UNIVERSIDAD
NACIONAL DE
LOJA UNIDAD DE EDUCACIÓN A DISTANCIA Y EN LÍNEA
CARRERA DE EDUCACIÓN BÁSICA
ASIGNATURA: METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
ESTUDIANTE: Nelson Alejandro Nivelo Morocho
CICLO: 3
PARALELO: B
TEMA : Fundamentos teóricos, epistemológicos y procedimentales en el proceso de investigación científica en el ámbito educativo.
FECHA: 11/05/2024

PERIODO ACADÉMICO 2023 – 2024

Introduccion
Capítulo primero. ¿Cómo se entiende la investigación?...............................19
1.1. EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO HUMANO.............................................
1.2.
1.3.
1.3.1
1.3.2

Introducción
Es indiscutible que el investigar se constituye en una necesidad vital y permanente del ser humano, quien aspira al conocimiento, en busca de la verdad y el sentido de la vida. Por eso aplica la razón, de manera espontánea o intencional, a fin de tratar de esclarecer qué es real y cierto y qué es una ilusión o un error (Morín, 2001).
En el campo académico, la investigación se convierte en una acción intencional y puede llegar a ser científica, si se realiza siguiendo un método de rigurosa verificación, y teniendo como meta producir conocimientos nuevos, considerados así, desde algún punto de vista. En este contexto, se hace necesario aprender a investigar, lo cual se logra con la ejercitación, es decir, investigando, pero cuidando de combinar o apoyar dicha práctica con la reflexión, que oriente el proceso. También se requiere disciplina, constancia, paciencia y hasta cierta pasión.
Investigar es como un viaje o una aventura en búsqueda de algo que se sopecha existe pero que no se conoce, como cuando una persona se encamina en busca del mar que nunca ha visto. Piensa que está más allá de las montañas. Pero al llegar a la cima, descubre que no está el mar. Seguramente si persiste, algún día lo hallará. Mientras tanto, tal vez en su paso encuentre novedades maravillosas que tampoco conocía; y quizás se le abran otros horizontes y le surjan nuevos interrogantes.
En el recorrido por el proceso de investigación, es probable que el sujeto alcance niveles más avanzados del conocimiento: llega a saber más. Pero este saber le permite, al mismo tiempo, darse cuenta que es mucho más lo que aún no sabe. Al filósofo griego Sócrates, sabio de la antigüedad, se le atribuye la frase “Sólo sé que no sé nada”.

EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO HUMANO
La investigación hay que situarla en el camino que tiende hacia el conocimiento. Y aparentemente este se presenta sin problema, casi como algo natural, como una aproximación del ser humano a los objetos y fenómenos de la realidad, o simplemente en calidad de un saber acerca de sí mismo, del mundo que le rodea, la sociedad y los productos culturales.
En principio, el conocimiento establece una relación o, mejor, una correlación, entre dos miembros: un sujeto que conoce y un objeto que es conocido: alguien conoce algo para sí, y para otros. Como diría Hessen (1997), “en el conocimiento se hallan frente a frente la conciencia y el objeto, el sujeto y el objeto”. Por sujeto se entiende la persona o las personas que obtienen el conocimiento; el objeto es el ente sobre el cual el sujeto construye el conocimiento, vale decir una realidad interna o externa, real o ideal, física, social, cultural.


El conocimiento tiene su origen en la curiosidad del hombre por encontrar explicaciones a los objetos y sucesos. De ahí que los pueblos históricamente hayan tratado de encontrar respuesta por medio de diversas conjeturas o formas posibles de explicación como pudieron ser el mito, la magia, la leyenda, las diversas manifestaciones religiosas y, finalmente, mediante el arte, la ciencia y la tecnología.
Esto lleva a la necesidad de plantear la existencia de varios tipos de conocimiento, hecho reconocido por muy distintos autores. Hessen (1997) hablaba de las “formas del conocimiento humano”, entre las cuales estaría el “conocimiento racional”. De acuerdo con esto, es factible distinguir el conocimiento cotidiano, que es el más inmediato, como el que nos formamos sobre el lugar donde vivimos o los alimentos que consumimos; el conocimiento empírico, nacido de la experiencia y de la práctica, por ejemplo, el que posee un campesino o un pescador; el conocimiento intuitivo, fruto del pensamiento espontáneo, y el conocimiento científico, de carácter racional, sistemático y reflexivo, basado en procedimientos de verificación. Este último tiene su aparición “como uno de los modos posibles de conocimiento humano, quizás el más útil y el más desarrollado, pero no por eso el único capaz.

