Impulsado por el auge de su sector minero y el rigor de sus políticas macroeconómicas, Perú vive desde principios de los años 2000 un periodo de desarrollo espectacular, calificado
de «milagro peruano». El PIB nominal en dólares se ha multiplicado por casi cinco en unos veinte años y los diferentes indicadores de desarrollo humano y de pobreza han registrado avances significativos. Esta secuencia es más notable aun sabiendo que las dos décadas anteriores (1980-2000) estuvieron marcadas por la guerra civil y el marasmo económico.