Los pros y contras de la dolarización total se debatieron ampliamente a principios de la década de 2000 en el marco de los regímenes cambiarios sostenibles (revisión bipolar) y la (nueva) teoría de las áreas monetarias óptimas [6] . Según esta literatura, los principales beneficios de la dolarización pueden resumirse tal como se muestra a continuación.
1.1 – BENEFICIOS DE LA DOLARIZACIÓN TOTAL 1.1.1 – Estabilización macroeconómica En los países en que la política monetaria ha perdido credibilidad, la adopción de una moneda extranjera puede representar un fuerte mecanismo de compromiso (Del Negro et al. 2001) y estabilizar la situación monetaria y financiera. Este beneficio significativo en términos de credibilidad de la política monetaria se relaciona principalmente con su casi irreversibilidad. Revertir la dolarización es prácticamente imposible y conllevaría enormes costes [7] en comparación con abandonar un acuerdo de caja de conversión o un régimen de tipo de cambio fijo. Después de adoptar explícitamente la moneda de otro país (p. ej., Estados Unidos) que tiene una política monetaria más creíble, se espera que la inflación y las tasas de interés en una economía dolarizada converjan hacia el nivel del país emisor (Winkler et al., 2004). Algunos estudios (Fischer, 1982; Eichengreen, 2000) sugieren que la dolarización mejoraría la disciplina fiscal al descartar la posibilidad de financiación monetaria de los déficits fiscales. Además, al rechazar definitivamente la posibilidad de financiación inflacionaria, la dolarización también podría fortalecer las instituciones financieras y crear un sentimiento positivo para los inversores nacionales e internacionales.
En esta línea, los primeros años de dolarización en Ecuador ilustraron ciertamente la mejora de la estabilidad macroeconómica gracias a una política monetaria creíble. El marco legal inicial del banco central tras la dolarización de Ecuador impuso un claro sistema de prioridades en su balance general que limitaba estrictamente la financiación monetaria del gobierno central. Sin embargo, este marco se modificó durante el período 2008-2014 y allanó el camino para un aumento en la tenencia de bonos del gobierno por parte del banco central. La financiación de la deuda pública por parte del banco central permitió una fuerte expansión fiscal entre 2008 y 2014, mientras que el déficit presupuestario creció sin cesar durante el período 2008-2016. Dicha financiación también podría haberse dado en una economía no dolarizada, pero seguramente habría tenido consecuencias inflacionarias. 1.1.2 – Primas de bajo riesgo La dolarización oficial excluye la posibilidad de devaluaciones repentinas y pronunciadas del tipo de cambio, lo que reduce la prima de riesgo del endeudamiento externo. Además, es probable que la dolarización mejore el acceso a los mercados financieros internacionales. La reducción del riesgo cambiario y de los costes de información podría reducir los costes del endeudamiento para el gobierno y el sector privado (Calvo, 1999). Asimismo, se espera que la dolarización total evite salidas súbitas de capital motivadas por el temor a una devaluación. Finalmente, la evidencia teórica sugiere que la dolarización puede contribuir a la estabilidad financiera y mitigar el riesgo de controles de capital imprevistos (Berg y Borensztein, 2000).
6 Véase Winkler et al. (2004) para profundizar sobre los fundamentos teóricos de la dolarización.
7 De hecho, hay pocos casos de desdolarización y, en su mayoría, están
relacionados con la obtención de la independencia del país en cuestión
(Winkler et al. 2004). Liberia ilustra uno de los pocos ejemplos de reversión de la dolarización oficial. La agitación política y la guerra civil (en un contexto de fuertes desequilibrios fiscales) pusieron fin al régimen de dolarización,
vigente durante más de cien años. Más recientemente, Zimbabue abandonó la dolarización en 2019, tras un período de importantes déficits fiscales
financiados por instrumentos cuasimonetarios no convertibles, combinados con controles de cambio de divisas y retirada de fondos, lo que desembocó en distorsiones económicas significativas.
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© AFD – Macroeconomía y Desarrollo – Julio de 2020