5 minute read

“Educación laica, gratuita y obligatoria” ¿Qué podría salir mal?

Por: Aleida Paredes García

Advertisement

Lic. en Ciencias de la Comunicación, Lic. en Filosofía y Maestra en Educación. Cuenta con 18 años de experiencia docente en diversos niveles educativos, es conferencista y colaboradora en distintos medios de comunicación. Miembro del partido político en formación Liberemos México y del Foro Liberal de América Latina. Twitter: @HipatyaTaborit

“Educación laica, gratuita y obligatoria” departe del Estado, para muchos suena como la mayor conquista de los habitantes de una nación, sin embargo, para muchos otros significa el mayor desastre. ¿A quién no le gustan las cosas gratis? La idea de que haya “escuelas gratuitas” para todos los niños a lo largo de su desarrollo desde edad preescolar, primaria, secundaria incluso hasta preparatoria y universidad es de lo más llamativo para cualquiera. ¿Qué podría salir mal? Estamos acostumbrados a dar por hecho todo en lugar de analizarlo por partes, para empezar: ¿El Estado tiene la obligación de hacerse cargo de la educación de los ciudadanos? ¿ese es uno de sus cometidos primordiales de un Estado: ser educador? ¿Algún Estado ha sabido ser un “buen educador”? ¿Buen educador según quién o quiénes? En una sociedad con valores y creencias tan diversas, ¿Cómo encontrar unidad en la diversidad de pensamiento?, ¿Bajo qué normas o principios educar a millones de individuos?, ¿La laicicidad es un principio válido y suficiente? ¿Sabemos a qué se refiere la educación laica? ¿Los docentes y directivos de las instituciones educativas han sabido aplicar la educación laica en México?

Otro punto de análisis: ¿La educación pública en México es realmente gratuita? ¿De dónde salen los recursos para pagar las nóminas y prestaciones de docentes, administrativos y sindicatos? ¿De dónde salen los recursos para construir escuelas, comprar pizarrones, butacas, equipo de oficinas y materiales de clase? ¿Quién paga por los servicios de luz, agua, internet, construcción, reparaciones y mantenimiento? ¿Sabían que en promedio el Estado gasta $70 mil pesos anuales por estudiante al año en México? ¿Cuántos de nosotros escogeríamos mejor reci-

bir esos casi $6 mil pesos mensuales para inscribirlos en la mejor escuela privada de nuestro entorno? Aquello de la educación obligatoria definitivamente fue ideado para evitar que ciertos padres, que de por sí no están acostumbrados a invertir tiempo en la educación de sus hijos, encima de todo les quitaran la posibilidad de estudiar y los pusieran a trabajar desde pequeños para vivir a costa de ellos. Pero los padres que somos conscientes de la gran responsabilidad de traer hijos al mundo sabemos que involucrarnos en la educación de nuestros hijos es el mayor privilegio y la más sublime obligación que tenemos como seres humanos; aún cuando la situación económica sea tan precaria como para tener que trabajar todo el día, tiempos extras y fines de semana. Sin embargo, de esto último es de donde viene la raíz del problema. Los golpes a la economía desde el siglo XX han sido resentidos directamente en la forma de vida de las familias, esos ganchos al hígado han venido de las izquierdas socialistas y de las derechas malas que abundan en toda Latinoamérica, México por supuesto no es la excepción con todas las nefastas leyes que impulsó el PRIAN mientras estuvo en el poder; lo cual llevó al hartazgo de los mexicanos quienes en una gran cantidad votaron por un mesías que prometía ser la esperanza de México pero que en realidad lo ha hundido más en el fango del progresismo, el socialismo y todas sus ideologías progresistas disfrazadas de “bienestar” y “justicia social”. Lo terrible de que la educación quede a cargo del Estado es que éste sea un Estado que imponga desde el poder y de manera obligatoria a todos los niños, adolescentes y jóvenes de un país, una serie de ideologías anticientíficas, sesgadas, confusas, inútiles e incluso perversas que atentan contra la libertad de pensamiento, de creencia y de conciencia. Los Estados deberían hacerse cargo única y exclusivamente de sus tres funciones básicas: justicia, seguridad y obras públicas, no más. Pero lo que vemos es todo lo contrario, vemos Estados cada vez más ambiciosos que pretenden abarcarlo todo: educación, salud, jubilaciones, pensiones, emprendimiento, proyectos de construcción, bancos, con leyes destructivas de la economía del hogar y una constante defensa de sus “programas educativos” que en realidad son “programas adoctrinantes”. Somos testigos de cómo muchos estados-nación que alguna vez fueron libres y soberanos, que alguna vez buscaron el desarrollo de sus familias y comunida-

des, cada vez se hacen más sumisos a los intereses de organizaciones internacionales que dictan cómo conducirse en temas de salud, educación, planificación familiar, economía, medio ambiente, “derechos humanos”, etc., atentando contra las constituciones políticas originales de sus países, las cuales por cierto cada vez se modifican más en perjuicio de los valores que alguna vez se tuvieron: la defensa de la vida y su dignidad desde la concepción hasta la muerte natural. La sumisión de muchos estados no es gratuita, es propia de enormes deudas económicas con fondos monetarios internacionales que cobran cuantiosos intereses u ofrecen algún tipo de “negociación” para salir del paso. Por cierto, ¿ya revisaron el paquete de libros de texto gratuitos de este ciclo escolar 2021-2022? ¿Cómo les fue con la revisión, qué se encontraron? Les recomiendo revisar el libro “Salud integral para casi jóvenes” para estudiantes de 5º y 6º de primaria, el cual emite la SEP en conjunto con la Secretaría de Salud. En especial el capítulo 7 “Nuestra sexualidad” que abarca las páginas 138-167. En la página 151 viene el tema “El autoplacer” con la afirmación: “La masturbación en todas las personas, incluyendo niñas, niños y adolescentes es totalmente natural y segura”. En la página 143 se afirma: “La homosexualidad, la heterosexualidad y la bisexualidad (personas que sienten atracción por ambos sexos) forman parte de la condición humana. Antes se pensaba que la homosexualidad era anormal, pero ahora se sabe que ésa es una idea equivocada… Cada vez hay menos prejuicios y eso es muestra de madurez de la sociedad”.

Las implicaciones tan delicadas de estos temas en la cuestión física, psicológica, emocional, volitiva, espiritual, de valores, de seguridad ¿serán abarcadas de mejor manera por un profesor o por un padre de familia? ¿dejarás que la educación sexual de tus hijos quede a cargo del Estado o de la mejor escuela privada a tu alcance, o te harás responsable de ella? Ser pro vida no es solamente ser antiaborto, ser pro vida es defender la vida de nuestros niños desde antes de nacer pero también defender su dignidad y su integridad todos los días de su desarrollo. Por lo que a mi toca: ningún voto a ningún partido político estatista, socialista, empobrecedor, adoctrinante y censurador. #AMisHijosLosEducoYo #DerechaBuena #VidaFamiliaLibertad

This article is from: