Lo que no se ve no existe: Retos de las lesbianas para hacernos visibles

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Publicación de la Coordinadora Paz para la Mujer septiembre 2018 • edición 17

Lo que no se ve no existe: Retos de las lesbianas para hacernos visibles

INTEGRANTE INVITADA: CENTRO LGBTT DE PUERTO RICO

DIVULGACIÓN: UN ASUNTO PERSONAL Y POLÍTICO

¿ES LA DIVERSIDAD MOTIVO PARA LA AGRESIÓN SEXUAL?


EDITORIAL

Como femme caribeña, mujer queer/cuir, lesbiana y feminista, me encanta verme retratada en las instancias culturales que entiendo representan el erotismo y/o el amor romántico entre mujeres, tanto en canciones, como obras de teatro, o en revistas como esta. Me jayo mucho más cuando me encuentro en textos culturales generados por compañerxs caribeñxs que han profesado su amor, deseo y/o solidaridad por otras mujeres/personas cuir. Me he visto en Krudxs Cubensi y en Climbing PoeTree. Me veo en Rita Indiana Hernández. Me veo en Macha Colón y los Okapi, en Mima y en Lizbeth Román. Me veo en Las Atípicas y en Plena Combativa. Me veo en Las Nietas de Nonó. Me veo en Awilda Rodríguez Lora y en Helen Ceballos. Me veo en Extraterrestres de Carla Cavina. Me veo mucho en Tuya de Kisha Tikina Burgos. También me veo mucho en Nomi y Amanita de Sense8. Colecciono esos pedacitos de cultura de por aquí y de por allá y los guardo en el corazón y escribo sobre ellos para Voz de Voces. En fin, me complace dirigirme a ustedes usando el sombrero de editora para abordar varios aspectos de la Experiencia Lésbica. Abordamos el tema desde las experiencias en vez de desde la identidad política de “lesbianas” ya que este volumen abarca desde el activismo lésbico a un rubro de escritos que exploran tanto lo violento, como lo erótico hacia y entre lxs cuerpxs de personas que se identifican como mujeres y/o personas para quienes la feminidad es un componente importante de su identidad/expresión de género. A algunas personas que tienen o han tenido experiencias lésbicas, la identidad de lesbiana, optan por no usar esa identidad para representa toda su complejidad. A fin con los propósitos para los que fue creado este medio, esta edición reúne una selección de textos que abordan varias perspectivas en torno a cómo ocupar, sanar y fluir en el mundo como personas que se identifican como mujeres y/o que viven al margen de la heteronorma. En particular, las lesbianas son personas que se identifican como mujeres y 2 / Coordinadora Paz para la Mujer

bienvenidxs a esta edición de La Revista voZ de voces que sienten una atracción sexual, erótica y/o emocional por otras personas que también se identifican como mujeres. Parece sencillo, pero no lo es. A medida que esta definición se hace corpórea, se enmaraña y complica. También van a ver que el término queer, con una pronunciación fonética en español como “cuir”, es utilizado esporádicamente en la introducción y algunos de los escritos. Queer/ cuir es un término sombrilla que significa raro/rara/rarx y que ha sido reclamado como positivo e inclusivo para referirse a todas las personas LGBTQ. Aunque el término ha sido apropiado por la gran parte de la comunidad LGBTQ como uno unificador, históricamente “queer” fue utilizado como un término degradante (y aún puede ser utilizado de manera negativa por algunos). Las personas de identidad queer/cuir pueden romper con pensamientos y paradigmas binarios en cuanto a la orientación sexual y/o a la identidad de género; pueden ver las identidades sexuales y de género como potencialmente fluidas y cambiantes. Comenzamos con el artículo de la activista de base comunitaria y consultora organizacional, Olga Orraca Paredes. En su escrito Lo que no se ve no existe: Retos de las lesbianas para hacernos visibles se abordan de

manera directa los factores que contribuyen a la invisibilidad de los logros de las lesbianas como grupo organizado. También de las opresiones que experimentan muchas lesbianas a nivel individual y al centro de los colectivos. Entrando de lleno en el tema de la violencia, en este volumen se presentan diferentes repercusiones de estas realidades en las mentes y cuerpxs de lxs sobrevivientes a varios niveles: físicos, identitarios y sociales. En el aspecto físico, mental e identitario del asunto, en el texto ¿Es la diversidad motivo para la agresión sexual?, la psicóloga Karen Vázquez Chéverez cuestiona algunos mitos en cuanto a la relación entre la sexodiversidad, la agresión sexual y nociones de moralidad. Vázquez Chéverez es socia activa de la Asociación de Psicología de Puerto Rico y nos comparte una lista de estrategias para reconocer e interrumpir narrativas y/o conductas de violencia. En el artículo, Divulgación: un asunto personal y político, Zulinette García discute cuan complicado puede ser el panorama de la divulgación; todo esto en el marco del hashtag y movimiento cultural #metoo. La diversidad de historias y experiencias que interpretan, procesan el cómo sobrevivir a las experiencias de agresión sexual, es tan

