subraya. “Esperamos que haya una negociación entre el Ministerio de Salud y los laboratorios públicos que producen los sueros, y que pueda ser distribuido gratuitamente por el Sistema Único de Salud [el SUS, la red nacional de salud pública de Brasil]”.

En simultáneo al desarrollo del suero, otro proyecto que contó con la participación de investigadores de la Unesp apunta a clasificar rápidamente la gravedad del cuadro clínico de las víctimas de las picaduras. La startup Triad for Life, con el apoyo del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe) de la FAPESP, está trabajando en la elaboración de un kit de diagnóstico de la gravedad de las picaduras, también inédito.

La bióloga Bruna Cavecci Mendonça, responsable del desarrollo del kit, explica que el procedimiento estándar actual consiste en el recuento de los aguijones presentes en el cuerpo de la víctima, en la observación clínica del paciente y en análisis bioquímicos inespecíficos. “Estas son las únicas fuentes de información para evaluar el grado de envenenamiento. Además de ser un proceso lento, sabemos que la cantidad de veneno inyectada puede variar según la abeja. Algunas picaduras pueden ser ‘vacías’, es decir, sin inoculación de veneno”.

A partir de una gota de sangre del paciente, el kit cuantifica la presencia de la toxina fosfolipasa A2 del veneno de la abeja. El análisis se realiza mediante una prueba inmunoenzimática (inmunocromatografía de flujo lateral), que utiliza los anticuerpos del veneno como reactivo. “El resultado se revela en un máximo de 10 minutos por cambio de color, como en un test clásico de embarazo”, compara la investigadora.

Como el test mide la concentración de fosfolipasa en el torrente sanguíneo, también puede utilizarse para monitorear el tratamiento y evaluar si está surtiendo efecto. La patente fue depositada en 2022. A la fecha, la empresa está produciendo más anticuerpos con miras al montaje del primer lote del kit, que será probado masivamente en los hospitales. l

Los proyectos y artículos científicos consultados para la elaboración de este reportaje figuran en una lista en la versión online de este número.

SOCIEDAD

Supervivencia e idealismo

En su barbería en el sur de la ciudad de São Paulo, Josyas Silva Mendes busca valorizar la cultura afrobrasileña

Diversos estudios apuntan a entender las motivaciones y los retos que enfrentan los emprendedores en los barrios periféricos de la ciudad de São Paulo

CHRISTINA QUEIROZ

Publicado en noviembre de 2024

Distintas investigaciones enfocadas en los barrios periféricos de la ciudad de São Paulo están mapeando el perfil y las aspiraciones de los emprendedores populares de la megalópolis. Por un lado, las dificultades para acceder a un puesto de trabajo formal han llevado a estas personas a invertir cada vez más en alternativas de generación de ingresos a través de actividades autónomas y la apertura de pequeños comercios callejeros. Y por otro, un proceso de valoración de la cultura periférica que viene registrándose en los últimos 15 años ha impulsado a algunos de los residentes de estas barriadas a montar negocios que combinan la búsqueda de ingresos con un impacto social en sus comunidades.

“El fenómeno de los emprendedores periféricos es complejo y diverso”, dice el sociólogo Henrique Costa, quien estudia desde 2015 las relaciones de las zonas periféricas paulistanas con el mercado laboral. En una pasantía posdoctoral actualmente en curso en el Centro Brasileiro de Análise e Planejamento (Cebrap), el investigador ha venido analizando las motivaciones, las expectativas y las frustraciones de quienes buscan su autonomía económica mediante actividades emprendedoras en los barrios y las llamadas comunidades o favelas de la zona sur de la ciudad de São Paulo, tales como Jardim Ângela, Campo Limpo y Paraisópolis, además del comercio popular de Largo 13, plaza de la zona de Santo Amaro. Una parte de los resultados de dicho trabajo, realizado mediante entrevistas y observaciones etnográficas, salió publicada este año en un artículo de la Revista do Instituto de Estudos Brasileiros, editada por la Universidad de São Paulo (USP). En los próximos meses, la editorial Brill, con sede

en Países Bajos, publicará un libro intitulado provisionalmente In the remains of progress – Utopia and suffering in Brazilian popular entrepeneurship (En los restos del progreso. Utopías y dramas de los emprendedores populares brasileños).

Para analizar el emprendimiento popular, Costa apela al concepto de “vivir sin un sueldo”. Según el sociólogo, esta experiencia no se limita a la ausencia de un empleo formal, sino que constituye una forma de subsistencia que se encuentra arraigada en la cultura popular brasileña. En este caso, se caracteriza por la búsqueda de ingresos por fuera del circuito laboral tradicional. “Esta búsqueda de alternativas se manifiesta a través del término ‘rebuscárselas’ [se virar] que mis interlocutores suelen utilizar para describir la capacidad de adaptarse y hallar soluciones para lidiar con la precariedad y la falta de oportunidades”, comenta el investigador, quien realizó alrededor de 50 entrevistas con emprendedores de la periferia paulistana entre 2017 y 2022.

Uno de los principales focos de interés de Costa fue la población de Paraisópolis. “Esta comunidad representa un microcosmos de la utopía y el padecimiento inherentes a los emprendimientos populares en Brasil, donde la búsqueda de autonomía y éxito se entrelaza con la precariedad y la desilusión”, analiza. Según él, a partir de 2003, el crecimiento de los ingresos y el acceso al microcrédito impulsaron el surgimiento de una nueva clase media y de un grupo de emprendedores en este lugar. “Las periferias tratan de adaptar las experiencias de la clase media tradicional a su propia realidad. Esto se pone de manifiesto en la forma en que la gente consume y en el estilo de vida al que aspiran”.

Otro fenómeno que viene llamando la atención de los investigadores son los emprendimientos

Los estudiosos del tema propugnan leyes específicas para los trabajadores autónomos, tales como los repartidores (abajo) y los choferes de aplicaciones

sociales de los habitantes de estas comunidades, que articulan prácticas económicas con iniciativas que generan repercusión en el terreno local. Con estudios sobre los trabajadores de las periferias desarrollados a lo largo de los últimos 10 años, el sociólogo Leonardo de Oliveira Fontes, de la Universidad de Campinas (Unicamp), explica que en la década de 1990 se intensificó la presencia de organizaciones no gubernamentales (ONG) en los márgenes de la ciudad.

Con base en este panorama, el sociólogo Jacob Carlos Lima, de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), subraya que, en la década de 1990, Brasil vivió un proceso de apertura económica y las ideas neoliberales se propagaron en las esferas gubernamentales. En ese contexto, una de las iniciativas que cobró fuerza fue la de reducir la intervención del poder público en la oferta de servicios de salud, educación y cultura, por ejemplo. “Las ONG financiadas por grandes corporaciones empezaron a prestar este tipo de servicios en las zonas vulnerables, ocupando espacios que deberían ser responsabilidad del Estado”, analiza. Estas organizaciones ofrecían servicios sociales y programas de generación de ingresos y capacitación, estimulando a los jóvenes a emprender.

