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Tiempos de transparencia
EMELYN BALDERA @emelynbaldera EDITORA DE MUJER & POLÍTICA
Estos tiempos han traído la necesidad de recurrir a la transparencia. Ser transparentes nos obliga a poner sobre la mesa y en blanco y negro lo que es y debe ser. Nos obliga a rendir cuentas, quien espera transparencia debe, de igual manera, dar el ejemplo.
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La transparencia se sustenta en acciones y hechos preventivos que dan lugar a actos basados en valores éticos. No siempre se entiende.
La política no debe escapar de ese interés. Los gobiernos deben sentir la obligación de dar cuenta a los ciudadanos de todos sus actos, especialmente del uso del dinero público, lo que ayudaría a prevenir los casos de corrupción a lo que hemos estado expuestos por los siglos de los siglos, siendo los más recientes los que han escandalizado y puesto en alerta al pueblo dominicano.
Sin dudas que la transparencia debería de ser uno de los valores transversales y obligatorios para cualquier tipo de organización, no solo política.
No obstante en el orden público, es importante no bajar la guardia, el papel que ha estado jugando la Junta Central Electoral ha sido loable, apegada a los liniamientos para los que fue establecida y sobre todo consciente de sus funciones y el rol que le toca dosempeñar.
El órgano encargado de organizar las elecciones del 2024, había hecho un llamado al inicio del 2023 a los partidos políticos para que entregaran sus estados financieros como lo estipula le Ley 38-18, de Agrupaciones y Partidos Políticos.
El pleno que dirige la JCE ha estado activo trabajando cada proceso en pos de que el escutrinio electoral del 2024 sea transparente y democrático, como también lo espera cada ciudadano.
El órgano encargado de organizar las elecciones del 2024, había hecho un llamado al inicio del 2023 a los partidos políticos para que entregaran sus estados financieros como lo estipula le Ley 38-18, de Agrupaciones y Partidos Políticos.
La fecha límite establecida para la recepción de todo este expediente requerido en la normativa electoral fue hasta el domingo 12 de febrero.
Los partidos y agrupaciones políticas que reciben fondos públicos no deben sentirse ofendidos por este escarseo, todo lo contrario, en estos tiempos donde las redes parecen consti- tuirse más que el cuarto poder, y circulan a todas horas informaciones falsas revestidas de verdad, se hace imperante acudir a la transparencia y cumplir con las normativas.
Los partidos, por lo menos públicamente, han obtemperado al llamado de la Junta siendo los mayoritarios los primeros que acudieron a la cita, para poner sus cuentas claras, obviamente nadie se quiere quedar fuera del presupuesto.
El pasado 12 de enero, el órgano electoral solicitó a las organizaciones políticas cumplir con el mandato de ley de rendir cuentas sobre el uso y manejo del dinero estatal que reciben y les dio un mes a partir de la notificación de esa comunicación para cumplir.
Cada organización política debió depositar en la JCE sus estados de ingresos, gastos y financieros del período comprendido entre el 1 de julio hasta el 31 de diciembre de 2022.
Específicamente, la Junta solicitó un informe sobre los gastos de publicidad en vallas ejecutados durante el año 2022, detallando el suplidor, ubicación, cantidad, descripción y costo.
Janet Camilo, secretaria electoral del PRD, aclaró que su partido no tiene al día de hoy ninguna valla publicitaria colocada en el país. El PRD ha hecho campaña llamando a la afiliación, pero sin el uso de ese tipo de publicidad. La Fuerza del Pueblo, por el contrario, ha forrado de vallas el país, con
Un dato al que se le debe prestar la atención y que también está dentro del requerimiento que hizo el órgano electoral tiene que ver con que los partidos deben detallar la nómina de contribuyentes de recursos en efectivo o especia, detalle de la cuenta única de la organización en bancos, cuenta administrativa manejada para la erogación de fondos y la conciliación bancaria de la cuenta única.
Deberá llegar el día en que la rendición de cuentas no sea solo para el partido de Gobierno, sino, para todas las organizaciones políticas que reciben dinero del erario, quienes de manera transparente acudan sin que sean llamados a presentar en qué invierten el dinero.
De velar por el cumplimiento de este requimiento pudiera contribuir para que en las próximas contiendas electorales no tengamos sorpresas que luego salen más costosas para la propia organización política, que el propio aporte económico que dan algunos personajes de dudosa reputación quienes a lo largo de la historia reciente de la política dominicana han hecho de esta práctica un modo de operar a favor de salvaguardar sus intereses. Las organizaciones políticas deben cumplir con ese requisito para poder acceder al financiamiento de 1,260.4 millones de pesos que este año repartirá la JCE, aunque al inicio de este gbierno, el Presidente Luis Abinader había planteado la necesidad de recortar el 50 por ciento del presupuesto que se le entrega para fines de campaña a estas organizaciones y luego de muchas discusiones y declaraciones de los representantes de los partidos decidieron no volver a plantear la propuesta. Deberá llegar el día en que la rendición de cuentas no sea solo para el partido de Gobierno, sino para todas las organizaciones políticas que reciben dinero del erario, quienes de manera transparente acudan sin que sean llamados a presentar en qué invierten cada centavo recibido.
