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La teoría de la pedagogía científica de María Montessori.
Su método educativo se usa hoy en día en muchas escuelas públicas y privadas de todo el mundo.
«El niño, con su enorme potencial físico e intelectual, es un milagro frente a nosotros. Este hecho debe ser transmitido a todos los padres, educadores y personas interesadas en niños, porque la educación desde el comienzo de la vida podría cambiar verdaderamente el presente y futuro de la sociedad. Tenemos que tener claro, eso sí, que el desarrollo del potencial humano no está determinado por nosotros. Solo podemos servir al desarrollo del niño, pues este se realiza en un espacio en el que hay leyes que rigen el funcionamiento de cada ser humano y cada desarrollo tiene que estar en armonía con todo el mundo que nos rodea y con todo el universo». María Montessori
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La mente absorbente de los niños.
Se comprende así que el primer período del desarrollo humano es el más importante. Es la etapa de la vida en la cual hay más necesidad de una ayuda, una ayuda que se hace no porque se le considere un ser insignificante y débil, sino porque está dotado de grandes energías creativas, de naturaleza tan frágil que exigen, para no ser menguadas y heridas, una defensa amorosa e inteligente.
Los períodos sensibles son períodos en los cuales los niños pueden adquirir una habilidad con mucha facilidad. Se trata de sensibilidades especiales que permiten a los niños ponerse en relación con el mundo externo de un modo excepcionalmente intenso, son pasajeras y se limitan a la adquisición de un determinado carácter.
Finalmente, el Método Montessori desarrolla la totalidad de la personalidad del niño, no sólo sus facultades intelectuales sino también sus poderes de deliberación, iniciativa y elección independiente, junto con sus complementos emocionales. Al vivir como miembro libre de una comunidad social real, el niño se adiestra en esas cualidades sociales fundamentales que constituyen la base para la buena ciudadanía.

Interes Social
Adler extendió su teoría para establecer que el hombre también es un ser humano socialmente interesado. Como todos los instintos, necesita un contacto para ponerlo en acción. Para empezar, un ser humano está predispuesto a interesarse en las criaturas humanas que le parecen. El interés reside en el ambiente social que lo rodea; todavía no es un interés social, como se desarrollará posteriormente.
• Después de los cuatro o cinco años que son básicamente los formativos y a lo largo de las experiencias escolares, el niño empieza a identificarse con grupos sociales propios.

• Por medio de un proceso de empatía, aprende lo que se siente ser débil, y siente que tiene a otros para que lo ayuden.
• A su vez, él desea ejercer sus emergentes sentimientos de superioridad para que cuando se presenten las oportunidades, también se vuelva y ayude a los menos afortunados.
• Este proceso enriquece sus sentimientos de superioridad y fortalece el interés social que está empezando a desarrollar.
• "A través de los procesos de identificación, empatía y cooperación, el niño aprende que existe una reciprocidad única dentro del mundo: ayuda tú a otros, ya que puedes necesitar ayuda para lograr la superioridad”.
En la etapa preescolar, los niños continúan desarrollando sus habilidades sociales y emocionales, y adquieren nuevas habilidades como el pensamiento crítico y la resolución de problemas. También comienzan a interactuar más con sus compañeros, lo que les ayuda a desarrollar habilidades sociales como la cooperación y la empatía .
En la etapa escolar, los niños continúan desarrollando sus habilidades sociales y emocionales a medida que adquieren habilidades de comunicación y resolución de conflictos más avanzadas. También comienzan a desarrollar un sentido de identidad y autoestima, lo que les ayuda a enfrentar los desafíos emocionales y sociales que enfrentan .
A lo largo del desarrollo socioemocional de los niños, se pueden identificar diferentes etapas y cambios importantes que se producen en su capacidad para comprender y regular sus emociones, establecer relaciones sociales y desarrollar habilidades sociales y de comunicación efectiva.
Durante la primera infancia, los niños experimentan importantes cambios en sus habilidades sociales y emocionales, incluyendo el desarrollo de la capacidad para reconocer y expresar emociones, establecer relaciones sociales y comunicarse efectivamente. En esta etapa, los padres y cuidadores desempeñan un papel fundamental en el apoyo al desarrollo socioemocional de los niños, proporcionándoles un ambiente seguro y afectuoso que les permita experimentar y expresar emociones.
En la adolescencia, los jóvenes enfrentan una serie de cambios emocionales y sociales importantes, incluyendo la identificación de su lugar en el mundo, el desarrollo de relaciones románticas y el aumento de la presión social y académica. Durante esta etapa, es importante que los padres y cuidadores sigan apoyando el desarrollo socioemocional de los jóvenes, brindándoles un ambiente seguro y estable en el que puedan desarrollar su identidad y habilidades sociales.