Biografía de la editora Celiany Rivera Velázquez ha explorado muy de cerca los movimientos de activismo LGBTT y de producción cultural cuir en Cuba, República Dominicana, Puerto Rico y en los Estados Unidos. Cursó su doctorado en Estudios de Comunicación, Medios & Cultura de la Universidad de Illinois entre el 2002 y el 2011. En el 2009 se mudó a la ciudad de Nueva York para trabajar en la Universidad de Nueva York (NYU), donde estuvo hasta el 2015. En NYU fungió como Directora del Centro de Estudiantes LGBTQ y como profesora de la Escuela de Trabajo Social. En el 2016 regresa a Puerto Rico a impartir varios cursos en la Universidad

del Sagrado Corazón y en la Universidad de Puerto Rico-Río Piedras. Desde junio del 2018 funge como la Coordinadora de Educación de la organización sin fines de lucro, Centro Ararat. Desde el 2016 es miembra del Consejo Asesor Internacional de Astraea y desde el 2017 de la Coordinadora Paz para la Mujer en Puerto Rico. Es parte de la red Women of Color Sexual Health Network y del Sexual Liberation Track de la National Gay and Lesbian Task Force, organizaciones en las que aboga por más oportunidades para la inclusión de las mujeres y personas cuir en los campos de la sexualidad, la sexología y la salud sexual.


CONTENIDO

amplia como la gama de personas que la han experimentado. García nos dice que hablar no es necesario u obligatorio, pero que quienes optan por divulgar su historia, usualmente lo hacen por una de tres razones: para provocar cambios políticos y personales; para servir de acompañantes a otras personas quienes han experimentado una agresión sexual y para dar visibilidad al tema de la violencia sexual. El cuarto lugar lo ocupa una nota de la Coordinadora Paz para la Mujer sobre el Centro LGBT de Puerto Rico. Se discuten algunas de sus iniciativas más recientes y se destacan los detalles para integrarse a las actividades del Centro dirigidas a la comunidad lésbica. Junto con esta selección de artículos, la Coordinadora Paz para la Mujer seleccionó varios poemas que demuestran el talento creativo de personas que se identifican como mujeres y lesbianas, pansexuales y/o cuir. Aquí se presentan los temas que le preocupan particularmente a nuestra clase artística. En el poema Bella Crisis de Angelía Mar Rivera Barreto, la voz lírica reclama su derecho al goce y promete no callarse contra las injusticias cometidas contra lxs vulnerables. Expandiendo en el tema de la vulnerabilidad, en este volumen se trabaja el efecto en la comunidad LGBTTQIA y de aliadxs de la masacre que ocurrió en la discoteca llamada Pulse en Orlando el 12 de junio de 2016 en la cual 49 personas fueron asesinadas y otras 58 resultaron heridas. Esa noche era Noche Latina en la discoteca Pulse, y alrededor del 90% de las víctimas pertenecían a la comunidad Latina. Aproximadamente 23 de las víctimas de este tiroteo masivo—uno de los más mortales en la historia estadounidense reciente—eran de ascendencia puertorriqueña. En los poemas publicado por Zulma Oliveras Vega (Pulsean por la Vida), la voz lírica expresan dolor y coraje por la pérdida desmedida de vidas en la masacre de Pulse, Orlando que nos trastocó a todxs. Confiamos que esta colección de escritos sea tierra fértil para reflexionar sobre la experiencia lésbica/queer/cuir a través del tiempo y el espacio, en el Caribe y más allá.

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DITORIAL EDITORIAL

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divulgación: un asunto personal y político

Lo que no se ve no existe: Retos de las lesbianas para hacernos visibles

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¿es la diversidad motivo para la agresión sexual?

EDITORIAL 15

¿Quiénes somos?

17ma. edicion Voz de Voces Septiembre 2018 Edición Celiany Rivera Velázquez

Coordinadora de Publicación: Leila Negrón Cintrón Arte Gráfico: Elite Series Group Inc.

integrante invitada: centro Lgbtt de puerto Rico

EDITE 10

bella crisis i por angelía mar Rivera barreto pulsean por la vida por Zulma oliveras vega

11-14 EDITORIAL

Coordinadora Paz para la Mujer, Inc. Coalición Puertorriqueña contra la Violencia Doméstica y la Agresión Sexual PO BOX 193008 San Juan, Puerto Rico Teléfono: 787-281-579 Fax: 787-767-6843 info@pazparalamujer.org www.pazparalamujer.org Este proyecto ha sido subvencionado por la propuesta número VAWA 2017 MUAX 0018 USDOJ- VAWA, ofrecida por la oficina de Violencia en Contra de las Mujeres del Departamento de Justicia Federal de los Estados Unidos. Las opiniones, hallazgos, conclusiones y recomendaciones expresadas en esta publicación/programa/exhibición son la de lo/as autora/es y no necesariamente reflejan la visiones del Departamento de Justicia Federal y el de la Oficina de Violencia en Contra de las Mujeres.

NOTA: La letra x es utilizada en la publicación como inclusivo del femenino y masculino de las palabras. Por ejemplo, en vez de niños y niñas, escribiremos niñxs.

