Oniria Literaria Nº 5. La comunicación. Invierno 2021.

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ONIRIA

LITERARIA

Nº05

LA COMUNICACIÓN invierno 2021


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CONTENIDO PÁG.

01. POESÍA 02. FOTOGRAFÍA 03. RELATO

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PÁG.

04. ILUSTRACIÓN 05. NO FICCIÓN 06. CONTRIBUCIONES

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Editorial


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Artículo 19 de la Declaración de los Derechos Humanos

"Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión".


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POE-


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SÍA

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Que no prohíban la voz Rubén J. Triguero

Diálogo Pedro Pérez Linero

Ya te contaré Ramón J. Romero

La comunicación Margarita M

Existencia Luis Utges

Desencanto Beg O Mar


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QUE NO PROHÍBAN LA VOZ Rubén Jiménez Triguero

Hoy no quiero el silencio quiero oír tu voz aullando al destino que la fuerza de tu palabra, impulse este velero y que cruce los mares llevando la libertad como único equipaje. Quiero que tu palabra descalce las ataduras de aquellos que estrangulan la valentía y que el mundo escuche la fuerza de tu garganta que entiendan que es tu verdad y que no prohíban la voz que no apaguen las velas que iluminan el camino. Quiero ver como el viento arrastra tu grito rugiendo más allá de todas las fronteras y que aquellos que no te entiendan acepten de una vez por todas que la mayoría de las veces, el viento va a la contra. También quiero que tu corazón hable de cada latido que tu alma se expanda hacia los horizontes que el mundo sepa quien eres que nadie te silencie y que nunca te detengas que tus pies sigan con paso firme y decidido que tu voz vuele, que tu voz vuele como las bandadas de aves a la llegada del otoño.

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DIÁLOGO Pedro Pérez Linero

Este diálogo, silencioso, que entablamos con el paisaje, trasciende la luz, sus promesas de realidad. Nos brinda el reposo, la presencia, nos revela un espacio infinito que, a pesar de lo inabarcable, se nos escurre, esquivo, entre los dedos del pensamiento.

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YA TE CONTARÉ Ramón J. Romero

Ya te contaré algún día todo lo que me das y sólo yo sé. Ya me contarás algún día todo lo que te quito y sólo tú sabes.

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LA COMUNICACIÓN Margarita M

El ruido de las olas, el eco en las caracolas, es como el murmullo de la gente. Susurros y palabras, indican que no estoy sola o que estoy acompañada. Veo, luego escucho. Siento su vibración en los oídos, recorre mi cabeza un silbido intermitente. Como un zumbido de abejas oigo la melodía en mis entrañas. Está dentro de mi mente y no puedo olvidarla.

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EXISTENCIA Luis Utges

Mis letras no alimentan la agonía. La soledad cruje como destripa el olvido. Ojalá fuera un desmembramiento religioso. Pero es apenas un vacío terrorífico. La locura penetra la definición perturbadora del silencio. Mi sangre aprueba quedarse esta noche sola. Las lágrimas no cubren el cupo de solidaridad. Estoy muerto, definitivamente esparcido en el recuerdo, de putas que ríen el silencio después de ser otra vez humilladas por el tiempo.

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DESENCANTO Beg O Mar

En el silencio cae la túnica que bordas con palabras. Tu expresión desnuda te descubre, perdido en pensamientos desaparece el prodigio que logras cuando hablas. La presencia, la ilusión, el encanto se apagan en tu rostro cuando callas desmintiendo la promesa de lo bello. Se extingue de un soplo la llama raptada por la repentina sombra. Te retiras vencido. Ausente, te deshaces, yaces en otra parte diluido, evaporado, difuso. Como piel muerta, queda herida en la piedra abandonada tu mirada hueca.

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FOTO-


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GRAFÍA Chema Gil Santiago Variaciones sobre el diálogoa

Rafael Barrios Tres momentos de (in)comunicación


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CHEMA GIL SANTIAGO VARIACIONES SOBRE EL DIÁLOGO

1. Bretaña

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2. Contraluz

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3. Lisboa

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4. Madeira

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5. Perro

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6. Pareja

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7. Escalera

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8. Remo

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RAFAEL BARRIOS TRES MOMENTOS DE (IN)COMUNICACIÓN

1. El mar Encerrados físicamente, volvíamos a mirar y a tocar los objetos rutinarios de la casa, que de pronto recuperaban sentidos olvidados. De niños nos decían que podíamos escuchar el mar con las caracolas. Aun con el pelo mojado y tu camiseta de rayas, habíamos perdido ese nexo. Ya no se escuchaba nada, excepto nuestro deseo, cangrejo ermitaño sentimental, buscando su nueva concha, para allí enroscarse.

2. El juego Aunque estuvieras jugando solo dentro de una tinaja, niño, recuerda: el cielo sigue siendo inmenso.

3. La grieta La falsedad nos fracturó. Lo viral ayudó al virus. El bulo era la energía de muchos contrarios a la ciencia. Proclamaban estos que con las vacunas nos metían microchips. A través de medios y redes, estos predicadores nos advertían de un control intravenoso… mientras google y facebook lo conocían ya todo, de nosotros.

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1. El mar

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2. El juego

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3. La grieta

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REL-


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ATO

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Beg OMar Melocotón pastel

Jose Manuel Reyes Un consejo

Gema López ¡De puertas adentro!

Jose Antonio Borrero Marie

Alicia Martín Palomares 321 Eltham High Street


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La comunicación Beg O Mar MELOCOTÓN PASTEL

—¿Rosa perla o melocotón pastel? —Humm... Los dos son bonitos, hija... —¡Venga mamá, que no tengo toda la mañana! Cinco minutos, es el tiempo que Lidia puede dedicarle a su madre antes de seguir en la vorágine. Lo hace complaciente, dice, feliz de sentirse útil y de forma egoísta, para despejarse, pero tiene prisa. —El rosa es nacarado —le explica la chica—, es sólo brillo, casi transparente y se ve la uña. —Pero disimula más cuando se cae la pintura, yo que ando todo el día fregando. —El melocotón es mate, un color más vivo, cubre más, se ve mejor. —Pero no aguanta los desconchones, ponme el rosa, Lidi. Desliza con cuidado el diminuto pincel sobre las uñas puntiagudas de su madre, pero es inevitable coger el algodón impregnado en acetona para limpiar los restos de esmalte de los bordes. “Clasificación de los seres vivos”. El azul parece convencerle, escoge el tamaño veinticuatro, tipo “Arial”. Sólo le quedan quince páginas para terminar la lección de hoy. Es sábado y hace sol. Una ventana emerge de la pantalla de su ordenador y comienza una conversación de chat. “Como si fuera martes, Lucía, debo acabar el trabajo si quiero cobrar. Además tampoco hay nadie disponible para salir. Tú tienes migraña, Ricardo no está el fin de semana, y Sebastián trabaja... Echa un vistazo rápido al móvil en un gesto contenido. Yuca empieza a ladrar compulsivamente. Hace calor. Se levanta para beber un vaso de agua en la cocina. “Tampoco quiero gastar dinero —continúa chateando—, debo ahorrar, a ver si el año que viene puedo alquilarme un piso”. “Pisos baratos barrio

del

Almendro”

—escribe

en

el

navegador

de

Internet—.