También en los años 1990, los movimientos culturales que históricamente han promovido una valoración de la identidad periférica urbana cobraron fuerza en el país, como el hiphop, que abarca manifestaciones tales como los grupos de rap, el grafiti y otras. A partir del año 2000, escritores y poetas como Sérgio Vaz e Ferréz (seudónimo de Reginaldo Ferreira da Silva) empezaron a organizar veladas o saraos en barrios como Campo Limpo y Capão

Redondo. “Estos eventos contribuyeron a la construcción de una identidad cultural de pertenencia al territorio, asociada al orgullo de vivir y actuar políticamente en el propio lugar de residencia”, describe De Oliveira Fontes.

Asimismo, entre 2003 y 2015, el gobierno federal organizó concursos para promover los colectivos culturales en las zonas periféricas, estimulando el desarrollo de iniciativas de inclusión social. Entre estas acciones se cuentan, por ejemplo, los Puntos de Cultura, por entonces financiados y apoyados institucionalmente por el Ministerio de Cultura (MinC) e implementados por organismos gubernamentales y no gubernamentales.

“Este movimiento traspuso los límites del campo cultural. En conjunto con otros factores, como los cupos raciales de ingreso en las universidades, contribuyó a incentivar a los residentes de las periferias a invertir en negocios que también se interesan por las causas sociales y expresan las raíces culturales”, dice De Oliveira Fontes, quien llevó a cabo una investigación posdoctoral sobre el tema con financiación de la FAPESP entre 2019 y 2023. Para interiorizarse de la situación en Jardim Ângela, realizó 20 entrevistas con emprendedores locales y asistió a ferias y encuentros organizados por éstos. Según el sociólogo, estas personas ven la periferia no solamente como un territorio geográfico, sino también como un lugar de resistencia y construcción de nuevas narrativas de identidad. Los resultados del estudio se publicaron en parte este año en un artículo en la revista International Journal of Urban and Regional Research.

“Los barrios periféricos de la zona sur de São Paulo han registrado la apertura de salones de belleza y tiendas de indumentaria que reafirman la cultura afrobrasileña, restaurantes que promueven una alimentación sana y agencias de comunicación centradas en las noticias y los temas comunitarios”, coincide Costa. Como ejemplo de este perfil de emprendedor emergente de los últimos años, el investigador menciona a Thiago Vinicius de Paula, líder comunitario de Campo Limpo e ideador de una serie de iniciativas que incluyen espacios culturales, uno de coworking y radios comunitarias. De Paula fundó en 2019 el restaurante Organicamente Rango, que prepara sus comidas con ingredientes procedentes de la agricultura familiar y utiliza insumos adquiridos en comercios locales.

Otro caso similar tiene que ver con la historia de Adriana Barbosa. “En mi juventud, vendía ropa en la calle, fui secretaria y repartí volantes”, relata. En la década de 1990 ingresó a la facultad, pero acabó abandonando la carrera de moda. Nacida en la zona sur paulistana, Barbosa fundó el Festival Feira Preta en 2002, hoy en día considerado uno de los mayores eventos culturales y emprendedores de la comunidad negra de América Latina. Posterior-

mente, en 2018, creó PretaHub, un programa que promueve iniciativas con miras a acelerar negocios y que desde entonces ha proporcionado capacitación a más de 5.000 afroemprendedores.

El camino no es fácil para quienes vienen de las periferias, de acuerdo con un estudio realizado en 2021 por el Centro de Emprendimientos y Nuevos Negocios de la Escuela de Administración de Empresas de São Paulo de la Fundación Getulio Vargas (FGVcenn), en colaboración con la fundación Arymax. Mediante entrevistas realizadas con 101 emprendedores sociales en barrios periféricos de ciudades brasileñas, el análisis identificó que estos negocios son administrados en su mayoría por mujeres negras (un 70 %) y que el 60 % genera ingresos netos de hasta 2.000 reales mensuales. En cambio, fuera de las periferias, los emprendedores sociales son mayoritariamente blancos, con ingresos netos mensuales superiores a 12.000 reales, lo que pone de manifiesto el escenario de desigualdad entre los emprendedores de Brasil. “Además, el capital de negocios inicial fuera de las periferias promedia unos 712.000 reales, un monto 37 veces superior a las cantidades destinadas para el mismo fin en los emprendimientos periféricos”, puntualiza Edgard Barki, graduado en administración de empresas y coordinador del FGVcenn.

En cuanto a los afroemprendedores, la psicóloga Vânia Maria Jorge Nassif, de la Universidade Nove de Julho (Uninove), de São Paulo, evaluó el impacto de la pandemia de covid-19 en 25 mujeres negras residentes en Paraisópolis. Su estudio, financiado por la FAPESP y concluido en 2022, consistió en una investigación sobre 65 mujeres emprendedoras de 10 estados brasileños. Según Jorge Nassif, las mujeres emprendedoras de la periferia enfrentan una serie de dificultades estructurales y culturales.

Mercado de frutas, verduras y hortalizas en Jardim São Luís, en la periferia de São Paulo: pequeños locales que ofrecen una alternativa de ingresos

El panorama es especialmente complejo para las mujeres negras, debido a la discriminación racial y de género.

Según la psicóloga, antes de la crisis sanitaria, las entrevistadas tenían empleos como niñeras, empleadas domésticas permanentes o jornaleras. “Con la pandemia, muchas perdieron sus empleos y tuvieron que encontrar nuevas formas de subsistir, invirtiendo en trabajos autónomos o emprendimientos propios como una forma de asegurarse alguna fuente de ingresos”, dice la investigadora, quien coordina la línea de investigación en Innovación, Emprendimientos y Negocios Sostenibles y el Núcleo de Estudios en Gestión del Deporte y Emprendimientos de esa institución. “Necesitamos desarrollar políticas y prácticas institucionales para promover un ambiente más igualitario y propicio para los emprendimientos femeninos”, dice.

En lo que atañe a estas dificultades, Barki considera que los modelos de negocios creados para financiar actividades emprendedoras deben adaptarse a la situación de las periferias. Según comenta, por ejemplo, estos emprendedores no poseen en su mayoría recursos para volver a empezar si el negocio va mal, una realidad diferente a la de los individuos que cuentan con un poder adquisitivo más alto. “Los planes de negocios deben tener en cuenta el lenguaje y los conocimientos periféricos para poder adaptarse mejor a los contextos locales”, sugiere. Otro grupo de emprendedores identificado por Costa en su pasantía posdoctoral en Cebrap está compuesto por evangélicos. Según el investigador, existe una fuerte valoración de la independencia económica entre las iglesias pentecostales, que re-

chazan la subordinación a terceros. Tales principios forman parte de la llamada teología de la prosperidad y son difundidos en los cultos y predicaciones de estos espacios religiosos. “Se incentiva a los fieles a montar sus propios negocios”, dice.