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Olga Orraca Paredes En general, las lesbianas, al igual que los hombres gay, se mantienen dentro del clóset buscando escapar de las posibles consecuencias de los prejuicios, de esa forma creen mantenerse en un lugar seguro. Aunque hay una mayor apertura en la sociedad en general, la comunidad lésbica se enfrenta a instituciones opresoras y al discrimen. El sistema patriarcal, la violencia, los prejuicios, los estereotipos y la intolerancia a las diferencias son asuntos que impactan el bienestar de las personas en una sociedad, así como el acceso a servicios y al sistema de justicia, entre otras cosas. Es importante el reconocimiento y el respeto a las diversidades en nuestra sociedad como condición fundamental, previo al total reconocimiento de los derechos. Ese es el mayor reto. Las lesbianas nos enfrentamos a ese sistema de inequidad y opresión. Al discrimen y prejuicios por género se suma la desinformación y mitos sobre la orientación sexual, además de la lesbofobia. Ésta puede ser externa o interna. Entre las áreas de mayor discriminación debemos mencionar el acceso y calidad de los servicios de salud, los derechos sexuales y reproductivos, la custodia de hijas e hijos y el ámbito del trabajo. Las mujeres lesbianas sufrimos, al igual que tantas otras poblaciones, crímenes por prejuicio (los llamados crímenes de odio) en diferentes manifestaciones, siendo una de ellas la agresión sexual motivada por una orientación sexual que se considera amenazante. Es una forma violenta de que “aprendamos una lección” e incluso, para algunos, puede verse como una posibilidad de conversión. La invisibilidad aumenta las posibilidades de abuso y la inequidad, pero se habla poco de la comunidad lésbica, de su vida, de sus opresiones, de los logros como grupo organizado y de las mujeres que desarrollamos relaciones erótico-afectivas con otras mujeres. Los trabajos han sido y son cotidianos y muchos abordan las necesidades inmediatas a partir de lo individual y de lo colectivo. Es importante que se sepa: ¡somos diversas, nos ponemos viejas y estamos en todos sitios! No nos engañemos. La lesbofobia EXISTE aún en nuestros grupos “más seguros”, aún entre compañeras y compañeros en las “luchas”, aún en nuestras familias, en nuestras instituciones, en los círculos más cercanos. 4 / Coordinadora Paz para la Mujer

Lo que no se ve no existe: Retos de las lesbianas para hacernos visibles La visibilidad y el trabajo organizado de la comunidad lésbica, así como su abierta participación en distintos movimientos, vida pública y política del país es indispensable para adelantar la igualdad con otros sectores. La educación sobre nuestras realidades, así como el desarrollo de coaliciones son algunas de las herramientas para garantizar nuestro espacio en un ambiente de respeto, justicia y equidad. Hay que utilizar todos los foros, conocer el sistema, desarrollar estrategias, recabar apoyo y fomentar colaboraciones con distintos sectores de la sociedad civil. En estos difíciles días en que los fundamentalismos, el conservadurismo y la intolerancia dominan los gobiernos y las instituciones, y reconociendo como muchas

las identidades que nos hacen ser quienes somos, hay vigencia en la aseveración de que ningún movimiento por sí solo será capaz de lograr la eliminación de toda forma de opresión. Son necesarias las alianzas con otros movimientos sociales en búsqueda de reivindicaciones, es importante integrarse, pero “sin perderse”. Las lesbianas hemos estado ahí. A cada paso hemos estado presentes con fuerza política y de transformación. Activas, desde el feminismo y otros movimientos sociales y de justicia, desde la pluralidad de las comunidades LGBTT. Constantes… antes, durante y después de que estas comunidades se pusieran de moda o se nombren de múltiples formas. Y así, a través de los años,


salud, pobreza, violencia, acceso al sistema de justicia y dimensión laboral (trabajo o desempleo). No se pueden obviar nuestras diversas identidades y sus intersecciones (etnia, nacionalidad, raza, género, orientación sexual, identidad de género, entre otras). Esa combinación que nos acerca o aleja del poder y los privilegios. Las opresiones múltiples se ausentan en demasiadas ocasiones del análisis y la reflexión. Recordemos: si no se ve, no existe. Hay que garantizar el espacio y la responsabilidad de cuidarnos, de atendernos, de disfrutarnos, de sabernos, de reconocernos y de cuidar nuestras vidas. Es también nuestro derecho. Hablar de las lesbianas es también hablar de feminismos, de coloniaje, del sistema patriarcal, de intersecciones, de integración, de sororidad y solidaridad. Debemos recordar que en cada punto de “agenda” hay que tener consciencia de qué y quienes se quedan atrás (en derechos, en respeto y calidad de vida). Los trabajos y la solidaridad no pueden ser solo parte de un discurso políticamente correcto. Miremos, validemos y respetemos nuestra experiencia, tanto personal como colectiva. Esa mirada ha de ser una amplia, que abarque los retos, reconozca los miedos y también las posibilidades, la felicidad y el acompañamiento. BIOGRAFIA DE LA AUTORA

muchas participamos para llenar los espacios con propuestas. En demasiadas ocasiones invisibles, pero siempre presentes. Uno de los espacios públicos en que hemos trabajado, caminado y presentado nuestras cuerpas y reclamos es en las Paradas o Marchas de Orgullo. Estas actividades tienen origen como conmemoración y reconocimiento de los eventos de Stonewall en 1969, en la ciudad de Nueva York. Ese momento representó el cansancio de las comunidades LGBTT y el grito de ¡BASTA YA! Se convirtieron en espacio de visibilidad, de resistencia, de orgullo, de celebración. Es una oportunidad de educar y de exigir. Es absolutamente necesario visibilizar las experiencias para no perdernos en lo gene-

ral ni quedar invibles ante la mal llamada “comunidad” LGBTT. Esa “singularidad” que niega las diversidades y diferencias que queremos se tomen en cuenta en la sociedad general, pero que estamos dispuestos (así en masculino) a “sacrificar” en aras de una uniformidad que para algunos/as fortalece el reconocimiento de derechos. Resulta que en esa “única” comunidad hay varios grupos con particularidades que deben ser reconocidas y atendidas. Las comunidades lésbica, gay, bisexual, transgénero y transexual se enfrentan a retos similares, pero no somos iguales. Si observamos otros factores sociales que afectan nuestra vida hay que reflexionar en la falta de análisis transversal, ese en que se atraviesan temas como vivienda,

