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Latinos y Medicaid: lo que dicen los datos frente a los mitos más comunes

Más allá de las cifras, lo que está en juego es el derecho de millones de personas —incluidos trabajadores, madres, niños y personas mayores— a recibir atención médica digna. La narrativa que culpa a los latinos e inmigrantes por los problemas estructurales del sistema de salud no solo es equivocada: es peligrosa. En lugar de seguir propagando mitos, es momento de mirar los hechos con seriedad y humanidad.

Redacción - New/Nueva Opinión

De acuerdo con un análisis de KFF Health News y Factchequeado, en redes sociales y espacios públicos se han difundido varios mitos sobre los latinos e inmigrantes en relación con Medicaid, el programa de salud que asiste a millones de personas con bajos ingresos en Estados Unidos. Entre las afirmaciones más comunes están que los latinos que lo reciben no trabajan, que los inmigrantes indocumentados acceden libremente al sistema o que los latinos son quienes más lo utilizan. La evidencia, sin embargo, contradice estos señalamientos. Los datos muestran una realidad mucho más compleja —y menos alarmante— que la que algunos discursos intentan instalar.

Una de las afirmaciones más frecuentes es que los latinos inscritos en Medicaid no trabajan. Pero según un análisis reciente de la Kaiser Family Foundation (KFF), el 67% de los adultos latinos con Medicaid sí están empleados, el porcentaje más alto entre todos los grupos raciales y étnicos cubiertos por el programa. La explicación es clara: muchas personas trabajan en sectores donde los empleadores no ofrecen seguro médico o lo ofrecen a precios inaccesibles. “Sabemos por numerosos estudios que muchas personas de bajos ingresos trabajan, pero simplemente no tienen acceso a un seguro médico asequible”, explicó Timothy McBride, experto en políticas de salud de la Universidad de Washington en St. Louis.

También circula la idea de que los latinos son el grupo demográfico más grande en Medicaid. Los datos dicen otra cosa. Según cifras de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS), los blancos no hispanos representan el 42% de los beneficiarios, seguidos por los latinos (28%) y los afroamericanos no hispanos (18%). Es cierto que proporcionalmente los latinos están más representados, pero eso se debe a que muchos trabajan en sectores sin beneficios médicos y viven con ingresos limitados. “La elegibilidad para Medicaid no se basa en la raza o el origen étnico, sino en factores como los ingresos, la edad, el embarazo o la discapacidad”, explicó Kelly Whitener, profesora en el Centro para Niños y Familias de la Universidad de Georgetown.

Otro mito común es que todos los inmigrantes indocumentados reciben Medicaid. Pero la ley federal es clara: las personas sin estatus legal no pueden acceder a Medicaid, salvo en casos de emergencias médicas. Algunos estados —14 hasta enero de 2025— y el Distrito de Columbia han extendido, con fondos propios, cobertura médica a niños independientemente de su estatus migratorio, y solo siete estados lo han hecho para ciertos adultos. El gobierno federal no financia ninguna de estas expansiones. Lo único que sí cubre es el llamado Medicaid de Emergencia, que reembolsa a los hospitales por atender casos médicos críticos. Este componente representa apenas el 0.4% del gasto total del programa. Sin embargo, aún hay voces en el Congreso que insisten en vincular a los inmigrantes con el colapso del sistema. “Medicaid está destinado a los ciudadanos estadounidenses que más lo necesitan, pero los estados liberales están encontrando maneras de usarlo para atender a inmigrantes ilegales”, escribió el representante Dan Crenshaw (R-TX) en redes sociales

También se ha dicho que los latinos permanecen en Medicaid durante décadas. No hay evidencia de ello. De hecho, estudios señalan que hasta la mitad de los beneficiarios deja el programa en el transcurso de un año. Las únicas personas que tienden a quedarse por más tiempo son aquellas con discapacidades o enfermedades crónicas. “No hay datos que vinculen la duración del uso del programa con la raza o el origen étnico”, señaló Jennifer Tolbert, subdirectora del programa de Medicaid en KFF.

Finalmente, otra idea equivocada es que los latinos son quienes más usan los servicios médicos dentro de Medicaid. De acuerdo con informes de CMS y la Comisión de Pago y Acceso a Medicaid y CHIP, la población latina accede con menor frecuencia que otros grupos a servicios preventivos como mamografías, pruebas de Papanicolaou, atención primaria y salud mental. Una de las razones es el temor a políticas como la regla de “carga pública”, implementada de forma agresiva durante el gobierno de Donald Trump. Aunque la regla fue modificada en la administración Biden, el efecto disuasorio aún permanece. “El miedo todavía está presente, pero ahora se suma a nuevas amenazas, como la idea de eliminar la ciudadanía por nacimiento o realizar deportaciones masivas”, explicó Arturo Vargas Bustamante, profesor de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y director del Latino Policy and Politics Institute.

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