
2 minute read
Estudiantes y docentes unidos en la defensa de sus intereses

Nuestro curso senior se levantó en armas. Aunque expresábamos nuestras preocupaciones a los profesores, nos sentíamos sin poder sobre las condiciones en las que nos encontrábamos. Los lugares de trabajo eran inadecuados y las salas de estudio demasiado infrecuentes, los códigos de vestimenta resultaban invasivos y al menú de comidas le faltaba variedad. Tras unos meses dando vueltas, tomé la iniciativa de reunirme con el Sr. Goins, el presidente del Girard College, nuestro internado de Filadelfia, para hablar de la vida estudiantil.
Advertisement
Lo mejor fue que nos dimos cuenta de que, aunque veníamos de entornos muy diferentes, pudimos solidarizarnos en torno a causas similares, problemas parecidos que nos afectaban a todos de alguna manera
~ Sr. Clough, profesor de Historia de undécimo y duodécimo grado en Girard
Cuando nos sentamos, me sorprendió al compartir un recuerdo preciado sobre el compromiso cívico de sus alumnos respecto de un funcionario electo. En 2005, cuando el presidente Goins era profesor de AP para el gobierno estudiantil, hacía que cada día sus alumnos leyeran las noticias y encontraran un artículo pertinente sobre el que escribir. Fue entonces cuando los estudiantes descubrieron que un funcionario electo, Billy Yow, de Greensboro, Carolina del Norte, vendía camisetas con la imagen de un niño blanco sobre una bandera confederada al fondo, orinando sobre el escudo de la NAACP. Los estudiantes estaban furiosos, escandalizados de que alguien con ese cargo se comportara de esa manera. Para el resto del período de clases, idearon un plan de acción: irían a la reunión de comisionados del condado y confrontarían a Billy Yow.
Demostró que los jóvenes tienen todas las respuestas. Solo tenemos que generar y facilitarles el espacio para que se sientan seguros de explorar
~F. Christopher Goins, presidente del Girard College
Colectivamente, los estudiantes dominaron los 30 minutos concedidos a la audiencia, impidiendo toda desviación de su causa. La CNN cubrió la noticia y, finalmente, Yow fue apercibido. Tiempo después, renunció. El Sr. Goins lo describe como uno de sus recuerdos favoritos porque "demuestra que los jóvenes tienen todas las respuestas. Solo tenemos que generar y facilitarles el espacio para que se sientan seguros de explorar". La reunión me dio esperanzas para seguir planteando las preocupaciones de nuestro curso senior.
Otro profesor nos alentó aún más compartiendo su experiencia en la primera línea del activismo juvenil. El Sr. Clough, profesor de Historia de undécimo y duodécimo grado en Girard, contó que en 2007, cuando estudiaba en la CUNY, participó de una toma estudiantil de la NYU. Fue al principio de la recesión, y los estudiantes estaban formando una coalición con los de la NYU y Columbia. El Sr. Clough dijo: "Lo mejor fue que nos dimos cuenta de que, aunque veníamos de entornos muy diferentes —los chicos de Columbia y de la NYU pagaban mucho más de matrícula y en general provenían de familias más acomodadas que los de la CUNY, que éramos todos de clase trabajadora o pobres—, pudimos solidarizarnos en torno a causas similares, problemas parecidos que nos afectaban a todos de alguna manera".
Alentados por eso, con mis compañeros continuamos elevando nuestros reclamos. Nos reunimos con asesores residentes y exalumnos. Con el tiempo, nuestras necesidades se fueron incorporando a las nuevas políticas, y las cosas mejoraron. Ha habido un notable esfuerzo por parte de los administradores residenciales y académicos por escuchar a los estudiantes e implementar cambios. Para empezar, ahora hay salas de estudio al menos dos veces por semana, y tenemos más bocadillos. Parece poco, pero es un comienzo.
Aunque no me gusta el gradualismo y preferiría que las cosas avanzaran más rápido, me doy cuenta, en especial por los relatos de nuestro presidente y nuestro profesor de Historia, de que hay poder en la formación de coaliciones fuertes: cuando nos unimos para alzar la voz, el cambio es posible.