“¡Uff!,

cuatrocientos euros es demasiado Lucía… ¡Qué va!, compartir habitación no me apetece a estas alturas. Una cabeza canosa asoma por la puerta de su cuarto. —¿Un paseo? —Termino esta página y voy, me vendrá bien despejarme. Lidia baja al parque con su padre y aprovecha para sacar a los perros, dos simpáticos chuchos que recogió de la calle. León corre detrás de los pájaros, persiguiéndolos como si creyese que él también puede volar. Yuca, permanece temblona detrás de su dueña sin quitarle ojo. 31


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—¿Cómo llevas el trabajo? —Bien, hay mucho que hacer pero voy a buen ritmo, además estoy disfrutando porque así refresco todo lo que di en la carrera, y me sirve de preparación si me llaman para dar clases. —Ojalá te llamen. Caminan durante un rato en silencio del que parecen disfrutar. —¿Y Sebastián? —continúa su padre. —Está ocupado el fin de semana, no tiene tiempo para nada. —El tiempo pasa hija, el trabajo no lo es todo. —¡León! —Grita Lidia enfurecida, mientras el perro se afana en ladrar a un coche—. ¡Ven aquí ahora mismo! Bueno... ¿volvemos? —Pero si acabamos de salir... —Tengo que seguir con la lección. Además estoy pendiente de que llamen de una entrevista y me he dejado el móvil en casa. —Es sábado... Bueno, vale, volvamos. “Funciones del citoplasma”. Resopla, la lección parece hacérsele cuesta arriba, es sábado y hace un día espléndido. Llama a su prima por teléfono, mientras sigue escribiendo el tema correspondiente. —¡Hola prima!, ¿qué tal?… Sí, a ver si nos vemos, pero de momento, aquí estoy encerrada hija, qué le vamos a hacer, todo sea por el trabajo... Imagínate las ganas que tengo de estar recordando algo que aprendí hace más de quince años, ¡pufff!, encima para que le sirva a la otra profesora, la que da la clase, ella está en plantilla, sí... Yo cobro en negro una miseria... Pero bueno, después de todo, doy las gracias a la madre de Sebastián, por ofrecérmelo, es en el colegio que está ella, sí. Con la crisis que hay, ya sabes lo que cuesta encontrar empleo, ¡no sé qué hubiera hecho sin la ayuda de mi suegra! Jajajaja. Lidia siempre habla de lo mucho que admira a la madre de Sebastián, y que desea todo lo que ella tiene: casarse, tener una familia, crear una asociación de formación de niños sin recursos, dirigir un colegio... A pesar del sacrificio y el esfuerzo que le habrá supuesto, ella le anima a seguir adelante y a creer en su futuro. Suele decirle que ya le llegará su oportunidad, es solo cuestión de tesón. Delante de un papel, Lidia deja volar su imaginación y empieza a dibujar dónde le gustaría vivir, la casa que quiere es azul, con tejas. De repente, la convierte en escuela, está llena de niños, pinta a Sebastián construyéndola. Al otro lado de la puerta se oye el rascar de unas patas y un gruñido incipiente, chista inmediatamente a los perros, que se alejan ladrando. Le distrae el sonido de un mensaje de texto. Coge inmediatamente el teléfono, es Ricardo bañándose en un lago en la montaña. “¡Cuidado con las pirañas!” —responde ella, junto con un emoticono sonriente. 32


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Cinco páginas para el final, son las ocho de la tarde, Lidia escribe un mensaje de

texto:

“¿Cenamos

juntos?”.

Continúa

con

su

trabajo,

“Retículo

endoplasmático”. Media hora más tarde se distrae dibujando: las ventanas son blancas, hay un patio con un limonero donde los niños juegan, hay una biblioteca y una sala de estudio. Ella está dando clase en una de las aulas, de repente llaman a la puerta, es la televisión, vienen a hacerle un reportaje. Las diez de la noche, un mensaje nuevo: “¡Hola amor!, sigo en el congreso en Barcelona, vuelvo mañana, TQ”. “De acuerdo, te veo a la vuelta, Un beso” —responde ella. A su alrededor, la habitación en penumbra, apenas iluminada por la luz del flexo, el ordenador parpadea con el archivo de Power Point terminado. Los perros juegan arremolinados a los pies de la cama, mordisqueando algo. En el escritorio, los pequeños botes de esmalte y acetona. Coge uno de ellos y comienza

a

pintarse

con

ahínco

las

uñas,

esmerándose

en

cubrir

perfectamente la superficie descascarillada, de un intenso tono melocotón pastel.

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La comunicación Jose Manuel Reyes UN CONSEJO

Marcelino, el “Estirao”, respondió que la sociedad no es una comunidad perfecta, sino que más bien es un océano donde abundan las imperfecciones, y que a ese océano hay que birlarle algunas olas para transformarlas hasta que funcionen. Tras unos breves instantes de deliberación, el equipo de valoración del centro penitenciario le negó el tercer grado. Antes de que abandonara la sala, se permitieron darle un consejo: “Le sienta bien el taller de poesía, pero para la próxima vez, en atención a su expediente, le beneficiaría no hablar de birlar, ¿entiende?, ni birlar olas ni ninguna otra cosa”.

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La comunicación Gema López ¡DE PUERTAS ADENTRO!

Siempre vestía de blanco… El blanco era su metáfora de la vida en aquella lúgubre casa. Apenas salía. Todos estaban preocupados por ella. Era muy joven para cargar con ese tipo de encierro. Llevaba una existencia extravagante. Y carecía de vida social. Usaba la poesía como escape. Escribir era su refugio. Comía poco; se alimentaba de sus poemas, de sus versos. Pues con ellos afloraban sus sentimientos y la llenaban de energía. De tez clara y complexión delgada; así era Aurora. Tenía 37 primaveras. Y llevaba veinte años esperando al amor de su vida. Dos décadas de recogimiento, de silencio. Vivía con devoción, como monja de clausura, aguardando a que ocurriera el milagro. Tal vez que la rescataran… A veces se dejaba ver a través de los cristales de su cuarto: su rostro era triste y funesto, y su cuerpo raquítico; al igual que los árboles que contemplaba en aquel frío invierno desde la ventana. La llamaban la rara, la loca. Nadie le encontraba sentido, sólo ella lo entendía: su vida era otra. No deseaba recorrer el mismo sendero que los demás. Para Aurora, las cosas materiales carecían de valor. Vivía una vida espiritual y feliz, anhelando el momento del reencuentro. Su encierro no era oscuro, más bien luminoso; por eso vestía de blanco. En su interior tenía luz, sueños e ilusiones (a pesar de lo que murmuraban sus vecinos). Sus blancas y finas manos, no podían dejar de escribir: “Sólo nos vimos tres veces, en tres encuentros fortuitos. Pero fueron suficientes, ya que despertaste en mí una pasión desatada. Hiciste que algo ardiera por dentro. Un deseo que jamás había experimentado antes. Un sentimiento tan bello que, si me lo hubieras pedido, sin dudarlo, me habría marchado contigo”.

