O p i nión
el blog de salvaroj
Educar es conectar mentes y conectar corazones Salvador Rodríguez Ojaos (@salvaroj) Soy pedagogo, blogger, formador y asesor en innovación educativa, creatividad, educación emocional y educación en valores. Entre mi experiencia en el mundo de la educación destaca haber sido profesor de la escuela de magisterio de la Universidad de Barcelona, profesor en diversos cursos de posgrado y maestro de Educación Física en Primaria. Actualmente soy asesor pedagógico en el ámbito editorial. Autor del libro “La educación que deja huella”. www.salvarojeducacion.com “La tendencia a tratar el aprendizaje como una actividad individual se ve reforzada por la cultura competitiva de continuos exámenes”. Esta frase de Ken Robinson sirve de introducción a este interesante artículo con el que Salvador Rodríguez arranca el curso.
Entre Estudiantes
A
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veces tengo la sensación de ir contracorriente. En un tiempo donde todo sucede a velocidad de vértigo, donde todo es inmediato, donde se buscan soluciones “mágicas” y recetas metodológicas que prometen arreglar todos los males de la educación, a mí me da por mantener un blog donde reflexionar sobre todos estos temas... y parece que eso ya no se lleva, que no está de moda. A pesar de ello, me reafirmo: hoy es más necesario que nunca reflexionar sobre la educación. Y es que lo que estamos viviendo en nuestros centros en particular y en la sociedad, en general, es tan apasionante como peligroso. Desde que las neurociencias nos han permitido entender que nuestras habilidades personales pueden desarrollarse a lo largo de toda la vida, se ha abierto un abanico de posibilidades para la educación formal que, si bien conocido desde hace mucho tiempo, no se daban las condiciones adecuadas para su implementación en la realidad de nuestras escuelas. Lo que nos propusieron hace muchos años pedagogos como Montessori, Freinet, Dewey o Decroly hoy puede ser al fin realidad en nuestros centros educativos. Dice José Antonio Marina que el talento no está antes, sino después de la educación. Eso supone que no solo podemos y debemos aprender ciencias, matemáticas o literatura, sino que
también podemos y debemos aprender capacidades como la creatividad, el emprendimiento, el agradecimiento, la perseverancia o la resiliencia. A pesar de ello, seguimos enseñando y evaluando como si el aprendizaje solo pudiera alcanzarse de forma individual, memorística, repetitiva y competitiva. Aprender no es memorizar Sin duda, el aprendizaje necesita de la memoria, pero aprender no es memorizar. Aprender es conectar, relacionar, comparar, analizar, intercambiar y colaborar. Para aprender es necesario conectar mentes y conectar corazones, compartir conocimiento y compartir emociones. Para aprender es necesario conectar ideas y hechos, saberes y valores, conceptos y sentimientos. La vida no es un simulacro de la vida, la escuela es la vida... y, en ella, los alumnos y las alumnas deben adquirir y manejar los conocimientos, las habilidades, las destrezas y las capacidades que necesitan para dar respuesta a los retos, desafíos y necesidades que les plantea la vida. El “docente instructor”, aquel que enseña exclusivamente conceptos y datos de una materia es una reliquia del pasado. Pero, el “docente emocional”, el que solo trabaja lo emocional, lo sentimental, el ser, es una falacia bienintencionada del presente. Todo docente debe ser a la vez “instructor” y “emocional” porque como dice el maestro Francisco Mora solo se aprende lo que se ama. La educación del siglo XXI debe hacer personas más competentes que competitivas, más colaboradoras que individualistas, más críticas que sumisas, más autónomas que dependientes y eso solo se consigue si conectamos mente y conectamos corazones.
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