Hoja Parroquial
AGENDA PARROQUIAL: 5 LUNES • 19 h: Misa 6 MARTES • 19 h: Misa 7 MIÉRCOLES • 17 h: Cáritas • 17’30 h: Legión de María • 19 h: Misa 8 JUEVES • 18 h: Adoración al Santísimo • 19 h: Misa • 19’30 h: Lectura orante con el Evangelio 9 VIERNES • 18:30 h: Via Crucis • 19 h: Misa • 22 h: Comienzan las 24 h con el Señor en la Catedral 10 SÁBADO • 12 h: Catequesis con padres • 17 h: Turno de adoración de nuestra parroquia en las 24 h con el Señor • 19 h: Misa 11 DOMINGO 4 de Cuaresma • 9’30 h: Misa • 12 h: Misa • 19 h: Misa
Recuerda: El fin de semana del 10 y 11 de marzo tenemos COLECTA EXTRAORDINARIA PARA LA PARROQUIA. El sábado día 10 de marzo, de 17 a 18 h, nuestra parroquia se encarga de la adoración al Santísimo en la Catedral, por la celebración de las 24 h con el Señor. Del 11 al 18 de marzo: Campaña de recogida de Aceite y Leche con destino a la Despensa de Cáritas Interparroquial de Jaén.
REMA Inmaculada y San Pedro Pascual de Jaén
También en el siglo IV: la Navidad y la Epifanía Junto con la Cuaresma, la Semana Santa, la Ascensión y Pentecostés, de las que he‐ mos hablado en otro apartado, en el siglo IV tiene lugar también la incorporación de las fiestas de la Navidad y la Epifanía. Todos los tiempos y fiestas que se habían incorpo‐ rado en aquel momento giraban en torno a la Pascua y por tanto dependían de las va‐ riaciones del día de Pascua, que se calcula según el calendario lunar. Ahora, estas nue‐ vas fiestas se fijan en unas fechas concretas del calendario solar. Y esto hace que, mien‐ tras todas las otras celebraciones varían de fecha cada año, las del ciclo de Navidad, en cambio, se celebran en un día fijo. ¿Cómo nacen estas fiestas? Hacía ya tiempo que dentro de la comunidad cristiana se había ido forjando el deseo de celebrar el inicio de la presencia del Señor en medio de la historia humana. Y en el siglo IV este de‐ seo pasa ya a concretarse en el calendario litúrgico. Eran épocas de discusiones duras con los arrianos, que negaban la divinidad de Jesús, y por tanto celebrar que Dios se había hecho hombre era una manera de reivindicar gozosamente esta divinidad cuestionada. Y, junto a ello, había también el hecho de que en los días del solsticio de in‐ vierno se celebraban en muchos lugares fiestas en honor del Sol, considerado como una divinidad por el sector de la población que aún seguía en el paganismo. Por tanto, situar en los días de estas fiestas del Sol la celebración de la venida al mundo del Sol verdadero, Jesús, era una buena manera de unirlo todo: la afirmación de la divinidad de Jesús y la reivindicación de la fe cristiana ante el paganismo. Y así es como nace, en Roma, la fiesta de Navidad, el 25 de diciembre, y en Oriente, la fiesta de la Epifanía, el 6 de enero. Las dos fiestas celebran lo mismo: que Dios se ha hecho hombre en aquel niño de Belén, que Dios ha venido a compartir nuestra historia humana, y que se ha querido manifestar como luz y vida para todos. Sin embargo, con el transcurrir del tiempo y a medida que las diversas liturgias incor‐ poraron las dos fiestas, la del 25 de diciem‐ bre adquirió más el carácter de fiesta del na‐ cimiento de Jesús y de la manifestación a los pastores, y la del 6 de enero la de la ma‐ nifestación de Jesús a todos los pueblos de la tierra, representados en aquellos sabios extranjeros que llegan de Oriente.
Domingo 3 de Cuaresma
4 de marzo de 2018
Ciclo B
Baja de la cruz, sal a la calle. Baja de la cruz, sal a la calle, donde está la vida, donde está la gente; la gente que necesita ser feliz y hacer felices a los demás. La gente que sueña sueños imposibles, pero que algún día se realizaran porque un mundo mejor es posible. Es posible que, aunque podemos equivocarnos, nuestra capacidad de crear otros mundos posibles es necesaria ponerla en marcha y tener esperanza, ya que, gracias a la ternura que nos manifiestan los pequeños, nacen a una vida que no conocen, pero continúan mirándonos buscando complicidad y esperanza en que llegaremos a darles todo lo necesario para una vida digna en la que ellos volverán a realizar sus sueños. Parroquia de la Inmaculada y San Pedro Pascual Carretera de Jabalcuz, 2 23002 - JAÉN 953 23 11 08 parroquiasanpedropascual@gmail.com www.facebook.com/inmaculadaysanpedropascual
nº 91
El culto H a y a l g o alarmante en al dinero nuestra socie-
sobre la libertad, la justicia o la solidaridad, apenas cree en otra cosa que no sea el dinero.
John K. Galbraith, el gran teórico del capitalismo moderno, describe así el poder del dinero en su obra La sociedad opulenta: el dinero «trae consigo tres ventajas fundamentales: primero, el goce del poder que presta al hombre; segundo, la posesión real de todas las cosas que pueden comprarse con dinero; tercero, el prestigio o respeto de que goza el rico gracias a su riqueza».
No estamos acostumbrados los cristianos a la imagen violenta de un Mesías fustigando a las gentes. Y, sin embargo, esa es la reacción de Jesús al encontrarse con hombres que, incluso en el templo, no saben buscar otra cosa que no sea su propio negocio.
dad que nunca denunciaremos bastante. Vivimos en una civilización que tiene como eje de pensamiento y criterio de actuación la secreta convicción de que lo importante y decisivo no es lo que uno es, sino lo que uno tiene. Se ha dicho que el dinero es «el símbolo e ídolo de nuestra civilización» (Miguel Delibes). Y de hecho son mayoría los que le rinden su ser y le sacrifican toda su vida.
Cuántas personas, sin atreverse a confesarlo, saben que en su vida, en un grado u otro, lo decisivo, lo importante y definitivo, es ganar dinero, adquirir un bienestar material, lograr un prestigio económico. Aquí está sin duda una de las quiebras más graves de nuestra civilización. El hombre occidental se ha hecho en buena parte materialista y, a pesar de sus grandes proclamas
Y, sin embargo, hay poca gente feliz. Con dinero se puede montar un piso agradable, pero no crear un hogar cálido. Con dinero se puede comprar una cama cómoda, pero no un sueño tranquilo. Con dinero se pueden adquirir nuevas relaciones, pero no despertar una verdadera amistad. Con dinero se puede comprar placer, pero no felicidad. Pero los creyentes hemos de recordar algo más. El dinero abre todas las puertas, pero nunca abre la puerta de nuestro corazón a Dios.
El templo deja de ser lugar de encuentro con el Padre cuando nuestra vida es un mercado donde solo se rinde culto al dinero. Y no puede haber una relación filial con Dios Padre cuando nuestras relaciones con los demás están mediatizadas solo por intereses de dinero. Imposible entender algo del amor, la ternura y la acogida de Dios cuando uno solo vive buscando bienestar. No se puede servir a Dios y al Dinero.