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A Francis lo habían destinado a otro país. Por motivos laborales sus destinos se separaron. Se fue por trabajo y se quedó por amor. Inició una nueva vida en aquella ciudad, pues conoció a otra chica. (Las vicisitudes de la vida…). “La distancia es un hielo que enfría todo”; escribía ella en una de sus cartas. Lo cierto es que Aurora nunca lo olvidó. Tenía fe en Dios y en que él volviera. Empezó a escribirle a diario, haciendo de ese hábito su rutina. Puso su alma al desnudo, volcando en el papel cada pensamiento, sentimiento y deseo. Sin embargo, nunca le envió ninguna de esas cartas. Todas las conservaba en un cajón de su escritorio, anudadas con un lazo rojo; al igual que su llama de amor. Él jamás supo de la existencia de las mismas. Pero un día volvió. Y fue para siempre… Regresó para descansar en los cipreses. Las cartas fueron entregadas en mano a su destinatario. Cada día, iba al cementerio a leerle una (el tiempo había trazado surcos en su rostro, y tenía un aire cansado). Ahora, su nueva rutina era ir a visitarlo. Hasta que su llama se desvaneció. Ella murió de amor. En cambio, se fue de esta vida con un gesto bondadoso, y de puertas adentro, su mundo fue luminoso.

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La comunicación Jose Antonio Borrero MARIE

Entre un bosque de brazos y piernas negras pude ver a Marie al otro lado del patio de deportes. A pesar de la distancia sentí en mí su sonrisa, y al acabar el partido de fútbol comenzó a caminar hacia donde yo me encontraba. Ya de lejos distinguía sus rasgos de mujer maliense y su dulce coquetería. Estudiaba el último año de lo que nosotros llamamos Formación Profesional. Marie era la hija de un amigo. *

*

*

Mientras la chica se acercaba recordé cuando varias tardes atrás, su padre nos había invitado a tomar té en su casa. Allí nos recibió a la entrada con saludos en francés, y nos pidió que nos sentásemos en el patio, en unas sillas simples pero cómodas, de tensos cordeles. Preparó el té muy cerca de nosotros, en un pequeño hornillo, mientras algunas gallinas pasaban por debajo de nuestras piernas, quizás habituadas a que los ocupantes de los asientos, dejasen caer ocasionalmente algún pequeño resto de alimento. Una estaba subida en el lomo de un perro, que descansaba tendido en el suelo de tierra. No parecía notar que el ave caminaba por encima de él, y ésta cada poco le picoteaba entre los pelos, para librarlo de algún insecto. El perro ni siquiera abría los ojos. Recuerdo que comenzamos a hablar de los brujos, y de los sacrificios que realizan con pollos y gallinas, y varias de ellas comenzaron a correr y cacarear por todo el patio, como si entendiesen lo que decíamos. Dentro de una estancia, la madre de Marie barría el suelo con una mazorca de ramas finas, sin flexionar las piernas. No hablaba demasiado con nosotros. Parecía muy agradable, pero no sabía apenas francés, sólo bambara. Al fondo de la habitación que limpiaba, había un televisor pequeño, rodeado de baterías eléctricas. Aquel barrio estaba situado tan sólo a unos cientos de metros del núcleo urbano, pero no llegaba la electricidad. Fue entonces cuando Marie salió al patio, y su padre nos la presentó. Lucía un vestido de alegres estampados, y llevaba el pelo recogido en un pañuelo. Ayudaba a la madre con los dos hermanos pequeños, y también a preparar la comida. Comenzó a golpear con una gran maza el interior de un kolongala, un cuenco de madera que rellenaba con mijo. Luego atendió a unos recipientes sometidos a fuego lento, donde se cocía arroz. En muchas ocasiones, la madre y ella reían con nuestros gestos desesperados, cuando nuestro pobre francés no bastaba para explicarle algo a su padre. Luego Marie se fue a una esquina del patio, donde una gran pizarra estaba apoyada contra la pared. La joven 37


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comenzó a escribir en ella, de pie, portando en su mano izquierda un cuaderno que a ratos consultaba. Mientras los demás conversaban, yo a veces miraba hacia la chica y me interesaba por su trabajo. A ella esto parecía divertirle. Me sonreía tímidamente y escondía su cara tras el cuaderno, en un juego sin palabras. Cuando llenó la pizarra de números hasta el suelo, agachada, traté de descifrar lo que había escrito. Eran fórmulas de electrotecnia, el cálculo de la

capacidad

de

un

condensador,

en

un

circuito

eléctrico

de

varios

componentes. Luego se fue a terminar de ayudar a la madre con la comida. Yo me levanté y me separé del grupo, a unos metros, para realizar una llamada con mi teléfono móvil. Tenía buena cobertura con él, a pesar de ser uno de los modelos más baratos en Malí. Resultaba curioso el teclado con alfabeto occidental y también árabe. Mientras hablaba desde un rincón del patio, Marie se acercó para ofrecerme unos frutos secos. Su amabilidad y su sonrisa me hicieron perder el hilo de la conversación. *

*

*

Ya no volví a verla hasta aquella mañana, en la que tras el partido de fútbol, se acercó hacia mí atravesando el patio de deportes. − Bonjouuur –me saludó sonriendo. − Bonjouuur. Comment ça vaaa? –Le contesté. Después hablamos durante un rato. Ella en francés y yo en una torpe versión de ese mismo idioma. Recordamos la tarde en el patio de su casa, y bromeamos sobre el uniforme colegial que vestía aquella mañana. Cuando más animada estaba la conversación, sonó una campana, y todos los jóvenes comenzaron a desalojar el patio, y a llenar las aulas. Entonces Marie me miró con una timidez aún mayor de lo habitual, y con suaves palabras me pidió que le diera mi teléfono. Inmediatamente metí la mano en el bolsillo para sacar el móvil y buscar mi número en la memoria. Lo había comprado hacía pocos días y no lo recordaba. Reconozco que tardé en sacarlo porque estaba algo aturdido. Halagado pero aturdido. Trataba de entender porqué lo querría. Ella sabía que regresaba a mi país al día siguiente. ¿Querría seguir manteniendo contacto conmigo? ¿Hablar de vez en cuando? No sabía qué número darle, puesto que sólo utilizaría el teléfono maliense hasta salir del país. Pero cuando comencé a marcar el teclado, ella hizo un gesto señalando el aparato. No deseaba mi número, me pedía el teléfono.

