Como educadores no podemos perder de vista este horizonte histórico porque lo que antes se planteaba técnicamente como «competencia lectora» ahora se ha transformado en «competencia digital». Si hubo un momento donde la lucha contra el analfabetismo era un imperativo educativo de primer orden para construir una sociedad democrática, ahora el imperativo educativo parece ser la superación del analfabetismo digital.