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La inversión fija bruta, es

Los resultados de las casas encuestadoras que evalúan a los gobernantes mexicanos varían mucho. Por ejemplo: El Financiero (el cual no manifiesta ninguna simpatía ni ideológica ni política por AMLO) generalmente encuentra las cifras más altas para el Presidente, y en cambio Mitofsky por lo general arroja las más bajas aunque también encuentra que siguen siendo altas.

Las encuestas que se hacen para evaluar a los gobernadores también contrastan. Arias Consultores, por ejemplo, situó a Claudia Sheimbaum el pasado mes de enero en el lugar número 20, mientras que Mitofsky la ubicó en la tercera posición.

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Por más que las metodologías sean diferentes no puede haber tantas distancias. Unas están mal hechas o están “cuchareadas”. Hay gobernantes que suelen dar propinas a algunas de esas empresas, para decirlo de manera elegante, y eso altera los resultados hacia la alta y hacia la baja, así que no es fácil sacar conclusiones objetivas de esas mediciones. No obstante, las más reconocidas y constantes nos ayudan a hacer lecturas momentáneas, aunque también tendenciales, de los procesos políticos.

En las más recientes de Mitofsky, que dirige el culichi Roy Campos, observamos que el Gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, alcanza en enero los porcentajes de aprobación más altos desde el mes de agosto cuando empezaron a ser evaluados los gobernadores por esta empresa. Ordaz Coppel pasó de un registro de 62.9 por ciento en diciembre de 2019 a 64.8 por ciento en enero de 2020. Se conserva en el segundo lugar de los gobernadores mejor evaluados en el País, detrás del yucateco Mauricio Vila, del PAN, que ha sido el mejor calificado desde agosto del año pasado, pero quien ha empezado a descender paulatinamente. Vila en diciembre obtuvo 78.8 por ciento de aprobación y en enero 72.8 por ciento.

A Quirino le pasa algo semejante que a AMLO: la mayoría de los ciudadanos lo evalúa bien al margen de sus errores e insuficiencias. Por ejemplo: en el combate a la corrupción no hay grandes logros. Los acuerdos para no sancionar a fondo a los funcionarios de Malova y de éste mismo parecen más que evidentes. Incluso ya empieza tener costos políticos importantes. La

salida de Ortega Carricarte, ex Secretario de Administración y Finanzas, así lo demuestra.

Habrá que ver si este suceso reciente afecta la evaluación favorable que hasta ahora ha tenido Quirino, pero por lo pronto podemos decir, como hipótesis, que la comunicación política, que incluye el estilo personal del Gobernador, al igual que con AMLO, le ha ayudado a conseguir buenas calificaciones.

Quirino no da conferencias mañaneras todos los días, pero sí recurre a la radio con mucha frecuencia y tiene una comunicación directa constante con la población, amén de tener un estilo tropical parecido al de AMLOllano, salpicado de lenguaje coloquial y picoso, de apapachos, selfies, mandón y ejecutivo, es decir, de reflejos políticos rápidos-. Es decir, Quirino, al igual que López Obrador, encontró una estrategia eficaz de comunicación política, la cual tiene mucho que ver con su personalidad.

En un ámbito municipal, más local y reducido, y por lo tanto con mejores condiciones para ser observado con mayor precisión, vemos como el Alcalde de Mazatlán, “El Químico” Benítez,

Libertad de expresión,

nuevas amenazas

DIEGO PETERSEN FARAH @DiegoPetersen SinEmbargo.MX

A Sergio Aguayo

La libertad de expresión ha sido, es y será siempre uno de los derechos que más molesta a los poderosos, sean de izquierda o de derecha, populistas o neoliberales. No es un asunto de colores ni de ideologías, es un tema de poder. Cuando la libertad de expresión se ejerce se convierte en automático en un contrapoder, en un límite a los excesos y abusos de quien lo detenta, y eso no le gusta a nadie.

Visto desde los poderosos, y aun suponiendo la buena voluntad de los gobernantes, la libertad de expresión siempre se ejerce en exceso, pues limita la libertad de acción, entorpece la toma de decisiones y merma no sólo la autoestima, que en los políticos suele ser más bien alta, sino la capacidad transformadora de un Gobierno, eso que ellos creen que es mejor para la sociedad o dicho pomposamente “su legado”. Basta ver la diferencia de comportamiento que tienen los políticos con la prensa cuando son candidatos y más aún si son de Oposición, que cuando tienen la responsabilidad de gobernar y el poder en sus manos para entender cómo el poder transforma y trastorna.

