Arte
la estética del silencio
En 1967, en La estética del silencio, Susan Sontag esbozó sus ideas sobre los objetivos éticos y estéticos del arte contemporáneo: la tarea del artista, considerada como «actividad absoluta», debe concluir en el silencio, en la abstracción total, en la autonomía integral del mensaje y en la ruptura del propio instrumento.
Cuerpos perforados en la Bienal de Venecia
En la pieza audiovisual The Statues (2018-19), Itziar Okariz dialoga con bustos y obras de arte, como el Retrato de mi mujer (1947), de Jorge Oteiza. © Pilar Oteiza, A+V Agencia de Creadores Visuales, 2019.
El proyecto español de la Bienale 2019, comisariado por Peio Agirre, une los trabajos de Itziar Okariz y Sergio Prego. Bajo el título Perforado Por, expresan el concepto de ocupación desocupada. texto Juan Pablo Huércanos [Com
94], subdirector del Museo Oteiza fotografía Acción Cultural Española 100—Nuestro Tiempo verano 2019
Cada edición de la Bienal de Venecia necesita generar una imagen que asegure su pervivencia visual hasta su próxima celebración y que sirva para actualizar su carácter de emblema internacional del arte contemporáneo. Esta dependencia de un icono es el precio que debe asumir por mantener su periodicidad, que obliga a esperar dos años entre un certamen y otro. La Bienal de 2019 ha dispuesto, desde el primer momento de su apertura, de esa ansiada fotografía estelar: la del barco en el que murieron 723 inmigrantes tras
hundirse frente a la costa de Lampedusa y que ahora se exhibe encallado sobre el Arsenale veneciano, como parte del proyecto del artista Christof Büchel. Considerado «reliquia de una tragedia humana» por la organización, esta embarcación fantasma, varada en tierra tras ser rescatada de las profundidades del mar, cumple así una doble función: de marcar el carácter social que el certamen ha querido imprimir a la 58.ª edición y, también, de aportar contenidos más cercanos a los mecanismos del