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Afganistán y los necesarios escenarios de paz
from MAGAZINE #25
by OMPP - WOFP
Después de veinte años de guerra, parece ser que los talibanes regresarán al mismo lugar de donde se fueron en 2001. Los talibanes, son una organización islamista sunita, mayoritariamente compuesta por miembros del grupo étnico pasthtun (pastún), que es el mayoritario en Afganistán. Cabe resaltar, que en ese país de cuarenta millones de habitantes, no hay ningún grupo étnico que disponga de una mayoría absoluta.

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La guerra lleva acompañando a esa Nación desde hace más de cuarenta años. En ese sentido, no había pasado un año de haber inaugurado la República Democrática de Afganistán en 1978, conformada por un gobierno socialista, ateo y que propugnaba por la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, cuando los soviéticos invadieron ese país, en un conflicto que se prolongó por catorce años. Luego devino la intervención estadounidense y sus aliados que duró veinte años.
La rápida ofensiva talibán registrada en el mes de agosto de 2021, que hizo posible la irrupción de este grupo a la capital Kabul, dan cuenta que este grupo goza de amplia legitimidad al interior de su país. El hecho de haberse logrado mantener en pie de lucha por más de cuarenta años, con una coalición en contra compuesta por 21 naciones y encabezada por Estados Unidos nos habla que los talibanes han recibido permanente apoyo de otros países, como Pakistán o Arabia Saudita, que han permitido solventar parte de los gastos militares de este grupo ultraconservador.
A más de veinte años de estos hechos, los resultados que ha traído esta guerra han sido astronómicamente altos, tanto en los costos de vidas humanas como de recursos económicos.
Según estimados, la intervención militar ha dejado a su paso más de 120 mil personas asesinadas y un costo para los contribuyentes estadounidenses de un 1 billón de dólares. Resulta pertinente reflexionar sobre la utilidad de las guerras, ¿No resultaría más eficaz desarticular a las redes terroristas invirtiendo en infraestructura, hospitales, escuelas o puestos de trabajo más que destinarlo en la adquisición de armas y el despliegue y mantenimiento de un ejército de invasión?
Joe Biden había advertido tres semanas antes de la llegada de los talibanes a Kabul, que este grupo tenía “más fuerza militar” que en ningún otro momento. Fueron sólo los primeros años de intervención cuando se debilitó de mayor forma a diversos grupos terroristas, como Al Qaeda y a los propios talibanes, los cuales tuvieron que replegarse a las montañas de Pakistán. El problema es que, pese al repliegue, estos continuaron generando recursos gracias al narcotráfico, ya que Afganistán es el país que más opioides genera en el mundo. La cual, según estimados del año 2018, generó ganancias superiores a los 1.500 millones de dólares.

Mientras que el gran promotor de la entonces nueva cruzada de Occidente hacia Oriente, el entonces presidente George Bush, quien decía que Estados Unidos debía de promover los ideales de la democracia en Medio Oriente, el actual mandatario demócrata, Joe Biden, sostuvo: “Nuestra misión en Afganistán nunca fue la construcción de una nación. Nunca fue crear una democracia unificada y centralizada”. El expresidente soviético, Mijaíl Gorbachov, quien gobernó entre 1985 a 1991 compartió la idea de lo absurdo de esta guerra. “Fue desde el principio una empresa fallida…Se basó en una exageración de la amenaza y en unos conceptos geopolíticos poco claros. A eso se sumaron los intentos poco realistas de democratizar una sociedad multi-tribal”.
Estas declaraciones vienen de quién hace 31 años tomó la misma decisión que el actual mandatario estadounidense, Joe Biden, de retirar las tropas soviéticas de Afganistán.
El lado más cruento de todo ello recaerá en el peso de las mujeres, si pensamos que durante el breve periodo que duró el gobierno Talibán (1996-2001) se estableció la sharía (ley islámica) como la constitución política del país. Lo que trajo la prohibición de la educación femenina, el uso del televisor, la música, el cine, además de consentir la aplicación de formas de castigo tales como la lapidación o la amputación del algún miembro del cuerpo.

En ese sentido podemos decir que la retirada de tropas estadounidenses de Afganistán traerá diversas consecuencias tanto en lo social y económico del país. En principio, porque se verán reducidas las libertades individuales y los derechos humanos. Además, se pronostica un mayor acercamiento de Rusia, China y Pakistán, quienes anhelan invertir en la riqueza mineral de ese país. Ya que, según un informe del Pentágono, Afganistán sería la Arabia Saudita del litio, con reservas aproximadas de 1 billón de dólares. Por otro lado, ya existe el deseo de muchos talibanes de renombrar a su país como el Emirato Islámico de Afganistán.
Veremos en que termina este escenario de recomposición geopolítica, al respecto de la Organización Mundial por la Paz, seguiremos atentos y trabajando para fortalecer los escenarios de paz y coadyuvar en la pacificación de la región.
#TodosJuntosPorUnMundoMejor

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