NATURALEZA DE LA CIENCIA

De acuerdo con Sabino (1998), la ciencia debe ser vista como una de las actividades que el hombre realiza como un conjunto de acciones encaminadas a “obtener un conocimiento verificable sobre los hechos que nos rodean”, es decir, el que se ha denominado el conocimiento científico. Dichas actividades no son sólo individuales, constituyen también una actividad social e histórica.
Es importante tomar en cuenta que no todo saber humano es ciencia. Por tal razón, para distinguir el conocimiento científico de otros conocimientos se
acude a la formulación de ciertas características básicas, que varían según se trate de ciencias sociales o ciencias empíricas. Es común considerar las siguientes cinco cualidades propias de la ciencia (Bunge, 1983)


Sin duda, en la investigación el sujeto busca una depuración que va de lo subjetivo hacia un pensamiento sostenido. Por esto, Bersanelli (2006) afirma que “la ciencia es una tentativa en el sentido de hacer que la caótica diversidad de nuestras experiencias sensoriales correspondan a un sistema de pensamiento lógicamente uniforme”. Desde luego, que si se mira la actividad científica sólo desde la óptica del sujeto investigador, pareciera que la subjetividad marcara la pauta para de esta manera afectar la validez. Para evitar este tipo de escollos y asegurar la confianza en los resultados, lo recomendable es buscar mecanismos para sacar la investigación de la esfera individual, por ejemplo, confrontando con la crítica e involucrando otros investigadores, entre otras estrategias, como se indicará para el caso de la investigación cualitativa. “La ciencia no es sólo una actividad individual; es además un proyecto social de adquisición de conocimientos” afirman Giroux y Tremblay (2004).
LA INVESTIGACIÓN
En búsqueda del conocimiento
La historieta de la página siguiente, cuyo autor es el caricaturista Santiago Díaz, publicada en el diario El Tiempo de Bogotá, es una lección didáctica sobre la investigación en la vida cotidiana. Fíjese el lector cómo asocia muy bien la idea de “investigar” con interrogativos como “qué”, “quién”, “dónde” o “por qué”, cuya función es suscitar la búsqueda de explicaciones.
Se podría pensar que la investigación, en general, sin calificativos, es una actividad cognoscitiva de indagación sobre los objetos, fenómenos o hechos en el contexto de la vida humana, para encontrar una respuesta que se busca, pero sin mayores formalidades, y sin recorrer un camino sistemático y riguroso.


La investigación científica
Si bien esta manera de entender y aplicar la investigación es aplicable en todos los contextos de la actividad humana, en el fondo es la misma idea que sustenta el concepto que nos interesa aquí, pero desarrollada a otro nivel, el de la ciencia. Todo parece indicar que se puede pensar en algo así como una escala, en la que existen varios “niveles de investigación, los cuales van desde el más simple acto de pensar hasta las funciones superiores de la investigación científica” (Cerda, 2000).
La investigación científica propiamente es un proceso que busca la producción y comprobación del conocimiento nuevo (es decir, que nadie lo ha producido aún en su forma o contenido), en cualquiera de los campos de la ciencia, mediante la aplicación de unas etapas, pasos, técnicas e instrumentos acordes con el “método científico”, del que se hablará más adelante.


Refrerensias
(S/f-c). Recuperado el 11 de mayo de 2024, de http://file:///D:/User/Downloads/lbernalcerquera,+3proyectosde172146.pdf