Puertorriqueña, lesbiana, feminista. Ha dedicado más de cuarenta años al trabajo comunitario mayormente en comunidades marginadas, siempre en defensa de los derechos humanos y la justicia social. Por más de dos décadas, además de participar en iniciativas amplias que aportan a construir una sociedad de paz, su prioridad ha sido la defensa de los derechos de las comunidades lésbica, gay, bisexual, transgénero y transexual (lgbtt). Co-fundó el Taller Lésbico Creativo, colectivo de lesbianas que utiliza el trabajo creativo como herramienta principal de trabajo y trabaja temas como la violencia doméstica, salud, conductas adictivas y sexualidad. Por muchos años coordinó la Coalición Orgullo Arcoiris, grupo que organiza la Parada de Orgullo Lésbico, Gay, Bisexual, Transgénero y Transexual de Puerto Rico. En su trayectoria ha sido integrante de un gran número de trabajos por la equidad desde diversos movimientos e iniciativas. Actualmente trabaja como facilitadora, consultora organizacional y adiestradora. Ha sido reconocida por su trabajo en diversas ocasiones en y fuera de su país. Entre sus principales temas de trabajo se encuentra el análisis interseccional y transversal, violencia, género, asuntos de salud (principalmente con la comunidad lésbica) y derechos de las comunidades LGBTT.

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Karen Vázquez Chéverez La respuesta es simple y contundente. No. Bajo ninguna circunstancia las diversidades sexuales son o deben ser justificación o motivo de agresión sexual. Sin embargo, la realidad nos muestra lo contrario. Se ha normalizado el uso de las diferencias como medida para justificar este y otros tipos de violencia. Ejemplo de esta realidad lo vemos en mitos y acciones en torno a las personas con diversidad funcional. Uno de los mitos que comúnmente se escucha es el que la persona con diversidad funcional provoca la agresión debido a su conducta sexual desviada. Este mito presenta la idea de que la diversidad funcional provoca una conducta sexual sin control, lo cual es totalmente desacertado. Otro mito, igual de insólito, es el que minimiza la agresión sexual hacia la persona con diversidad funcional y la proyecta como un favor sexual que la persona agresora le hace a la víctima. Este segundo mito parte de la premisa de que por su diversidad funcional nadie se va a fijar en ella/él. Por ende, no tendrán vida sexual activa. De esta manera, en este caso, se deslinda el sexo de la agresión. En los casos de las mujeres que se identifican en un espectro de identidades sexuales (lesbianas, bisexuales, mujeres que tienen sexo con mujeres, o cualquier otra etiqueta), también se ha justificado y normalizado la agresión sexual. En este caso es por circumstancias asociadas con la aparente inmoralidad de su conducta sexual. A las mujeres y los hombres con sexualidades, identidades y orientaciones sexuales diversas, les persigue el estigma de lo contra natura, lo patológico, el delito punible, el pecado, la abominación, burla o conducta diabólica. Por lo tanto, cuando ocurre la agresión sexual hacia una mujer con sexualidad diversa, muchas veces se entiende como algo merecido, provocado, o un castigo por su aparente inmoralidad. En estas circunstancias se relaciona la identidad sexual, de género u orientación sexual como una conducta merecedora de ser castigada o penalizada. En pleno siglo 21, en el cual nos promulgamos como muy abiertos y respetuosos de las diversidades sexuales, continuamos normalizando las mismas conductas violentas hacia lo diferente. Recientemente se escuchó mencionar a un ex reguetonero, quien funge como pastor actualmente, 6 / Coordinadora Paz para la Mujer

¿Es la diversidad motivo para la agresión sexual?


comparar la homosexualidad con delito/pecado. Pregunto, ¿la audiencia de esta figura pública, es significativa? ¿Qué veracidad le da esta audiencia al mensaje? ¿Cómo se difunde ese mensaje? ¿A cuántas personas llega? Quisiera pensar que son pocas personas y que no replican el mensaje escuchado sin antes educarse sobre el tema de las diversidades humanas. Mi realidad como activista me dice lo contrario. Darse la oportunidad de combatir la homoignorancia usualmente no es la primera opción y para muchos, ni tan siquiera es una opción a considerar. A raíz de esto se continúan con patrones de conductas agresivas sexualmente que dan por norma lo que no es. La violencia, indistintamente de la manera en que se manifieste no puede convertirse en la norma. Les dejo con esta reflexión: La agresión sexual hacia las mujeres con diversidad de orientación sexual e identidad de género trasciende los actos en los cuales se utiliza la fuerza física para someter. Incluye y también puede lastimar la integridad de la mujer: ●● si le llamas “puta”, promiscua, ligera o fácil porque ha tenido más de una pareja sexual ●● cuando la llamas pata, “marimacha” o “bucha” ●● cuando le atribuyes conductas sexuales desviadas como consecuencia de su orientación, identidad sexual o de género ●● cuando fomentas el que dos mujeres no manifiesten públicamente su afecto (como besarse o tomarse de la mano), porque esos comportamientos son feos, sucios e indignos ●● cuando utilizas los servicios de una trabajadora sexual y reconoces el derecho a lastimarla ●● cuando tocas su cuerpo sin su consentimiento, ●● cuando te burlas o minimizas su sexualidad ●● cuando atribuyes la violación a las faldas cortas o vestimenta que llevaba la víctima ●● cuando atribuyes la violación a su trabajo sexual ●● cuando haces o participas de chistes lesbofóbicos, bifóbicos o transfóbicos,