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Alicia Martín Palomares 321 ELTHAM HIGH STREET Aventura es aventurarse. No sé por qué compartimos este viaje por las calles de Londres. Será que nos aventuramos lejos de otros purgatorios terrenos. Dime de tu silencio y yo te ofreceré mis paisajes. Te miro a los ojos y te sonrío sin que me veas, para leerte, para escucharte sin palabras. Allí estábamos, hace ya tantos años, hablando sin hablar, hiriendo sin puñal. "… Es que yo creía, es que yo pensaba, es que yo suponía, es que yo quería, es que yo necesitaba... es que yo soñaba...". Murallas infranqueables sin ternura. Pozos y laberintos de distancias. Y pasaban los años con la sentencia de tu voz y tus pupilas atravesándome, obligándome a negarme. Después, ese lenguaje no verbal de los castigos. Largos encierros donde no enloquecer gracias al papel y al lápiz... Aprendemos a callar lo verdadero y a vociferar la inútil queja rebelde. Erramos conscientes del martirio. Hemos pisado el cepo. Pasada la sangre, un vuelo de paloma. Los días no son días, ni los meses, ni los años. El tiempo es materia congelada donde reflejamos nuestra existencia. Juntos, nos asomamos a ese espejo para sabernos y entendernos en la auténtica dimensión. Y eso es ya lo único que cuenta. Necesitamos el mar de las letras de lo inexacto. Certezas que fluctúan hasta longevas derivas donde pierden su estela, su rastro. ¿De qué sirve la locura de tejer redes inequívocas cuando todo lo certero es un suspiro sobre la arena que nos aguarda? Dejo atrás todas las mareas de todas las playas de mi infancia, convergentes en la carencia tuya. Pasa esa cosa extraña de querer trascender y rescatar amor de tu ausencia. He venido a besarte. Has venido. Te respiro. Última parada. Bajemos.

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ILUST-


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RACIÓN Margarita M New Post

Nacho Martín Solitude standing


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MARGARITA M NEW POST

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Comunicación 2.0.

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Quien no quiere oír.

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Nuevo post

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NACHO MARTÍN SOLITUDE STANDING

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Nuevo post

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NO-F


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ICCIÓN

Carmen Martínez Sánchez Comunicación y representación visual del poder

Jose Antonio Borrero Perú – Isla de Amantaní, Lago Titicaca

Rubén J. Triguero Sábado


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Carmen Martínez Sánchez Comunicación y representación visual del poder

El hombre siempre ha marcado sus

que da un auge importante a las

pautas sociales y sus normas de

buenas maneras es, sin duda, la

comportamiento en sociedad. A lo

creación de la Corte. Los modos de

largo de la historia, todas las culturas

comportarse de la nobleza ante el

y civilizaciones han establecido sus

Rey y ante el pueblo quedaban

propias normas y costumbres, sus

reflejados en los relatos de los

ceremonias para representar al

trovadores y en las novelas de

poder en su máximo esplendor y

caballería, que recogían los mejores

persuadir a sus públicos sobre la

consejos para comportarse de una

grandeza y bonanza del mismo, la

manera educada.

importancia de sus decisiones o la necesidad de mantener a los

Un personaje histórico que destaca

gobernantes.

en el período de iniciación del “protocolo europeo” (siglos XV al XVII)

En todo este proceso comunicativo

es, sin duda, Luis XIV, el Rey Sol, que se

el protocolo ha sido un aliado de

mostraba dueño de sí y del universo,

primer orden a la hora de presentar

convencido como estaba de ser un

a los públicos objetivos una identidad

representante de la voluntad

de la organización coherente con sus

celestial, y que sorprendió al mundo

principios y valores, para que aquellos

cuando instauró la monarquía

perciban y se formen la imagen

absoluta en nuestro país vecino. Luis

corporativa más acorde con dicha

XIV era un ilustrado que llevó a cabo

identidad, y así conseguir la confianza

una reorganización general de la

de los receptores de los mensajes

economía; realizó la reforma del

emitidos, ya fuesen reales o

ejército; consiguió numerosas

simbólicos, verbales o no verbales,

victorias militares; ensalzó la

explícitos o implícitos.

magnificencia parisina; hizo de Francia la primera potencia cultural

El protocolo es, sin duda, un pilar muy

europea y se erigió en el protagonista

importante de la comunicación

absoluto de la vida social francesa.

institucional; es un instrumento que facilita la representación visual del poder. Pero si hay un hecho definitivo

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En 1682 la corte francesa se

desarrollándose complejas

traslada al palacio de Versalles,

ceremonias que definían rituales de

símbolo del Estado absoluto. La vida

los actos íntimos del rey, como el

de la corte gira en torno al monarca,

lever o el coucher, levantarse o

que se va haciendo a sí mismo un

acostarse se asimilaba al amanecer

mito, con apariciones estelares en

o el atardecer del Sol.

todas las ceremonias solemnes en las que se convertía cualquier acto

Libros de protocolo reglamentaban

público del rey. Según la mentalidad

los actos, como si de una obra

barroca, el mundo era un escenario.

teatral se tratase, describiendo

Su Majestad el personaje central de

cada movimiento de los numerosos

una pieza teatral y la corte un

servidores y previendo cualquier

cosmos, simbolizando el monarca a

incidencia. El ceremonioso monarca

los mismos Júpiter, Apolo o el astro

pasaba horas antes de dejar la

solar. La transmisión de la simbología

cama y vestirse por completo; la

del mito solar era el objetivo del rey:

Corte estaba presente en todos sus

en torno al Sol, que ocupa una

actos: la cercanía al Rey simbolizaba

posición central, giran los objetos

su presencia y participación en el

celestes, que necesitan de la estrella

esplendor del firmamento. Los

para vivir.

aristócratas más cercanos eran privilegiados porque servían a su rey

Para ello era necesario construir un

hasta en las tareas más íntimas y se

eficaz programa propagandístico:

instalaban en pequeñas

cuadros, imágenes, medallones y

dependencias anexas.

monumentos exaltan la figura del rey, especialmente en Versalles. El mismo

En el recinto de Versalles surgen

palacio está construido para

pequeñas construcciones donde el

simbolizar la majestad y grandeza del

rey y los cortesanos pueden

monarca; así, su dormitorio, ocupa un

desarrollar sus actividades lejos de

lugar central en el eje este-oeste,

miradas indiscretas. Algunos edificios,

siendo a la vez lugar de culto y

como el Trianon de Porcelaine,

emanación de poder.