El caso de Sergio Aguayo, pero sobre todo los de cada uno de los periodistas asesinados en este país, ponen de nuevo sobre la mesa esta relación compleja entre autoridades y periodistas, pero sobre todo los pantanosos y veleidosos límites de la libertad de expresión. En todos los sistemas políticos, en todos los países, existen la leyes y reglamentos que protegen y limitan la libertad de expresión y al mismo tiempo usos, costumbres y normas no escritas que la limitan. Los poderes fácticos y la disfuncionalidad del sistema político establecen, más allá de la ley, los verdaderos alcances de este derecho y las formas socialmente aceptadas de ejercer el periodismo.

Hace no muchos años se decía que en México había libertad de expresión, mientras no tocaras al Presidente, al Ejército y a la Virgen de Guadalupe (cuyo manto protector en realidad incluía a toda la curia). Esos y no los establecidos por la Constitución eran los verdaderos límites. La llegada de la democracia los derrumbó. A partir de 1997 lo valiente ya no es atacar al Presidente sino defenderlo (Monsiváis dixit); el Ejército dejó de ser intocable, aunque viva intocado, y los asuntos que tienen que ver con abusos o delitos de líderes religiosos se ventilan con bastante naturalidad.

Pero aparecieron nuevos poderes fácticos, como el crimen organizado, y surgieron renovados vientos de autoritarismo que obligan a poner de nuevo sobre la mesa la relación con el poder. Acoso jurídico, ataques directos desde las tribunas del Presidente o los gobernadores, bombardeos cibernéticos orquestados desde los gobiernos, cuando no atentados orquestados desde el crimen organizado obligan a revisar de nuevo dónde estamos parados como sociedad en este tema.

No hay democracia sin libertad de expresión, es cierto, pero tampoco hay libertad de expresión sin una sociedad que la exija y la respalde.

también tropical pero rupestre, tiene un estilo de comunicación totalmente fallido, en el que su conducta pública rompe con la mesura y la prudencia.

“El Químico” Benítez justificó haberse empinado públicamente una bebida alcohólica porque le parecía una “descortesía” negarle un brindis al cantante Julión Álvarez quien se lo solicitó en medio de un espectáculo el fin de semana pasado. El asunto parece menor ante temas más relevantes, pero no lo es. Un gobernante serio y experimentado, respetuoso de los ciudadanos y su envestidura, tiene que preservar las formas (Jesús Reyes Heroles decía que “la forma es fondo”, y tenía razón), máxime si tiene mayores aspiraciones políticas, y Luis Guillermo Benítez las tiene. El Alcalde mazatleco le respondió a una plataforma periodística cuando le preguntaron si “le latía su corazoncito” para ser candidato a Gobernador de Morena en 2021: “ Yo soy un soldado del Presidente, y por supuesto si él me lo pide, sí, pero no está en mis objetivos fundamentales”.

La respuesta del Presidente Municipal de Mazatlán es muy reveladora, pero no porque acepte que si AMLO le pide que sea candidato lo aceptaría sino porque confirma que está trabajando intensamente, de la mano de Yeidckol Polensky, para que lo tomen en cuenta para el 2021, pero sobre todo porque confirma una clásica mentalidad política priista: “Yo soy un soldado del Presidente, y por supuesto si él me lo pide, sí…”.

Es muy cierto que “El Químico” es Alcalde porque el arrastre electoral de AMLO lo puso ahí, pero él constitucionalmente no le debe obediencia a López Obrador sino a la ciudadanía mazatleca. Él sólo puede ser soldado de la soberanía de los ciudadanos de Mazatlán.

Y, por si fuera poco, “El Químico” estaría aceptando, lo cual sería lamentable, que quien decide en Morena quienes son candidatos a Gobernador es Andrés Manuel López Obrador, y no el partido. Es decir, Benítez Torres comulga religiosamente con el credo priista de que todo lo decide el Presidente de la República. Y luego porque andan diciendo las malas lenguas que Morena es una reedición del PRI.

(Sergio Rubio: ¿no le podrías recomendar un poco de cordura y prudencia al Alcalde? ¿O escucha más al Julión que a nadie?)