●● cuando te aprovechas de ella porque está bajo los efectos del alcohol, drogas legales o ilegales ●● cuando el sexo se da bajo amenazas de “sacarla del closet” ●● cuando fuerzas el encuentro sexual como una manera de defender tu masculinidad o femineidad ●● cuando firmas leyes en contra de los derechos humanos ●● cuando fomentas la heteronormatividad La sexualidad humana implica consentimiento, la agresión sexual implica someter, humillar y coaccionar. Consentir es un concepto jurídico que hace referencia a la AUTONOMÍA de la persona. Por tanto, expresa voluntad y permiso. La agresión sexual no reconoce ese derecho a determinar sobre su cuerpo, sensaciones y emociones y, de igual manera, lastima la salud emocional, física y sexual de la persona. La agresión sexual en todas sus manifestaciones actúa en contra de la salud sexual, vista esta, tal y como lo establece la Organización Mundial de la Salud como: “la integración de todos los aspectos de la sexualidad ya sean de carácter físicos, emocional, intelectual o social de manera que esto enriquezca y facilite el crecimiento de la personalidad, de la comunicación y el amor.” (OMS, 1974). Esta conducta sexual-agresiva interfiere negativamente con la capacidad para disfrutar de la actividad sexual de acuerdo con los principios y valores de cada cual y promueven temores, sentimientos de vergüenza y culpa que obstaculizan nuestra estabilidad emocional y afectan nuestras relaciones sexuales e interpersonales. ¿En qué lado de la cancha decides estar, en el de la persona victimaria o en la que respeta los derechos humanos indistintamente de las diferencias? Al momento de decidir por cual lado optarás, te invito a que reflexiones sobre la palabra AUTENTICIDAD. Mírate en el espejo y pregúntate cuan auténtic@ eres. BIOGRAFÍA DE LA AUTORA Karen Vázquez Chéverez es psicóloga, educadora y terapeuta sexual. También es socia activa de la Asociación de Psicología de Puerto Rico (APPR) y hasta enero 2018 fue la Coordinadora del Comité para la Promoción de la Salud Sexual de la misma.

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Zulinette García Existe ●● “Tenía un vecino, dos o tres años mayor que yo que me metía al baño y me tocaba mi vulva. Yo tendría como 8 años.” ●● “Mi esposo me violaba frente a mis hijos y me decía que tener sexo frente a ellos estaba bien, que era un asunto cultural. Yo soy venezolana y él puertorriqueño.”, ●● “Mi hermano mayor, cuando éramos pequeños, me miraba mientras me bañaba o cambiaba. Todo el tiempo estaba nerviosa porque me ligaban.” Estas pocas historias, de miles que he escuchado trabajando con mujeres y escuchando a amigas, son reales y más comunes de lo que quisiera. De 10 amigas, al menos 6 han tenido alguna experiencia de violencia sexual. También es un tema bien común entre las mujeres sobrevivientes de violencia doméstica a las que les doy servicio. En mi caso, durante 11 años mi padrastro me agredió sexualmente. Mi referencia sobre el tema de agresión sexual no es tan solo por las historias que he escuchado, sino que es personal. No discrimina. Hace poco estuvo presente en las redes la campaña #metoo. Por años las actrices de Hollywood y personalidades públicas habían experimentado acoso sexual y violencia sexual desde sus escenarios de trabajo; sin embargo, fue precisamente con la campaña que se logró un mayor nivel de visibilidad. Aquellas personas que veíamos tan lejanas, tan inaccesibles y tan especiales estaban teniendo experiencias similares a las nuestras. Así mismo, hemos visto campañas de divulgación de hombres que cuando niños fueron abusados por los sacerdotes de su iglesia. Este tipo de campaña es bien poderosa, pues para los hombres la divulgación sobre aspectos de masculinidad es muy fuerte y culturalmente no se les permite ese tipo de vulnerabilidad. La campaña #metoo permitió la alianza de mujeres y hombres en contra del acoso y violencia sexual, señalar a los agresores, apoderar a otras sobrevivientes y trazar la raya pública de ni una más. La referencia sobre el tema de agresión sexual se convierte en una política a partir de la divulgación. Duele. Pero un día deja de doler. Vivir una experiencia de agresión sexual es 8 / Coordinadora Paz para la Mujer

algo doloroso. Modifica y altera tu conexión con el mundo, tu confianza en la gente, tu capacidad de relacionarte con el entorno, la manera de interpretar tu seguridad, las memorias, el concepto del placer y tus estados de ánimo. Desarrollas maneras para procesar el evento y manejar la persona que eres a partir de esa experiencia. Hay mecanismos saludables y no saludables sobre los cuales tenemos que estar alertas. La individualidad de las formas en las que se interpretan, procesan y sobreviven las experiencias de agresión sexual es tan amplia como la diversidad de las personas que las experimentan. Ante todo, no hay una única receta para trabajar el proceso de sanación. Sin embargo, es importante tener la certeza de que es posible lograrlo y reconstruir la vida que se rompió. Es probable

