OFFmag ISSUE-ZERO, Tarzan

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.música

Después de desengaños con la industria, cambio de discográfica y errores de estrategia, Los Sencillos vuelven con un nuevo disco que debería devolverles al primer plano del panorama pop nacional.

Con “Colección de favoritas” (Dro), Miqui Puig ha demostrado dos cosas. La primera, es que es inasequible al desaliento. La segunda, que sigue siendo capaz de crear canciones pop llenas de melodías pegadizas, sensibilidad generacional y referencias sabiamente administradas. Nadie duda de su integridad artística ni de su capacidad compositiva, pero la sombra de la duda se cierne implacable sobre un grupo cuya trayectoria empezó con fuerza y se ha visto ensombrecida por un cúmulo de desafortunadas circunstancias. ¿Qué ha fallado en Los Sencillos para que no hayan podido repetir el éxito ya lejano de “Bonito es”, una canción de su segundo elepé, “Encasadenadie” (1992)? «Los dos últimos discos que sacamos con Ariola -”Seres positivos” (1993) y “Los Sencillos” (1995) - no recibieron apoyo promocional porque para el nuevo equipo de marketing éramos una herencia de la anterior directiva, y no les convenía que funcionásemos. Luego, con Dro, editamos “Bultacos y Montesas” (1997). Teníamos la necesidad de investigar y encontrarnos con nosotros mismos, y tal vez no era el momento para eso», explica Miqui. La escasa repercusión de un disco en el que Miqui Puig intentaba tender puentes entre su bagaje pop y sonidos house, drum’n’bass o trip hop supuso un duro golpe para la moral del grupo. En vez de desesperarse con una mala racha que ya duraba demasiado, decidió ponerse a trabajar de nuevo. Reconstruyó el grupo por completo, compuso casi medio centenar de canciones y decidió echar el resto. El resultado es “Colección de favoritas”, el álbum más melancólico de Los Sencillos hasta la fecha, lleno de canciones con gancho indiscutible como “Nada nuevo”, preñadas de sentimiento como “Mi casa” o involuntarios retratos generacionales como “Banda sonora”, “Acid House” o “Colección de favoritas”, que da título al disco, donde las cuerdas también tenen un importante papel: «Eso viene de la fascinación por Elvis, el sonido Filadelfia, el soul. Hemos escuchado mucho northern soul últimamente», justifica Miqui. Los Sencillos, en fin, han optado por regresar al terreno en el que mejor se mueven: el del pop melódico. Abundan en su nuevo disco las referencias a los grupos españoles de la movida, incluso hay guiños a la canción melódica española. La mención a Astrud se hace inevitable. «Manolo de Astrud y yo tenemos muchos referentes comunes. Hay canciones suyas con las que me siento muy identificado», admite Miqui, que defiende sin complejos su eclecticismo musical: «Sigo escuchando vinilos de Creation, los Small Faces o Georgie Fame, y llevo una cinta en el coche donde suena Manzanita, Serrat y Elvis Presley. Ahora resulta que hay chavales de 18 años que reivindican la movida madrileña, cuando hace poco se pretendía borrar de un plumazo aquella época». Una época que no ha tenido correlato en los 90, a pesar de que Los Sencillos podrían haber cumplido dignamente con la tarea de líderar el relevo generacional. No ha podido ser, pero aún están a tiempo de conseguir que su propuesta, fresca y elaborada a la vez, se abra paso en el adocenado panorama del pop comercial hispano.

.Los Sencillos Quien la sigue la consigue texto. Isidre Estévez


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