

El término “fauna” proviene del latín: era el nombre que en el antiguo culto romano recibía la diosa de la fertilidad de los campos, los bosques y la naturaleza. Hoy en día es empleado a menudo junto al de flora, que refiere a la vida vegetal en los mismos términos.
Fauna selvática. La que habita en grandes y tupidas extensiones vegetales del trópico, como las selvas sudamericanas o africanas.
Fauna xerófila. Aquella que es propia de desiertos y zonas áridas, de poca humedad y poca vegetación.
Fauna polar. La que abarca a los distintos habitantes de la región de los polos terrestres y su zona aledaña.
Fauna de alta montaña. Consistente mayormente en aves y otras formas de vida que prefieren las alturas y el clima fresco de las cimas montañosas.
Fauna silvestre o salvaje. Aquellos animales que no han tenido o han tenido muy poco contacto con el ser humano, y están desacostumbrados a su presencia, de modo que no tienen lazos establecidos con él. Son animales autónomos, acostumbrados a la vida en sus hábitats respectivos y potencialmente peligrosos para el ser humano. Fauna doméstica o domesticada. Aquellos animales que, por el contrario, están acostumbrados a la interacción con el ser humano y han establecido con él lazos de convivencia, armónica o no. En esta categoría están los animales de granja, por ejemplo, así como los animales de compañía que tenemos en nuestros hogares, y que en gran medida dependen de nosotros para su subsistencia.
Fauna asilvestrada. Aquellos animales que fueron domésticos alguna vez, pero debido a un cambio radical de hábitat, volvieron a lo salvaje y se hallan, en el mejor de los casos, en un espacio intermedio entre lo salvaje y lo doméstico.
Depende de factores bióticos y abióticos: la fauna de una región es una consecuencia de las condiciones ambientales y de los otros seres vivos que habitan en una región. Por ejemplo, el desierto tiene una fauna característica que no podría sobrevivir en la tundra o el bosque. Es dinámica: la fauna se desenvuelve en sistemas abiertos, por lo que son afectados por cambios en las condiciones ambientales. Por ejemplo, las aves migratorias se desplazan de un hemisferio a otro según las estaciones del año. Es adaptable: cuando se producen alteraciones en los hábitats, la fauna puede adaptarse a las nuevas condiciones.
La fauna puede dividirse en fauna silvestre (no necesita del hombre para su alimentación y desarrollo) y fauna doméstica (las especies sometidas al dominio del hombre). Los especialistas también hablan de la fauna en proceso de domesticación, con aquellos animales silvestres que, criados por el hombre, pierden sus características salvajes. Más allá de sus diferentes características, todos los animales forman parte de la fauna.
Perros, caballos, vacas, ratones, leones, gatos, elefantes y jirafas, por ejemplo, son especies que integran este grupo En otro sentido, se le dice fauna al conjunto de gente que se caracteriza por un comportamiento común: “La fauna juvenil del pueblo se reunió en la fiesta de la cerveza”.
En las últimas décadas los efectos de la experimentación y el paso del ser humano sobre la tierra ha provocado severos problemas en los ecosistemas, a tal punto que, no sólo muchos microclimas han cambiado, sino que además han desaparecido diversas especies de la flora y la fauna. Pese a que el cambio climático no recibe la atención que debería y que sus riesgos son absolutamente determinantes del equilibrio del planeta.
Los problemas que el cambio climático acarrea son muchos y las consecuencias sobre la fauna son también diversos. El deshielo de los glaciares y el derretimiento de los polos va reduciendo cada vez más los lugares donde aquellas especies preparadas para vivir en climas fríos pueden subsistir tanto como las bajas temperaturas en otras zonas, antes de climas cálidos, impide la subsistencias de especies poco acostumbradas al frío. A su vez, las especies marinas sufren a causa del aumento de temperatura en el agua y la acidificación del océano, muchas especies desaparecen y con ellas se pone en riesgo la supervivencia de sus predadores.
Hay dos cosas que me llaman terriblemente la atención: la inteligencia de los animales y la bestialidad de los humanos. -Flora Tristán