NOTAS LINGÜÍSTICAS
Celis E. Rodríguez Serrano celisrose@hotmail.com
Mayo: Trabajo, naturaleza, religión, amor y cultura Llegó mayo, tercer mes del antiguo calendario romano, denominado por éstos “maius”. Particularmente pienso que este mes es uno de los más espectaculares del año, por cuanto en él se conjugan aspectos muy significativos para la vida social, que tienen que ver con lo socio-laboral, la naturaleza, la belleza, la religión, el amor y la cultura.
En lo socio-laboral, comienza mayo con la celebración del día del trabajador. Muchos olvidan la génesis de tan importante fecha, que se remonta a la famosa huelga de obreros (1886) en Chicago; y desde algún tiempo a esta fecha sólo ha servido para anunciar ajustes salariales, y para promover marchas político-electorales, dejándose de lado muchas veces el verdadero sentido de tan importante fecha, que no es más que ofrecer y garantizar mejores condiciones de vida a los trabajadores. En cuanto a la naturaleza, mayo es el mes de la floración, del nacimiento y del reverdecer de los campos; símbolos y señales de vida, de amor, de belleza y de esperanza. No en balde cada último domingo de este mes se celebra el día del árbol. Con mayo se inician las lluvias, y con éstas se acentúa la primavera (prima: primer; vera: verdor). Con la llegada de las lluvias, el agricultor se apresta a labrar la tierra, a sembrar las semillas de donde nacerán los árboles que nos darán sombra y frutos. La religión, aunada a la vida familiar y a la cultura, también ocupa un lugar preponderante en mayo. La religiosidad se manifiesta en el profundo apego que durante este mes se rinde a nuestra Madre la Virgen María, como máxima expresión de belleza espiritual, de amor y de entrega.
La madre que, entre otras bondades, nos protege y aleja de los espantos, ánimas y duendes, cuyas “apariciones” también se acentúan durante este mes. En su honor se celebra cada segundo domingo “El Día de las Madres”; ese extraordinario ser que nos dio la vida. El 3 de mayo se rinde culto y tributo a la Santísima Cruz de Mayo. En este aspecto, relacionado igualmente con lo cultural, vale destacar las lecciones de Historia, Lengua, Geografía y Cultura General que recibíamos de egregios galeronistas tales como José Ramón Villarroel (+), Luis Marín (+), Hernán Malaver (+), José Farías, entre otros, en aquellos inolvidables festivales, muchos de éstos devenidos hoy en vulgares actos políticos, salvo contadas excepciones. Finalmente, fue mayo, específicamente el día 31, el mes escogido por el TODOPODEROSO para que vinieran al mundo dos excepcionales hijos de mi Valle de Pedrogónzalez: José Ramón Villarroel (1937-1995), El Huracán del Caribe y Pedro Rodríguez (1938-2011), mi querido y siempre recordado Padre; ambos dejaron un legado inolvidable, y un ejemplo de vida impecable, signado éste por la responsabilidad hacia la familia, el respeto al prójimo, la dedicación al trabajo y el amor a la cultura tradicional margariteña. Dios les tenga en su Santa Gloria.