que no vuelvas a ser la misma persona, pero ciertamente tendrás destrezas y herramientas diferentes que de seguro te ofrecerán más fortaleza. Esta referencia sobre la sanación y el dolor es algo personal. De eso sí se habla. El poder de las personas agresoras radicó en la vulnerabilidad y en el silencio de las víctimas. El silencio tiene razones valiosas para quienes sobrevivimos. De hecho, a veces es el silencio la razón por la que logramos sobrevivir. Sin embargo, también el silencio en ocasiones va acompañado de la vergüenza y la culpa que tienen raíces personales y políticas. En lo personal tiene que ver con mi interpretación sobre el cuerpo, la sexualidad, las creencias culturales o religiosas, sobre quién

Divulgación Un asunto personal y político


fue la persona agresora y la relación conmigo y qué fue lo que me discursó esa persona agresora y cómo una lo interpreta. En lo político se sustentan en una cultura machista que en ocasiones propone que la culpa de una violación es de la persona agredida por la ropa que llevaba puesta, o la hora en la que andaba en la calle o hasta de la mamá que no estaba pendiente de la hija. Ante un panorama de juicio popular, hablar sobre la experiencia de agresión sexual se convierte en una amenaza innecesaria que no se quiere asumir y con toda razón. Una de las cosas que aprendí en mi proceso de sanar y que es precisamente lo que me ha permitido hablar sobre mi experiencia públicamente, es que la vergüenza le pertenece al agresor y, de igual manera, la culpa. La responsabilidad, la culpa y la vergüenza son

de quien agrede sexualmente a otra persona y no de la persona que sobrevive la agresión. Una sobrevive como puede. Entonces hablar sobre agresión sexual no puede evitar ser personal y político. ¿Quiénes hablan? No debe existir un asunto valorativo sobre las personas que hablan de sus experiencias versus las que no hablan. La divulgación no se puede dar en un contexto simplista y plano. Hablamos quienes estamos listas, quienes no tendremos repercusiones sociales, políticas ni emocionales, quienes de alguna manera tenemos el privilegio de hacerlo. Hablar no nos hace mejores o peores, o más o menos valientes. Reconocer que hay personas que no pueden o deciden no hablar sobre sus experiencias también nos da información

valiosa sobre el impacto de la violencia sexual en la vida de la gente, sobre la carencia de espacios seguros o la carencia de recursos de apoyo apropiados. La divulgación o no divulgación son ambas decisiones personales y eso requiere un respeto político. ¿Para qué hablar? Yo hablo porque la historia me pertenece. Parte de asumir mi poder sobre mi experiencia de agresión sexual ha sido adueñarme de la historia; por lo tanto, decidí contarla. Por otro lado, nunca voy a olvidar a Carmen. Una mujer que narró su historia de agresión sexual en una conferencia a la que fui y a partir de eso yo decidí comenzar a trabajar emocionalmente con la sanación de mi experiencia. Si no hubiese sido por el efecto de compartir su historia quién sabe cuánto tiempo más hubiese tardado o si lo hubiera hecho del todo. Escuchar a otras personas contar su historia me hizo sentir acompañada. De pronto, no estaba sola y vulnerable. Descubrí con esas historias que había una posibilidad de recuperar el poder y de ubicar la vergüenza y la culpa donde correspondían, que no era conmigo. Yo hablo para provocar un cambio político, pero también personal, para acompañar a otras personas quienes han experimentado una agresión sexual, para dar visibilidad al tema de la violencia sexual y que podamos desarrollar estrategias de prevención, para orientar y disminuir el tabú. Yo hablo como un acto de poder. BIOGRAFÍA DE LA AUTORA Feminista y embelequera por decisión y convicción. Socióloga y consejera en salud mental de profesión. Tengo más de 10 años de experiencia en el trabajo con mujeres y comunidades. He hecho internados en Perú y Honduras con el tema de salud sexual y reproductiva y derechos sexuales y reproductivos. He trabajado en SIEMPREVIVAS, Taller Salud, Casa Protegida Julia de Burgos, el CAVV y actualmente laboro en la Oficina de Desarrollo Integral de las Mujeres del Municipio de San Juan. Soy tallerista independiente y trabajo temas no tradicionales sobre apoderamiento para las sobrevivientes de violencia machista. Co-fundadora de La Juntilla, un colectivo de activismo que estuvo activo durante los años 2008 al 2012. He participado en conferencias nacionales e internacionales hablando sobre el tema de trabajo con las comunidades, agresión sexual y salud sexual. Pertenezco al Movimiento Amplio de Mujeres desde sus inicios y permanezco activa. Tengo un compromiso personal y enorme con crear en mi rincón del mundo un ambiente libre de violencias para las mujeres y las niñas.