Sin embargo, Costa afirma que el universo de emprendedores comprometidos con causas sociales es limitado y gran parte de los emprendimientos populares de las periferias abarca a trabajadores que, históricamente, siempre han existido como pequeños comerciantes autónomos. Asimismo, y más allá de las historias de éxito de personas como Thiago Vinicius de Paula y Adriana Barbosa, existe un descompás entre las expectativas y la realidad de gran parte de los habitantes de las periferias que invierten en sus propios negocios. “Los ejemplos exitosos constituyen la excepción y las promesas de ascenso social, autonomía y reconocimiento suelen toparse con la inestabilidad financiera del propio emprendedor”, comenta.

El discurso emprendedor ha sido absorbido de manera diferente por los trabajadores de las periferias en los últimos años, dice De Oliveira Fontes, de la Unicamp. De este modo, mientras algunos han llegado a identificarse así y ven a la actividad como algo que les confiere dignidad laboral, otros han mantenido una postura crítica hacia los emprendimientos, señalando que este rótulo oculta situaciones de precariedad. El Mapa da desigualdade [Mapa de la desigualdad], elaborado por la red Nossa São Paulo y publicado en 2022, identificó una importante presencia de Microemprendedores Individuales (MEI) en zonas históricamente signadas por la falta de oportunidades de empleo formal. Con base en estos datos, De Oliveira Fontes sostiene que la ciudad de São Paulo tiene más de un millón de personas registradas bajo este régimen y Jardim Ângela, el barrio en donde realizó su estudio, es el segundo distrito paulistano con mayor proporción de MEI, solo detrás de Capão Redondo. Para el investigador, este mapeo refuerza la interpretación de que el emprender se ha vuelto una estrategia de supervivencia habitual entre los pobladores de las periferias. “En muchos de estos barrios, el registro como MEI es la única forma de regularizar negocios informales y asegurarse un cierto grado de protección jurídica. No obstante, en la práctica, resulta insuficiente para proteger a los trabajadores ante situaciones de crisis”, analiza el investigador. Una encuesta realizada por la Central Única de Favelas (Cufa) muestra que, de los 17,9 millones de residentes en favelas en Brasil, 5,2 millones se autodenominan emprendedores. Empero, tan solo un 37 % de estos individuos está registrado lo que pone de manifiesto su precariedad.

Otro dato que pone de relieve esta cuestión lo trae a colación Lima, de la UFSCar. Según el investigador, la mitad de los MEI del país son deudores morosos. “Pese a que la lógica emprendedora se ha vuelto una cuestión dominante en los barrios periféricos, muchos de estos profesionales no tienen acceso a derechos sociales”, subraya el sociólogo, quien desde 2010 estudia alternativas de trabajo y generación de ingresos desarrolladas por sectores de la sociedad brasileña. Al recordar la situación de inestabilidad financiera de muchas familias periféricas, menciona un estudio realizado en 2009 por el sociólogo Gabriel Feltran, por entonces investigador de la UFSCar, en el área de Sapopemba, zona este de São Paulo. La investigación detectó que, en una misma familia, pueden coexistir personas que trabajan bajo un contrato formal, otros que subsisten gracias a trabajos autónomos diversos y aquellos que optan por obtener ingresos mediante actividades vinculadas al delito.

El capital inicial para los emprendimientos periféricos es 37 veces menor que el destinado a otros negocios

El investigador Mauro Oddo Nogueira, del Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea), explica que, dentro del universo MEI, es preciso diferenciar entre prestadores de servicios autónomos y aquellos que efectivamente son emprendedores. Al respecto, menciona la situación de individuos que completan el registro como MEI para desempeñar actividades tales como chofer de aplicaciones, empleadas domésticas y peluqueras. “Puede que se consideren a sí mismos como trabajadores autónomos, pero en realidad están sujetos a limitaciones que no condicen con el concepto de emprendedores”, dice el investigador, quien coordina estudios sobre las cadenas productivas y micro y pequeñas empresas en el Ipea. Según el Servicio Brasileño de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas (Sebrae), “emprender consiste en fundar una empresa y generar empleo, actuando como agente de innovación y mejorando la calidad de vida de la gente”.

En vista de este panorama, Oddo Nogueira afirma que Brasil necesita dos herramientas distintas para regular el trabajo de estas personas. Así, la estructura del MEI es adecuada para aquellos que desempeñan actividades empresariales, tales como la fabricación de productos artesanales, la elaboración de alimentos y pequeños comercios, donde hay un potencial de crecimiento, contratación de

empleados y apertura de sucursales. En cambio, los trabajadores autónomos, como los repartidores de pedidos y choferes de aplicaciones, deberían contar con una ley laboral específica que los contemple.

De Oliveira Fontes, de la Unicamp, recuerda que el inicio del siglo XXI trajo aparejados diversos cambios en el mercado laboral brasileño. A su juicio, estas transformaciones fueron motorizadas por la profundización del proceso de desindustrialización del país, a partir de la década de 1990, y por la flexibilización de las leyes laborales posterior a 2016. Según él, hasta la década de 1970, el empleo formal, especialmente en la industria, era visto como una puerta de acceso a la ciudadanía, garantizando derechos y como vía de ascenso económico. Aunque esta modalidad de trabajo no estaba al alcance de la mayoría de la población y muchos trabajadores no la deseaban, ya que preferían la informalidad como alternativa para tener flexibilidad y, eventualmente, obtener mayores beneficios, el trabajo regido por la CLT [las siglas en portugués de Consolidación de las Leyes Laborales] ofrecía un horizonte de posibilidades. Asimismo, la fábrica funcionaba como un espacio de solidaridad entre los obreros, que se unían para reclamar mejores condiciones laborales. Según De Oliveira Fontes, el aumento de la inestabilidad laboral y la pérdida de derechos asociados al trabajo condujeron a una disminución de la cohesión entre los trabajadores y el discurso individualista cobró fuerza, poniendo la responsabilidad del ascenso social en el individuo y ya no en el colectivo. En una investigación financiada por la FAPESP, concluida en 2022, la socióloga Maria Carla Corrochano, de la UFSCar, analizó las políticas públicas

orientadas al trabajo y la juventud adoptadas en São Paulo entre 2013 y 2020. “En los últimos 10 años, estas medidas se han concentrado en los emprendimientos juveniles”, afirma. En 2023, una parte de los resultados del estudio, elaborado en colaboración con investigadores de la Universidad de São Paulo (USP), la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) y la Escuela de Administración de Empresas de São Paulo (Eaesp) de la FGV, fue publicada en un artículo en la revista Cadernos Gestão Pública e Cidadania (CGPC). Entre las iniciativas citadas por los investigadores, figura el programa estadual São Paulo Creativo, de 2015, que ofrece formación para jóvenes que apuntan a convertirse en emprendedores en segmentos tales como la gastronomía, el diseño, la producción audiovisual y el turismo. En tanto, el programa municipal “Don@ do meu Trampo” [Dueñ@ de mi Laburo], de 2019, ofrece capacitación teórica y práctica en emprendimientos a jóvenes de 18 a 29 años residentes en Cidade Tiradentes, en la zona este de São Paulo.

