DISCOS Y OTRAS PASTAS www.otraspastas.blogspot.com AÑO 14 NÚMERO 91
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DICIEMBRE 2020
BRUCE SPRINGSTEEN - “LETTER TO YOU” (2020)
EL ROCK TIENE QUIEN LE ESCRIBA como nunca lo había visto, en blanco.
Cerca de la casa de mi infancia había un muro. Aún hoy se mantiene de pie. El nombre de bandas locales, alguna declaración de amor adolescente y varios slogans políticos de campaña se acumulan debajo de la última mano de cal. Hoy es el único resto de lo que entonces era la casa más antigua del lugar. Entre todas las leyendas que vi escritas en esa pared, hay una que recuerdo especialmente. Corría el año 1983, y en medio de una campaña electoral, un grafiti rompió el monopolio de las pintadas proselitistas. En letras rojas que goteaban como un reguero de sangre se leía “…Soltá el brillo, soltá la belleza…” Así, con comillas y puntos suspensivos. Hice modestas indagaciones para develar el misterio detrás de la frase. Todas las respuestas de mis mayores aludieron a una publicidad de shampoo. Pasaron algunos años hasta que me topé con Corpiños en la Madrugada (1983), el demo de Sumo que cerraba con ‘Heroin’, una hipnótica plegaria a la droga que había tenido a su cantante contra las cuerdas. Luca Prodan coqueteaba con las rimas del famoso comercial del que me habían hablado: “…soltá tu pelo con … soltá el brillo, soltá la belleza…”
* * * Castile era la marca del shampoo que utilizaba George Theiss. George fue quien invitó a Bruce Springsteen a sumarse a The Castiles, la primera banda estable que integró The Boss, por entonces ya conocido con ese apodo por ser el encargado de percibir el pago en los conciertos y de distribuirlo entre sus compañeros. Aún hoy, Springsteen considera un hecho inusual que un grupo de muchachos de 15 años se haya mantenido unido en una banda de rock por tres años. “Todo lo aprendí ahí”, dice, y agrega “Una banda de rock es el único trabajo en el cual te puedes pasar 50 años con tus compañeros de colegio”. Pero esa no fue la suerte de George Theiss y The Castiles, que sólo fueron la antesala de la E Street Band, el grupo que sí acompañó a su jefe hasta nuestros días. Cuando Theiss murió, Springsteen estaba embarcado de lleno en su residencia en el Walter Keer Theatre de Broadway. Por un par de días The Boss se escapó de su rutina para acompañar a su viejo amigo en las horas finales. Cada noche, Bruce solía interrumpir 'Growin’ up', la canción que hacía las veces de introducción de su monólogo, para gritar en un repentino brote de honestidad brutal que amenazaba con destruir su fama de héroe de la clase obrera: “Nunca vi el interior de una fábrica, y sin embargo solo escribí sobre eso…tuve un éxito absurdo escribiendo sobre algo de lo que no tengo absolutamente ninguna experiencia personal. Me lo inventé todo”.
Por esos días comenzaba a sonar con fuerza Un Baión parea el Ojo Idiota (1988), el disco que terminó de sacar del underground a Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota, una banda con más de un vínculo con Sumo. Desde ‘Vencedores Vencidos’, una las canciones claves del disco, se escuchaba “…Me voy corriendo a ver qué escribe en mi pared, la tribu de mi calle, la banda de mi calle…”. Ese día volví hasta el muro y lo encontré
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