AGENDA PARROQUIAL: 5 LUNES • 19 h: Misa 6 MARTES • 19 h: Misa 7 MIÉRCOLES (Ntra. Sra. del Rosario) • 17 h: Equipo de Cáritas • 17’30 h: Legión de María • 19 h: Misa 8 JUEVES • 19 h: Misa • 20 h: Oración Vocacional en el Seminario 9 VIERNES • 16’30 h: Catequesis • 19 h: Misa • 19’30 h: Reunión del Consejo Parroquial 10 SÁBADO • 11 h: Catequesis • 12 h: Catequesis • 19 h: Misa • 20 h: Adoración Nocturna 11 DOMINGO (28 Tiempo Ordinario) • 9’30 h: Misa • 11 h: Catequesis • 12 h: Misa • 19 h: Misa Su fiesta fue instituida por el Papa san Pío V el 7 de Octubre, aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la Batalla naval de Lepanto (1571), atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del rosario. La celebración de este día es una invitación para todos a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios. Desde el principio de la Iglesia, los cristianos rezan los salmos como lo hacen los judíos. Más tarde, en muchos de los monasterios se rezan los 150 salmos cada día. Los laicos devotos no podían rezar tanto pero querían según sus posibilidades imitar a los monjes. Ya en el siglo IX había en Irlanda la costumbre de hacer nudos en un cordel para contar, en vez de los salmos, las Ave Marias. Los misioneros de Irlanda más tarde propagaron la costumbre en Europa y hubieron varios desarrollos con el tiempo.
Misericordiae Vultus BULA DE CONVOCACIÓN DEL JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA S.S. PAPA FRANCISCO 3. Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre. Es por esto que he anunciado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes.
Hoja Parroquial Parroquia de la La Inmaculada y San Pedro Pascual de Jaén
REMA Domingo 27 del Tiempo Ordinario
Lo masculino y lo femenino
El Año Santo se abrirá el 8 de diciembre de 2015, solemnidad de la Inmaculada Concepción. Esta fiesta litúrgica indica el modo de obrar de Dios desde los albores de nuestra historia. Después del pecado de Adán y Eva, Dios no quiso dejar la humanidad en soledad y a merced del mal. Por esto pensó y quiso a María santa e inmaculada en el amor (cfr Ef 1,4), para que fuese la Madre del Redentor del hombre. Ante la gravedad del pecado, Dios responde con la plenitud del perdón. La misericordia siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona. En la fiesta de la Inmaculada Concepción tendré la alegría de abrir la Puerta Santa. En esta ocasión será una Puerta de la Misericordia, a través de la cual cualquiera que entrará podrá experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza. El domingo siguiente, III de Adviento, se abrirá la Puerta Santa en la Catedral de Roma, la Basílica de San Juan de Letrán. Sucesivamente se abrirá la Puerta Santa en las otras Basílicas Papales. Para el mismo domingo establezco que en cada Iglesia particular, en la Catedral que es la Iglesia Madre para todos los fieles, o en la Concatedral o en una iglesia de significado especial se abra por todo el Año Santo una idéntica Puerta de la Misericordia. A juicio del Ordinario, ella podrá ser abierta también en los Santuarios, meta de tantos peregrinos que en estos lugares santos con frecuencia son tocados en el corazón por la gracia y encuentran el camino de la conversión. Cada Iglesia particular, entonces, estará directamente comprometida a vivir este Año Santo como un momento extraordinario de gracia y de renovación espiritual. El Jubileo, por tanto, será celebrado en Roma así como en las Iglesias particulares como signo visible de la comunión de toda la Iglesia.
4 de octubre de 2015
Ciclo B
Se ha iniciado el perído de inscripción para recibir las catequesis de preparación para confirmarse. Interesados, preguntar en la parroquia.
Parroquia de la Inmaculada y San Pedro Pascual Carretera de Jabalcuz, 2 23002 - JAÉN 953 23 11 08 parroquiasanpedropascual@gmail.com www.facebook.com/inmaculadaysanpedropascual
L os seres hu-
manos tenemos muy marcado nuestro futuro por el lugar de nuestro nacimiento y por el modelo de familia en la que hemos venido al mundo. Con el paso del tiempo nos vamos haciendo conscientes de que también el tipo de relaciones que tenemos con personas concretas nos ayuda a seguir esa dirección o a cambiarla. Esto nos ha sucedido a algunos varones cuando hemos tenido la dicha de encontrarnos con mujeres que nos han tratado como iguales en dignidad y en responsabilidades. Y, si además has podido ver a tu alrededor que eso sucedía en otras personas, sientes lo que se pierden algunos hombres que no admiten la igualdad de sexos. Los primeros años de nuestra vida transcurrieron fundamentalmente en el hogar donde siempre estaba nuestra madre y nuestras hermanas, que salían menos que los chicos; los pequeños jugando fuera de casa y los mayores trabajando con el padre. Todos los trabajos de la casa y la educación de los hijos era tarea de las mujeres; los hombres sólo comían y dormían en la casa, lo demás lo hacían fuera de la misma. Incluso en los lugares públicos: la plaza, los bares, la iglesia los pisaban por separado. No éramos iguales en nada. Así el otro sexo se convertía en algo miste-
nº 2
rioso que, a determinada edad, sentías que te atraía y, más adelante, deberías elegir a alguien que te gustase para casarte. En esas etapas intermedias: la adolescencia y la juventud, unas mujeres eran asombrosamente perfectas (la madre y las hermanas) y las otras podían ser, en fin… casi eran convertidas en objeto de burla, de deseo, de investigación y de querer preguntar y no atreverte; sólo a hacer oreja cuando las personas mayores hablaban bajito, entre ellas, pensando que no les oíamos. Y cuando menos lo esperas acontece el encuentro con alguien que se pone a caminar a tu lado, que habla de las cosas que tu sabes y que te descubre otras que ni siquiera las habías pensado. Y, un día, te coge de la mano y la sientes muy adentro; y caminas junto a ella sin decir palabra pero haciendo el mismo camino. Y, luego te la encuentras y te dice: “ayer estuve muy a gusto a tu lado”. Y te la quedas mirando, sin decir palabra, ya estás en su vida. Y, poco a poco, vas encontrando en ti mismo cosas que te habían dicho eran propias del otro sexo: la ternura, las caricias, las emociones, la acogida del diferente, el rubor, las lágrimas, etc. Y tú mismo vas completando y desarrollando tu propia persona con la ayuda de otra persona a la que tú también la vas ayudando a encontrar en ella lo que tampoco ella sola había encontrado. Álvaro Franch
“La Iglesia reconoce el indispensable aporte de la mujer en la sociedad, con una sensibilidad, una intuición y unas capacidades que suelen ser más propias de las mujeres que de los varones. Reconozco con gusto cómo muchas mujeres, contribuyen al acompañamiento de personas, de familias o de grupos y brindan nuevos aportes a la reflexión teológica. Pero todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia” Evangelii Gaudium