QUINQUELA MARTIN CONOCÉ SU HISTORIA

Benito Quinquela Martín nació el 1 de Marzo de 1890 en La Boca, y a la edad de 6 años fue adoptado por Justina Molina Chinchella y Manuel Chinchella.
Debido a una mala situación económica, en su adolescencia el padre lo llevó a trabajar al puerto, donde su principal tarea era subir barco por barco con una bolsa vacía, llenarla con carbón y llevarla hasta la parada de los compradores de Vuelta de Rocha. Le pagaban 25 centavos cada 25 bolsas, y a pesar de su contextura física, realizaba el trabajo con una increíble velocidad, por eso lo apodaron "el mosquito". Luego comenzó a dibujar las escenas que veía en el puerto con carbón y lienzos de madera.
Desde los 17 a los 21 años estudió en el Conservatorio Pezzi ni-Stiatessi. Allí, conoció a muchos artistas con los que luego se relacionaría por el resto de su vida, además de conocer a su primer y único maestro; Alfredo Lazzari, quien le dió sus primeros conocimientos
técnicos sobre el arte. Benito practicaba dibujando en yeso e inspirandose de la reconocida Isla Maciel. Con el tiempo, descu brió que su verdadera inspiración era el puerto de Buenos Aires; no era capaz de pintar otra cosa. Fue autodidácta; se enseñó todo lo que
hay que saber de arte. Su expresión artística y su técnica fue muy criticada. Incluso, algunas de sus obras fueron rechazadas al momento de ser presentadas en el Salón Nacional de Bellas Artes.
El primer amor de Benito fue La Boca, barrio de Buenos Aires. Ahí es donde creció y del cual se inspiró, junto al puerto, al pintar.
La Boca debe su nombre a que es precisamente en esta zona en donde se encuentran las bocas del Riachuelo, que desembocan en el Río de la Plata. Es uno de los barrios más coloridos de la Ciudad de Buenos Aires y se caracteriza por la infinidad de turistas que lo visitan, buscando vivir un poco de tango y apreciar los firuletes porteños.
Hasta la década del 50, fue un barrio de depósi tos, astilleros y construc ciones portuarias, casas de chapa y zinc; abandonado y triste.
Benito Quinquela Martín vivió ahí desde pequeño, siempre fue su lugar en el mundo, y poco a poco comenzó a ver algo que el resto nunca pudo; más allá de lo que era el barrio en sí.
Tanto potencial veía él en éste barrio, y tanto deseaba que mejorara para que la gente viviendo ahí tuviera una vida mejor, que en el año 1950 junto a un grupo de vecinos decidieron renovar el lugar, más específicamente Caminito, que era parte del recorrido que hacía el ferrocarril a Ensenada, pero en 1928 fue clausurado y dejó la zona abandonada.
Benito,
En el año 1959, por iniciativa del Quinquela Martín, el gobierno municipal construyó allí una calle museo con el nombre de Caminito, en honor al nombre del Tango compuesto por Juan de Dios Filiberto y Gabino Coria Peñaloza. Con el paso de los años,
los colores en las casas se fueron gastando, y perdieron su escenciay brillo original. Por lo tanto se decidió restaurar la pintura, idea que se finalizó en 2022. Así se recuperaron los colores originales que ideó Quinquela. Esto permitió renovar la imagen de
uno de los atractivos más importantes de la Ciudad con trabajos de reparación y pintura. Se puede decir, entonces, que fue Quinquela quien le dió vida y escencia a la calle.
junto a un grupo de vecinos, logró que las casas de madera y chapa fueran pintadas con colores alegres.
Caminito es un museo, callejón y pasaje ubicado en el barrio pintoresco de La Boca. Tiene un gran valor cultural y turístico.
Esta parte de La Boca está rodeada por numerosos restauran tes especializados en carnes y muy talento sos artistas callejeros. Aquí se encuentra La Bombonera, santuario que vibra cada día de partido; hogar del equipo de fútbol Boca Juniors. Además está el museo de arte moder no Fundación Proa, que tiene exhibiciones temporales y vistas espectaculares de los viejos muelles.
