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Cuento

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Música

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Mi héroe

«Le gusta ir al sótano donde están sus muñecas, a él le gustan, las arregla, les pone vestidos reponpochos y les pinta sus caritas.»

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Paula Andrea Abril

Licenciatura en Lenguas Modernas

Con vocecita temblorosa por el pánico escénico, comenzó a leer: “Eduardo o Lucho, como le dicen sus pocos amigos (entre esos yo) es un gran, gran señor, súper inteligentísimo al que le gusta correr y ver mis partidos de futbol. Es alto, alto como un palo de guayaba, fuerte como “Superman”. Trabaja como ingeniero y, como casi no tiene tiempo, contrata niñeras porque él me quiere mucho y no quiere que nada malo me pase. Mi mamá se fue cuando yo era bebé, por eso mi papá hace el papel de mami y de papi. Mi abu es como mi mami, pero no viene seguido porque dice que la casa le da miedo, yo no sé porque si mi casa es bonita. Aunque eso no importa, vienen muchas mujeres, pero es para que mi papi les ayude porque tiene un gran corazón y puede hacer cualquier cosa.” — Le gusta ir al sótano donde están sus muñecas, a él le gustan, las arregla, les pone vestidos reponpochos y les pinta sus caritas — leyó Tomás, un poco más confiado—. Dice que las colecciona para regalárselas a una niña que las quiera, para que la hagan feliz. Aunque yo he visto que se las entrega a otros señores, deben estar muy tristes. Es súper buenisisísimo, siempre piensa en los demás —añadió Tomás y levantó la cara de la hoja

Todos los niños se rieron, pero la profe sintió que se sumergía en el suelo del salón mientras alguien taladraba su pecho y su cabeza. por primera vez—. Por eso, mi papá es mi héroe. Él me cuida, me da mucho amor y tiene un gran… —Muy bien, Tomás —lo interrumpió la profe Jazmín, de grado tercero—. Recuerda que es una exposición, intenta no leer tanto –Medito unos segundos, algo no le cuadraba. Igual siguió con las mismas preguntas que había hecho a los otros niños que eligieron a sus padres y le dijo—. No importa, lo hiciste muy bien. Cuéntanos ¿qué te gusta más de tu papá? y dinos algo divertido que hayas vivido con él en estos últimos días. —Algo divertido… ¡ah, ya sé! — gritó Tomás, dando brinquitos—. Un día, bajé al Tomada de Burn’s Comics: https://images.app. sótano porque mi papá dijo goo.gl/uqaMTVFMPa448FAVA que alimentará a su nueva muñeca y fue súper chistoso — Hizo una pausa para ver que todos prestaran atención—. Ella me dijo: ¡hola, chiqui! ven, ven, acércate. Suéltame. Ve y busca la llave. Querido, tu papá es un hombre horrible… un mentiroso. No va a parar, ayúdame y juntos lo detendremos. Lo que él hace está mal.

Todos los niños se rieron, pero la profe sintió que se sumergía en el suelo del salón mientras alguien taladraba su pecho y su cabeza. —Entonces yo me toteé de la risa —continuó Tomás—, y le dije ¿de qué hablas? No eres real, eres una muñeca.

Y para que lo sepas, tengo al mejor papi del mundo. Después le saque la lengua, eso se debe hacer con las muñecas odiosas o, pues yo siempre hago eso. — ¿Tu papá lo supo? —preguntó la profe, con voz temblorosa y haciendo su mayor esfuerzo por no demostrar el pánico que la devoraba internamente. —Sí, el bajó al ratico y le conté lo que había dicho la muñeca esa. Él también se rio mucho y me hizo subir. Esa tarde, comimos palomitas y no paramos de reírnos por esa historia, hasta lloré y yo nunca lloro porque los niños no lloran —dijo Tomás con una sonrisita—. Bueno eso es todo, por eso mi papá es mi héroe—. Hizo un intento de reverencia y corrió a su puesto. Alrededor, todos los niños le aplaudieron, sonreían y reían. —¡Vaya, qué papá! —gritó un niño levantándose del puesto—. Quiero uno así.

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