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El periodismo como arma contra la ignorancia

Acroarte, a través de su división editorial, publica el primer volumen de «Arte nacional», una compilación de la influyente columna de Joseph Cáceres.

PAÍS POLÍTICO @paispoliticodr

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El periodista que acumula más experiencia en la rama del arte, la cultura y el entretenimiento, Joseph Cáceres, tiene este año dos razones para celebrar por todo lo alto: la celebración de medio siglo de su influyente columna «Arte Nacional», que salió por primera vez el 3 de julio en el vespertino El Nacional de ¡Ahora! y la publicación a cargo de la Asociación de Cronistas de Arte del primer volumen que compila un primer año de la misma.

Arte Nacional – Vol. 1 (1973 –enero 1974) es un valioso aporte de la pujante Acroarte Editorial que se inauguró el año pasado con la publicación del libro Tres décadas de historia: los Premios Soberano y Acroarte, departamento a través del cual la institución seguirá difundiendo, promoviendo y enalteciendo el arte y la cultura dominicana.

El acto de puesta en circulación de este libro se llevó a cabo en la sala Aída Bonelly del Teatro Nacional en medio de remembranzas de aquellas columnas escritas por el expresidente de Acroarte

Joseph Cáceres, de parte de figuras que Cáceres vió nacer en el arte como Fernando Villalona, Pochy Familia, Domingo Bautista, Niní Cáffaro, Amaury Sán-

THE WHALE El peso de la obesidad

FICHA TÉCNICA chez, Beba Rojas, Ingrid López, René Solís, entre otros.

The Whale. 2022.

Dir.: Darren Aronofsky.

ADarren Aronofsky (Brooklyn, 1969) le seducen los problemas existenciales de la gente. Las paranoias, como las recreó en 1998 en Pi, su primer largometraje. La drogadicción, como vimos en Requiem for a Dream, en el 2000. La resignación, paso de transición emocional de un luchador (The Wrestler, 2008) que trata de iniciar una nueva vida fuera del ring. La rivalidad y la obsesión, como se manifiesta en la estupenda Cisne negro (2010) y ahora más reciente el peso de la obesidad, en The Whale (La ballena), título que grafica a la perfección la enfermedad de su protagonista.

«Esta publicación provoca un gran regocijo en la familia acroartista debido a la importancia de recoger en una obra estos textos que van meas allá de la típica columna de espectáculos: es una radiografía artística».

Emelyn Baldera, presidente de Acroarte, expresó entusiasta que esta publicación provoca un gran regocijo en la familia acroartista debido a la importancia de recoger en una obra estos textos que van más allá de la típica columna de espectáculos: es una radiografía que sirve para entender cómo ha evolucionado el show business y la farándula a lo largo de los últimos 50 años.

«Celebramos el Día Nacional del Cronista de Arte contribuyendo con la bibliografía nacional con este primer tomo de co- lección de Arte Nacional Vol. I, sino la que más, una de las columnas más influyentes del diarismo dominicano desde principios de los años 70», comentó Baldera. «Este proyecto es una realidad gracias al apreciable apoyo de nuestros colaboradores incondicionales, a quienes agradecemos una vez más por acompañarnos en cada una de las iniciativas asumidas por el Comité Ejecutivo que encabezo».

Esta iniciativa no podría ser una realidad sin el aporte de empresas que en calidad de mecenas abrazaron la idea cuando Emelyn Baldera tocó sus puertas: Cervecería Nacional Dominicana (CND), el Grupo Ramos y la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos patrocinan el segundo libro de la Editorial Acroarte, que se presentó al público la noche de este martes en un acto celebrado en la sala Aída Bonnelly del Teatro Nacional.

Joseph emocionado respondió preguntas además de Rubén Camilo que fungió como moderador del conversatorio de algunas figuras presentes que acudieron a la cita de celebrar el Día Nacional del Cronista junto a la familia acroartista.

En la inquietante película de Aronofsky, con guión de Samuel D. Hunter sobre una obra de teatro de su autoría, sobresale de manera contundente una interpretación convincente –quizás la más destacada a lo largo de su carrera– del intermitente Brendan Fraser, nominado con justicia por su desempeño al pasado Globo de Oro y al Oscar de la Academia. Más popular por sus trabajos en películas de alto perfil comercial, Fraser hace aquí de un profesor que vive en solitario, en un calvario que cavó por decisión propia, cargando con una obesidad que indefectiblemente incidió, además, en la vida de los demás.

Un relato con una sobredosis de resignación entre sus cinco personajes: el profesor agitando deliberadamente la muerte, detrás de la pantalla oscura para ocultarse de sus alumnos que toman clase de manera virtual; la de su hija que no supera el trauma porque fue abandonada por éste, la madre que nunca asimiló que su esposo la dejara por otro hombre y la hermana de quien fuera su pareja (que murió), personaje omnipresente en el desarrollo de la película.

Guión: Samuel D. Hunter.

Int.: Brendan Fraser, Sadie Sink, Ty Simpkins, Hong Chau, Samantha Morton, Sathya Sridharan.

Género: Drama.

Dur.: 1h 57m.

Como buen orquestador, el director consigue duelos interpretativos de primera línea entre el protagonista y las tres actrices que intervienen en el elenco. Primorosa labor de la actriz Sadie Sink (Max en Strangers Things), hija del profesor, a quien se reservan líneas vigorosas del guión, que participa en el duelo interpretativo junto a Fraser. Un resultado que en este renglón se complementa con las entradas de Hong Chau (Liz) y Samantha Morton (Mary). Y es que el guión aguanta el mayor peso de este drama filmado casi en su totalidad en el interior de la casa del profesor, escenario que pone a prueba el pulso creativo del cineasta, nominado al Oscar en el 2011 como Mejor director por Cisne negro Fraser, que nunca fue una opción para el director que tardó una década en llevar a cabo este proyecto que filmó en plena pandemia de la Covid, se salda con una interpretación por el libro, completo del irreconocible maquillaje creado con una impresora 3D y poco más de cinco horas metido en el camerino para convertirse en el profesor Charlie. Con The Whale no solo palpamos los estragos del sobrepeso y la autodestrucción, también se reconfirma que Brendan Fraser es mucho más un actor de rostro angelical, ahora un poco más cerca del peso que pesa un Oscar.

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