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¡Lo que por aire viene, por aire se va!

Expresión bien acertada creemos, para despedir a un par de empresas que de a poco, se iban incrustando en el gusto nacional, aunque muy duro para todos el aceptar sus lineamientos de bajo costo, pero más por desconocimiento del pasajero que de la política de este servicio mundial de aviación comercial.

Demandas, quejas, reclamos, inconformidad, pero para qué y sin negarlo, han sido las únicas líneas aéreas que nos pusieron a viajar económico, así fuera a altas horas de la noche, a sentarnos sin que encendieran el aire acondicionado del avión y llegar así, rapidito a nuestros soñados destinos.

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¿Qué les ha sucedido a estas empresas asentadas en Rionegro, Antioquia?

Se habla de todo un poco, pero al tocar tierra en este mes de abril, se sabe ya que se fusionarán Avianca -Viva, pendiente Ultra Air y ojalá la estabilidad la- boral de tantas familias se mantenga y que la primera línea aérea del país, nos permita seguir viajando, no sólo a nivel nacional sino con las conexiones internacionales establecidas con flexibilidad y economía.

Eso sí, la venta extra temporánea de boletos luego de saberse sus cierres, no lo perdonará la justicia y mucho menos el incauto que, siguió confiando en la línea de aviones pintados de blanco, de rosado y de amarillo y de naranja la última, que siempre nos alegraron al verlos pasar por nuestros cielos cuando llegaron, pero que, por ese mismo cielo salieron en raudo silencio…

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