Según Corrochano, desde 2014 Brasil se ha enfrentado a una crisis económica que ha provocado altos índices de desempleo, algo que impacta principalmente en los jóvenes. “Frente a la crisis, las propuestas de estímulo a los emprendimientos emergen como la principal alternativa”, dice. A su juicio, muchas de las iniciativas orientadas al emprender se concentran exclusivamente en actividades de capacitación, lo que acaba por recargar todavía más la responsabilidad en los propios jóvenes en la búsqueda de medios de obtención de ingresos y autonomía económica. l

Los proyectos, artículos científicos y libros consultados para la elaboración de este reportaje figuran en una lista en la versión online de este número.

Feira Preta, en São Paulo: un evento que promueve prácticas económicas y medidas de impacto social

La Amazonia que se revela

Científicos e integrantes de los pueblos de la selva se reúnen en Brasil para debatir de qué manera informa sobre el pasado y contribuye al futuro de la región la técnica de barrido por láser

MARIA GUIMARÃES, desde Manaos

Publicado en diciembre de 2024

“El conocimiento indígena es como la arqueología: cuanto más se excava, más se encuentra”, afirmó la historiadora Soleane Manchineri, defensora del pueblo de la Defensoría Pública del Estado de Acre, ante un auditorio repleto de investigadores de instituciones de diversos estados de Brasil, parientes –como los indígenas se llaman entre sí– y representantes de otras comunidades amazónicas tradicionales (como los quilombolas, los habitantes de los palenques o quilombos, los beiradeiros –fruto de las uniones entre indígenas, descendientes de esclavizados de origen africano y pobladores ribereños– y ribereños). La referida frase se convirtió en una impronta representativa de ese encuentro, que se llevó a cabo entre los días 18 y 21 de octubre en el Museo de la Amazonia (Musa), en la ciudad de Manaos, la capital del estado de Amazonas.

La idea era mostrar los resultados preliminares del proyecto Amazonia Revelada, dirigido por el arqueó-

El lídar retira la selva virtualmente, como si la visualizara con rayos X, y muestra así las estructuras apodadas “colmenas” en la zona conocida como Terra do Meio, en el estado de Pará

logo Eduardo Góes Neves, del Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad de São Paulo (MAEUSP), que utiliza la tecnología de teledetección lídar (del acrónimo en inglés lidar, derivado de la expresión Light Detection and Ranging), para mapear el territorio mediante una lluvia de miles de haces de láser. El proyecto, financiado por la Nacional Geographic Society, contrató sobrevuelos en áreas afectadas por la deforestación y proyectos de infraestructura, previa autorización de las comunidades locales. La tecnología lídar permite reconstruir con sumo detalle la imagen tridimensional de la estructura de un bosque, con sus troncos, ramas y hojas, y también visualizar lo que hay debajo de ella. Esto es lo que le interesa a Góes Neves, cuyo propósito es poner de relieve la importancia de la Amazonia como patrimonio histórico y biocultural constituido a lo largo de los últimos 13.000 años por los habitantes de la selva.

El investigador trabaja en la región desde hace casi 40 años, ha sido testigo de la deforestación y la destrucción de una parte considerable del territorio y ha contribuido a la formación de una gran cantidad de arqueólogos, muchos de ellos originarios de la región amazónica y varios ya asentados en universidades y centros de investigación de los estados del norte brasileño. El proyecto comenzó por cinco zonas en las que la red de investigadores vinculados a Góes Neves ya lleva a cabo proyectos en colaboración con las comunidades locales, previa adhesión de las mismas a la iniciativa: Acre/sur de Amazonas, Guaporé Medio, Tapajós, Estación Ecológica Terra do Meio y Marajó. En calidad de coordinadores colaboradores, Góes Neves cuenta con las arqueólogas Bruna Rocha, de la Universidad Federal del Oeste de Pará (Ufopa), con sede la ciudad de Santarém, Cristiana Barreto, del Museo Paraense Emílio Goeldi (MPEG), en Belém, y los arqueólogosCarlos Augusto da Silva, de la Universidad Federal de Amazonas (Ufam), el italiano Filippo Stampanoni, director general del Musa, y el estadounidense Morgan Schmidt, investigador que lleva adelante una pasantía posdoctoral en la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC).

El proyecto tiene su sede en el Musa, fundado por el físico Ennio Candotti e instalado desde 2011 en un predio de 100 hectáreas (ha) en la Reserva Forestal Adolpho Ducke, situada en las afueras de la capital del estado de Amazonas. En espacios integrados con la selva, el museo exhibe aspectos de la flora, la fauna y la población humana de la región. El proyecto Amazonia Revelada hizo posible la construcción del auditorio en donde se llevó a cabo el encuentro, y de un espacio expositivo con una muestra sobre arqueología amazónica y otra con los resultados iniciales de la iniciativa, además de una reserva técnica capaz de almacenar artefactos arqueológicos, etnográficos y fósiles. “De este modo,

el Musa se convierte en un centro de investigación arqueológica”, subrayó Stampanoni.

La idea es hacer una ciencia colaborativa, diseñada en conjunto y coproducida con las comunidades locales. “El proyecto no es nuestro: la demanda de un estudio para la demarcación es de ellos”, dice el arqueólogo Francisco Pugliese, de la Universidad de Brasilia (UnB). “Nosotros somos meros instrumentos”. El consentimiento informado imprescindible para llevar a cabo el proyecto en cada área es fruto de conversaciones minuciosas y extensas entre los arqueólogos y los habitantes locales. El conocimiento indígena también guía a los investigadores hacia los lugares más cargados de historia y ayuda a interpretar los hallazgos, una práctica inusual en el ámbito académico.

VISIÓN LÁSER

En el estado de Acre, la posibilidad de usar el lídar para escudriñar el suelo por debajo de la selva ha empezado a ampliar la cifra de geoglifos conocidos, las enormes figuras geométricas marcadas en el suelo por zanjas y vallas construidas por pueblos ancestrales y a menudo interconectadas por caminos milenarios. Ya se han realizado sobrevuelos allí, que revelan que estos sitios arqueológicos, muy documentados en la zona meridional del estado, también existen al norte del río Purús, en el estado de Amazonas. Uno de los geoglifos documentados es cuadrado, con estradas que se estrechan y salen de dos de sus lados y tan grande como el estadio Maracaná de fútbol, según muestra el topógrafo y geómetra portugués Hugo Pires, de la Universidad de Porto, en Portugal.

