Residente Cultura Culinaria Monterrey - Octubre 2017

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ÍCONO

ludan, si no, “se sienten”, bromea. “Toda la gente que trabaja aquí ven como suyo el negocio, lo cuidan como yo. Es un sentido de pertenencia muy importante. Todos somos una familia”, asegura. ¿Quién abrió el negocio y cómo fue? En junio de 1970 mi abuelo inauguró la primer sucursal. Estaba en el estacionamiento Iturbide, en la Macroplaza. Era un negocito chiquito. Lo abrió pensando en un concepto de hamburguesa americana a la que no teníamos acceso en Monterrey. Él iba a Estados Unidos y le gustaban. De hecho el negocio se llamaba King’s Burger. Eran “las hamburguesas del rey”. Mi mamá estaba embarazada de mí, yo fui a la inauguración en su panza. A los seis meses fallece mi abuelo, y mi abuelita, Mary Kavande de Canavati, se queda a cargo del negocio.

orenia Canavati es tal vez mejor conocida por su carrera política pero en Jocker es una más de la familia. Admite que recientemente declinó a continuar en gobierno para dedicarse al negocio y a su vida personal, aunque “voy a seguir trabajando por un bien mayor”, dice. Tiene más de dos décadas en la empresa y es la directora general desde que su padre, Jorge Antonio Canavati, falleció hace cuatro años. Él nació en Estados Unidos y vivió brevemente en Laredo. De su tiempo y viajes al país vecino es de donde el abuelo de Lorenia, Jorge Pedro Canavati, tomó la idea de traer la hamburguesa a Monterrey. El restaurante, entonces llamado King’s Burger, fue un éxito desde el inicio. Lorenia tiene enmarcado el primer menú, en el que se refleja la influencia de la cocina árabe de sus abuelos, junto con los novedosos platillos estadounidenses. Se puede leer en la sencilla hoja ítems como korn dogs banderilla, subways, papas a la francesa, incluso un Coney Island hot dog, que contrastan con el kipe, las empanadas orientales y el pay de nuez. Desde 1970 también manejaban ya su famosa receta de chili beans del señor Jorge Pedro. Por otro lado, hacer de la empresa algo íntimo es algo que heredó, no sólo ella, sino los muchos trabajadores que tienen años aquí. Lorenia menciona, por ejemplo, a la gerente del comisariato, Guille, que tiene más de tres décadas de laborar en Jocker. “Dice que gracias a que mi papá le exigía, ella es lo que es. Era muy meticuloso, yo aprendí de eso”, cuenta. Lacha, la directora de operaciones, tiene 25 años aquí. Están las jefas de cocina como Tony o Blanca, también con más de 30 años. Las mujeres pasan y la sa-

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¿Cuándo iniciaron en San Pedro? En 1973 mi papá compra este terreno y abre Centrito. Aquí era la primer cárcel municipal de San Pedro. Donde está la caja, de ahí quitó la reja. Se pone de moda echar el rol en el Centrito los domingos. Los chavos estaban todo el día afuera en el estacionamiento, era el punto de reunión. Fue un restaurante que abrió algo diferente que no existía aquí, rápidamente agarró renombre la hamburguesa. Muchos años después empezaron a abrir otros negocios de hamburguesas. ¿Por qué cambiaron de nombre? Calculo que en 1993 Burger King no había abierto aquí. Nosotros teníamos veintitantos años de registrado nuestro nombre y nos meten una demanda, pero no sé porqué nos clausuran en plena Semana Santa, cuando los juzgados estaban cerrados. No sé porqué actuaron así, sin habernos avisado nada antes. Era la época del TLC, de Serra Puche (Secretario de Comercio priista), yo creo que había mucho qué perder si no le daban la razón a esta cadena. Me voy a visitar a muchos editorialistas, la gente estaba muy indignada con lo que nos estaban haciendo y mi papá se va a México. Le dicen “Si quieres pelear el nombre, peléalo. Tienes el derecho porque tienes mucho tiempo registrado, pero tendrías que permanecer cerrado”. Y pues, ¿de qué íbamos a vivir, verdad? En esa época mi papá me empieza a decir Juana de Arco porque estaba súper indignada, iba a visitar a todo mundo. A él se le ocurre ponerle un signo de interrogación a todos los letreros de los negocios y hacemos una publicidad en el periódico donde decía que la gente opinara cómo quería que se llamara. En aquél entonces el logotipo de King’s Burger era una baraja de un rey. Alguien nos mandó “Jocker” y dijimos, “Sí, es la baraja que es más que todas”, y por eso le pusimos así.

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