AGENDA PARROQUIAL: 21 LUNES • 19 h: Misa 22 MARTES • 19 h: Misa 23 MIÉRCOLES • 19 h: Misa 24 JUEVES • 24 h: Misa de Nochebuena 25 VIERNES Navidad • 9’30 h: Misa • 12 h: Misa • 19 h: Misa 26 SÁBADO (Esteban, protomartir) • 19 h: Misa 27 DOMINGO Sagrada Familia • 9’30 h: Misa • 12 h: Misa • 19 h: Misa
ORACIÓN DE NOCHEBUENA La siguiente oración, es una oración se puede rezar el día 24 de Diciembre en la cena de Navidad...
"Hoy, Nochebuena, tenemos, de manera especial y como centro de nuestra familia a Jesucristo, nuestro Señor. Vamos a encender un cirio en medio de la mesa para que ese cirio nos haga pensar en Jesús y vamos a darle gracias a Dios por habernos enviado a su Hijo Jesucristo. Gracias Padre, que nos amaste tanto que nos diste a tu Hijo. Señor, te damos gracias. Gracias Jesús por haberte hecho niño para salvarnos. Señor, te damos gracias. Gracias Jesús, por haber traído al mundo el amor de Dios. Señor, te damos gracias. Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que Dios nos ama y que nosotros debemos amar a los demás, Señor, te damos gracias. Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que da más alegría el dar que el recibir, Señor, te damos gracias. Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que lo que hacemos a los demás te lo hacemos a Ti. Señor, te damos gracias. Gracias María, por haber aceptado ser la Madre de Jesús. María, te damos gracias. Gracias San José, por cuidar de Jesús y María. San José, te damos gracias. Gracias Padre por esta Noche de Paz, Noche de Amor, que Tú nos has dado al darnos a tu Hijo, te pedimos que nos bendigas, que bendigas estos alimentos que dados por tu bondad vamos a tomar, y bendigas las manos que los prepararon. Niño Dios, tú que llegaste al mundo para salvar, te pido años de paz. Niño Dios, tú que naciste en un pesebre, te pido que no haya más miserias en el mundo. Niño Dios, tu que naciste de una madre virgen, te pido pureza en este mundo. Niño Dios, tu que eres salvador, sálvanos de los desastres que nos provoca la naturaleza. Niño Dios, tú que nos diste la vida para vivirla, que la vivamos de acuerdo a tu gloriosa vida. ¡Amén!."
Misericordiae Vultus BULA DE CONVOCACIÓN DEL JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA S.S. PAPA FRANCISCO
18. Durante la Cuaresma de este Año Santo tengo la intención de enviar los Misioneros de la Misericordia. Serán un signo de la solicitud materna de la Iglesia por el Pueblo de Dios, para que entre en profundidad en la riqueza de este misterio tan fundamental para la fe. Serán sacerdotes a los cuales daré la autoridad de perdonar también los pecados que están reservados a la Sede Apostólica, para que se haga evidente la amplitud de su mandato. Serán, sobre todo, signo vivo de cómo el Padre acoge cuantos están en busca de su perdón. Serán misioneros de la misericordia porque serán los artífices ante todos de un encuentro cargado de humanidad, fuente de liberación, rico de responsabilidad, para superar los obstáculos y retomar la vida nueva del Bautismo. Se dejarán conducir en su misión por las palabras del Apóstol: « Dios sometió a todos a la desobediencia, para tener misericordia de todos » (Rm 11,32). Todos entonces, sin excluir a nadie, están llamados a percibir el llamamiento a la misericordia. Los misioneros vivan esta llamada conscientes de poder fijar la mirada sobre Jesús, « sumo sacerdote misericordioso y digno de fe » (Hb 2,17). Pido a los hermanos Obispos que inviten y acojan estos Misioneros, para que sean ante todo predicadores convincentes de la misericordia. Se organicen en las Diócesis “misiones para el pueblo” de modo que estos Misioneros sean anunciadores de la alegría del perdón. Se les pida celebrar el sacramento de la Reconciliación para los fieles, para que el tiempo de gracia donado en el Año jubilar permita a tantos hijos alejados encontrar el camino de regreso hacia la casa paterna. Los Pastores, especialmente durante el tiempo fuerte de Cuaresma, sean solícitos en invitar a los fieles a acercarse « al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia » (Hb 4,16).
