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del olfato, síntoma no exclusivo de la COVID-19
Diversos especialistas en salud hicieron un llamado a visibilizar el impacto de padecimientos como la rinosinusitis crónica con poliposis nasal (RSCcPN), la cual es una enfermedad que puede afectar el olfato.
Con una incidencia estimada del dos al cinco por ciento de la población adulta en México, la RSCcPN es una enfermedad crónica que provoca la inflamación de la mucosa nasal y de los senos paranasales como una respuesta excesiva del sistema inmunitario.
Entre los síntomas de este padecimiento, está la congestión y/o obstrucción nasal, descarga retronasal, opresión facial, dolor de cabeza y la pérdida parcial o total del olfato, también conocida como anosmia.

La anosmia destaca la relevancia que tiene el olfato. Gracias a este sentido, se tiene la posibilidad de registrar aproximadamente 10 mil olores. Asimismo, el gusto de los sabores de los alimentos se ve influenciado de manera directa por la percepción olfativa.
El olfato permite estar alerta ante peligros, como detectar una fuga de gas, un cable quemado, un incendio o si un alimento que huele mal puede estar echado a perder.
El sentido del olfato es una capacidad de la que tomamos mayor conciencia a raíz de la pandemia. Ahora, se asocia la pérdida del olfato a sospecha de COVID-19, pero disminuye hasta 50 por ciento con el paso de la edad.