constituían el lugar de encuentro de Luis XIV con su amante de turno,

Sin embargo, la mejor propaganda del monarca la hizo él mismo: su vida diaria se desarrollaba siguiendo la ruta solar, de este a oeste, y cada acto estaba programado hasta la saciedad, incluso en sus más íntimos detalles. Su actividad cotidiana se convirtió en materia de culto,

madame de Montespan. Las fiestas en los fastuosos jardines servían, igualmente, para plasmar la grandeza del rey Sol. Fuentes, glorietas, esculturas y construcciones efímeras servían de escenario para realizar 52


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celebraciones deslumbrantes, a

Sus extravagancias se hicieron

veces de varios días. Algunas incluso

famosas. Se estima que una media

se quemaban, a propósito, para

de cien personas, todos hombres,

provocar la admiración de los

asistían a diario al despertar del Rey

invitados.

para presenciar el aseo, peinado, afeitado y desayuno del monarca. El

La grandeza del monarca se

almuerzo de Luis XIV, en un principio

plasmaba también en su entrada

privado, se convirtió también en un

solemne a las ciudades, realizando

acto público -similar al despertar- en

recorridos que continuaban la

el que los asistentes eran meros

tradición medieval y para los que se

observadores. Pero, además, impuso

construían suntuosos escenarios,

puntillosas reglas que designaban la

como arcos de triunfo de madera. El

superioridad de aquellos que podían

triunfo simbolizaba el éxito de un

dirigirse a los grandes personajes,

programa de gobierno garante del

cuándo y dónde. Para ganarse los

orden, el equilibrio y la virtud, tras el

favores del Rey, adquirieron suma

cual se situaba el monarca, protegido

importancia aspectos como la

de los dioses, como responsable del

belleza física o la posesión de fortuna

buen funcionamiento cósmico. La

suficiente para poder cambiar varias

ciudad se convertía en un escenario:

veces al día de indumentaria. Y es

sus plazas, calles y patios eran lugar

que para el monarca, el arte del

de ceremonia, espacio festivo y

aparentar era realmente primordial.

teatral. Habría que hacer referencia a la coquetería del rey y a su obsesiva preocupación por la imagen personal. Utilizaba tacones para compensar su pequeña estatura, no podía pasar por delante de un espejo sin mirarse en él, no sólo seguía las tendencias de la moda, sino que las imponía dada su enorme influencia: enormes pelucas de pelo natural, mangas adornadas de ricos encajes venecianos y, cómo no, sus famosos zapatos de tacón alto.

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Jose Antonio Borrero Me preocupa que la batería de la

Perú – Isla de Amantaní, Lago Titicaca

cámara está muy baja, ya aparecen las señales rojas de que se va a

- La llegada

acabar, pero bueno, espero que a mi

Navego en un pequeño barco a casi

familia de acogida no le importe que la

cuatro mil metros de altura, a través

enchufe en su casa para recargarla.

del lago Titicaca, en los Andes.

Ya vemos la isla. Es pequeña, desde

Mientras el sol de la mañana se eleva

lejos se ve casi entera. El barco arriba

entre las montañas, nos alejamos

en una ensenada de madera, y a

despacio del puerto de Puno y poco a

través de ella bajamos a una zona sin

poco se deja de ver la tierra. Si te

vegetación, con algunas casas. No veo

trajesen aquí desde tu país y te

ningún coche. El capitán del barco nos

soltasen desde el aire con los ojos

presenta a una mujer, que es quien

vendados, al abrirlos pensarías que

nos conducirá a Lanfranco y a mí

estabas adentrándote en cualquier

hasta nuestra casa en Amantaní. Es

mar del mundo, sin idea de en qué

de mediana edad y muy baja

costa o en qué lugar, y sin embargo,

estatura, cubierta con una especie de

este mar de agua dulce está en una

sayo con una capucha, casi como una

cordillera entre las montañas, a casi

monja. Nos dice varias cosas en

cuatro kilómetros del nivel del mar.

español, pero en cuanto le pregunto

El barco navega sin prisas hacia la isla

algo no responde con claridad. Lo que

de Amantaní. Allí una familia me

sí entendemos es que quiere que la

acogerá durante un día entero, lo he

sigamos, y lo hacemos a través del

contratado previamente con una

pueblo, que está casi a continuación

agencia en Puno. En la nave viajamos

de la ensenada. Las calles principales

unas doce personas de varios países,

son estrechas, por donde casi no

todos van a lo mismo. Me han

cabe un coche, y cuando nos

asignado un compañero para

adentramos, en el interior se

compartir hospedaje con la familia, se

estrechan más todavía. Hay cuestas

llama Lanfranco, es italiano pero habla

que no son uniformes y son difíciles de

bastante bien español y aparte de en

subir. Pero la mujer las sube sin

edades cercanas, coincidimos en las

dificultad. Vamos siguiendo a esa

ganas de aventura y de conocer esta

encapuchada pequeñita por el pueblo.

parte del mundo. Congeniamos rápido.

Lanfranco y yo tratamos de

Mientras hablamos el barco navega

colocarnos a su altura y darle

despacio, según tengo entendido

conversación. Ella a todo dice que sí

tardará unas tres horas. Hago fotos,

sin entender lo que le decimos y se ríe

aunque ya en el interior del lago casi

con una risa inocente, como si

sólo se ve agua por todas partes.

tratásemos de cortejarla.

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La comunicación

Por fin llegamos a su casa. Está casi

El sol está afuera y se está bastante

al final del pueblo, a las afueras, en

a gusto. La vivienda es muy modesta,

una elevación desde la que se puede

desde el patio se accede a todas las

contemplar el lago. Me detengo para

habitaciones. Las puertas son bajitas,

recrearme en las maravillosas vistas.

y casi todo está construido con

¡Qué magníficas fotos podré hacer

adobe o con palos de madera. Al final

cuando recargue mi cámara! Luego

del almuerzo nos preparan una

observo mi nuevo hogar, la

infusión de muña, que es una planta

construcción es de adobe, no tiene

que sirve para soportar mejor la

revestimiento exterior. Nos recibe en

altura. Ernesto dice que nos va a

la puerta un hombre y otra mujer.

venir muy bien para lo que viene a

Ambos parecen de la misma edad. El

continuación.

hombre se llama Ernesto, y nos dice

Nos van a llevar a una excursión, pero

en castellano que la que está a su

mientras llega la hora paseamos un

derecha es su esposa, y la que me ha

rato por los alrededores de la casa.

conducido hasta allí es la hermana de

Estamos en una elevación al borde

ella. Nos invita a entrar a un pequeño

del lago, y no puedes escapar a su

patio y nos indica a cada uno cuál es

embrujo. Te quedas mirándolo,

nuestra habitación. La mía está

hipnotizado, sin que pase el tiempo.