El investigador se sumó al proyecto recientemente, luego de haber escuchado un capítulo del pódcast Rádio Novelo Apresenta de la periodista Letícia Leite, a cargo de la comunicación de Amazonia Revelada. Pires trabaja documentando el patrimonio arqueológico en diversos lugares del mundo y desarrolló un método denominado Modelo Residual Morfológico (MRM), para procesar los datos recabados vía lídar. Dicha técnica permite colorear depresiones y elevaciones en el microrrelieve del suelo captadas con el lídar y de este modo genera imágenes que revelan la complejidad del terreno con un mayor contraste, resaltando los detalles arqueológicos.

El primero en avistar geoglifos en la Amazonia brasileña fue el paleontólogo Alceu Ranzi, actualmente jubilado de la Universidad Federal de Acre, al arribar a la ciudad de Rio Branco en vuelo comercial en 1986. Y fue casi 20 años después que empezó a dedicarse a ellos. “En 2000, me di cuenta de que los arqueólogos no estaban trabajando en eso”, relató, y entonces empezó a realizar sobrevuelos para detectarlos. “Luego llegó Google Earth y pasaba horas en mi computadora buscando geoglifos”. Fue contactado por un desconocido, Francisco Naka-

Delegaciones

Tupari y Jupaú en la reunión en el Musa y la consulta a la comunidad de la aldea Alto Jaru, en Rondônia, para la realización del proyecto

hara, quien había visto un documental sobre el tema y también quería encontrar estos vestigios. Ranzi le enseñó cómo hacerlo y empezó a recibir registros con coordenadas. “Tiene 84 años y ya ha catalogado más de 300 geoglifos”, dice el paleontólogo. En el estado hay unos 1.000 geoglifos registrados en áreas deforestadas.

Más sorprendente fue el hallazgo realizado en el municipio de Costa Marques, en el estado de Rondônia, en la frontera con Bolivia. Allí se encuentra la comunidad de palenque Príncipe da Beira, remanente de un grupo de esclavizados llevados allí para construir una fortaleza a finales del siglo XVIII, como defensa contra las invasiones hispanas, que a lo largo del siglo XIX fue perdiendo importancia hasta ser abandonada. Según el arqueólogo Carlos Augusto Zimpel, de la Universidad Federal de Rondônia (Unir), en esas ruinas había objetos europeos, como vajilla y cubiertos, así como indígenas y personas de origen africano. En 1950, la construcción fue catalogada como bien protegido en el inventario del Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (Iphan). Al realizar un barrido con lídar, aparecieron en las inmediaciones las ruinas de un villorrio portugués

que figura en un mapa del siglo XVIII con el nombre de Bragança, pero cuya ubicación se desconocía. “Pasaba por allí y no veía la villa”, dijo Zimpei. Cerca de los vestigios en relieve, que permiten reconstruir el trazado de las calles, hay geoglifos y zanjas que denotan una ocupación mucho más antigua, con restos de cerámica asociados a manchas de tierra negra, un tipo de suelo modificado por la actividad indígena. “El proyecto Amazonia Revelada podría atraer allí al turismo arqueológico”, dijo Santiago Cayaduro Pessoa, quien vive en la comunidad y trabaja como guía en el fuerte.

Los indígenas del pueblo Kuikuro del Alto Xingú colaboran con las investigaciones arqueológicas, aunque en un primer momento no aceptaron los sobrevuelos porque no deseaban que se hicieran públicos los datos sobre sus lugares sagrados. Pero han tomado imágenes en puntos concretos utilizando un dron equipado con lídar que el técnico geógrafo Kumessi Kuikuro pilota con maestría. “El pueblo Kuikuro se ha vuelto una referencia en el Territorio Indígena de Xingú en términos de relevamiento, y es objeto de consultas provenientes de otras etnias”, dijo la arqueóloga Helena Lima, del MPEG. De conformidad con el acuerdo, los datos recolectados pertenecen a los indígenas, que conceden distintos grados de acceso a los investigadores.

En un sitio arqueológico cercano a la aldea hay montículos, zanjas, plazas y caminos. Las zanjas bajan hasta el río y conectan todos los sitios en el Alto Xingú, según Schmidt, quien trabaja en la Amazonia desde 1998. En vista de la presencia de tierra negra, cuya formación intencional describió recientemente en coautoría con indígenas de la etnia Kuikuro, el investigador deduce que los montículos dispuestos en círculo detrás de cada una de las moradas eran depósitos de desperdicios. Las viviendas, hechas de barro y madera, no resistieron el paso del tiempo. Pero las composteras sí.

En el espíritu de una investigación conjunta entre arqueólogos e indígenas y una práctica decolonial, todo el material excavado en tierras tuparis se conservará en la aldea Palhal, en Rondônia, donde está previsto crear un museo. Se harán réplicas basadas en el escaneo tridimensional para el registro de los investigadores. Una de las reivindicaciones de los habitantes de Palhal es la demarcación, dado que la aldea quedó fuera de la vecina Tierra Indígena Rio Branco. “Nuestros antepasados están enterrados allí”, explicó Adilson Tupari.

Uno de los retos radica en transformar los hallazgos en medidas tendientes a la protección de la selva y en mejoras en la vida de quienes la habitan, en virtud del mandato constitucional que garantiza la protección de los sitios arqueológicos. “He -

Entre dos geoglifos circulares, las líneas rectas y el suave relieve constituyen los vestigios de la aldea de Bragança, a orillas del río Guaporé

mos puesto un buen problema en manos del Iphan”, bromeó Góes Neves, del MAE-USP. Sucede que no existe un mecanismo para registrar los yacimientos arqueológicos con base únicamente en las imágenes obtenidas a través con lídar, y esta tecnología ha empezado a revelar más áreas de interés que las que es posible explorar y excavar en el tiempo disponible. Habrá que adecuar la normativa y ampliar las posibilidades de registro, y aun así no se habrá resuelto el problema. “La protección normativa no necesariamente se traduce en protección física”, dijo el arqueólogo Thiago Berlanga Trindade, jefe del Servicio de Registro y Catastro de Datos del Iphan. La comunidad y la sociedad civil en su conjunto necesitan comprometerse con la tarea de control.