Si bien la primera foto está en blanco y negro, el cambio se puede ver a simple vista.
QLa originalidad de la técnica de Quinquela gracias al uso de la espátula, sobresale sobre el resto de los pintores de su época. uinquela contaba con una pintura rápida que exigía agilidad, fuerza y virilidad en cada trazo. Partía de un boceto hecho con carbonilla que tardaba horas y horas en idear y planificar. Luego, lo rellenaba con veloci dad utilizando el óleo y la espátula como instrumento principal, firmando con un pincel. Así, creó un estilo personal y único, usando siempre colores intensos para reflejar los barcos del puerto, el trabajo de los estiba dores, el puente y el riachuelo con la mayor vida posible.
Generalmente, la espátula como instrument artístico se utiliza para mezclar colores, pero Quinquela descu brió que ésta le daba la rapidez que el buscaba y necesitaba al pintar; empastando sus obras, demorando poco en pintarlas pero mucho en idearlas y bocetarlas. Por estas razones, terminó optando por la espátula como instru mento diario. Esto fue muy controversial para la época. Además, pintaba únicamente con óleo.
Este instrumento le da una densidad y un relieve únicos a los lienzos de los artistas, que ayudan a que éstos cobren vida. Gracias a esta técnica que empleaba, Quin quela logró algo visualmente hermoso y lleno de sentimiento.
Benito Quinquela Martín inmortalizó al barrio de La Boca a través de su deslumbrante arte.
Quinquela exhibió muchas de sus obras en distintas exposiciones realizadas en nuestro país, y muchas otras en el extranjero.
Como fue mencionado, las pinturas de Quinquela siempre estaban inspiradas en su barrio, La Boca. Su obra se divide en cuatro grandes series: Días luminosos, Días grises, serie del Fuego y Cementerios de Barcos. En todas va a aparecer el paisaje boquense de alguna manera, y cuando se aleja demasiado de la realidad pone en el horizonte un elemento real para volver a situarnos en el barrio.
Sus obras llenaron las calles, lugares y paisajes de La Boca.
Benito Quinquela Martín.
60 metros hasta 200.
Sus obras solían ser muy grandes, medían
Ésta obra refleja con increíble sutileza la esencia boquense de la época; trabajo, esfuerzo y voluntad. El relieve por el óleo y la espátula logra que el cuadro resalte aún más, y los colores de los barcos son un espejo de lo que hoy es Caminito. Éstos alternan entre el rojo, el amarillo, el azul y el turquesa. Lo más intenso de la pintura es lo que se puede intuir; a los trabajadores como encarnaciones silencio sas del duro trabajo, y el áspero trabajo para el renacer del barco, para su volver a los mares, y para llegar a otros puertos.
Cuadro: Día de trabajo, 1958.
Esta obra nos muestra una parte del Riachuelo, que fue la puerta de entrada de miles de inmigrantes. Quinquela, hijo adoptivo de padre inmigrante, plasmó en ésta obra aquellas barcas que le daban vida y movimiento a su “patria chica”.
Ésta obra es un óleo sobre tela que mide 125x105cm.
Retrata con viveza el trabajo de los obreros en el puerto de La Boca, la voluntad y empeño en cada movimiento. La imagen cobra vida por su dinamismo y sus vivos colores, logrando que parezca que los trabajadores están en constante movimiento.
Ésta obra, como muchas otras del artista Quinquela Martín, es un óleo sobre tela que mide nada más y nada menos que 250 x 200 centímetros.
El paisaje del puerto boquense se presenta como un escenario de esfuerzo y progreso. La labor de los hombres es representada por los estibadores, que reflejan el trabajo constante y forzoso de cada día en el puerto de La Boca.
Se puede ver el manejo de colores desaturados y la textura gracias a su fiel espátula.
