y cuando el fandom funciona
por Edel López Olán
Los adaptaciones cinematográficas de videojuegos están envueltas en una interesante maldición complicada de explicar. Estas adaptaciones de grandes historias y efectos especiales exigentes siempre se topan con un pared difícil de sortear y que es muy selectiva al momento de ver un producto final en la pantall: El público Gamer. Después de la infumable Mario Bros. (que francamente debe ser borrada de la memoria de cualquier gamer) las cintas basadas en videojuegos han crecido en recursos que llenan los espacios técnicos con creces y en ocasiones, los efectos especiales se complementan (algunas veces sí, otras no) con actuaciones convincentes, que, sin ser ganadoras de premios de la academia, alcanzan perfectamente para crear franquicias tan importantes y longevas como la de Resident Evil. En 2019 se presentó el primer avance de la cinta live action de uno de los mas consentidos de los gamers: Sonic The Hedgedhog. Este primer avance llegaba solo dos semanas después de que Nintendo e Ilumination films (creadores de los Minions) anunciaran una cinta de Mario Bros con todos sus personajes. lo que emocionaba a los fans que se mordían las uña y se tronaban los dedos esperando el primer eslabon de una larga cadena de adaptaciones de calidad, y como no, por fin ver al personaje de Naoto Oshima y Yuji Naka llegar a la pantalla grande… pero… ¡Todo fue un completo desastre!
El personaje principal presentado por el equipo creativo del director Jeff Fowler fue destrozado en las redes sociales por kilómetros de distancia del aspecto original del personaje y su evidente falta de entrega en la adaptación de uno de los personajes más queridos de los videojuegos. El Fandom (como se le conoce a ese conjunto de aficionados a un pasatiempo) obligaron a la productora a rediseñar el personaje con un costo a la cinta de más de 48 millones de dólares, presagiando desde un inicio un fracaso que amenazaba una nueva adaptación de videojuegos.