El cuidado de la niña y el niño en sus dos primeros años de vida es fundamental para el desarrollo
y el crecimiento. La alimentación saludable es clave para lograr que el infante alcance sus hitos
de desarrollo y, sobre todo, para lograr que su cerebro se desarrolle adecuadamente.
La estrategia de los 1000 días, una ventana de oportunidad, pone énfasis en la importancia del
cuidado en salud y nutrición y en el manejo del ambiente que rodea a la niña y al niño, con el
fin de lograr protegerlos en este período sensible del desarrollo humano.
Las prácticas de crianza son propias de cada familia, de cada comunidad. Se manifiestan a
través del cuidado que los adultos a cargo brinden al infante, para satisfacer sus demandas de
atención, alimentación y estímulos que le permitan desarrollar su potencial biológico y social.
La manera en que cada familia desarrolle estas prácticas representa un aspecto crucial para el
desarrollo y el crecimiento de las niñas y los niños.