Los pueblos de la selva –ya sean indígenas, habitantes de palenques beiradeiros o ribereños– se enfrentan a amenazas urgentes, violentas y graves. Los relatos hacen referencia a genocidios, violaciones, epidemias letales, carreteras que atraviesan territorios, contaminación de los ríos, destrucción de lugares sagrados, invasiones perpetradas por hacendados (con monocultivos de soja, maíz o arroz) y la acción de los llamados grileiros, grandes usurpadores de tierras mediante la falsificación de títulos de propiedad, madereros y garimpeiros, aparte de las sequías provocadas por el cambio climático o por las represas de centrales hidroeléctricas. El cambio climático ha sido un golpe inesperado, que se suma la sucesión de hechos violentos padecidos desde la llegada de los europeos a la región. “Estamos asistiendo a una sequía que mis abuelos nunca pensaron que veríamos”, dijo Marquinho Castro dos Santos, del pueblo Mayoruna, docente en la escuela de su aldea, Marajaí, situada a orillas del río Solimões, en el municipio de Alvarães, estado de Amazonas. En esta erosión de

los derechos básicos también van perdiendo el acceso a la memoria. La comunidad beiradeira de Terra do Meio, en el sur del estado de Pará, ha visto perderse su acervo de historia, debido al escaso acceso a la educación y la nula valoración de la cultura local. También desde Pará, a orillas del río Tapajós, llegaron a la reunión beiradeiros procedentes de Montanha y Mongabal y un representante del pueblo indígena Munduruku. El arqueólogo Vinicius Honorato, de la Ufopa, subrayó que la arqueología ayuda a fortalecer el conocimiento tradicional.

En la búsqueda de la recuperación y la preservación de la memoria, Antônio Enésio Tenharin, secretario ejecutivo municipal de los Pueblos Indígenas de Humaitá, en el sur del estado de Amazonas, dijo que su pueblo solicitó, mediante una demanda civil pública presentada en 2014, la creación de un centro de memoria y la publicación de material didáctico sobre el impacto de la construcción de la carretera Transamazónica en los pueblos indígenas Tenharin y Jiahui.

El encuentro realizado en Manaos permitió que confluyeran todos estos grupos y reforzó el rol de la arqueología como aliada. “Estamos todos juntos librando esta batalla”, dijo Vilson Tenharin, de la aldea Marmelos, en el sur del estado de Amazonas. Fueron cuatro días fructíferos para la conformación de una red, que los coordinadores pretenden afianzar promoviendo otros encuentros entre los pueblos. La tarea arqueológica, según sostuvieron, debe partir de los pueblos de la selva, incluso estimulando la formación de arqueólogos de origen indígena, quilombola y beiradeiro.

La arqueología, considerada una ciencia centrada en el pasado, se presenta como una oportunidad para pensar (y asegurar) el futuro. Para los investigadores y los habitantes de la selva, la Amazonia no está revelada: se está revelando ahora. l

La periodista asistió invitada por el proyecto Amazonia Revelada.

Territorios en disputa

La extracción de los minerales necesarios para concretar la transición energética agudiza los conflictos por la propiedad de la tierra y el acceso al agua en Brasil

CHRISTINA QUEIROZ

Publicado en septiembre de 2024

La carrera por la explotación de los llamados minerales críticos para la transición energética está agravando los conflictos socioambientales del sector minero brasileño. Estos elementos naturales son necesarios para el desarrollo de una economía de baja emisión de carbono y para la producción de los componentes que se utilizan en la fabricación de baterías, vehículos eléctricos, paneles solares y turbinas eólicas, entre otros artículos. Además, también se los utiliza en forma preponderante en actividades no relacionadas con la transición energética. En total, 101.000 personas en 15 estados brasileños se han visto afectadas por la extracción de estos minerales de transición, lo que desencadenó 380 confrontaciones en el país entre 2020 y 2023. La Amazonia Legal, formada por nueve estados brasileños, ha sido la región con más disputas, al concentrar el 46,3 % de los casos. En un análisis individual por estados, Pará y Minas Gerais aglutinaron el 66,7 % de los enfrentamientos. Estos datos fueron recopilados en un estudio publicado en agosto por el Observatorio de Conflictos Mineros en

El subdistrito de Bento Rodrigues, en el municipio de Mariana (Minas Gerais), en 2016, fue el más afectado por el colapso de los muros de contención de la represa de la compañía minera Samarco

Brasil, una iniciativa que reúne a investigadores de instituciones de todo el país, movimientos sociales y organizaciones no gubernamentales (ONG).

Otra investigación realizada por el mismo observatorio en 2023 indica que, desde 2020, las actividades de extracción legal e ilegal de todo el sector minero han originado entre 850 y 950 conflictos y afectado a alrededor de un millón de personas por año. El documento también muestra que Minas Gerais (el 37,5 %), Pará (el 12 %) y Alagoas (el 10,1 %) concentraron a la mayor parte de las personas afectadas por estas disputas en 2022.

Uno de los autores de las investigaciones, el geógrafo Luiz Jardim Wanderley, de la Universidad Federal Fluminense (UFF), explica que se considera como conflictos a las reacciones de los afectados por los impactos socioambientales y las situaciones de violencia, que incluyen el trabajo en condiciones análogas a la esclavitud, las violaciones sexuales, los accidentes, las amenazas, los intentos de asesinatos y las muertes. “Durante la pandemia, el sector minero registró innumerables violaciones a las leyes laborales por no adoptar políticas eficientes para preservar la salud de sus empleados”, comenta. El “Informe Anual del Consejo Internacional de Minería y Metales”, señala que, en 2021, Brasil registró el fallecimiento de 43 empleados de empresas vinculadas a la entidad debido a accidentes laborales. En 2019 y 2020, esas cifras fueron de 287 y 44, respectivamente.

Según explica Jardim Wanderley, para ser incluido en el mapeo, el conflicto tiene que haber suscitado reacciones en la población, incluyendo demandas, manifestaciones, cartas de repudio o denuncias en periódicos. “Cuando los enfrentamientos no provocan estas respuestas, no se los tiene en cuenta”, informa. Para llevar a cabo las investigaciones, en los estudios se analizaron datos de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), que registra los conflictos agrarios desde 1985, y del Consejo Indigenista Misionero (Cimi), ambos organismos pertenecientes a la Iglesia Católica. También utilizaron datos sobre este tipo de sucesos registrados en documentos de distintas ONG, denuncias de los movimientos sociales e informes de prensa, entre otros medios.

El estudio sobre los minerales necesarios para llevar a cabo la transición energética abarcó conflictos que comprenden 31 elementos, entre ellos aluminio, bario, boro, cadmio, cobalto, cobre, litio, manganeso, niobio y níquel. De acuerdo con información de la Agencia Nacional de Minería (ANM), entre 2013 y 2022 el valor de extracción de estos minerales pasó de 27.700 millones a 38.600 millones de reales, lo que da como resultado un crecimiento real (descontando la inflación) de un 39 %. En el mismo período, las cifras correspondientes al sector de la minería en su conjunto aumentaron de 243.000 millones a 266.000 millones de reales en valores deflactados, lo que representa un crecimiento del 9,3 %.