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Es el primer Centro Comunitario LGBTT de Puerto Rico, fundado en el 2011, con el propósito de ofrecer un espacio accesible a la Comunidad LGBTT. El centro es el primero y único en Puerto Rico en brindar ayuda Psicosocial, Consejería y Orientación a todas las personas de la comunidad sin importar el sexo, la identidad de género o la edad y cuenta con un equipo de trabajo sensible, confiable y, en su mayoría, perteneciente a la Comunidad LGBTT de Puerto Rico. La misión y compromiso de la organización es ayudar a fortalecer la identidad colectiva, promover la visibilidad y empoderar a sus miembros con el fin de lograr una mejor calidad de vida física, mental y espiritual sin limitaciones por orientación sexual o identidad de género. A la vez, promueve que la comunidad Lésbica, Gay, Bisexual, Transexual y Transgénero (LGBTT) viva abiertamente y con dignidad, trabajando hacia la aceptación e igualdad. Su norte es lograr una sociedad inclusiva, que celebre la diversidad y que todos gocemos 10 / Coordinadora Paz para la Mujer

Centro LGBTT de Puerto Rico de igual protección ante la ley. Entre los servicios que se ofrecen se encuentra la Consejería y Orientación, Psicoterapia y la Asesoría Legal. Además, están disponibles servicios Educativos y Comunitarios. Todos los servicios son gratuitos. Información sobre el Centro LGBTT de Puerto Rico y los servicios que ofrece los encuentra a través de la página web, http:// www.centrolgbttpr.org/ o en las redes sociales Facebook y Twitter. También puede escribir a la dirección de correo electrónico centrolgbttpr@gmail.com. o llame al (787) 294-9850.


Madre, fuente de agua viviente: ¿estás ahí? ¿me escuchas? ¿recuerdas cuando fuimos enteras desde tu cuerpo? Te amo pero esta noche habrá Bella Crisis pienso ir al party, anhelo tu cálida bendición aunque no lo superes. Temo al rechazo con permiso, compalabras hirientes. La patriarcalidá de nuestro apellido

ombilicado culillo se desmitifica en esta dulce petición. No sé mañana, si despierte a ver tu status, si amanezco muertx si algún espécimen desalmado me arrebatase las alas ¿lo consentirías? ¿me seguirías escuchando? Espero no sea muy tarde para que envíes tus santas energías de verdoso esplendor esperanzado

beLLa cRisis i

Poemas de angelía mar rivera Barreto

beLLa cRisis ii Tras el baile fortuito de la noche encuentro virtuoso de excesos necesarios. Somos los cuerpes que ansiamos y no callan, así vamos en la noche. Somos fieras al andar pidiendo besos de piquito bailando toda la noche perifollada desde la pista al patio. Existimos Coordinadora Paz para la Mujer / 11


Quien puede vivir así después del daño catastrófico Ay, María No llegan los suministros. Mi voz no es la que quiero reconocer Necesito las pepas No las tengo si no llego a San Juan ¡Qué miembro de pechos encadenados a esta torre toráxica que se desmorona en mis sueños! Me muevo en negación las hormonas expiraron este carácter está más depresivo que el próximo septiembre

incieRta natuRa

Incierta natura condena montañas inundadas al agobio del instante transitorio buscando otra piel Las cruces de mi ser anhelado en agonía retrógrada por la carencia al internet a la luz eléctrica al agua Esta tela en la que suelo respirar le hace falta recursos para habitar mejor desde su amor transliberal incomprendido en vías de florecer Ay, María Qué pecho de vida a la que me enfrento sin accesos Ay

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Foto Misael Rodríguez Quijano


¿seRemos?

¿Seremos bombas de tiempo mientras respiramos? Nuestras celebradas vidas valen Persisten ante los asesinatos de odio e injusticia. Nuestro activismo es respirar cada momento ¿Quién osó abrir mis piernas para ver mi sexo y asignarme color, forma, lazo y religión? ¿Quién se cree él para señalarme de altanera? ¿Quién se cree ella para callarme? ¿Acaso espero a que me linchen so pena de ser recordada? ¿Promover un país o una comunidad invadida por su gobierno criminal de calles ultraprotegidas bajo el terror policial? ¿cuántos tiros debo recibir para enmendar el dolor por querer un canto de tierra más ponymágico? BIOGRAFÍA DE LA AUTORA Angelía Mar Rivera Barreto (1991) Poeta, parcelera, cuir y cat lover. Realizó su bachillerato en Teoría del Arte, UPR Mayagüez (2014). Publicó en el taller independiente la Impresora su primer poemario Posando Desnuda (2017). Al momento trabaja en Guayama

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Pulsean por la vida Zulma Oliveras Vega

BIOGRAFÍA DE LA AUTORA Zulma Oliveras Vega (1970), oriunda de “la cuidad de las lomas” San Germán, Puerto Rico. Poeta y Activista LGBT. Especialista en Apoderamiento Social con comunidades marginadas en Coordinadora Paz para la Mujer.

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Pulsean por la vida cuerpos que se convierten en chalecos a prueba de balas para salvar matrimonios, corazones quebrados expropian madres heroínas que a Pulse no regresarán a bailar pulsos se detienen como baterías acabadas el reloj de su ayer detiene al tiempo celulares pulsan vibran timbres gritan desesperados entre sangre muda, de respuestas rapta vidas sin el consentimiento de un Dios que no posee pulso mente capitalista homofóbica odio acelerado como taquicardia un verano infernal de latidos que terminan cobijándose en mis pulsaciones y así resucita la esperanza la insurgencia contra crímenes de odio pulseo entre la vida y la muerte busco un ganador pulsearé con la existencia hasta bañarnos de justicia.


¿Quiénes somos?

