ALEXANDRA JIMÉNEZ LLEGA AL HOTEL SELENZA, EN NUESTRO COCHE DE PRODUCCIÓN, CON UNA DE SUS MEJORES SONRISAS. AL ENTRAR AL EDIFICIO SE PRODUCE UN PEQUEÑO REVUELO ENTRE EL PERSONAL DEL HOTEL Y ALGUNOS CLIENTES CON MALETAS QUE ENTRAN Y SALEN DEL ASCENSOR. ALEXANDRA SALUDA A TODO EL MUNDO Y EL BUEN ROLLO SE APODERA DE LA ESCENA. SU NATURALIDAD Y CERCANÍA HACEN QUE TRABAJAR CON ELLA SEA ALGO MUY FÁCIL DESDE EL PRIMER MOMENTO. MIENTRAS UNO DE LOS AMABLES CAMAREROS LES SIRVE UN CAFÉ SOLO, NOSOTROS DISPARAMOS NUESTRAS PRIMERAS PREGUNTAS. Eres uno de los rostros más conocidos de la televisión, ¿cómo se lleva la fama? Bueno, tampoco creo que todo el mundo sepa quién soy, pero vamos, la gente que me reconoce por la calle siempre me habla con muchísimo cariño, así que lo llevo genial. ¿Qué es lo que haces cuando te apetece pasar una tarde sin que nadie te reconozca? Suelo salir a la calle vestida normal, yo soy de las que se monta en el metro y hago mi vida… Me pongo el chándal para ir al Mercadona… (risas). Necesito hacer esas cosas, no inventarme una vida extraña porque creo que no es necesario. Esto no es como en Hollywood que los actores tienen que ir con guardaespaldas, aquí se puede hacer una vida normal.
Te diste a conocer por tu papel de África en Los Serrano, ¿qué recuerdo tienes de esa época? El recuerdo es genial en todos los sentidos, a parte de que me dieron una oportunidad fantástica para empezar a trabajar y tener una continuidad de cuatro años dentro de una serie y desarrollar un personaje que a mi me encantaba hacer. Me ofrecieron hacer un trabajo interesante con un equipo genial y con una de las mejores productoras del país. Estoy súper agradecida y lo voy a estar toda la vida, claro. ¿La gente te sigue llamando África? Alguna gente sí, otros han visto La Familia Mata y me llaman Eva… Depende. Estrenas nueva serie como protagonista, ¿De qué trata “La pecera de Eva”? Eva es una psicóloga que trabaja en un instituto y tiene ocho pacientes que serán los ocho protagonistas fijos. Con cada uno de los alumnos es una minipelícula porque entre ellos no tienen relación. Es muy interesante porque no hablas de la historia de un instituto sino que hablas de la terapia que tiene cada adolescente con la psicóloga, intercalando esto con flashbacks con sus vidas en sus casas, la relación con sus familias y con los problemas que tienen. Está guay la relación que tiene Eva con cada uno de ellos porque va creando su vínculo personal, es súper interesantes. ¿Qué tiene de nuevo esta serie? La serie está basada en la improvisación. Hay guiones, pero no hay diálogos escritos. Los guionistas nos dicen porque puntos dramáticos tenemos que pasar pero no qué y cómo lo tenemos que decir. Las secuencias están muy bien estructuradas pero como no hay diálogos, esto hace que el trabajo sea muy duro. Es una serie diaria de veinte minutos de duración, que hasta ahora esto no se había hecho en España. El instituto es un instituto real y las casas también son reales. Se está intentando crear una realidad, como si miraras lo que está pasando por un agujerito. Estamos acostumbrados a verte en interpretaciones cómicas, ¿se produce un cambio de registro en La pecera de Eva? Sí, la serie no es alta comedia, precisamente… (risas). Es un drama y el personaje de Eva sí que tiene momentos en los que relaja un poco el drama, lo baja con puntos más cómicos, porque es un personaje que juega un al límite con sus pacientes. Se la juega un poco con su propio trabajo, ella piensa como solucionar las cosas a su manera y es una manera un bastante arriesgada. Esto provoca situaciones que te pueden hacer gracia como espectador pero de lo que se está hablando y lo que está pasando con cada uno de los pacientes son dramas importantes.
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