Los conflictos identificados en este estudio pueden superponerse. El tipo más frecuente lo constituyen las disputas por el uso de la tierra, que representan el 59,2 % de los casos, seguidos por los embates relacionados con el acceso al agua (el 39,4 %), los problemas de salud (el 16,4 %) y las cuestiones laborales (el 12,4 %), explica Jardim Wanderley. El cobre y la bauxita fueron los minerales utilizados en la producción de componentes necesarios para la transición energética que ocasionaron más daños, con el 25,3 % de incidencias cada uno. Al mismo tiempo, aumentó el valor de mercado de estos elementos entre 2020 y 2023. “Los datos sugieren que existe una correlación entre la intensidad de la extracción del mineral, su valor comercial y la incidencia de los conflictos”, dice.

Las ciudades de Barcarena (Pará), Canaã dos Carajás (Pará) y Craíbas (Alagoas) ocupan los tres primeros puestos de la lista de las más implicadas en disputas que involucran a la minería asociada a elementos importantes para los dispositivos de la transición energética. “Como tendencia general, los municipios con actividad minera exhiben un crecimiento en sus ingresos per cápita y en su recaudación. Sin embargo, estos incrementos no van acompañados de avances en el desarrollo social y la reducción de las desigualdades”, analiza el geógrafo João Marcio Palheta, de la Universidad Federal de Pará (UFPA), quien no participó del estudio.

En Barcarena predomina la extracción y el procesamiento de bauxita, que se utiliza para producir aluminio. En 2018, la población local denunció una fuga de relaves de una represa que contaminó ríos y arroyos. En Canaã dos Carajás, la principal actividad minera es la extracción de mineral de hierro y cobre, que ha provocado el desplazamiento de comunidades locales. “La situación genera conflictos relacionados con la pérdida de tierras e impacta en el modo de vida de las comunidades, sobre todo indígenas y ribereñas”, dice Palheta. La ciudad también es escenario de embates laborales relacionados con las empresas mineras. La zona alberga el mayor proyecto de extracción de mineral de hierro de la historia de la empresa Vale, con capacidad de producir 120 millones de toneladas anuales.

El estudio que desarrolla Palheta se centra en cuatro ciudades del estado de Pará que albergan proyectos de minería: además de Canaã dos Carajás y Barcarena, incluye a Parauapebas y Paragominas. Según él, los municipios con mayor Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de Brasil suelen incluir localidades con grandes proyectos industriales o extractivos, como es el caso de Parauapebas. “Sin embargo, tal como sucede con otras ciudades con estas características, Parauapebas se destaca por su cuadro de pobreza, que incluye la ausencia de saneamiento básico”, comenta.

El geógrafo sostiene que esto se debe a la falta de transparencia en torno al uso de los fondos provenientes de la Compensación Financiera por la

Los habitantes de la ciudad de Barcarena (Pará) protestan en 2018 contra el vertido de residuos de una refinería de aluminio en un río de la región

Explotación de los Recursos Minerales (CFEM), ingresos patrimoniales recaudados sobre los beneficios generados por la actividad. “Los fondos obtenidos a través de la CFEM solo pueden invertirse en salud y educación, pero no existen mecanismos de control para determinar dónde se gasta realmente el dinero”, dice Palheta. Según muestran los informes elaborados por el Observatorio de Conflictos Mineros en Brasil, el Índice de Desarrollo Humano Municipal (IDH-M) se ubica por debajo de la media nacional en 27 de los 50 municipios con mayor explotación minera del país. En cuanto al Índice de Gini, que mide la desigualdad de la población, 34 de estas 50 ciudades tienen peores indicadores que el 14º país más desigual del mundo, la República del Congo. De acuerdo con ese organismo, los grupos más afectados por la explotación de minerales asociados a la transición energética son los pequeños propietarios rurales (implicados en el 23,9 % de los incidentes), los trabajadores de las empresas mineras (el 12,1 %) y los indígenas (el 9,8 %). Del otro lado, las multinacionales mineras (el 46,3 %) y las compañías mineras nacionales de mediano porte (el 33,6 %) fueron las principales organizaciones involucradas en los litigios. “La revalorización de los minerales estratégicos para la transición energética tiende a atraer cada vez más a pequeñas empresas mineras hacia lugares que históricamente han sido poco explotados por la minería, lo que complica aún más este escenario”, estima Jardim Wanderley, de la UFF.

La economista Beatriz Macchione Saes, de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), coincide con esa apreciación. En sus investigaciones sobre la relación entre el desarrollo económico, la minería y

los conflictos desencadenados por la actividad, ella cita como ejemplo la situación en la zona de Vale do Jequitinhonha (Minas Gerais). Desde 1991, la región alberga proyectos de explotación del litio, un metal que se utiliza para la fabricación de las baterías de los coches eléctricos, por ejemplo, pero cada vez hay más mineras interesadas en tomar parte en esta actividad. “A la fecha, cuatro compañías buscan la aprobación de iniciativas para la explotación del litio en el área y su eventual arribo podría exacerbar los conflictos con las comunidades locales”, analiza.

Estudioso de las corporaciones del sector de la minería, el ingeniero de producción Bruno Milanez, de la Universidad Federal de Juiz de Fora (UFJF), explica que después de la década de 1990, estas empresas empezaron a adoptar prácticas para mitigar su impacto socioambiental. Según el investigador, hasta 1989, por ejemplo, las compañías mineras que operaban en Oriximiná (Pará) desechaban sus residuos directamente en los ríos, un procedimiento que en la época era permitido por el Estado brasileño. “Hoy en día, esas empresas siguen tratando de reparar los daños derivados de sus actividades”, dice. En la década de 2000, las corporaciones construyeron represas para contener los relaves y, actualmente, es posible apilar los residuos en seco, utilizando sistemas de filtrado. “Sin embargo, incluso con la reducción de su impacto, no hay manera de contrarrestar los efectos socioambientales negativos”, afirma. A su vez, Milanez comenta que algunas mineras reconocen el problema e incluso han dejado de usar el término “minería sostenible”. “Actualmente, el concepto más utilizado en el sector es el de ‘minería responsable’. Al incorporarlo, las compañías reconocen que los impactos negativos son inherentes a su actividad, pero sostienen que es posible adoptar estrategias de reducción de daños”, sostiene el investigador.

