Residente Cultura Culinaria Riviera Maya - Julio 2018

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IDEAS

Más viejas que los árboles Observaciones (no) antropológicas sobre desconocidas poblaciones. Por: Leticia Chaurand

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xisten en nuestro planeta comunidades que nos son desconocidas en sus costumbres, rituales y formas de vida. Los miembros de esta comunidad habitan en cuevas y guaridas rocosas, ellos y ellas por separado, como si se tratara del ala masculina y la femenina de una preparatoria conservadora. Confrontación Es común que ellos se enfrenten en constantes peleas, presenciadas siempre por ellas, espectadoras y expectantes ante la riña que define al más fuerte como el más atractivo. El ganador abre su postura, ensancha sus hombros, muestra su fuerza. En su cerebro se genera serotonina y avanza hacia adelante, intimidante. Es él quien domina. El que pierde, en cambio, siempre se retrae, se empequeñece, camina hacia atrás; alejándose primero y ocultándose luego, huyendo del ganador si vuelve a verlo en la comunidad. Depresión Los perdedores experimentan una clara depresión: su hipocampo se encoge y su amígdala crece, pero está comprobado que mejoran con un tratamiento de antidepresivos re-capturadores de serotonina, y recuperan la seguridad paulatinamente, para salir de sus casas y volver a convivir. Seducción Aquí, la corpulencia y el tamaño se adquieren con la edad y generan gran admiración. Ellos, seductores por naturaleza, pueden darse el lujo de la promiscuidad, pero siempre con la paternidad como objetivo irreductible. Ellas, buscan a ese ganador consecutivo, al más grande en tamaño, el más corpulento y más viejo. Su fuerza no decae con la edad ni se curva su postura. Es el que más vive quien sigue creciendo en tamaño. Los viejos son aquí quienes tienen éxito entre ellas. Monogamia Ellas esperan en fila afuera de la casa de él. Él permite la entrada solamente a una de ellas a la vez. Adentro, ella se desnuda,

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quedando desprotegida. Tras copular, él la hospeda durante un par de semanas, hasta que ella está lista y vestida para salir. Entonces ella se va, y vive en soledad su largo periodo de gestación, mientras él recibe a una y a otra más de quienes lo esperan, en una franca monogamia serial. Abducción Pero la vida no es fácil para ellos. Los más grandes, son codiciados en otro sentido: son frecuentemente abducidos, capturados y llevados a vivir lejos de sus arenales, en verdaderos campos de concentración, para reproducirse. Ellos son utilizados para poblar las nuevas comunidades, como sementales que por ese privilegio conservan su vida. Renovación Todos deben romper su dura piel para crecer, en un proceso que se ha probado difícil y estresante. Mudan su exoesqueleto unas 25 veces antes de alcanzar una libra de peso, entre los 5 y los 7 años de vida. Muerte natural Si no mueren devoradas por depredadores o capturadas para lo mismo, pueden alcanzar tamaños enormes y vivir más de cien años. Solo el 15% muere de muerte natural, cuando su exoesqueleto empieza a mudarse de forma incompleta y algunas bacterias las atacan. Muerte no natural Una vez capturadas deben llegar vivas al agua hirviendo, donde, sin gritar, mueren mientras su caparazón cobra un suculento color naranja vivo. De llegar muertas a la cocina, corren el riesgo de contraer una vibrio bacteria que sería dañina para quien las come. Más viejas que los árboles, existen en el planeta desde hace 350 millones de años, y ahora, una vez tendidas en el plato, las langostas con cerebros y rituales parecidos a los nuestros, se prestan a cualquier cosa, sin oponer resistencia, como todos los muertos.

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