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Los años de plomo
from MAGAZINE #21
by OMPP - WOFP
El mes de septiembre se rinde homenaje en Italia al General Carlo Alberto della Chiesa. Este personaje jugó un papel muy importante en la lucha contra el grupo terrorista de izquierda, las Brigadas Rojas (Brigate Rosse) y en contra de la mafia de Cosa Nostra, ubicada en Sicilia.
Della Chiesa se sitúan en uno de los momentos más álgidos de la historia de Italia. En cuestiones políticas se dirime el poder entre el Partido de la Democracia Cristiana y el Partido Comunista Italiano. En el sur de la península, desde los tiempos de la posguerra comienza a resurgir un tercer poder, el poder de la mafia. La década de los 60 y 70 son conocidos por todos los italianos, como los años de plomo (anni di piombo). El número de víctimas, entre miembros de las organizaciones mafiosas, jueces, políticos y periodistas superan el millar de personas.
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En ese momento Della Chiesa, habiendo adquirido la Legión de Carabineros de Palermo, inicia una serie de investigaciones entorno a Cosa Nostra que lo llevarán a realizar el Dossier de los 114. Este dossier permitió visibilizar los nuevos mapas del poder criminal de Palermo y dio luz sobre las relaciones entre mafia y política. Gracias a este documento se pudieron efectuar 76 detenciones de boss mafiosos. Entre las innovaciones que realizó Alberto della Chiesa fue la de confinar a los jefes de la mafia en lugares aislados, en específico en islas (Lampedusa, Linosa o Asinara). Anteriormente eran encarcelados en prisiones del norte del país. Se pensaba que mandando a los criminales al norte, a las zonas de la boyante industria, podrían mejorar sus conductas, estando lejos de su lugar de origen. Lo que observó Della Chiesa fue que los tentáculos de la mafia llegaban a incidir también en las prisiones del norte.

Cosa Nostra llevaba consolidando su poder por medio del contrabando tras concluir la Segunda Guerra Mundial. La década de los 60 empieza con el auge de la heroína. Esta droga catapulta económicamente a los clanes criminales de Cosa Nostra. Al aumentar su capacidad adquisitiva logran adentrarse a las esferas políticas y económicas, financiando elecciones y partidos políticos. Con ello acceden legalmente a contratos en infraestructura, a tener acceso al mercado de hortalizas y frutas, abigeato, carnicerías clandestinas, monopolios. Sicilia se ubica en pleno corredor del mar
Mediterráneo, y a unos cuantos cientos de kilómetros de Túnez y Libia. Esto la sitúan en una posición estratégica para la importación de heroína proveniente de África y Medio Oriente. La heroína era procesada en lugares clandestinos de Sicilia para posteriormente distribuirla en Europa.
Para ese entonces, en el año de 1973, Della Chiesa centra su batalla en contra de las Brigadas Rojas y crea la Estructura Orgánica Antiterrorista. En ese cuerpo compuesto por una decena de oficiales de Armas de Carabineros, comienza a infiltrarse en la organización de extrema izquierda. Todo esto da resultados un año después, en 1974, cuando son arrestados Renato Curcio y Alberto Franceschini, exponentes de la estructura del grupo armado de las Brigadas Rojas.
El 9 de agosto de 1978 el gobierno reconoce su labor y decide nombrarlo C. Le hes encomendado investigar uno de los casos más emblemáticos de la historia de Italia, el asesinato del Primer Ministro y Presidente del Partido de la Democracia Cristiana, Aldo Moro. Quien había sido secuestrado por las Brigadas Rojas el 16 de marzo de 1978 después de que el grupo terrorista asesinase a cinco de sus escoltas. Aldo Moro estuvo dos meses en cautiverio. En ese tiempo escribió diversas epístolas, muchas de ellas enviadas a políticos y al Papa Pablo VI. El grupo guerrillero pedía como rescate la liberación de varios de sus compañeros encarcelados. Las negociaciones se truncan negligentemente por ambas partes y esto lleva al asesinato del Ministro el 9 de mayo del 78. Della Chiesa descubre los múltiples intereses políticos que hay en juego, entorno a su asesinato. Entre ellas el interés que tenía Aldo Moro de querer admitir a miembros del Partido Comunista Italiano en una coalición gubernamental con la Democracia Crisitana. Esto disgutaba a los intereses de políticos de ambos partidos, pero sobre todo de Estados Unidos. La misma viuda de Moro, narró un encuentro sostenido entre su marido, Henry Kissinger y un oficial de inteligencia norteamericano que les advirtió sobre su estrategia de introducir al Partido Comunista en el gabinete, con la amenaza: «Debe abandonar su política de colaboración con todas las fuerzas políticas de su país... o lo pagará más caro que el chileno Salvador Allende, nosotros jamás perdonamos». Según contó su mujer, Moro quedó tan conmocionado por la amenaza que llegó a enfermar, pensando incluso en retirarse de la política.

Para ese entonces, Della Chiesa había reunido bastantes informes, entre ellas cartas escritas por Aldo Moro días antes de su ejecución, en la que responsabilizaba a políticos y ministros de su muerte. La investigación queda abierta y Della Chiesa es nombrado el 6 de abril de 1982 Prefecto de Palermo, con la misión de pacificar la isla y poner fin a la guerra entre los clanes mafiosos. Habían pasado cinco meses de aquel nombramiento cuando él y su esposa fueron asesinados por miembros de la mafia. El atentado le fue adjudicado al jefe mafioso Salvatore Riina, y a otros personajes implicados, como Giuseppe Lucchese o Benedetto Santapaola, quienes después serán condenados por estos hechos. Algunos autores, incluído su hijo, Nando della Chiesa, sostuvieron que el asesinato del Prefecto de Palermo se debió realmente al papel que el general había jugado en la investigación del asesinato del ex primer ministro Aldo Moro. Muchas voces señalaron que su asesinato se llevó a cabo bajo conocimiento de importantes figuras cercanas al Primer Ministro, Giulio Andreotti y a otros políticos pertenecientes a la Democracia Cristiana.
Según Tomaso Buscetta, conocido como el boss de los mundos, perteneciente a Cosa Nostra y quien fue el testigo protegido (pentito) más importante de la justicia italiana, declaró que “a Della Chiesa lo mandaron a Palermo para desacerse de él. No había hecho nada en Sicilia que pudiera justificar este gran odio contra él”.