En una declaración enviada por correo electrónico, el grupo Hydro, una multinacional productora de aluminio, subraya que las actividades de las empresas que reciben sus inversiones en el país son supervisadas y auditadas, y asumen el compromiso de “ser buenas vecinas de las comunidades”. Una de ellas es Mineração Paragominas, con sede en Pará, que ha adoptado una técnica para devolver los residuos inertes de la extracción de bauxita a las áreas ya explotadas. Esta metodología, sostiene la empresa, permite recuperar la topografía original del terreno y reducir los riesgos de erosión, minimizando su impacto ambiental. Por su parte, Anglo American, una multinacional dedicada a la explotación de minerales tales como diamante, mercurio, cobre y níquel, informa también por correo electrónico que en 2019 diseñó un plan para mejorar los sistemas de educación y salud de las comunidades que albergan sus operaciones en el país.

Mina de cobre en Canaã dos Carajás (Pará), una de las ciudades con mayor cantidad de conflictos asociados a los minerales de la transición energética

Para Macchione Saes, de la Unifesp, el período conocido como el boom de las commodities, entre 2000 y 2014, estuvo signado por un recrudecimiento de los conflictos de este tipo en el país. En ese lapso, Brasil registró un aumento acentuado de la demanda de bienes primarios y materias primas, incluyendo minerales. “El mineral de hierro fue uno de los productos de mayor demanda en el mercado internacional, y las exportaciones pasaron de 100 millones de toneladas en 2000 a 300 millones de toneladas en 2015”, comenta. Según la economista, los conflictos aumentaron en forma proporcional a la ampliación de las actividades mineras.

En las primeras décadas del siglo XXI, Brasil registró dos de sus mayores catástrofes ambientales causadas por la extracción de mineral de hierro. En 2015, la rotura de los muros de contención de la represa de la compañía Samarco (bajo el control de Vale y de la minera angloaustraliana BHP Billiton) en la región de Mariana (Minas Gerais) causó la muerte de 19 personas y derramó alrededor de 39 millones de metros cúbicos de lodo tóxico, que afectó el cauce del río Doce y a varias comunidades de los estados de Minas Gerais y Espírito Santo a lo largo de más de 600 kilómetros (km). Según el Atlas do problema mineral brasileiro, publicado en 2023, el grupo conformado por Samarco, Vale y BHP Billiton fue el que causó la mayor cantidad de conflictos en el sector entre 2004 y 2020, con un total de 462 litigios en ese período.

En tanto, en 2019, el colapso de una represa controlada por la compañía Vale en el municipio de Brumadinho (Minas Gerais), mató a unas 270 personas y contaminó la cuenca del río Paraopeba, que se extiende a lo largo de 510 km. En un comunicado enviado por correo electrónico, la empresa aclaró que tiene previsto invertir 37.700 millones de reales para reparar los daños del desastre, de los cuales ya ha desembolsado el 70 %. La compañía declara que, desde principios de 2023, ha instituido mecanismos para atender las demandas de las poblaciones afectadas.

En Mariana, el proceso de reparación que ha encarado Samarco estableció una inversión de 37.000 millones de reales para obras de reparación y compensación de los daños causados por la rotura de la presa. De ese total, 17.480 millones se destinaron al pago de indemnizaciones y ayuda económica de emergencia. La empresa informó en un comunicado enviado por correo electrónico que ya había cumplido con el 85 % de los reasentamientos de las comunidades afectadas. Pese a estos acuerdos, las víctimas continúan bregando en busca de resarcimiento ante los tribunales ingleses, dado que una de las controladoras de Samarco –BHP– es angloaustraliana. En 2023, un bufete de abogados de Londres presentó una demanda de indemnización por 230.000 millones de reales para las 700.000 víctimas de la catástrofe.

La socióloga Raquel Oliveira, del Grupo de Estudios en Temáticas Ambientales de la Universidad

Federal de Minas Gerais (UFMG), quien investiga el desarrollo de este proceso de reparación, sostiene que el mismo ha generado tensiones internas entre las comunidades afectadas. Ella explica que antes del desastre muchas familias compartían sus terrenos con sus familiares. Así, abuelos, padres e hijos, por ejemplo, construían sus casas en un mismo predio, cuya propiedad mantenían sus herederos. “Sin embargo, las medidas de reparación difícilmente contemplan la complejidad y la dinámica de estos arreglos, lo que lleva a la revisión de los acuerdos domésticos e impone dificultades para el reconocimiento de nuevos núcleos familiares”, añade.

Otro problema, según la antropóloga Gabriela de Paula Marcurio, quien realiza su doctorado en la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar) con una beca de la FAPESP, radica en que las mineras involucradas en las catástrofes no tienen en cuenta pérdidas relevantes para las comunidades afectadas al hacer el inventario de los daños causados por sus actividades. Entre ellas se cuentan las alteraciones de su modo de vida y el tiempo destinado gestionar los problemas causados por el derrumbe de la represa, como la participación en reuniones. En su doctorado, De Paula Marcurio investiga la llegada de las empresas para explotar mineral de hierro, cobre y fosfato a la región de Juazeiro, en el interior de Bahía, una zona donde la frontera minera se está expandiendo. Según ella, incluso antes de la instalación formal de una minera en el territorio, la población ya empieza a acusar su impacto. “Pequeños agricultores se han quejado de la presencia de drones y de personas que

no forman parte de la comunidad circulando por sus propiedades sin consultarles”, ejemplifica.

Milanez, de la UFJF, subraya que el subsuelo del país es un bien federal y, por ende, la gente puede ser expropiada de sus viviendas para viabilizar proyectos del sector. Además, según la ANM, quien obtiene autorización para la instalación de una mina en determinado lugar adquiere la exclusividad para explotar el territorio en cuestión. “Estos aspectos llevan a que los conflictos se produzcan a menudo en un contexto caracterizado por la desigualdad de poder”, comenta el ingeniero.

Con el propósito de articular y difundir estrategias para restringir o prohibir la minería en determinadas áreas, un grupo integrado por científicos, movimientos sociales, comunidades locales y organizaciones no gubernamentales creó en 2022 la plataforma Territorios Libres de Minería (TLM). El repositorio ofrece información acerca de las normativas elaboradas a partir de ordenanzas municipales, plebiscitos y consultas populares que han logrado frenar proyectos indeseables en zonas vulnerables.

Fue lo que ocurrió en Muriaé (Minas Gerais), donde los habitantes del municipio impidieron la instalación de un proyecto de explotación de bauxita en el distrito de Belisário, en los alrededores del Parque Estadual Serra do Brigadeiro. “La presión popular llevó a los concejales locales a aprobar el Proyecto de Ordenanza nº 192, que declara a la zona como patrimonio hídrico e impide las actividades mineras en el lugar”, concluye diciendo Milanez. l

Foto de 2019 que muestra la destrucción causada por el colapso de la represa de compañía Vale en Brumadinho (Minas Gerais)

El proyecto, los artículos científicos, los informes y el libro consultados para la elaboración de este reportaje figuran en una lista en la versión online de este número.

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Damian Kraus y Ariel Kraus

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