Coordinadora Paz para las Mujeres, Inc. (CPM) es una Coalición integrada por alrededor de treinta y cinco (35) organizaciones y miembros individuales que reconocen y defienden los derechos de las mujeres y desarrollan servicios, investigaciones y trabajos en torno al tema de la violencia que afecta a las mujeres por razón de género. Actualmente integran la Coalición: ●● Albergues para sobrevivientes de violencia doméstica y sus hijas e hijos ●● Centros de servicios no residenciales para víctimas de violencia doméstica y agresión sexual ●● Organizaciones feministas, feministas en su carácter individual y activistas de derechos humanos ●● Universidades ●● Organizaciones gubernamentales que respaldan la filosofía de CPM Nuestra misión Fortalecer la equidad de género y los derechos humanos en coordinación con integrantes y la comunidad. Visión Una nación libre de violencias Coordinadora Paz para las Mujeres provee: ●● Educación a la comunidad ●● Asistencia técnica a organizaciones ●● Apoyo a través de referidos para sobrevivientes de violencia de género y agresión sexual. ●● Servicios educativos enfocados en poblaciones sub atendidas ●● Servicios de apoyo en política pública ●● Colaboraciones interagenciales ●● Campañas educativas ●● Periódico Voz de Voces, Programa Radial Paz para Ti ●● Videos y materiales educativos Integrantes Coordinadora Paz para la Mujer, Inc. Albergues ●● Casa de la Bondad (Humacao): (787)

852-7265 (787) 852-2087 ●● Casa Protegida Julia de Burgos (San Juan): (939) 265-6853 (787) 548-5290 ●● Casa Protegida para Mujeres y Niños, CAPROMUNI (Arecibo): (787) 8802272 ●● Casa Protegida para Mujeres y Niños, CAPROMUNI 2 (Mayagüez) (787) 8312272 ●● Hogar Nueva Mujer (Cayey): (787) 2636473, (787) 263-8980 ●● Hogar Ruth (Vega Alta): (787) 883-1805, (787) 883- 1884, (787) 792-6596, (787) 360-3319 24 horas ●● La Casa de Todos (Juncos): (787) 7345511, (787) 734-3132 Centros de Servicios ●● Asociación Cristiana Femenina de Puerto Rico, YWCA: (San Juan): (787) 724-1037 ●● Casa Juana Colon Apoyo y Orientación a la Mujer, Inc. (Comerio): ●● Casa Julia de Burgos (Ponce):(787) 2844303 ●● Casa Pensamiento Mujer del Centro, (Aibonito): (787) 735-6698 ●● Centro Comunitario LGBTT De Puerto Rico (San Juan): (787) 294-9850 ●● Centro de la Mujer Dominicana (San Juan): (787) 772-9251 ●● Iniciativa Comunitaria (San Juan) (787) 787-250-8629 x 501-503 ●● Oficina para la Promoción y el Desarrollo Humano, OPDH (Arecibo): (787) 817-6951 ●● Mujeres de Islas (Culebra): (787) 4133436, mujeresdeislas@gmail.com ●● Pro familias (San Juan): (787) 765- 7373, (787) 766-0000 ●● Proyecto Criando para la Paz (San Juan):787-765-7899 787-765-7895 ●● Taller Salud (Loíza): (787) 876-3440 (787) 256-7568 Centros de Servicios Gobierno Violencia Domestica y Agresión Sexual ●● Centro de Ayuda a Víctimas de Violación, CAVV, Línea de emergencia: (787) 7652285 ●● ODIM -Oficina para el Desarrollo In-

tegral de las Mujeres (San Juan): (787) 480-6831 (787) 480-6832 ●● RAMA-Programa Asuntos de Mujer, Gobierno Municipal Autónomo de Carolina: (787) 701-2395 Organizaciones ●● Alianza de Puerto Rico contra la Trata Humana (San Juan): (787) 528-1550 ●● Amnistía Internacional, Sección de Puerto Rico, Comité de Género (San Juan): 787-763-8318 ●● Feministas en Marcha (San Juan): (787) 753-6430 ●● Organización Puertorriqueña de la Mujer Trabajadora (San Juan) (787) 374-8348 Universidades ●● Pro Bono VIVID, Facultad de Derecho, Universidad de Puerto Rico en San Juan: probonovivid@gmail.com ●● Programa Prevención de Violencia hacia las Mujeres UPR (Humacao): (787) 8500000 x9629 ●● Proyecto Apoyo a Mujeres Sobrevivientes de Violencia Doméstica: Siempre Vivas, UPR (Mayagüez) Prof. Luisa Seijo:(787) 390-3378, Nancy Toro Carlo (787) 538-0632 ●● Proyecto Construyendo Equidad de Géneros, UPR- Carolina: (787) 257-0000 ext. 4799, 4709 ●● Proyecto de Estudios de las Mujeres Pro – Mujeres, UPR Cayey (787) 738- 2161 ext 2490,2091 ●● Puerto Rico Health Justice, (Centro Salud y Justicia), Escuela de Medicina San Juan Bautista (Caguas): ( 787) 743-3038 Ext. 3210 ●● Centro Mujer y Salud, Recinto de Ciencias Médicas, Universidad de Puerto Rico, Teléfonos: 787-758-2525, Ext. 1368, 2284 Te invitamos a que conocer más de nuestra organización a través de: ●● Web: www.pazparalamujer.org ●● Facebook: Paz Mujer ●● You Tube: pazmujer’s channel ●● Twitter: @pazparalamujer

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