situada en una planta superior de la

Ernesto también sale afuera, pero él

casa, subiendo unas empinadas

tiene trabajo. Se sienta sobre un

escaleras de madera que están al

artilugio de palos de madera unidos

aire libre. Cuando entro, lo primero

por cuerdas que tiene preparado a

que busco es un enchufe para

las afueras de la casa. Es un telar.

recargar mi cámara, pero no

Sentado en un tablón situado en el

encuentro ninguno. Tampoco hay

centro del artefacto, con sus pies

luces. Sólo una austera mesita de

sobre unas tablillas como si fuese un

noche y sobre ella una vela.

coche y las manos por encima alternando tiras de lana de alpaca,

- El almuerzo

va haciendo que se entremezclen en

Cuando bajo de nuevo al patio ya

un entramado de tejido que va

está preparada la comida. Una

creciendo lentamente. Mueve su

especie de pan-bizcocho muy rico al

cuerpo de forma coordinada y

que llaman pankiki, con unos caldos

automática. Sin quitarse el sombrero,

vegetales y algunas variedades de

con los pies descalzos, su tez morena

patatas cocidas que nunca había

curtida por los años atiende a la

probado. Todo ello lo preparan en

máquina, aunque otras veces lo hace

una cocina de piedra con fuego de

al lago, donde se pierde su mirada.

leña, en el mismo patio exterior.

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La comunicación

- La tarde

Al parecer hay diez comunidades en la

Nos llevan a un lugar del pueblo donde

isla, y según costumbres que se

hay más turistas. Un guía nos dice que

pierden en el tiempo, una vez al año

vamos a subir a una montaña. No

hacen la fiesta de la Pachatata y la

está muy alta, pero en un par de

Pachamama, y se dividen, y unas suben

horas andando subiremos unos

a la montaña de la Pachatata y otras

doscientos metros más de altitud, y

a la de la Pachamama, y se saludan

con ello superaremos los cuatro mil

desde ambas.

metros con respecto al nivel del mar. Nos dice que conviene que vayamos

- La cena

cogiendo un poco de una planta que

Ya ha oscurecido, hace bastante frío.

crece a los lados del camino, y tras

Entro a cambiarme a mi habitación y

machacarla con las manos inspiremos

siento un inesperado cobijo. Estos

su olor. Es la misma muña que nos

muros de adobe, que parecían tan

dieron en la comida.

pobres y rudimentarios proporcionan

Al llegar a la cima la vista es increíble.

una buena temperatura. Las mantas,

En la distancia se intuyen los bordes

que parecen hechas a mano por ellos,

del lago que pertenecen a Bolivia, y

también transmiten calidez. Salgo al

más cerca, las costas y las pequeñas

exterior. El cuarto de baño está en

islas de Perú, que tienen un reflejo

una casetilla a las afueras de la casa.

plateado del sol de media tarde.

No hay agua corriente, sólo unos

Aunque esto es sólo un esquema

cubos de agua. Me alumbro con mi

mental de lo que cuenta el guía,

mechero en la ida y en la vuelta.

porque si lo miras desde otro lado,

En la habitación principal están todos

desde antes que existiesen Bolivia,

los demás. Es pequeña pero

Perú, España, los Incas, aquello debió

acogedora, se utiliza como sala de

de ser todo el universo conocido para

estar y cocina a la vez. El fuego no

los pueblos que vivirían en su costa, sin

sólo sirve para preparar los alimentos,

países ni fronteras definidas.

sino que además calienta el hogar. Los

El guía nos habla de que el nombre de

utensilios están colgados en la pared y

la isla es Amantaní, que en quechua

la mujer de Ernesto y su hermana a

significa “tierra de paz”, y que la

veces se levantan de unos taburetes

montaña en la que estamos se llama

pequeños a cogerlos mientras

Pachatata, que en quechua quiere

preparan la comida. Hay también

decir “padre tierra”. Pero en la isla, lo

algunos estantes de madera y piedra.

que más predomina desde donde

Todo parece fabricado por ellos.

estamos es otra montaña de casi la

Cuando la cena está dispuesta, el

misma altura, que se llama

fuego se queda encendido, y las

Pachamama, y que en quechua

mujeres acercan sus taburetes a la

significa “madre tierra”.

mesa.

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La comunicación

Durante la cena no hablamos mucho.

tipo: Munayki “te quiero” o Yumanakuy

Hay bastante silencio. Las mujeres de

“hacer el amor”. Se ha roto el hielo, y

por sí hablan poco, Ernesto está

Enrique comienza a hablarnos de sus

bastante ocupado en sus sopa de

vidas. Tuvieron varios hijos, pero todos

vegetales, y nosotros después de la

se fueron a la ciudad, aquello es

caminata tenemos bastante hambre.

pequeño y no hay oportunidades para

El que más interviene es Lanfranco,

todos. La vida allí es dura, se

que da muestras de apreciar mucho

despiertan a las cuatro de la mañana

la comida y siempre pregunta por los

y se acuestan a las ocho, siguiendo

ingredientes de cada plato. Esto es

siempre el ciclo del sol. Trabajan parte

natural en las personas a las que les

del tiempo en la casa, en el telar y

gusta cocinar, pero se cumple

otra parte cultivando una pequeña

especialmente para Lanfranco ya que

porción de tierras. A pesar de estar

trabaja como cocinero en Italia.

en medio de un lago no disponen de

Cuando terminamos de cenar

demasiada agua para cultivar. No

acercamos los asientos al fuego,

tienen un grupo electrógeno que les

formando un corro. Me parece raro

permita tener electricidad y mover

ver sentadas a las dos mujeres sin

agua para el cultivo. Nos habla como

hacer nada. Siempre están haciendo

un dios de Fugimori, un expresidente

algo, moviéndose. De vez en cuando

de Perú que está en la cárcel, porque

hablan entre ellas como en un susurro.

fue el único que les instaló un grupo

Es quechua. Les cuesta entendernos.

electrógeno en la isla. Pero a los años

Cuando les preguntamos algo apenas

se estropeó. Nos habla de aquella

asienten o repiten lo que les decimos.