A lo largo de su vida, Benito donó al barrio de La Boca distintos terrenos suyos, que se convirtieron luego en distintas instituciones,
El 19 de julio de 1936, se inauguró su más ansiado proyecto, la Escuela-Museo Pedro de Mendoza; la primera en toda la República Argentina. Benito la decoró con 17 murales que hoyfueron restau rados para recuperar sus colores originales.
En 1938 se inauguró el Museo de Bellas Artes de la Boca, en el mismo edificio de la Escuela. Allí se encuentran las obras de Quinquela y otros artistas argenti nos. En su terraza hay esculturas figurativas de artistas argentinos.
En 1944, Quinquela donó el terreno conti guo a la Escuela-Mu seo. Allí es donde se levantó el Jardín de Infantes, inaugurado finalmente el 23 de octubre de 1948. La decoración estuvo a cargo del pintor Roberto Rannazzo.
El último terreno se convirtió en el Teatro de la Ribera, el cual quedó inaugurado finalmente en el año 1971. El edificio adoptó una arquitectu ra poco convencional, tanto en su forma como en su coloración, inspirada en la pintura de Quinquela Martín.
Benito Quinquela Martín fue una inspiración para la gente, volviéndose sin dudas un personaje argentino ineludible y un mito viviente.
Tal fue su impacto en La Boca, en la Argentina y en el mundo que se construyó una estatua en su honor; una escultura de yeso de 3,6 metros que está desde Abril del 2010 frente al Riachuelo. La estatua de Benito Quinquela Martín lo muestra a éste mismo, quien tuvo a La Boca como musa y taller creativo, enfundado en un mameluco y muñido con sus herramientas de trabajo, como la famosa espátula.
Lo diseñó Antonio Oriana, a pedido del museo Maguncia para honrar el 120 aniversa rio de su nacimiento.
El Museo de Bellas Artes de La Boca está construido en uno de los terrenos que donó Quinquela Martín en el año 1938, y es visitado por jóvenes, niños y adultos por igual. Todos quedan totalmente asombrados con la expresión artística y la técnica que poseía el artista argentino para aquella época.
Cuenta con la más amplia colección de óleos y aguafuertes de Benito Quinquela Martín realizados entre 1922 y 1967; y también hay obras de las corrientes figurativas del arte argentino desde fines del siglo XIX y de artistas diversos boquenses. Se puede recorrer todo el edificio y llegar a las terrazas
donde hay una muy buena vista de Camini to y el Riachuelo. Los colores de la entrada son en honor a Quinquela, y hacen que el museo deslumbre y llame la atención.
Para nosotros es un héroe, dice la gente del barrio de La Boca.
Estatua de Quinquela La BocaLa estatua se encuentra frente a su Escuela Museo.
Benito Quinquela Martín falleció a los 86 años de edad, el 28 de enero de 1977. Así fue en Buenos Aires, Argentina, su país.
El increíble artista argentino falleció en la habitación 107 del Instituto del Diagnósti co a causa de una complicación cardíaca. Sus restos fueron velados en su casa y estudio de toda la vida. El pidió ser sepultado, pero su esposa prefirió colocarlo en un nicho, en Chacarita. Después de unos años, se le hizo un mausoleo, al lado del de Luis Sandrini, actor y humorista argentino.
Quinquela era un convencido de la influencia positiva que el color tenía sobre el ánimo y el carácter de las personas, por eso llenó de colores las paredes y fachadas de su barrio.
Federico Cichero, el empresario de pompas fúnebres, contó que Quinquela le escribió una carta a su padre en 1958 solicitando que le construyera un ataúd que él después pintaría y así se hizo. Como las manijas se descascara ban porque no toma ban la pintura, las cambiaron por una baranda de madera. También, debido a
varias inundaciones por las cuales ingresó mucha agua, el féretro quedó flotando muchas veces, debiendo ser restaurado por el pintor.
En su interior pintó la bandera argentina, porque quería descan sar sobre nuestro símbolo patrio, y sobre la madera que conformaba el ataúd, estaba pintado una escena del puerto del
barrio de La Boca. Finalmente lo ubican en un mausuleo en el Cementerio de Chaca rita, que también está pintado y decorado en honor a los colores de su barrio.