C iencia les. Los casos de extracción profiláctica fueron del 0,6%, pero no específica el motivo concreto de la exodoncia. La reabsorción radicular del segundo molar puede aparecer hasta en un 25% de casos, según Nemcovsky y cols. El riesgo de reabsorción aumenta proporcionalmente con la edad (p=0,006) mientras que hay una relación significativa entre la angulación del cordal (60º) y la rizólisis del segundo molar (p=0,013 y p=0,019 respectivamente). Por este motivo recomienda el seguimiento del paciente y extraer el cordal profilácticamente cuando la angulación del cordal es ≥ 60º (Figura 4). Como indica Dobson (6), el no incluir los cordales en los estudios epidemiológicos periodontales varía de forma importante la visión de la periodontitis en su conjunto. Pero las diferencias geográficas y el tipo de sistema sanitario seguramente participan de forma importante dentro de la ecuación multifactorial que es la exodoncia profiláctica del tercer molar. Surge una pregunta: ¿Se considera una exodoncia preventiva un cordal con patología de repetición en fase silente? Si nos atenemos a un consenso de mínimos no lo es. Sin embargo, el seguimiento y tratamiento puntual de posibles brotes de patología es recomendado por varios autores (11,29,32,38,47), especialmente los británicos, antes que realizar una exodoncia «preventiva», inclusive, si se detectan imágenes radiológicas radiolúcidas (53). Para un grupo de autores (10,30,36,40,41,43,45,52,56) y asociaciones profesionales (6,120,125) no hay duda en extraer en ciertos casos de patología, tales como pericoronaritis, periodontitis, caries, rizólisis, quistes/tumores, disfunción craneomandibular, ciertos casos de impactación juvenil y problemas ortodóncicos por falta de espacio posterior (Figura 5). Según Odeniru y cols. (73), la presencia de una caries difícil de tratar en un cordal o un segundo molar es una indicación para la exodoncia y añade que la caries distal cervical es un fenómeno vinculado a la presencia del tercer molar. Fisher y cols. Figura 4. Rizólisis distal del 2º molar con un defecto óseo importante.
Figura 5. En esta imagen se observa distal del 38 un defecto que puede o no dar problemas como pericoronaritis, abscesos, halitosis, gingivitis y periodontitis. La mejor actitud médica es la observación e intervenir según la circunstancia. Por distal del 27 se puede ver un defecto periodontal que puede estar relacionado con la posición del cordal o un defecto post-operatorio antiguo.
(58) señalan que la caries se presenta más frecuentemente en el primer y segundo molar (89%), seguido de los cordales (50%) en pacientes de 29 años de media. Conclusiones similares fueron publicadas por Garaas y cols. (59) y Van der Linden (53). Datos geográficos y socioeconómicos indican que los pacientes jóvenes (26 años de media), fumadores y con mala higiene oral tienen un alto riesgo de padecer caries de la muela de juicio (72). Como hemos señalado anteriormente, la población mayor de 65 años, en especial la caucásica, tiene mayor riesgo de padecer caries en presencia de un cordal (62). Esto probablemente se debe, en parte, al tipo de dieta y poder adquisitivo. Aunque los quistes y tumores son indicaciones para la exodoncia, se prefiere vigilar y extraer solamente si fuera necesario. Los argumentos son que las posibles complicaciones postoperatorias y beneficios deben ponerse en la balanza, añadiendo que las complicaciones de los quistes y tumores son raros y prefieren la retención y vigilancia del cordal (1,30,53,83,123). No obstante, estas alteraciones carecen de consenso en cuanto a su incidencia y sus complicaciones propias. Un análisis retrospectivo griego (58) observó que en 12 años se habían extraído 7.762 cordales, de los cuales se enviaron 417 muestras para su análisis histopatológico. El índice reveló una incidencia de quistes y tumores del 2,7%. Según el NIH y otros autores, estas patologías pueden abarcar entre 0,8-13,3% (3,86). Esta variabilidad necesita que se acote científicamente. Otras patologías han recibido poco énfasis y pueden indicar la extracción de la muela de juicio tales como problemas oclusales y ATM, jaquecas en racimo (144), alopecia areata, sinusitis, halitosis y otras neuritis. No pudimos incorporar a la revisión bibliográfica trabajos a propósito de un caso que abordaban las jaquecas en racimo y la alopecia areata, pero las citamos puesto que, aunque escaso, estos problemas existen (145,146).
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140 Gaceta Dental 251, octubre 2013