época como dorada, en la que podían

Además son muy tímidas. Enrique

cultivar más cosas, ampliar su dieta e

trata de hacer de traductor, pero yo

incluso comerciar.

rompo la situación sacando un

Pero también Enrique nos habla con

pequeño cuadernillo que compré en un

orgullo de sus costumbres, de su

mercado de Cuzco “El Quechua es

historia. A pesar de estar tan aislado

fácil”. Todos se ríen al verlo y observar

parece un hombre sabio. Le encanta

mi seriedad y mi teatral interés por

escuchar cosas de nuestros países,

aprender quechua. Lo abro y se

se le nota en la cara una extraña

quedan expectantes a ver lo que digo,

fascinación cuando le damos detalles.

y ríen más fuerte todavía cuando

Finalmente, como mi cámara no tiene

intento leer alguna frase básica, como

batería, le enseño algunas fotos

un impronunciable: Imanollataq

hechas con mi móvil durante lo que

kaykanki? “¿Cómo estás?”, o un: Allinllaku

llevo de viaje por Perú. Cuando ve

kekayanki? ¿Estás bién?”. Pero lo que

Machu Pichu se emociona y casi llora.

más gracia les hace a las dos mujeres

A pesar de estar relativamente

es cuando busco varias palabras del

cerca, creo que nunca ha estado allí. 58


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La comunicación además está sumergido en un

- La fiesta

pequeño bosque, se hacen más

La maravillosa conversación se

oscuros aún. Si te pierdes estás listo,

termina, tenemos que irnos. Según nos

no hay luz en las casas, en las calles,

comentaron a la llegada, por la noche

por ninguna parte, y el lago es una

nos llevarían a todos los visitantes del

pared negra que sólo se intuye. Pero

pueblo a un lugar donde se celebraría

al llegar a un claro Lanfranco y yo le

una especie de fiesta. La hermana de

pedimos a la mujer que se detenga.

la mujer de Ernesto nos avisa de que

Miramos al cielo, hay algo que nos

ya es la hora, y nos advierte con un

llama la atención a los dos. Lanfranco

gesto de que nos abriguemos

dice:

bastante. Y efectivamente fuera

—Hay nubes —y yo le digo:

hace mucho frío. Y está muy oscuro,

—No, no son nubes.

pero nos conduce guiándonos con una

Cuando fijo la mirada en el cielo me

linterna hasta un local en el centro del

doy cuenta de que lo que lo recorre

pueblo.

de un lado a otro es la vía láctea, y en

Es muy humilde pero bastante grande

ese momento me doy perfecta

comparado con el resto de

cuenta de porqué le pusieron ese

construcciones. Hay un salón

nombre. Una noche sin luna, a casi

engalanado con banderas y telas

cuatro mil metros de altura, en una

típicas, iluminado todo por dos

isla en medio de un gran lago, sin luz

bombillas alimentadas por un

eléctrica…, nunca la he vuelto a ver

acumulador. Hay mucha gente allí de

igual.

varios países. A Lanfranco y a mí nos dan ropa típica de hombres, un

- Se acaba la noche

poncho y un gorro, y con las mujeres

Estoy escribiendo esto bajo la luz de

hacen otro tanto. Reparten también

una vela. He gastado el gas de un

vasos con chicha, su bebida típica.

encendedor para ir al servicio. Podía

Varios hombres cantan y tocan

haber ido con la iluminación del móvil,

instrumentos andinos en un pequeño

pero ya se me ha gastado la batería

escenario, mientras un ejército de

de la cámara de fotos, y no quiero

mujeres pequeñitas como nuestra

que además se me gaste la del móvil,

anfitriona se reparte por entre los

no por hablar por él, que no puedo,

visitantes para hacer que salgan a

sino porque mañana al amanecer no

bailar. Al final consiguen que baile todo

pueda hacer fotos. El amanecer aquí

el mundo, incluso yo.

debe ser maravilloso.

Cuando se acaba la música termina la

Apago la vela.

fiesta. La vuelta a la casa se antoja más complicada. La mujer va delante con una linterna por los tortuosos caminos del poblado, que como 59


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La comunicación

Rubén J. Triguero Sábado

El sábado se despierta caluroso, es

Ya en la estación, bajo hasta el

un avance de la primavera que ya

subsuelo y me encuentro con una

está cerca. Íbamos al museo Lázaro

estación detenida en el tiempo,

Galdiano, disponíamos de unas

cincuenta años atrás. Una serie de

entradas desde hacía meses, pero,

cabinas donde se emitían los billetes,

ya cerca de la parada en la que

donde se validaban, etc., e

debíamos bajar, recordé que no las

información relacionada con todo el

llevaba encima. Cuando estas cosas

funcionamiento y algunas estúpidas

son el día a día, uno debe colmarse de

normativas que imperaban en aquel

paciencia consigo mismo, y barajar

momento, como que las mujeres que

otras opciones, el resultado, Leica

trabajaban allí, debían permanecer

Store, que además se encontraba

solteras. La visita es realizada por un

cerca y había una exposición de

guía cada media hora, me dicen que

Steve McCurry. Paseamos hasta

puedo unirme a la que hay en ese

llegar a la tienda.

momento, o que bien puedo esperar

La exposición se dividía en dos

a la siguiente. Como esperar no es lo

plantas: recorrimos la planta superior

mío, me uno a la que se lleva a cabo

de la tienda, contemplando sus

en ese instante. Atravieso las

retratos icónicos, sus viejas glorias

escaleras y bajo hasta el andén, allí,

(por supuesto también se

una mujer con un micrófono nos va

encontraba la niña afgana) y poco

indicando algunas de las

después, paseamos por la planta

características propias de la

inferior, por lo más nuevo, fotografías

estación, así como el motivo de su

realizadas en China. A la salida nos

cierre: “Los nuevos vehículos de seis

separamos, ella se marchaba a una

vagones, requerían de estaciones

manifestación, yo me fui a la estación

más largas, debido a la curvatura

de Chamberí. Por el camino, portando

propia de la estación de Chamberí,

mi cámara de fotos, aprovechaba

esto no era posible, por lo que tras

para inmortalizar todo aquello por lo

muchos vaivenes, decidieron

que sentía curiosidad.

cerrarla”.

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La comunicación

Y a partir de ahí fue cuando empieza la magia: Chamberí en la más absoluta oscuridad empieza a deteriorarse, los trenes pasan a toda velocidad y la dejadez, el paso del tiempo y las propias vibraciones del pasar de los trenes, hacen que se deteriore a gran velocidad. Además, pronto empieza a estar habitada: personas sin hogar, con problemas, en la calle, empiezan a ocuparla por las noches. Debido a la dificultad de acceso, la gente esperaba en la parada anterior y tras el último tren de la noche, se dirigían hasta la estación abandonada, donde podían pasar la noche. A la mañana siguiente, debían dejar la estación antes del primer tren, si no, se veían obligados a quedarse allí el resto del día, ante la imposibilidad de saltar a la vía y llegar a la siguiente estación. Ahí empezaron las especulaciones sobre la estación y sus “fantasmas”, que dieron lugar a incontables historias, incluso a que se hicieran grabaciones de psicofonías en su interior. Al finalizar la visita turística, una proyección realizaba un paseo por toda la historia del metropolitano, desde su inauguración por el rey Alfonso XIII hasta nuestros días, con quizá, demasiadas alabanzas a un sistema de transporte amplio y extenso (la tercera red más amplia del mundo) pero muy lejos de ser perfecto.