Repartición del dinero el propósito de captar nuevos miembros y fortalecer sus estructuras internas.
El 80 por ciento de los 1,260.4 millones de pesos le toca al PRM, PLD, FP y PRD, es decir, 252.08 millones a cada uno. Mientras que el 12 por ciento (151.2 millones) sería distribuido entre el PRSC, Alianza País, Partido Unidad Nacional (PUN), Dominicanos por el Cambio (DXC), Bloque Institucional Social Demócrata (BIS), Partido Humanista Dominicano (PHD) y el Partido Cívico Renovador (PCR), por lo que estarían recibiendo cada cual unos 21.6 millones.
Mientras que el resto de partidos y movimientos políticos recibe el 8 por ciento que queda disponible del presupuesto.
La autora es periodista, comunicadora y editora de Mujer & Política.
De igual manera solicitó la JCE la copia fiel de los contratos publicitarios realizados durante el mismo año (2022) por radio, televisión, internet y televisión.
La Ley de Agrupaciones y Partidos Políticos 33-18 establece en su artículo 62 que «durante los primeros diez días del mes de febrero de cada año, los partidos, agrupaciones y movimientos políticos con vocación para acceder al financiamiento público presentarán, so pena de perder tal facultad, un presupuesto general, no desglosado, conteniendo los programas a desarrollar en el año de que se trate».

PALABRAS, SILENCIO Y DISCURSO LUCIVEL ÁVILA » @SLUCIVELAVILA
Incluso cuando es criticada y considerada como una apariencia enmascarada, la imagen política es un elemento de inconmensurable trascendencia y debe trabajarse día a día, aun cuando la deseada es lograda, nuevos retos se asignan siempre. Diversas variables son contempladas a la hora de proyectar una imagen atractiva, interesante y sugestiva a los electores. Entre ellas la apariencia física, las formas de vestir, la vida privada (datos autobiográficos y familiares), el lenguaje coloquial y el carisma. En la actualidad se destacan estas tres principales:
Atractivo físico y vestimenta adecuada
Muy aparte de la belleza innata, lo que es una apreciación de cada quien y por ende subjetiva, gracias a la indumentaria idónea un político puede incluso «hablar» de su función, de sus deseos y actitudes y, regularmente, las personas creen en lo que ven aunque se les diga lo contrario. Por tal motivo, este elemento de la imagen es un instrumento poderoso que puede actuar a favor o en contra.

Vestir bien atrae y, a pesar de que los políticos no son artistas del espectáculo, lo cierto es que sus diseños y tendencias logran que muchos quieran seguirles, se convierten en influencers y se desarrolla incluso un tipo de fanatismo. Esta es una de esas oportunidades que los inmersos en la política aprovechan para llamar la atención, sin embargo, no deben llegar a la suntuosidad ya que conseguirían un efecto negativo. Además, es un recurso que puede usarse en caso de no ser un buen orador. Cuanto más inarticulada es una persona verbalmente, más importantes son las manifestaciones que hacen sus ropas.
Personalidad
En la campaña electoral, el candidato da a conocer sus puntos fuertes y procura minimizar la muestra de los débiles. Adaptar su personalidad a lo que espera la ciudadanía no es tarea fácil, dado que hay quienes incluso asocian la imagen del político con el programa que presenta, evaluando la congruencia entre ambos elementos.
Cualidades como honestidad, competencia, integridad, capacidad de liderazgo y energía suelen ser asociadas a un político con prestancia y preferencia entre sus iguales.
El candidato trata de demostrar que su personalidad es la que más se adapta a la ideal para el puesto al que aspira, o al menos que es mejor que su oponente, esto incluye develar rasgos de su vida familiar y profesional.
Y no sólo de ellos, sino también de los portavoces, de las figuras públicas que les apoyan y toda persona que intervenga de uno u otro modo en la promoción del candidato. ¡Ojo con toda persona que el aspirante tenga a su alrededor durante su vida política y más aún, en campaña electoral!
Desde hace décadas es notable que incluso los partidos aprovechan al máximo a personas con alto prestigio, entendiendo que serán candidatos irresistibles que podrán arrastrar el voto popular.
Es preciso aclarar que la imagen no sólo depende del candidato, funcionario o partido, ya que es una combinación entre lo que él intenta proyectar y lo que los ciudadanos realmente perciben, a partir incluso de sus experiencias, de lo que saben del político y de la información que reciben de los medios de comunicación.
Experiencia
Ciertamente una de las formas más persuasivas que tiene el político es enlazar sus aspiraciones con la experiencia que ya tiene en la vida pública, como funcionario, por ejemplo, puesto que reduce la incertidumbre de los votantes sobre su capacidad para ejercer el cargo.
La estrategia de transmitir experiencia es un arma de doble filo. Su efectividad viene dada por lo positivo o negativo que sea el juicio de valor que hacen los votantes respecto al quehacer pasado de ese candidato.
Suele ser bastante común estimar el grado de credibilidad de los candidatos y los partidos sobre la base de sus desempeños anteriores, aún más cuando hayan manejado el erario. Si por ejemplo ambos contendientes son jóvenes, entonces procuran llevar la evaluación electoral al ámbito de la experiencia, ya que se ponderan las aptitudes y la efectividad de la puesta en acción.