CIZAÑAS DE CECEÑA Un logro histórico

Habría que hacer cuentas

RAFAEL MORGAN cp_rafaelmorgan@hotmail.com

Ya se han publicado las cifras y las cuentas que resultaron en el pasado 2019 en la economía, además de las de salud, la educación, la inseguridad, la ecología y otros varios elementos de lo que el Presidente AMLO llama “bienestar”; estas cifras deben motivar a los gobernantes, dirigentes empresariales y líderes sociales a hacer cuentas para este 2020 y los siguientes años, evaluar riesgos, corregir lo que evidentemente se está haciendo mal y reforzar aquellas medidas públicas y privadas que reencaucen al País por los senderos del crecimiento económico, para poder mejorar a México.

Según los números, el año 2019 fue crítico:

1. La economía tuvo un resultado negativo de -0.1 por ciento, descenso, que no se había visto desde la crisis internacional de 2009, en la que se desplomó la economía nacional y la de muchos otros países, algunos de los cuales todavía no se reponen a cabalidad, como España, Grecia e Italia.

2. Los ingresos tributarios, las provenientes del ISR y del IVA, no llegaron a lo estimado, disminuyendo casi 110 mil millones de pesos, mientras que los ingresos petroleros también cayeron en casi 80 mil millones de pesos.

3. Una primera consecuencia de la caída en los ingresos, fue que se tuvo que recortar el ejercicio del gasto público en 15.6 mil millones de pesos, afectando áreas sensibles del servicio público.

4. Una segunda consecuencia es que se tuvo que echar mano de los ahorros que se tienen en el Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios, utilizando 125 mil millones de pesos, con lo que dicho fondo, que contaba con casi 280 mil millones de pesos, quedará con sólo 159 mil millones de pesos, afectando las reservas para contingencias en 2020.

5. De acuerdo con cifras de la propia SHCP, la inversión pública en 2019 disminuyó casi 12 por ciento respecto a 2018, pero al sector energía sí se le incrementó 0.3 por ciento; a Pemex se le aumentó 0.7 por ciento pero la CFE perdió ingresos públicos por -1.5 por ciento, que incrementó su deuda a más de 6 mil millones de dólares.

6. La inversión fija bruta, es decir, tanto la inversión pública como la privada, hasta octubre de 2019 disminuyó 8.7 por ciento, con lo cual se explica en parte la caída en la economía y el empleo. 7. A pesar de las declaraciones de López Obrador de invertir en la reconfiguración y reparaciones de las seis refinerías, la producción de gasolinas fue la peor desde 1990, pues sólo se produjeron 190 mil barriles diarios, que cubren apenas el 26 por ciento del consumo nacional, el resto se está importando; ahora la Secretaría de Energía ha declarado la posibilidad de racionar la gasolina para que los consumidores ahorren combustible; sin embargo, en 2019 el consumo de gasolina cayó 5.7 por ciento y el de diesel 12 por ciento, es decir, ya se está ahorrando combustible obligados por su alto costo.

Ante las circunstancias expuestas, el Gobierno está recurriendo a los recortes presupuestarios y a los subejercicios, afectando áreas muy sensibles como el de salud restringiendo las medicinas, los materiales y el equipamiento médico, así como las de inversiones en mantenimiento y nuevas clínicas y hospitales. Cualquier persona puede constatar la caída en los servicios médicos en el IMSS, el ISSSTE y el Seguro Popular. La alegre promesa del seguro universal y gratuito a través del Insabi, sólo logró “alborotar” a los pacientes y provocó marchas y protestas de enfermos, padres de familia y médicos ante la falta de medicamentos.

Pero igualmente hay múltiples marchas de protesta de maestros y estudiantes por las carencias en escuelas y universidades que exigen más recursos, mejores sueldos y mejores condiciones para enseñar. Igualmente se tienen y se sufren marchas y protestas de campesinos, policías, pensionados, funcionarios públicos despedidos, así como de diversas organizaciones sociales contra la inseguridad, los feminicidios, los asesinatos de adultos y niños, etc.

En fin, que al abrirse “la caja de pandora” de repartir fondos públicos en forma indiscriminada y desordenada, todos quieren, todos exigen, por lo que se ha llegado a la triste realidad de que no alcanza para todos ni para todo; que los ingresos públicos son finitos y las necesidades sociales son infinitas; que ha llegado el momento de que los gobernantes se detengan a “sacar cuentas” para determinar cómo y en qué es la mejor manera de gastar lo poco que se tiene y a buscar la mejor manera de incrementar los ingresos que, por cierto, no son mérito del gobernante, sino aportaciones de los ciudadanos, producto de su trabajo y esfuerzo.

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