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Fotografías: Rubén Jiménez Triguero. Estación de metro de Chamberí, Madrid.


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La comunicación

CONT-


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Pedro Pérez Linero Ramón J. Romero Luis Utges Chema Gil Santiago Rafael Barrios Orozco Beg O Mar

RIBUCIO NES Jose Manuel Reyes Gema López

Alicia Martín Palomares Margarita M

Nacho Martín Carmen Martínez Sánchez Jose Antonio Borrero Rubén J. Triguero


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La comunicación POESÍA

Pedro Pérez Linero (Arcos de la Frontera, Cádiz, 1977) Uno de los fundadores y editores de la revista cultural Plumabierta que, desde que fuese fundada en su localidad natal en 1997, ha publicado veintiuna entregas. Desde 2007 reside en Edimburgo, donde actualmente compagina estudios y trabajo. En lo que a Poesía se refiere, tiene previsto publicar el poemario, “Una Habitación con Vistas al Mar”, en marzo de 2022. Aparecerá en formato digital a través de Stellarium Books, un proyecto editorial personal que acaba de crear para gestionar la publicación de sus propios trabajos. Instagram: @stellarium.books Ramón J. Romero (Huelva, 1975) Licenciado en Derecho de formación. Funcionario de prisiones de profesión y escritor a ratos. Luis Utges (Madrid, 1979) Estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid y Cine en San Antonio de Los Baños. Cuba. Empezó su periplo audiovisual realizando Spots para diversas multinacionales como: Philiphs, Schneider, Osram etc… Su primera incursión en la ficción fue en 2014 con Mi Esencia, seleccionado en el Mombasa Gin Festival. Redención es su segunda obra, realizada en 2017 y seleccionada en el Screamfest Horror Film Festival de Los Ángeles. https://www.luisutges.com/. Beg O Mar (Sevilla, 1976) Filósofa reciclada en bibliotecaria, refugiada en la literatura y los libros, desde los que construye puentes y espacios de encuentro (clubes de lectura). Escritora residente de Oniria. FOTOGRAFÍA

Chema Gil Santiago (Sevilla, 1963) Bibliotecario de la Universidad de Sevilla. Publicados relatos en obras colectivas, y poemarios como "El exilio de los sueños" Uned, 1994. Tasquero desde los 15 años. Rafael Barrios Orozco (Jerez, Cádiz, 1976) Reside en Arcos de la Frontera desde 1976. Técnico superior en Imagen. Componente de la Asociación Fotográfica Arcense Fo-cal, con la cual ha participado en varias exposiciones colectivas. Trabaja actualmente en el departamento de Comunicación del Ayuntamiento de Arcos de la Frontera. De palabra u omisión.


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La comunicación RELATO

Jose Manuel Reyes (Ayamonte, Huelva, 1974) Suerte de malabarista especializado en no dejar caer al suelo ninguna de las facetas que le integran: literatura, abogacía, inteligencia emocional y canción de autor. Se adentró en las letras escribiendo el texto de sus canciones; luego entraría en juego la poesía; y actualmente es el relato el espacio literario que más transita. Gema López (Ayamonte, Huelva, 1974) Su vida transcurre entre su lugar de nacimiento e Isla Cristina, donde pasó sus primeros cinco años de vida. Trasladó su residencia a Huelva, por imperativo familiar. Comenzó estudios F.P. lo que la hizo desarrollar su actividad profesional en la rama administrativa. Ya, desde su tierna infancia, apuntaba dotes para la creatividad literaria -transmitida genéticamente- empezando a destacar en el colegio por sus originales redacciones, cuentos y hasta haciendo pinitos como guionista de una obra de teatro para el colegio. Recientemente ha publicado un libro. Ella nos presenta su primera novela, "La fuerza de Alexia", ambientada en esos lugares de su infancia y juventud, que tan bien conoce. Y Portugal. Alicia Martín Palomares (Sevilla, 1955) Escribir y crear como necesidad y amparo desde los 7 años. No universitaria. Filósofa, teóloga y escritora ignorada e ignorante. Condenada a trabajar desde los 16 años. Intelectualmente sacrificada para que los hombres de la familia pudieran estudiar. Millones de cursos y seminarios en mi peregrinar rebelde. Autodidacta. Espiritualidad in crescendo. ARTE DIGITAL/ILUSTRACIÓN

Margarita M (Sevilla, 1978) Graduada social en pause. Locutora e ilustradora en prácticas. Nacho Martín (Sevilla, 1966) Pintamonas, aprendiz. Religiosamente woodysta; marxista y kraheiano. Contemplativo, hedonista. Peliculero, amante de la charlotada; lector discontinuo y valedor del punto y coma. nachomartin.weebly.com


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La comunicación NO FICCIÓN

Carmen Martínez Sánchez (Camas, Sevilla, 1964) Periodista y escritora, correctora de textos, especialista en comunicación institucional, protocolo, marketing político y relaciones públicas. Se doctoró en Comunicación por la Universidad de Sevilla (2009), donde ha impartido clases sobre Protocolo como profesora invitada. Hasta la fecha, ha publicado ensayos divulgativos en ediciones colectivas y se siente especialmente orgullosa de su obra “El Protocolo como herramienta estratégica de comunicación”. Una constante histórica y estudio de casos actuales (2009). Con ella obtuvo el Premio Blas Infante de Estudio e Investigación sobre Administración y Gestión Púbica (XIII edición), concedido por el Instituto Andaluz de Administración Pública. Su espíritu inquieto le ha llevado a investigar en el ámbito del Liderazgo y el Crecimiento Personal. En la búsqueda de un mayor bienestar interior, serenidad, paz mental y libertad personal se sumerge en esta nueva publicación con la que pretende mostrar este viejo mundo con ojos nuevos llenos de ilusión, alegría y amor. https://www.carmenmartinezsanchez.com/ Jose Antonio Borrero Cumplido (Sevilla, 1968) Aprendiz de escritor, y cada vez más consciente de la frase de Charles Chaplin: “En la vida todos somos aprendices, la vida es tan corta que no da para más." Corta, breve y efímera, como las historias que escribe en su blog: http://www.breveyefimero.es/ Rubén J. Triguero (Sevilla, 1985) Reside en Madrid desde 2012 y se dedica al desarrollo web. Ha publicado la colección de relatos «Si sale cara» (Boria ediciones, 2018) y ha participado en los proyectos: «Versos al paso» y «Llévate un poema a casa». https://otracarreraalanochecer.wordpress.com/


ONIRIA 05

La comunicación

AGRADECIMIENTOS ¡Muchas gracias por la participación! El próximo número saldrá en marzo de 2022 cuyo tema será: "el encuentro". Envío de contribuciones a oniria.literaria@gmail.com hasta el 1 de marzo.



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