Hoja Parroquial Parroquia de la La Inmaculada y San Pedro Pascual de Jaén
REMA Domingo IV de Adviento
20 de diciembre de 2015
Ciclo C
Rasgos de María
¡Qué alegría saber que vienes! Me ha dado un vuelco el corazón. ¡Qué alegría cuando he sabido que la madre de Jesús, mi Señor, se ha puesto en camino y viene a visitar mi vida y la de todos sus hijos! Y me he dicho: dejaré la casa como está ahora mismo, un poco desordenada y sucia, un poco triste y un poco sola de estar tantos años cerrada. ¡Nada de mentiras y disimulos! Le esperaré con la puerta abierta de par en par, y le diré, cuando llegue: ¡Qué alegría, Madre! ¡Cómo es posible que la madre de Jesús, mi Señor, venga hasta mi casa! Y ya no podré articular más palabras, solo habrá alegría, mucha alegría y lágrimas.
Parroquia de la Inmaculada y San Pedro Pascual Carretera de Jabalcuz, 2 23002 - JAÉN 953 23 11 08 parroquiasanpedropascual@gmail.com www.facebook.com/inmaculadaysanpedropascual
La visita
de María a Isabel le permite al evangelista Lucas poner en contacto al Bautista y a Jesús antes incluso de haber nacido. La escena está cargada de una atmósfera muy especial. Las dos van a ser madres. Las dos han sido llamadas a colaborar en el plan de Dios. No hay varones. Zacarías ha quedado mudo. José está sorprendentemente ausente. Las dos mujeres ocupan toda la escena. María que ha llegado aprisa desde Nazaret se convierte en la figura central. Todo gira en torno a ella y a su Hijo. Su imagen brilla con unos rasgos más genuinos que muchos otros que le han sido añadidos posteriormente a partir de advocaciones y títulos más alejados del clima de los evangelios. María, «la madre de mi Señor». Así lo proclama Isabel a gritos y llena del Espíritu Santo. Es cierto: para los seguidores de Jesús, María es, antes que nada, la Madre de nuestro Señor. Este es el punto de partida de toda su grandeza. Los primeros cristianos nunca separan a María de Jesús. Son inseparables. «Bendecida por Dios entre todas las mujeres», ella nos ofrece a Jesús, «fruto bendito de su vientre». María, la creyente. Isabel la declara dichosa porque «ha creído». María es
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grande no simplemente por su maternidad biológica, sino por haber acogido con fe la llamada de Dios a ser Madre del Salvador. Ha sabido escuchar a Dios; ha guardado su Palabra dentro de su corazón; la ha meditado; la ha puesto en práctica cumpliendo fielmente su vocación. María es Madre creyente. María, la evangelizadora. María ofrece a todos la salvación de Dios que ha acogido en su propio Hijo. Esa es su gran misión y su servicio. Según el relato, María evangeliza no solo con sus gestos y palabras, sino porque allá a donde va lleva consigo la persona de Jesús y su Espíritu. Esto es lo esencial del acto evangelizador. María, portadora de alegría. El saludo de María contagia la alegría que brota de su Hijo Jesús. Ella ha sido la primera en escuchar la invitación de Dios: «Alégrate… el Señor está contigo». Ahora, desde una actitud de servicio y de ayuda a quienes la necesitan, María irradia la Buena Noticia de Jesús, el Cristo, al que siempre lleva consigo. Ella es para la Iglesia el mejor modelo de una evangelización gozosa.